2. 1 Timoteo 2:15
“Procura con diligencia
presentarte a Dios
aprobado, como obrero
que no tiene de qué
avergonzarse, que usa bien
la palabra de verdad.”
3. "La fe es por
el oír, y el oír,
por la
Palabra de
Dios"
Romanos 10:17
4. “La Palabra de Dios
presenta los medios más
eficaces de educación, así
como la fuente más valiosa
de conocimiento, al
alcance del hombre.” The
Review and Herald, 25 de
septiembre, 1883.
5. Isaías 28:10
“Porque ha de ser
precepto tras precepto,
mandato sobre mandato,
renglón tras renglón, línea
sobre línea, un poquito
allí, otro poquito allá.”
6. “Al escudriñar las Escrituras, no
debéis procurar interpretar sus
declaraciones de tal manera que
concuerden con vuestras ideas
preconcebidas; antes bien, cual
aprendices, allegaos para
entender los principios
fundamentales de la fe de
Cristo.” Consejos Sobre la Obra
de la Escuela Sabática, pág. 27.
7. Colosenses 1:9 “. . . no cesamos de
orar por vosotros y pedir que seáis
llenos del cabal conocimiento de su
voluntad, en toda sabiduría e
inteligencia espiritual.”
Santiago 1:5 “Si alguno necesita
sabiduría, pídala a Dios, quien da a
todos generosamente, y sin
reprochar. Y le será dada.”
8. “Los predicadores que quieran
trabajar eficazmente para la
salvación de las almas deberán
ser estudiosos de la Biblia y
hombres de oración. Es un
pecado ser negligentes, en cuanto
al estudio de la Palabra mientras
se intenta enseñarla a otros.
Obreros Evangélicos, pág. 104.
9. 2 Pedro 3:16
“En todas sus cartas habla
de esto. Ellas contienen
algunos puntos difíciles de
entender, que los indoctos e
inconstantes tuercen, como
también las otras Escrituras,
para perdición de sí
mismos”
10. Hebreos 4:12
“Porque la Palabra de Dios es
viva y eficaz, más cortante que
cualquier espada de dos filos.
Penetra hasta partir el alma y el
espíritu, las coyunturas y los
tuétanos, y discierne los
pensamientos y las intenciones
del corazón”
11. 1 Pedro 1:23
“Pues habéis nacido de
nuevo, no de semilla
corruptible, sino
incorruptible, por medio
de la Palabra de Dios, que
vive y permanece para
siempre”
12. “Al comer su Palabra, aumenta nuestra fuerza
espiritual, crecemos en la gracia y el
conocimiento de la verdad. Se forman y
fortalecen hábitos de dominio propio. Las
flaquezas de la infancia —inquietud, caprichos,
egoísmo, palabras apresuradas, actos
apasionados— desaparecen, y en su lugar se
desarrollan las gracias de la virilidad y la
femineidad cristianas.” Consejos para los
Maestros, Padres y Alumnos, págs. 198, 199.