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Fruto de varios alios de expcrienein r:olccthm ncd­
litante, y en este sentido no solo obX"[~, de
10 firman, este libra, partiendo de tas emlGYs,,];)?',21,(1
de Marx sobre el caracter historico, y de nlnp"Yjll
modo absoluto, de las leyl8s economjcaG, IIKI!fl.C3Stirl3"
con la mayor senciHez, pero al J:tH1x'gen do §i)(D.J)~tri­
caciones vulgarizadoras, que es e1 sJ.sten18, e&,pH;a­
lista, como funciona, cua1es son lo,ls COn1;;it;1,idiJ«J(;]O­
nes que se desarroHan en au interior.
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nen can clarida,d temas como 131 valoI' de usc y de
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la explotacion de los trabajadoX'6s, IDA'" causa8 del
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del desempleo, las crisis de sobrepTL'oducci6n Y e1
trabajo improductivo, e1 pOl' quA del stU'gizxJ.ieuto
del imperialismo Y de las intervenciones
)J:sta­
do. Los autores han querido que el1ibro sea corn··
prensible incluso para lectores que SEl inicisxB. en 19.
materia.

a

l#t~
J,l'lca
mico de su poder de clase, se enfrentan a un problema: la
necesidad que tienen los capitalistas de transformar una
parte de esta plusvalfa en nuevo capital. Por ello es que se
dice que d modo de producci6n capitalista se caracteriza
por la existencia de una tendencia a acumular capital.

3. LA TENDENCIA A LA ACUMULACION

INTRODUCCION
I. En el sistema capitalista, la actividad de producci6n es
a la vez produccion de mercanclas y reproduccion de
relaciones sociales. Las relaciones sociales de que se tra ta,
evidentemente, son aquellas que pcrmiten la apropiacion
de la plusval ia por una clasc.
Para que la plusvalla subsista, cs necesario que esta

relacion social se perpetue.

Para perpetuarse, debe reproducirsc.

Como, pOT otra parte, esta reproduccion esta ligada a
la produccion generalizacfa de mercancias, de ello se sigue
que la mayor parte de la piusvalia de be rein troducirse en
el ciclo de la reproduccion de mercancias: dicho de otro
modo, debe ser acumulada. De esta manera, la plusvalia se
transforma en CAPITAL, es deeir, en una relaci6n social
entre capitalis1as y trabajadores. Asf, se reproducen las
condidones necesarias para la reproduccion y para la
apropiacion de la plusva1{a y de ahf mismo, el fundamen­
to econ6mico del poder de clese de la burguesiac Recor­
demos que esta reproduccion es CONTRADICTORIA, por­
que, al mismo tiempo que esta plu~valfa, se reproduce la
negaci6n misma de la burgues{a, que es la cIasc obrera. Esto
es 10 que explica que esta (la clase obrera) pueda oponerse a
aqueila (la burgues{a), y pueda, cuando la lucha de clases se
agudiza, volver a impugnar el poder de la burguesia.
2. Para preservar 0 aumentar la masa d'~ la plusvalia, la
burguesia no solo trata de explotar mas aun a los
trabajadores, sino tambier., como ya hemos visto, sc
despedaza entre si.

78

79
--------

La competencia entre los capitalistas pone a cada
capitalista ante la alternativa:
-- crecer, acumulando capital (es decir, reinvirtiendo
una parte de la plusvalia),
-- 0 desaparecer.
Es en este sentido que Marx escribe que la competen­
cia actua como "ley coercitiva externa" es decir, como
una presi6n para cada capitalista individual: estos no
solamente se ven obligados a acumular, sino que se ven
obligactos a hacerlo utilizando procedimientos tecnicos
nuevos, como hemos visto, para disminuir sus costos. Si
no hacen esto, otros 10 haran en su lugar, y constituinin
una seria amenaza para su supervivencia misma. Las tenden­
cias profundas de la producci6n capitalista (tcndencia a la
acumulacion) se reflejan en el movimiento de los capitales
individuales, es decir, se imponen a cada capitalista indi­
vidual como movil de sus operaciones. La tendencia a la
acumulacion se manifiesta al nivel de los capitalistas
individuales mediante la presion de la competencia.
Esta presion es independiente de la forma particular
que revista la competencia. La competencia puede ser mas
a menos fuerte, mas 0 menos monopolista, no pm eso
pierde su canicter: simplemente reviste formas diferentes.
Ya 10 vimos especialmente euando, en el primer capitulo,
subrayamos que, pese a los obstaculos a la movilidad del
capital, esta movilidad no desaparecia. Partir de esta
movilidad es necesario para comprender el funcionamiento
mismo del sistema capitalista y de sus implicaciones para
los trabajadores. Esta movilidad del capital no es mas que
la expresi6n de la competencia que se hacen los capitalis­
tas entre SI.
En este sentido, la competencia es un proceso y no Un
estadc: es decir que se desarrolla en el tiempo, (jue no es
una forma unica e inmutablto La competencia exist<:
siempre, pero puede revestir un caracter mas 0 menos
exacerbado. La tendencia a la acumulacicn es en sl una
caractedstica permanente del sistema capitalista. Permite

80

-_.~._._.

sobrevivir a los capitalistas individuales, permite al capital

reproducirse como re1acion social. Esta tendencia a la

acumlliacion, aun siendo permanente, ha tornado aspectos

diferentes desde el nacimiento del sistema capitalista.

Veremos como se manifiesta ell el capitalismo monopo­ 

lista contemporaneo. Pero, antes, debemos ver por que y

como han aparecido y se han ciesarrollado los monopolios.

SECCION 1. NACIMIENTO Y DESARROLLO
DE LOS MONOPOLIOS
1. Las causas del nacimiento y desarrollo de
los monopolios
Bajo la presion de la competencia, en p,·1 siglo XIX, cada
capitalista individual se ve obligado a disminuir sus costos
de produccion a fin de bajar sus precios, para defender 0
ampliar su mercado: en este caso, sus ganancias se man­
tienen. 1 Pero como ya ~mos en el primer capitulo, para
reducir sus costos, tiene necesidad de mas capital.
Para obtener el mayor capital posible, los capitalistas
tendran ·~ntonces una doble reaccion:
1. trataran de no disrninuir sus precios: lop;raran enton­
ces, si sus costos de produccion disrninuyen, sobreganan­
cias que trataran de conservar y defender. Tratanin de
impectir la lIegada de nuevos competidore3 a la rama,
introduciendo de esc modo practicas de monopolio;
2. explotanin al maximo a la clase obrera naciente.
Recordemos que todo el siglo XIX fue, en Europa, el
periodo mas vergonzoso de explot~cion de los trabaja­
dores. La burgues1a, que hab1a utilizario los grandes
principios de la "libertad" para luchar contra la nobleza,
destruyendo por ejcmplo las corporaciones feudales que
obstaculizaban el libre desarrollo del capitalismo, utiliza
1 Esta claro que, si sus prccios bajan mcnos que sus costos,
aparecen sobreganancias tra05itorias.

81

__._-­
estos mi5mos principios contra laclase obrera, prohibien­
dole el derecho de asociacion y el derecho de huelga.
Le extorsionaba, en nombre de estos grandes princi­
pios, el maximo de plusvalia, por los procedimientos mas
barb:Iros de explotacion.
Dicho esto, esta doble reaccion no ba~tara para poner a
dis posicion de cada capitalista una cantidad de capital
suficiente para aumentar las capacidades de produccion y
perfeccionar la maquinaria.
Esta es ia razon esencial por la que se va a asistir, al
mismo tiempo:
.- a una concerdraci6n del capital, es dccir, a un
aumento de 1a acumulaci6n de capital por los capitalistas,
- y a una centralizaci6n del capital, es decir, a una
reducci6n del numero de capitalistas (fusiones, absorcio­
nes) que se manifiesta concretamentc por la desaparicion
ne cierto numero de fabricas, por la racionalizacion de
clerto numero de otras, etcetera.
Asi pues, la competencia intercapitalista suscita una
concelltracion y una centralizacion del capital, que tiene
por objeto paliar la insuficiencia de caritales a livel de
cada empresa: un numero cada vez mas restringido de

capitalistas posee una masa de capital cada vez mas
importante.
Esta concentraci6n y esta centralizacion del capital se
han! en beneficio de las empresas mejor equipadas, con
una composici6n organica de capital mas elevada, y que

serdn, pues, triunfadoras en fa competencia capitalista.
Cuanto mas se perfe;:ciona la mecanizacion, como
hemos visto, mas aumenta la composici6n organica del
capital necesaria para que la empresa pueda obtener la
ganancia media. EI capital medio necesario para poder
abrir una nueva empresa capaz de obtener esta ganancia
media aumenta en la misma proporci6n.

De esto se sigue que la dimension media de las
empresas aumenta igualmel1te en cada rama industrial. Las
mas aptas para triunfar en la competencia seran las

82

empresas que tienen una composici6n organica del capital
por encima de la media, que disponen de reservas y de
fondos mas amplios para avanzar mas nipidamente por el
camino del progreso tecnico, y que producen cn masa.
Por 10 tanto, la evolucion del modo de produccion

capitalista implica necesariamente una centralizaciOn y
una concentracion det capital. La dimension media de las
empresas aumenta sin cesar. Un numero elevado de peque­
fias empresas resulta derrotado en la competencia por un
numero restringido rie grandes empresas, qile controlan
una fraccion creciente del capital, a los trabajadores y a la
produccion. La condici6n de supervivencia de las peque­
fias empresas es que scan capaces de transformarse en
grandes. Algunos grandes I1UJ nopolios cen tralizan lo esen­

cial de los medios de produccion y de los trabajadores.
Asi pues, la competencia continua el proceso de expro­
piacion que se halk en el origen del sistema capitalista
(expropiacion de los artesanos y de los pequenos campe­
sinos indepenJientes). f'era no son ya ios productores
independientes las unicas y ni siquiera las principales
victimas: ahora 10 son los mismos capitalistas.
Los capitalistas aplastados por la competencia se ven
desposeidos de su capital, para convertirse en asalariados,
tecnicos 0 directores, pera tambi~n en obreros 0 emplea­
dos. Es la proletarizaci6n de una parte de la b'Jrguesia, la
transformacion de propietarios de capital en simples pro­
pietarios de fuerza de trabajo.
Este fen6meno se refleja, por ejemplo, en la baja, en
porcentajes de la poblacion activa, del numero de empre­
sarios; si se toman los casos de los Estados Unidos y de
Alemania, se obtienen los resultados del cuadro de la pag.

84.
Hay que sei'ialar, sin embargo, que el proceso de
centralizacion de capital no ha ido acompai'iado por una
desaparici6n proporcional de las clases medias:
I] porque nuevos tipos de pequei'ias empresas han
nacido (empresas subsidiarias de los grandes monopolios);

83
I

Estados lfnidos
% de empresarios en
la pohlaci6n activa

Aletl1ania

1880

1920

/960

38

26

16

1882

1925

/95fi

(Rf/t)
% de impresarios en

la poblaci6n activa

43

31

25·

2] porque se han desarrollado, en el seno de los
glandes monopoHos, nuevas capas medias: ingenieros, jefes
de ventas y publicidad, etcetera.
Asi vemos como, en definitiva,la competencia interca­

pitrzlista ha engendrado los monopolios.
No habra que creer, sin embargo, que los monopolios
no esten sometidos a la ccmpetencia. Lo que desaparecio
no es la competencia, sino una cierta forma de competen­
cia. La monopolizacion de la economia haee nacer nuevas
formas de competencia. Los monopoHos se atal:an unos a
otras con mas 0 menos vigor, utilizando en su lucha las
armas que les son propias.
2. Las modalidades del nacimiento y del desarrollo de los
monopolios
EI desarrollo de la concentracion y de la centralizacion
del capital se ha manifestado de triple forma:
A. Por el desarrollo de la concentracion y de la
cefltralizaci6n en el sector industrial.
No nos detendremos en los motivos que obli~aron a los
capitalistas industriales a la concentracion y a la centrali·
zaci6n. Observemos que el desarrollo, a fines del siglo
XIX, de nuevas tecnicas (motor de explosi6n, nuevos
procedimientos para la fabricacion del acero), nuevas
fuentes de energia (petroleo, elecrricidad), va a estimular

84

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considerablemente laconcentra:ion y la centralizacion de
los capitales industriales:
-- en antiguas industrias, como la industria sidenirgica,
las nUevas instalaciunes exigen impcrtantes inversiones de
fondos y la mayor parte de las pequefias empresas se ven
eliminadas. En Estados Unidos, por ~jeiTIplo, el nu­
mera de sociedades siderurgicas paso de 735 en 1880, a
16 en 1950;
.. las nuevas industrias (qu imlca, aparatos electricos),
se ven inme diatamcnte dominadas por poderosos mono·
polios;
las nuevas fuentes de energia, par ejemplo la energic
electrica que permite la introduccion y el desarrollo del
trabajo en cadena, favorecen la conccntracion y la centra­
lizacion.
En resumen, una parte cada vez mas importante de 12.
mana de obra industriDl es empleada par un numero cada
vez mas restringido de grandt's monopoHos: en Estados Uni
dos, par no poneIt' nUls que 'un solo ejemplo, las empresas
h.dustriales que ocupan a mas de 1 000 asalariados y repre·
sentan el 1% del total dc las fabricas, cmplean:
~ 1909: 15 % de asalariados
- 1929: 24% de asalariados
- 1955: 34% de asalariados

La concentracion y la centralizacion en el sector
imlustrial taman formas muy diversas:
-- alianzas' y cdrteles qu~ agrupan a las empresas de una
mismu rama y tienen par funci6n frja r el volumen de
producci6n de la rama, repartirlo entre las diversas firrnas,
y fijar el precio de venta de los productos, para eliminar
la competencia a traves de los precios. En Gran Bretana,
par eiemplo, existe un cartel en 1881, 500 en 1919, Y
2 000 Cn 1956;
- formacion de trusts, como resultado de la fusion de
emprcsas, trusts "horizontales" nacidos de Ia fusion de
empresas de una misma rama (par ejemplo, dos empresas

85
._----_.. _--------,

fabricaci6n que solo recursos financieros irnportantes per­
mitlan utilizar, y aumentar sus margenes d~ maniobra
para conqui$tar las metas alcanzadas por los demas.
Este doble objetivo debia frenar la movilidad del
capital, sin par ella hacerla desaparecer. La libre compe­
tencia se transforrnaba en competencia monopolista. Pero,
precisamente porque la movilidad del capital estaba fre­
nada a la vez por las tentativas de apropiarse las sobrega­
nancias convertidas en sobreganancias monop6licas, e in­
crementadas por las nuevas posibilidades que ofrecia la
posesi6n de medios financieros superiores resultantes de la
apropiacion de sobreganancias monopolicas, no desapare­
cia en absoluto. La competencia monopolist a revistio
desde entonces un doble aspecto: era a la vez fuerte y
debi/.
La competencia monopolista es a la vez fuerte y debil.
Es decir, es a la vez incitadora de progreso tecnico y
freno para el desarrollo de este ultimo.
Pero, si la competencia monopolista es a la vez fuerte
y ctebil, es en ciertos momentos mas fuerte que debil y a
la inversa. El caracter fuerte 0 debil aparece entonces
como dominante y caracteriza a la competencia.
Asi, la competencia era debil en el periodo entre las
dos guerras en Francia, sobre todo de 1930 a J939. Los
capitalistils raramente libraban batallas. Pero a causa de
que raramente libraban batallas, disminuian las po sib ili­
dades de reproducirse, debilitandose ante los asaltos del
proletariado que sufria este tipo de politica. Crisis econo­
micas larvadas, luego abiertas, escandalos financieros y
politicos minaban la autoridad de la burguesia, abrian para
el protetariado, rero no hadan mas que abrir, la puerta
hacia un futuro mas brillante.
No entablar batallas costaba mas a los capitalistas que
entablarlas. La busqueda de la seguridad inmediata impli­
caba grandes peligros a largo plaza. El leon que yacia en
el espiritu del rentista se despertaba, sacaba las unas.
Despues del gran temor (Prente Popular), los sobresaltos

88

de la guerra, la parte mas dinamica de la burguesia
comprendia que era preciso comprometerse en la lucha,
eliminar las protecciones aduanales que ofrecian segu­
ridad, pero eran muy peligrosas, y perrnitir al capital
manifestar su vocacion: ser internacional. La apertura de
las fionteras condujo a una exacerbacion de la competen­
cia monopolista.
El caracter dominante de la corr.petencia cambia. Se
hace mas fuerte que ctebil. Lo que, una vez mas, no
significa que los factores que explican el freno al desarrollo
del progreso tecnico desaparezcan. Son simple mente domi­
nados, durante un tiempo, por los facto;es que incitan al
desarrollo del progreso tecnico.
La competencia exacerbada que se hacen los monopo­
lios contiene tambien su propio contrario. Debido a que
es igualmente un proceso social que pone en juego de un
lado a los capitalistas y del otro a los trabajadores,
encuentra !imites. Estos limites son tanto mas definidos
cuanto que la compet,ncia exacerbada implica la explo­
tacion incrementada de los trabajadores, tanto a nivel de
!a intensidad del ritmo de trabajo, cada vez mas infernal,
de las condiciones de trabajo, cada vez mas enajenantes, del
desempleo, como de la crecicnte divergencia entre la evolu­
cion de los salarios y la de las ganancias. La comba­
tividad dp, la clase obrera, tanto en Francia como en
Italia, como actualmente en Inglaterra, en Alemania y,
cada vez mas, en Estados Unidos, aumenta las dificultades
de la burguesia para realizar sus objetivos. Huelgas,
represion, esdndalos, lucius intestinas cada vez mas ma­
nifiestas entre las filas de la burguesia, son la manifes­
tacion concreta de estos limites. Ya aparecen en el senD
mismo de la burgues{a tendencias a frenar estc proceso,
protegerse de nuevo tras nuevas barreras aduanales, en
resumen, hacer de modo que la competencia monopolista
sea mas limitada, mas debil, es decir, de hecho "limi tar el
riesgo" para sujetar mejor a su c1ase obrera.
Vamos aver ahora con mayor detalle CU<lles son los

89
·.. ~r"7-

rasgos especificos que caracterizan a la competencia dcbil
y a la competencia fuerte. Para hacer mas clara la
exposici6n trataremos estos dos puntos sucesivamente.
Estos dos rasgos: fuerte-debil, es decir competencia mono­
polista que irtcita al desarrollo de las fuerzas productivas y
competencia monopolista que frena su desarrollo, coexis­
ten sin embargo. Una -0 la otra- son dominantes s610
durante un tiempo. Veremos por Ultimo 10 que significa la
contradicci6n entre desarrollo de las fuerzas productivas y
mantenimiento de las relaciones de produccion capi­
talistas.
1. La competencia mOllopolista, freno al desarrollo de las
fuerzas productivas
Los capitalistas eligen la seguridad. Establecen entre elias
acuerdos de no agresion. Mediante la utilizaci6n del
Estado, se aseguran de que las fronteras esten bien
. resguardadas y sus tasas de ganancia bien protegidas
contra la competencia exterior. Las sobreganancias mono­
p6lic£ls pierden una de sus funciones. Ya no sirven (0
sirven mucho menos) para constituir reservas con las
CU8]CS au mentar el campo de actividades. De esta manera,
la movilidad del capital resulta frenada en forma durable.
Las posiciones se estabiIizan. La competencia monopolista
se parece a una guerra de trincheras, en 1£1 que cada
capitalista suscribe con los otros acuerdos de coexistencia
pacifica a largo plaza, con objeto de manter:er durable­
mente sus posiciones.
No estando ya seriamcnte amenazadas las 30breganan­
cias monop6licas por la utilizacion que otros capitalistas
harian de las suyas, los capitalistas tratanin de aumentar­
las mediante UP curioso procedimiento. Al no ir ya (0 ir
ml1cho menos) a los eotos privados de los competidores,
su incentivo para empenar eapitales en disminuir los
costos se vera reducido. Se reducira tanto mas euanto
que, a consecuencia de un acuerdo, ya no se sentinin

90

amenazados. Estando protegidos, los capitalistas intentanin
aumentar su tasa de ganancia a menor costa. Frenardn fa
produccion. Limitando 1£1 oferta en el mercado, se propor­
cionan el medio de fijar un precio superior £II precio de
producci6n en forma bastantc durable. Esta posibilidad es
aun mas faeil puesto que exist" un acuerdo de reparto
del mercado tanto a nivel de 1£1 producci6n como de la
venta, a cierto precio, entre los grandes. 2 No tienen
interes en aumentar la oferta, puesto que reduciendola
pueden obtener mayor ganancia por unidad producida, y
una masa semejante de ganancia para una producci6n mas
d6bil.
Ademas, pudiendo fijar d precio segun un acuerdo, se
apropian, mediante compra, una parte de 1£1 plusvalia
producida par atros trabajadores en otras empresas. Me­
diante el alza de los precios, en el momenta de fa venta,
vuelyen a quitar a los trabajadore3 una parte de 10 que
tuYieron que cederles para comprar su fuerza de trabajo.
EI primer punta Yllo conocemos. EI precio de mono­
polio se fija can respecto "I precio de producci6n, el cual
a su vez significa transferencia de plusvalia social desde
los sectores menos mecanizados h acia los sectores mas
mecanizados. Ademas, este precio de monopolio se esta­
blece en detrimento de quienes no forman parte del
acuerdo, y que son insuficientemente fuertes para resistir.
La plusYalia social transferida aumenta. En efecto, los
monopolios pueden imponer a los suministradores preci03
de compra inferiores a sus precios de produccion y
apropiarse la difcrencia.
2 Demos algunos ejemplos de este tipo de pnictica:
en mayo de 1933, el cartel del estafio 1imita la !Jroducci6n a un
tercio de Ia capacidad de produccion mundia1;
en 1935, el cartel del cohre disminuye su ofcrta en 350/0.
Resulta de ahf un aumentu de los precios de 150%:
ell 19~R, el drter mundial del nitrato se compromete a pagar
75 millones de francos belgas a los propietarioc de una fabrica no
tc~millada en BClgica. si cstos liquidan la empresa.

91
-r


...

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El segundo procedimiento consiste en aumentar la
plusvaHa extraida durante la fabricaci6n de las mercancias
por una "recuperaci6n" en el momento de la venta de
estas mercancias, Imponiendo un precio de venta que
incluye una sobreganancia monop6lica durable, porque es
resultado de un acuerdo, reduce el poder de compra de
los trabajadores. Este mecanismo equivale a pagar a los
trabajadores a un precio inferior al valor ce la fuerza de
trabajo, mediante el juego de los precios impuestos. Este
meeanismo actuani igualmente cuaudo la competencia sea
exacerbada, perd se realizara menos facilmente para cada
monopolio, en la medida en que su sobregananeia sera
menos e~table.
EI eapitalismo aparece entonees bajo su aspecto mas
parasitario. Los monopolios suprimen 0 retrasan fa aplica­
cion de inventos tecnicos, y ello tanto mas cuanto que la
enorme masa de capitales fijos (maquinas) podria volverse
ineficaz antes incluso de haber sido amortizados, si los
inver,tos tecnicos llegaran a materializarse. Se comprende
entonces, por que, en el caso de Francia, las empresas se
volvieron cada vez mas arcaicas en el periodo entre las dos
guerras. Esto va mas lejos aim: de 1930 a 1939, hay
incluso una desinversi6n neta (! ): hay menos maquinas
en 1939 que en 1930 y ademas son mas viejas. Los
capit~listas, en vez de acumular, especulan. En efecto, los
costos unitarios se elevan, puesto que las maquinas no
renovadas son cada vez men os eficaces. Este fen6meno
grava proporcionalmente las tasas de ganancia. Siendo las
perspectivas de ganancia cada vez Il'.enos atrayentes, los
capitalistas prefieren la ganancia inmediata, inc1uso alea­
toria, a la ganancia industrial: especulan. La tasa de
acumula:ci6n de capital disminuye, pero dismin uyen tam­
bien para el capital las posibilidades de reproducirse en
tanto que relaci6n social.
Como ya vimos, esta situaci6n no puede durar. La
blbqueda de la seguridad inmediata agrava las contradic­
dones entre el capital y el trabajo. Los eapitalistas estan

92

obligados a crecer 0 a desaparecer. No pueden optar por
un regimen de crucero. Vemos aqui una manifestacion
rotunda de las previsiones de Marx.
Esta situaci6n implica una amenaza para las condicio­
nes de supervivencia del capital. Hist6ricamente ha sido
resuelta, despues del fracas!) del Frente Popular, mediante
la aeumulaci6n masiva en los sectores de armamentos, par
una intervenci6n creciente del Estado, y por ultimo
mediante la comprensi6n por parte de los sectores mas
dinamicos de la burguesia de que era preciso superar el
marco de los acuerdos estables, conquistar mercados,
volver a lanzar la competencia.
2. La competencia monopolista, estimulante del
desarrollo de las fuerzas productivas
A. La movilidad del capital entre las ram<.'.s, y entre las
empresas en el seno de una misma rama, aumenta. Las
sobreganancias mono1J6licas sori utilizadas de manera pre­
ventlva contra el asalto de futuros competidores, de
manera ofensiva contra las posiciones de los otros capita­
li~tas. La acumulaci6n de capital se haec a escala progresi­
va. La ineitaci6n a reducir los costos se incrementa. La
productividad del trabajo aumenta.
Fruto de la competencia exacerbada, el progreso tecni­
co se convierte igualmente en un anna. En efecto, los
monopolios se yen obligados a disminuir sus costos para
seguir siendo eompetitivos, para resistir a los apetitos de
algunos. Pero disminuir sus costos significa utilizar tecni­
cas nuevas que, como ya vimos, no pueden materializarse
sino a traves de la puesta en practica de capacidades de
producci6n cada vez mas imponentes. La puesta en practi­
ca de estas importai1 tes capacidades de producci6n impli­
ea una elevaci6n de la tasa de acumulaci6n. La elevaci6n
de la tasa de acumulaci6n necesaria para reducir los costos
y reforzar asi los obstaculos puestos a los futuros compe­
tidores, requiere en general mas pJu~va1ia de la que

93
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producen los trabajadores del monopolio amenazado. Ni
siquiera sera suficiente la eventual transferencia de plusva­
Ha a su favor. De ahi que la necesidad de aumentar la
tasa de acumulaci6n se traduzca en general en un aumen­
to de la tasa de explotaci6n -mas 0 menos elevada segun
sean los recllrsos financieros que posea la empresa-, en
una aceleraci6n de los ritmos de trabajo, en una centrali­
zad6n creciente del capital (fusi6n-absorci6n). Es a este
precio, y s610 a este precio, como las empresas pueden
"restructurarse", es decir, modificar sus biene~ de capital,
sus proceLlimientos de fabricacion, y trabajar en mejores
condiciones. As!, en Francia, constatamos que' el 50% de
las fusiones-absorciones 3 afectan ados sectores de van­
guardia (qufmica, materiales electricos) y al sector banca­
rio.
EI cuadro de la pag. 95 es revelador del aumento del
numero de' fusiones-absorciones desde 1965. Pero es insufi­
ciente, ya que no muestra la parte de las pequefias, media­
nas y grandes empresas en ese proceso de fusi6n-absorci6n.
EI cuadro de la pag. 96 remedia esta insuficiencia.
las ernpresas medianas (10-59) experimentan una fre­
cuencia de absorci6n elevada. 4 La cifra media de opera·
cioncs por empresa es tanto mayor cuanto es grande el
capital social de las empresas absorbentes. Estos vein te
illtimos anos, las 500 empresas mas grandes han realizado
1 193 operaciones de concentraci6n, 0 sea 3.7 absorcicnes
por sociedad absorbente. Las 100 primeras sociedades han
realizado 501 operaciones de absorcion, 0 sea 40.2% de

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lenguaje corrientc. Marx las llama centralizacion.
4 Observemos que a primera vista las cifras podr{an ser
en!!aiiusas. Veintidos operaciones d~ concentracion en 1969 para
las emprl'sa~ rnils grandcs (160 y mas) significan mas de 94
operaciones de concentr~ci{;n para la categorfa 10-59, en la
medida en que hay muchas menos cmprcsas grandes que ernpresas
medianas u peq uciias.

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las absorcion(ls efectuadas {'or las 500 mayores sociedades
y 6.6 absorciones por sociedad.
Es solo a partir de 1966 que la dimension media de las
empresas absorbidas crece de manera sensible. AS1, segun
la revista patronal Direction (febrcro de 1970), la remune­
racion media de los activos de las sociedades absorbidas
era de 1950 a 1969 de 4.58 millones de francos. En este
periodo. el ano 1966 representa un corte. La remunera­
ci6n pasa de 2.9 a 10.34 en 1966, luego a 13.21 en 1967,
luego a 12.85 en 1968 y par Ultimo a 17.87 millones de
francos en 1969. Estas cifras subrayan la amplitud del
movimiento de concentracion en el proceso de crecimien­
to de las grandes empresas, su aeeleradon desde 1966 y
sobre todo desde 1969.
Si bien es fruto de ia competencia exacerbada, el
progreso tecnico constituye igualmente un arma para los
capitalistas que 10 utilizan. Permite a estos erigir obstacu­
los a la penetraCilln de los competidores. En efecto, vimos
en el primer capltul~ que si un competidor quiere invertir
en la misma mercancia que produce el monopolista, esta
obligado no solo a inveltir utilizando tecnicas de produc­
cion semejante3 0 mejoradas -10 que necesita mucho
capital -, sino tambien a afectar una parte de su capital en
gastos de marketing, de publicidad.. Si el competidor
quiere aumentar su parte de mercado en detrimento del
otro capitalista con quien coexistfa, debe igualmente
mejorar sus tecnicas de producci6n, aun cuando eso Ie
cucste menos que en cl caso precedente, en la medida en
que se encuentra ya en el mercado.
Se comprende que pueda preferir rodear el obstaculo
lanzandose a la produccion de mcrcandas relativamente
parecidus, pero presentadas e impuestas a los consumido­
res C0l110 difercntes y can mayor valor de uso con objeto
de sustituir can sus mercandas las de los otros. Esto es 10
que se llama la busqueda de un monopolio de marca. Que
esta marca sea ~uperf1ua importa poco a los capitalistas.
La principal es que rinda, que la compren.

97
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Es con esta idea que los capitalist as sabot0an las
mercandas. Los ejemplos son muy numerosos: los gastos
realizados para producir himparas, rasuradoras electricas,
etcetera, que duren menos, motores que se gasten mas
rapidamente, productos farmaceuticos que no sirvan para
nada, 0 inc1uso sirvan para "m~tar",5 etcetera, demues­
tran que 10 esencial para el capitalista es producir 10 mas
posible, renovar con suficiente rapidez un mercado que
corre e1 riesgo de saturarsll si los productos tuvieran la
calictad y la durabilidad que podrfan tener. Invertir capita­
les con el fin de sabotear "cientificamente" las mercan­
cias muestra hasta que punto uno de los rasgos dominan­
tes del capitalismo contemporaneo es el desperdicio.
Las campafias publicitarias permiten -en cierta medi­
da
evitar la guerra de precios. EI adversario no es
atacado de frente, sino de costado. Realmente, la guerra
de precios es demasiado peligrosa. Los capitalistas pre fie­
ren no luchar con las manos desnudas cuando pueden
utiIizar guantes. La reducci6n de precios para apoderarse
de un mercado es demasiado arriesgada, ya que el adversa­
rio puede doblar la apuesta. EI consumidor-trabajador
saldr{a ganando y los capitalistas yerian naufragar sus
sobreganancias. Y esto es precisamente 10 que no desean.
EI monopolio hace marketing, programa las ventas y los
precios, envuelve de un modo diferente los productos,
inunda a los telespectadores con una publicidad escandalo­
sa, pero a menudo fina. EI adversario hace 10 mismo.
Como las campafias publicitarias cuestan caras, de tiempo
en tiempo son frenadas a causa de un acuerdo, en
detrimento de quien no ha tenido apoyos financieros
suficientemente solidos para resistir, a expensas de los
consumidores-trabajadores.
En el siglo XIX la compdencia se hada esencialmente

por los precios. Hoy se hace esencialmen te por la marca,
tratando cad a uno de imp Oller sus mercanclas, de imponer
sus supuestas cUalidades. Sin embargo, ser{a falso creer
que la eompetencia ya no sc haee por los precios. Sigue
haciendose par los precios, pero can formas mas sutiles.
Ya no se tr~ta de reducir Ius precios de forma absoluta.
Se trata de aumentar el precio de ciertas mercancias
menm, nipidamente que el nivel general de precios. 6 Los
preeios de estas I11crcandas I:J ajan, no ya de manera
absoluta, sino de manera relativa. EI precio de los televiso­
res, por ejemplo, ha aum::ntado menos que el nivel
general de precios. Aquel que ya no puede continuar
porque no puede reducir suficientemente sus costos es
eliminado.
As{ vemos que a pesar cie 1a existencia de monopolios,
a pesar del incremento de su dimension, Uz movilidad del
capital actua. Los monopolios son incapaces de hacer
aumentar los precios de todas las mercandas tan rapid a­
mente como el nivel ~neral de 'precios. No porque no 10
deseen. Pew si hicieran aumentar el precio de todas las
mercandas de la misma manera, aparecer{an sobreganan­
cias monopolicas muy importantes ahi donde los costos se
hubieran reducido mas, e inevitablemente, incitarian a
otros monopolios a invertir en esos sectores. Los monopo­
lios sufren asi la ley del valor, aun cuando lleguen a
librarse temporal y aparentemente. La baja relativa de los
precios, es decil, la no-alza 0 el alza menos nipida con
respecto al nivel general de precios, resulta de 18 ley del
valor (evolucion de los costos), aun cuando sea utilizada
por cste 0 aquel monopolista para eIiminar mas 0 menos a
quien resulte incapaz de seguir siendo competitivo, preci­
samente porque sus costos no se 10 permiten. Esta ley del

5 Cf. El talco Morhange, par ejemplo. rEs;e talco salio al
mereauo conteniendo una sustancia nociva. Su usa provoco mu­
chas muertcs infan tiles. I

6 £1 nivel general de precios corresponde a la media de los
precius de las mercandas. En general, se ca!cula a partir de los
precios de algunas Jl1crcandas (los lndicp,s).

98

valor actLla aun mas actualmente con la apertura de las

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fronteras y la penetracion .de otros monopolios, transna­
cionales, en mercados antes protegidos. Las sobreganancias
son amenazadas, reducidas, precisamente cuando deberian
aumentar para fmanciar nuevos bienes de capital suscepti­
bies de reducir los costos y los precios relativamente al
nivel general de precios. Solamente aquellos que pueden,
bien sea explotar mejor a sus trabajadores, 0 bien coope­
rar can otros (fusiones-absorciones),pueden resistir.
En resumen, el precio sigue al precio de producci6n.
La rapidez con que 10 siga depende del cankter mas 0
menos estable de la posici6n que tiene el monopolio
frente a sus competidores actuales y potenciales. EI
monopolio sufre, pues, la acci6n de la ley del valor.
La competencia monopolista exacerbada tiene igual­
mente otra conseeuencia. Vicndose obligados a introducir
mejoras tecnologicas en sus procedimientos de fabricaci6n,
los monopolios deben aumentar sus capacidades de pro­
ducci6n, aun cuando la demanda se estanque 0 aumente
poco. Esta consecuencia choca con la politica de reduc­
cion de la oferta, caracteristica, ya 10 hemos visto, de la
compr-tencia debil. EI ejemplo de la industria del acera en
Estados Unidos, amenazada por el acero japoms y euro­
peo, y obligada a invertir pese al estancamiento de la
demanda, es significativo.
De ella resultan importantes capacidades de producci6n
ociosas. 7 Estas capacidades de producci6n ociosas repre­
sentan un costo por su presencia. Gravan pues la tasa de
ganancia, ya que esta corresponde a la plusvalia sobre el
capital total adelantado, sea 0 no consumido. Esta baja de
Ia tasa de ganancia es, sin embargo, menos importante que

7 La existencia de capacidades de produccion ociosas tiene
tambicn otros origenes, debido especialmente a la incapacidad del
monopolio para preyer exactamente su demanda, para controlarla.
Esta depende en reaUdad de Ia distribucion del ingreso a niyel
global. Dc hecho, sus clientes son asalariados -0 empresas~ de los
que no controla el monto del ingreso y su eYolucion.

100

la que se reaJizaria probablemente si el capitalista no
hubiera tenido esta actitud preventiva. Asi, la competen­
cia cuesta cara. Al despilfarro de fahos productos, de
necesidades impuestas por los capitalistas, se afiade el
desperdicio de capital social. Desgarrado por las contradic­
ciones que suscita, el capital, para sobrevivir. se mu tila.
B. Los monopolios tra tan de reducir esta agravacion de
los costos por la producci6n de 10 que elIas lIaman
"subproductos", es decir, tratan de diversificar su produc­
cion. En efecto, a la razon invocada para explicar el
aumento de las capacidades de producci6n ociosas se
afiade otra raz6n, resultante de que, en un proceso de
fabricacion, todos los instrumentos de producci6n (desde
el principio de la producci6n hasta el fin) no tienen la
misma dimension de calidad. Una maquina puede tener
una capacidad de producci6n de I 000 productos semiela­
borados, y otra, que la sigue inmediatamente, solo de
800. La primera maCjuina, pues, no puede funcionar mas
que a 800 para evit{r los estningulamientos suscitados par
la scgunda. EI monopolio trata de utilizar esta capacidad
ociosa para producir otras mercancias. Entonces diversifi­
ca su produccion. La General Motors no produce solamen­
te automoviles sino tambien refrigeradores. Pero esta pro­
ducci6n suplementaria destinada a limitar la agravacion de
los costos suscita una elevacion de los costos, en general me­
nor que la que se habria presentado de no haber fabricadc
estos refrigeradores. En efecto, los mismos mecanisrnos por
los cuales el incentivo para disminuir los costos se realiza, van
a !wcer aparecer una tendencia al alza de los costos. La com­
petencia monopolista exacerbada origina entonces un desper­
dicio tal que se vuelve contra ella misma.
Esta alza de los costos es debida, a titulo esencial, a
tres causas:
". la competencia monopolista, que implica la diferen­
ciaci6n de los productos, suscita par eso mismo costos
elevados de embalaje, de estudios de mercados y sobre
todo de pubJicidad;

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-- la existencia de una tasa de acumulacion elevada
provoca cargas jinancieras aumentadas, especialmente im­
portantes costos de amortizaci6n;
- el mantenimiento de capacid~des de produccion
ociosas importantes.
Los capitalistas trataran de reaccionar. La fusion, la
absorcion, les son dictadas por la necesidad de encontrar
medios financieros suficientes para reducir sus costos. Esta
busqueda de una baja de los costos tiende a producir su
contrario. Por 10 tanto, s6lo quedan dos medios a disposi­
cion del capitalista. El primero, ya 10 conocemos, consiste
en aumentar la tasa de explotacion, es decir, disminuir el
costo salarial. Ya vimos 10 que eso implicaba. El segundo
consiste en disminuir el valor de los nuevos bienes de
capital. Los capitalistas intentanin desvalorizar el capital
constante y esto, a menudo, con ayuda del Estado, como
veremos. Desvalorizar el capital constante significa reducir
el valor de los bienes producidos por el sector de bienes de
producci6n, aumentar el intercambio desigual entre paises
capitalistas desarrollados y paises capitalistas subdesarrolla­
dos, deteriorando aun mas los terminos del intercambio de
materias primas respecto de los productos manufactura­
dos. 8
En 10 que respecta a los bienes de '.;apital, el procedi­
miento es sencillo pero costoso. Se trata de aumentar
suficientemente 1a productividad del trabajo en los secto­
res productores de bienes de capital. EI objetivo es que el
valor total de esas mercancias aumenta muy poco, a pesar
dill aumento fisico de la produccion de esos bienes de
capital (volumen incrementado).
Esto necesita grandes inversiones en esos sectores, por
las razones que ya hemos analizauo. Entonces es sOlicitada
la ayuda del Estado. EI ejemplo del acera es significativo.
EI Estado suscita una restructuracion (fusion-absorcion)
de varias empresas, otorga un prestamo que supera toda
8 Vea;e capitulo 8 sobre el imperialismo.

102

competencia (3%), permite Jesgravamenes fiscales para
que sean introducidos nuevos procedimientos de fabrica­
cion.
Los bienes de capital producidos cambian y son mas
eficaces. Gracias a la in troduccion de nuevas tecnicas de
fabricaci6n, su valor ha descendido. 9 De donde se des­
prende una doble ventaja paw. los sectores utilizadores:
cuestan menos relativamente, y son mas eficaces. Por Iv
tanto, permiten por dos razones un fuerte aumento de la
prodllctividad del trabajo. La consecuencia es simple: la
productividad del trabajo ilumenta sin que por ello la tasa
de acumulaci6n (en valor) tenga necesidad de aumentar a
la misma velocidad. Se dice entonces que la tendencia a la
~cumulaci6n se manifiesta mas por un cambio en la fonna
de la inversion que por eI volumen de la in version.
Ciertamente la tasa de acumulacion es elevada, pero su
crecimienlo es debit, tumanda en cuenta el aumcnto de la
productivldad que permite.
A partir de ahv, y como veremos en el capItulo
siglliente, el aumento del empleo en el sector industrial t!s
debit, inc/usa tZulo. Hay un de~arrollo de la inseguridad
del empleo para los trab1jadores, un probable aumento
del desempieo, tanto mas cuanto que la movilidad incre­
mentada dp-l trabajo ---impuesta por las fusioncs-absorcio­
nes multiples . 10 reforzara.
Como, paralelamente, Ja eSCasez relativa de capital-dine­
ro para los trusts Ileva a ejercer una presi6n constante
sobre los salarios para que la parte mas debil posible del
aumento de la productividad del trabajo se traduzca en
alza de salarios, las contradiccioncs entre el capital y el
trabajo se agudizan, suscitando e1 desarrollo de 1a lucha de
dases.
9 Podrlamos utilizar cI tcrmino de "deevalorizacion". Este
termino da lugar actual mente a demasiad~is confusiones, sobre
todu dcspues de la aparicion del Traite dd PeF, Y purque en
Marx eSle termino revisle diversus sen lidos.

103
fAN. " ,

Estos dos factores (empleo, salafio), si bien reducen los
costos del capitalista, los elevan en la medida en que un
sector creciente de capitalistas adopta la misma actitud.
La generalizaci6n de este fen6meno, debido al caracter
exacerbado de la competencia, limita los mercados en el
mismo momento en que estos deberian aumentar para
responder al numeY/to de las capacidades de producci6n
necesarias para la busqueda de costos mas baius.
La limitaci6n de los mercados, 0 su aumenta insufi­
ciente, significa un problema lateral a la realizacion del
valor. EI valor no es realizado en una parte importante.
Las capacidades de produccion ociosas aumentan, ejercien­
do su accion sabre la tasa de ganancia. La persisten te
amenaza sabre la tasa de ganancia neva a reimpulsar la
cOIIlpetenci~. Es la fuga hacia adelante. Algunos la temen
para su supervivencia y preconizan frenar ya la competen­
cia mediante ~n desarrollo del proteccionismo, en vista de
que la crisis del sistema monetario internacional se hace
mas amenazadora. Las recesio!les se multiplican, la infla­
cion galopa y el desempleo persiste, aumenta. EI sector
mas dinamico de la burguesia se divide en cuanto a la
actitud a adoptar frente a una c1ase obrera cada vez mas
inquieta.
Dicho esto, como bien nos 10 senalo Lenin, y como
veremos, el problema de la realizacion del valor no se
reduce " un problema de subconsumo. En el marco de
ciertos Ifmites, la insuficiencia de la demanda de bienes de
consumo puede ser compensada por una fuerte expansion
de la demanda de bienes de capit&!o
Pew, precisamente, en elcapita!ismo monopolista, esta
campensaci6n es cada vez mas dificil, siendo as! que,
como ya vimos, el aumento de la productividad del
trabajo se obtiene mas bien por un cambio en la forma
(dismtnucioll del valor del capital constante) que por un
aumellto del volumen de la inversion.
Esta contradicci6n entre creacion y realizacion del
valor la reproduce constantemente el modo de producci6n
104

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capitalista. Trata de superarla mediante el desarrollo. en e/
interior, de los sectores improductivos, muy especialmente
el de armamentos, y por la extension en el exterior del
campo de la producci6n.
Esta extension se inser~a en la tendencia f!,eneral a La
internacionalizaci6n del capita!, la cual, por otra parte,
entra por s( misma en contradicciun con la existencia de
Estados nacionales, de los que las burguesias tienen
necesidad para luchar cOiU:'a las clases obreras. U1S tenta­
tivas de constitucion de Mercados Comunes, con todas las
dificultades que enfrentan, son la expresion de esta con­
tradicci6n.
Par otra parte, y sobre todo, el movimiento de la
acumulacion agrava la contradiccion capitalistas-trabajado­
res. La tendencia al estancamiento del empleo industrial y
la presion permanente sobre los salarios, significan la
agravaci6n relativa de las condiciones de vida y trabajo de
los trabajadores. EI desarrollo de los sectores improducti­
vas que estudiaremot a continuaeion ha sido uno de los
elementos que ha permitido frenar esta tendencia a la
agravaci6n, al mismo tiempo que ha sido uno de los
fundamentos objetivos para 1a difusi6n de 18 ideologia
burguesa segun la eual la c1ase obrera, en los paises
capitalistas desarrollados, ya no seria capaz de cumplir su
mision revolucionaria. La amplitud de las luchas obreras
en esos paises, .estos ultimos ailos, ha sido la respuesta de
clase a esta ideologia.
Asi, en definitiva, hemos explicado como la tendencia
a acumular estaba ligada, al mismo tiempo, a la lucha
entre capitalistas y trabajadores y a la competencia entre
capitalistas.
Estos dos aspectos encuentran SU expresion unitaria y
su fundamento en la lucha par la plusvalia, base del modo
de plOducci6n capitalista, es decir, en la Incha. encamizada
por el mantenimiento de la tasa de gar.ancia.
En resumen, la competencia monopolista es a la vez
fuerte y debil. Es a la vez incitadora del progreso teenico

105
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y freno a su desarrollo. El canicter dominante que revistc
(fuerte 0 debil) no es mas que transitorio. Puede cambiaL

Las causas del cambio se encuentran en las contradiccio­
nes que /leva consigo la tendencia a la acumulacion,
contradicciones que se expresan entre los capitalistas y
sobre todo entre capitalistas y trabajadores.
A esta raz6n se debe una contradiccion profunda entre,
par una parte, el desarrollo de las fuerzas productivas y.
poria ofra, el mantenimiento de las relaciones de produc­
cion capitalistas. EI desa"ollo de los jUerzas productivas
sobre bases capitalistas de produccion entra en contradie­
cion con el propio mantenimiento de las rclaciones de
produccion capitalistas. EI mantenimien to de las relacio­
nes de produccion capitalistas concjuce a frenal' la expan­
sion de las fuerzas productivas, aun cuando su desarrollo
es inherente a su existencia. Esta es la razon por la eu al el

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modo de producci6n capitalista es un modo de produc­
ci6n transitorio. Tanto como 10 era el feudalismo. La
socializaci6n de la producci6n (cada vez mas trabajadores
en unidades de producci6n cada vel. mas grandes) necesita
la superaci6n del canicter privado de los medios de
producci6n.
Ademas, cs necesario recordar aqu! 10 que ya dijimo~
sobre el doble aspecto del desarrollo de las fuerzas
productivas en el modo de produccion capitalista; [uen tc
potencial de emancipaci6n de la humanid'l.d y de agrava­
cion de la explotaci6n de los trabajadores. Desde cierto
punto de vista, el modo de produccion capitalista se
presenta ccomo una necesidad hist6rica para tn:nsformar el
trabajo aislado en trabajo social. Pero, en manos del
capital, esta socializaci6n del trabajo no aumenta las
fuerzas productivas mas que para incrementar la explota­
ciun.

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tanto, el socialismo es un mDdo de produccion
hist6ricamente necesario, puesto que riene su oriKen preci­
samente en los limites que experimenta el desarrollo del
modo de produccion capitalista. Pero su nacimiento no

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puede llevarse a cabo sin violencia. La burguesia no esta
dispuesta a ceder su poder aun cuando demuestre ser cada
vez mas parasitaria. Solamente la [uerza organizada del
proletarindo puede obligarllJ a dimitir.

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  • 1. I t Fruto de varios alios de expcrienein r:olccthm ncd­ litante, y en este sentido no solo obX"[~, de 10 firman, este libra, partiendo de tas emlGYs,,];)?',21,(1 de Marx sobre el caracter historico, y de nlnp"Yjll modo absoluto, de las leyl8s economjcaG, IIKI!fl.C3Stirl3" con la mayor senciHez, pero al J:tH1x'gen do §i)(D.J)~tri­ caciones vulgarizadoras, que es e1 sJ.sten18, e&,pH;a­ lista, como funciona, cua1es son lo,ls COn1;;it;1,idiJ«J(;]O­ nes que se desarroHan en au interior. ~e e::q;w-· nen can clarida,d temas como 131 valoI' de usc y de cambia de las mercanclas, la de Y la explotacion de los trabajadoX'6s, IDA'" causa8 del , nacimiento y el desarrollo de los las del desempleo, las crisis de sobrepTL'oducci6n Y e1 trabajo improductivo, e1 pOl' quA del stU'gizxJ.ieuto del imperialismo Y de las intervenciones )J:sta­ do. Los autores han querido que el1ibro sea corn·· prensible incluso para lectores que SEl inicisxB. en 19. materia. a l#t~ J,l'lca
  • 2. mico de su poder de clase, se enfrentan a un problema: la necesidad que tienen los capitalistas de transformar una parte de esta plusvalfa en nuevo capital. Por ello es que se dice que d modo de producci6n capitalista se caracteriza por la existencia de una tendencia a acumular capital. 3. LA TENDENCIA A LA ACUMULACION INTRODUCCION I. En el sistema capitalista, la actividad de producci6n es a la vez produccion de mercanclas y reproduccion de relaciones sociales. Las relaciones sociales de que se tra ta, evidentemente, son aquellas que pcrmiten la apropiacion de la plusval ia por una clasc. Para que la plusvalla subsista, cs necesario que esta relacion social se perpetue. Para perpetuarse, debe reproducirsc. Como, pOT otra parte, esta reproduccion esta ligada a la produccion generalizacfa de mercancias, de ello se sigue que la mayor parte de la piusvalia de be rein troducirse en el ciclo de la reproduccion de mercancias: dicho de otro modo, debe ser acumulada. De esta manera, la plusvalia se transforma en CAPITAL, es deeir, en una relaci6n social entre capitalis1as y trabajadores. Asf, se reproducen las condidones necesarias para la reproduccion y para la apropiacion de la plusva1{a y de ahf mismo, el fundamen­ to econ6mico del poder de clese de la burguesiac Recor­ demos que esta reproduccion es CONTRADICTORIA, por­ que, al mismo tiempo que esta plu~valfa, se reproduce la negaci6n misma de la burgues{a, que es la cIasc obrera. Esto es 10 que explica que esta (la clase obrera) pueda oponerse a aqueila (la burgues{a), y pueda, cuando la lucha de clases se agudiza, volver a impugnar el poder de la burguesia. 2. Para preservar 0 aumentar la masa d'~ la plusvalia, la burguesia no solo trata de explotar mas aun a los trabajadores, sino tambier., como ya hemos visto, sc despedaza entre si. 78 79
  • 3. -------- La competencia entre los capitalistas pone a cada capitalista ante la alternativa: -- crecer, acumulando capital (es decir, reinvirtiendo una parte de la plusvalia), -- 0 desaparecer. Es en este sentido que Marx escribe que la competen­ cia actua como "ley coercitiva externa" es decir, como una presi6n para cada capitalista individual: estos no solamente se ven obligados a acumular, sino que se ven obligactos a hacerlo utilizando procedimientos tecnicos nuevos, como hemos visto, para disminuir sus costos. Si no hacen esto, otros 10 haran en su lugar, y constituinin una seria amenaza para su supervivencia misma. Las tenden­ cias profundas de la producci6n capitalista (tcndencia a la acumulacion) se reflejan en el movimiento de los capitales individuales, es decir, se imponen a cada capitalista indi­ vidual como movil de sus operaciones. La tendencia a la acumulacion se manifiesta al nivel de los capitalistas individuales mediante la presion de la competencia. Esta presion es independiente de la forma particular que revista la competencia. La competencia puede ser mas a menos fuerte, mas 0 menos monopolista, no pm eso pierde su canicter: simplemente reviste formas diferentes. Ya 10 vimos especialmente euando, en el primer capitulo, subrayamos que, pese a los obstaculos a la movilidad del capital, esta movilidad no desaparecia. Partir de esta movilidad es necesario para comprender el funcionamiento mismo del sistema capitalista y de sus implicaciones para los trabajadores. Esta movilidad del capital no es mas que la expresi6n de la competencia que se hacen los capitalis­ tas entre SI. En este sentido, la competencia es un proceso y no Un estadc: es decir que se desarrolla en el tiempo, (jue no es una forma unica e inmutablto La competencia exist<: siempre, pero puede revestir un caracter mas 0 menos exacerbado. La tendencia a la acumulacicn es en sl una caractedstica permanente del sistema capitalista. Permite 80 -_.~._._. sobrevivir a los capitalistas individuales, permite al capital reproducirse como re1acion social. Esta tendencia a la acumlliacion, aun siendo permanente, ha tornado aspectos diferentes desde el nacimiento del sistema capitalista. Veremos como se manifiesta ell el capitalismo monopo­ lista contemporaneo. Pero, antes, debemos ver por que y como han aparecido y se han ciesarrollado los monopolios. SECCION 1. NACIMIENTO Y DESARROLLO DE LOS MONOPOLIOS 1. Las causas del nacimiento y desarrollo de los monopolios Bajo la presion de la competencia, en p,·1 siglo XIX, cada capitalista individual se ve obligado a disminuir sus costos de produccion a fin de bajar sus precios, para defender 0 ampliar su mercado: en este caso, sus ganancias se man­ tienen. 1 Pero como ya ~mos en el primer capitulo, para reducir sus costos, tiene necesidad de mas capital. Para obtener el mayor capital posible, los capitalistas tendran ·~ntonces una doble reaccion: 1. trataran de no disrninuir sus precios: lop;raran enton­ ces, si sus costos de produccion disrninuyen, sobreganan­ cias que trataran de conservar y defender. Tratanin de impectir la lIegada de nuevos competidore3 a la rama, introduciendo de esc modo practicas de monopolio; 2. explotanin al maximo a la clase obrera naciente. Recordemos que todo el siglo XIX fue, en Europa, el periodo mas vergonzoso de explot~cion de los trabaja­ dores. La burgues1a, que hab1a utilizario los grandes principios de la "libertad" para luchar contra la nobleza, destruyendo por ejcmplo las corporaciones feudales que obstaculizaban el libre desarrollo del capitalismo, utiliza 1 Esta claro que, si sus prccios bajan mcnos que sus costos, aparecen sobreganancias tra05itorias. 81 __._-­
  • 4. estos mi5mos principios contra laclase obrera, prohibien­ dole el derecho de asociacion y el derecho de huelga. Le extorsionaba, en nombre de estos grandes princi­ pios, el maximo de plusvalia, por los procedimientos mas barb:Iros de explotacion. Dicho esto, esta doble reaccion no ba~tara para poner a dis posicion de cada capitalista una cantidad de capital suficiente para aumentar las capacidades de produccion y perfeccionar la maquinaria. Esta es ia razon esencial por la que se va a asistir, al mismo tiempo: .- a una concerdraci6n del capital, es dccir, a un aumento de 1a acumulaci6n de capital por los capitalistas, - y a una centralizaci6n del capital, es decir, a una reducci6n del numero de capitalistas (fusiones, absorcio­ nes) que se manifiesta concretamentc por la desaparicion ne cierto numero de fabricas, por la racionalizacion de clerto numero de otras, etcetera. Asi pues, la competencia intercapitalista suscita una concelltracion y una centralizacion del capital, que tiene por objeto paliar la insuficiencia de caritales a livel de cada empresa: un numero cada vez mas restringido de capitalistas posee una masa de capital cada vez mas importante. Esta concentraci6n y esta centralizacion del capital se han! en beneficio de las empresas mejor equipadas, con una composici6n organica de capital mas elevada, y que serdn, pues, triunfadoras en fa competencia capitalista. Cuanto mas se perfe;:ciona la mecanizacion, como hemos visto, mas aumenta la composici6n organica del capital necesaria para que la empresa pueda obtener la ganancia media. EI capital medio necesario para poder abrir una nueva empresa capaz de obtener esta ganancia media aumenta en la misma proporci6n. De esto se sigue que la dimension media de las empresas aumenta igualmel1te en cada rama industrial. Las mas aptas para triunfar en la competencia seran las 82 empresas que tienen una composici6n organica del capital por encima de la media, que disponen de reservas y de fondos mas amplios para avanzar mas nipidamente por el camino del progreso tecnico, y que producen cn masa. Por 10 tanto, la evolucion del modo de produccion capitalista implica necesariamente una centralizaciOn y una concentracion det capital. La dimension media de las empresas aumenta sin cesar. Un numero elevado de peque­ fias empresas resulta derrotado en la competencia por un numero restringido rie grandes empresas, qile controlan una fraccion creciente del capital, a los trabajadores y a la produccion. La condici6n de supervivencia de las peque­ fias empresas es que scan capaces de transformarse en grandes. Algunos grandes I1UJ nopolios cen tralizan lo esen­ cial de los medios de produccion y de los trabajadores. Asi pues, la competencia continua el proceso de expro­ piacion que se halk en el origen del sistema capitalista (expropiacion de los artesanos y de los pequenos campe­ sinos indepenJientes). f'era no son ya ios productores independientes las unicas y ni siquiera las principales victimas: ahora 10 son los mismos capitalistas. Los capitalistas aplastados por la competencia se ven desposeidos de su capital, para convertirse en asalariados, tecnicos 0 directores, pera tambi~n en obreros 0 emplea­ dos. Es la proletarizaci6n de una parte de la b'Jrguesia, la transformacion de propietarios de capital en simples pro­ pietarios de fuerza de trabajo. Este fen6meno se refleja, por ejemplo, en la baja, en porcentajes de la poblacion activa, del numero de empre­ sarios; si se toman los casos de los Estados Unidos y de Alemania, se obtienen los resultados del cuadro de la pag. 84. Hay que sei'ialar, sin embargo, que el proceso de centralizacion de capital no ha ido acompai'iado por una desaparici6n proporcional de las clases medias: I] porque nuevos tipos de pequei'ias empresas han nacido (empresas subsidiarias de los grandes monopolios); 83
  • 5. I Estados lfnidos % de empresarios en la pohlaci6n activa Aletl1ania 1880 1920 /960 38 26 16 1882 1925 /95fi (Rf/t) % de impresarios en la poblaci6n activa 43 31 25· 2] porque se han desarrollado, en el seno de los glandes monopoHos, nuevas capas medias: ingenieros, jefes de ventas y publicidad, etcetera. Asi vemos como, en definitiva,la competencia interca­ pitrzlista ha engendrado los monopolios. No habra que creer, sin embargo, que los monopolios no esten sometidos a la ccmpetencia. Lo que desaparecio no es la competencia, sino una cierta forma de competen­ cia. La monopolizacion de la economia haee nacer nuevas formas de competencia. Los monopoHos se atal:an unos a otras con mas 0 menos vigor, utilizando en su lucha las armas que les son propias. 2. Las modalidades del nacimiento y del desarrollo de los monopolios EI desarrollo de la concentracion y de la centralizacion del capital se ha manifestado de triple forma: A. Por el desarrollo de la concentracion y de la cefltralizaci6n en el sector industrial. No nos detendremos en los motivos que obli~aron a los capitalistas industriales a la concentracion y a la centrali· zaci6n. Observemos que el desarrollo, a fines del siglo XIX, de nuevas tecnicas (motor de explosi6n, nuevos procedimientos para la fabricacion del acero), nuevas fuentes de energia (petroleo, elecrricidad), va a estimular 84 iJI if t n d 1i ~ I n ~l H lLt~: ~ 1 I ~ Ji! i (i j , h i .~r ~ 1i l H I !l /if ~ to' t 1 }" i ~ tl II H tf ii .f considerablemente laconcentra:ion y la centralizacion de los capitales industriales: -- en antiguas industrias, como la industria sidenirgica, las nUevas instalaciunes exigen impcrtantes inversiones de fondos y la mayor parte de las pequefias empresas se ven eliminadas. En Estados Unidos, por ~jeiTIplo, el nu­ mera de sociedades siderurgicas paso de 735 en 1880, a 16 en 1950; .. las nuevas industrias (qu imlca, aparatos electricos), se ven inme diatamcnte dominadas por poderosos mono· polios; las nuevas fuentes de energia, par ejemplo la energic electrica que permite la introduccion y el desarrollo del trabajo en cadena, favorecen la conccntracion y la centra­ lizacion. En resumen, una parte cada vez mas importante de 12. mana de obra industriDl es empleada par un numero cada vez mas restringido de grandt's monopoHos: en Estados Uni dos, par no poneIt' nUls que 'un solo ejemplo, las empresas h.dustriales que ocupan a mas de 1 000 asalariados y repre· sentan el 1% del total dc las fabricas, cmplean: ~ 1909: 15 % de asalariados - 1929: 24% de asalariados - 1955: 34% de asalariados La concentracion y la centralizacion en el sector imlustrial taman formas muy diversas: -- alianzas' y cdrteles qu~ agrupan a las empresas de una mismu rama y tienen par funci6n frja r el volumen de producci6n de la rama, repartirlo entre las diversas firrnas, y fijar el precio de venta de los productos, para eliminar la competencia a traves de los precios. En Gran Bretana, par eiemplo, existe un cartel en 1881, 500 en 1919, Y 2 000 Cn 1956; - formacion de trusts, como resultado de la fusion de emprcsas, trusts "horizontales" nacidos de Ia fusion de empresas de una misma rama (par ejemplo, dos empresas 85
  • 6. ._----_.. _--------, fabricaci6n que solo recursos financieros irnportantes per­ mitlan utilizar, y aumentar sus margenes d~ maniobra para conqui$tar las metas alcanzadas por los demas. Este doble objetivo debia frenar la movilidad del capital, sin par ella hacerla desaparecer. La libre compe­ tencia se transforrnaba en competencia monopolista. Pero, precisamente porque la movilidad del capital estaba fre­ nada a la vez por las tentativas de apropiarse las sobrega­ nancias convertidas en sobreganancias monop6licas, e in­ crementadas por las nuevas posibilidades que ofrecia la posesi6n de medios financieros superiores resultantes de la apropiacion de sobreganancias monopolicas, no desapare­ cia en absoluto. La competencia monopolist a revistio desde entonces un doble aspecto: era a la vez fuerte y debi/. La competencia monopolista es a la vez fuerte y debil. Es decir, es a la vez incitadora de progreso tecnico y freno para el desarrollo de este ultimo. Pero, si la competencia monopolista es a la vez fuerte y ctebil, es en ciertos momentos mas fuerte que debil y a la inversa. El caracter fuerte 0 debil aparece entonces como dominante y caracteriza a la competencia. Asi, la competencia era debil en el periodo entre las dos guerras en Francia, sobre todo de 1930 a J939. Los capitalistils raramente libraban batallas. Pero a causa de que raramente libraban batallas, disminuian las po sib ili­ dades de reproducirse, debilitandose ante los asaltos del proletariado que sufria este tipo de politica. Crisis econo­ micas larvadas, luego abiertas, escandalos financieros y politicos minaban la autoridad de la burguesia, abrian para el protetariado, rero no hadan mas que abrir, la puerta hacia un futuro mas brillante. No entablar batallas costaba mas a los capitalistas que entablarlas. La busqueda de la seguridad inmediata impli­ caba grandes peligros a largo plaza. El leon que yacia en el espiritu del rentista se despertaba, sacaba las unas. Despues del gran temor (Prente Popular), los sobresaltos 88 de la guerra, la parte mas dinamica de la burguesia comprendia que era preciso comprometerse en la lucha, eliminar las protecciones aduanales que ofrecian segu­ ridad, pero eran muy peligrosas, y perrnitir al capital manifestar su vocacion: ser internacional. La apertura de las fionteras condujo a una exacerbacion de la competen­ cia monopolista. El caracter dominante de la corr.petencia cambia. Se hace mas fuerte que ctebil. Lo que, una vez mas, no significa que los factores que explican el freno al desarrollo del progreso tecnico desaparezcan. Son simple mente domi­ nados, durante un tiempo, por los facto;es que incitan al desarrollo del progreso tecnico. La competencia exacerbada que se hacen los monopo­ lios contiene tambien su propio contrario. Debido a que es igualmente un proceso social que pone en juego de un lado a los capitalistas y del otro a los trabajadores, encuentra !imites. Estos limites son tanto mas definidos cuanto que la compet,ncia exacerbada implica la explo­ tacion incrementada de los trabajadores, tanto a nivel de !a intensidad del ritmo de trabajo, cada vez mas infernal, de las condiciones de trabajo, cada vez mas enajenantes, del desempleo, como de la crecicnte divergencia entre la evolu­ cion de los salarios y la de las ganancias. La comba­ tividad dp, la clase obrera, tanto en Francia como en Italia, como actualmente en Inglaterra, en Alemania y, cada vez mas, en Estados Unidos, aumenta las dificultades de la burguesia para realizar sus objetivos. Huelgas, represion, esdndalos, lucius intestinas cada vez mas ma­ nifiestas entre las filas de la burguesia, son la manifes­ tacion concreta de estos limites. Ya aparecen en el senD mismo de la burgues{a tendencias a frenar estc proceso, protegerse de nuevo tras nuevas barreras aduanales, en resumen, hacer de modo que la competencia monopolista sea mas limitada, mas debil, es decir, de hecho "limi tar el riesgo" para sujetar mejor a su c1ase obrera. Vamos aver ahora con mayor detalle CU<lles son los 89
  • 7. ·.. ~r"7- rasgos especificos que caracterizan a la competencia dcbil y a la competencia fuerte. Para hacer mas clara la exposici6n trataremos estos dos puntos sucesivamente. Estos dos rasgos: fuerte-debil, es decir competencia mono­ polista que irtcita al desarrollo de las fuerzas productivas y competencia monopolista que frena su desarrollo, coexis­ ten sin embargo. Una -0 la otra- son dominantes s610 durante un tiempo. Veremos por Ultimo 10 que significa la contradicci6n entre desarrollo de las fuerzas productivas y mantenimiento de las relaciones de produccion capi­ talistas. 1. La competencia mOllopolista, freno al desarrollo de las fuerzas productivas Los capitalistas eligen la seguridad. Establecen entre elias acuerdos de no agresion. Mediante la utilizaci6n del Estado, se aseguran de que las fronteras esten bien . resguardadas y sus tasas de ganancia bien protegidas contra la competencia exterior. Las sobreganancias mono­ p6lic£ls pierden una de sus funciones. Ya no sirven (0 sirven mucho menos) para constituir reservas con las CU8]CS au mentar el campo de actividades. De esta manera, la movilidad del capital resulta frenada en forma durable. Las posiciones se estabiIizan. La competencia monopolista se parece a una guerra de trincheras, en 1£1 que cada capitalista suscribe con los otros acuerdos de coexistencia pacifica a largo plaza, con objeto de manter:er durable­ mente sus posiciones. No estando ya seriamcnte amenazadas las 30breganan­ cias monop6licas por la utilizacion que otros capitalistas harian de las suyas, los capitalistas tratanin de aumentar­ las mediante UP curioso procedimiento. Al no ir ya (0 ir ml1cho menos) a los eotos privados de los competidores, su incentivo para empenar eapitales en disminuir los costos se vera reducido. Se reducira tanto mas euanto que, a consecuencia de un acuerdo, ya no se sentinin 90 amenazados. Estando protegidos, los capitalistas intentanin aumentar su tasa de ganancia a menor costa. Frenardn fa produccion. Limitando 1£1 oferta en el mercado, se propor­ cionan el medio de fijar un precio superior £II precio de producci6n en forma bastantc durable. Esta posibilidad es aun mas faeil puesto que exist" un acuerdo de reparto del mercado tanto a nivel de 1£1 producci6n como de la venta, a cierto precio, entre los grandes. 2 No tienen interes en aumentar la oferta, puesto que reduciendola pueden obtener mayor ganancia por unidad producida, y una masa semejante de ganancia para una producci6n mas d6bil. Ademas, pudiendo fijar d precio segun un acuerdo, se apropian, mediante compra, una parte de 1£1 plusvalia producida par atros trabajadores en otras empresas. Me­ diante el alza de los precios, en el momenta de fa venta, vuelyen a quitar a los trabajadore3 una parte de 10 que tuYieron que cederles para comprar su fuerza de trabajo. EI primer punta Yllo conocemos. EI precio de mono­ polio se fija can respecto "I precio de producci6n, el cual a su vez significa transferencia de plusvalia social desde los sectores menos mecanizados h acia los sectores mas mecanizados. Ademas, este precio de monopolio se esta­ blece en detrimento de quienes no forman parte del acuerdo, y que son insuficientemente fuertes para resistir. La plusYalia social transferida aumenta. En efecto, los monopolios pueden imponer a los suministradores preci03 de compra inferiores a sus precios de produccion y apropiarse la difcrencia. 2 Demos algunos ejemplos de este tipo de pnictica: en mayo de 1933, el cartel del estafio 1imita la !Jroducci6n a un tercio de Ia capacidad de produccion mundia1; en 1935, el cartel del cohre disminuye su ofcrta en 350/0. Resulta de ahf un aumentu de los precios de 150%: ell 19~R, el drter mundial del nitrato se compromete a pagar 75 millones de francos belgas a los propietarioc de una fabrica no tc~millada en BClgica. si cstos liquidan la empresa. 91
  • 8. -r ... ----'-·-'""'~T!~~-- El segundo procedimiento consiste en aumentar la plusvaHa extraida durante la fabricaci6n de las mercancias por una "recuperaci6n" en el momento de la venta de estas mercancias, Imponiendo un precio de venta que incluye una sobreganancia monop6lica durable, porque es resultado de un acuerdo, reduce el poder de compra de los trabajadores. Este mecanismo equivale a pagar a los trabajadores a un precio inferior al valor ce la fuerza de trabajo, mediante el juego de los precios impuestos. Este meeanismo actuani igualmente cuaudo la competencia sea exacerbada, perd se realizara menos facilmente para cada monopolio, en la medida en que su sobregananeia sera menos e~table. EI eapitalismo aparece entonees bajo su aspecto mas parasitario. Los monopolios suprimen 0 retrasan fa aplica­ cion de inventos tecnicos, y ello tanto mas cuanto que la enorme masa de capitales fijos (maquinas) podria volverse ineficaz antes incluso de haber sido amortizados, si los inver,tos tecnicos llegaran a materializarse. Se comprende entonces, por que, en el caso de Francia, las empresas se volvieron cada vez mas arcaicas en el periodo entre las dos guerras. Esto va mas lejos aim: de 1930 a 1939, hay incluso una desinversi6n neta (! ): hay menos maquinas en 1939 que en 1930 y ademas son mas viejas. Los capit~listas, en vez de acumular, especulan. En efecto, los costos unitarios se elevan, puesto que las maquinas no renovadas son cada vez men os eficaces. Este fen6meno grava proporcionalmente las tasas de ganancia. Siendo las perspectivas de ganancia cada vez Il'.enos atrayentes, los capitalistas prefieren la ganancia inmediata, inc1uso alea­ toria, a la ganancia industrial: especulan. La tasa de acumula:ci6n de capital disminuye, pero dismin uyen tam­ bien para el capital las posibilidades de reproducirse en tanto que relaci6n social. Como ya vimos, esta situaci6n no puede durar. La blbqueda de la seguridad inmediata agrava las contradic­ dones entre el capital y el trabajo. Los eapitalistas estan 92 obligados a crecer 0 a desaparecer. No pueden optar por un regimen de crucero. Vemos aqui una manifestacion rotunda de las previsiones de Marx. Esta situaci6n implica una amenaza para las condicio­ nes de supervivencia del capital. Hist6ricamente ha sido resuelta, despues del fracas!) del Frente Popular, mediante la aeumulaci6n masiva en los sectores de armamentos, par una intervenci6n creciente del Estado, y por ultimo mediante la comprensi6n por parte de los sectores mas dinamicos de la burguesia de que era preciso superar el marco de los acuerdos estables, conquistar mercados, volver a lanzar la competencia. 2. La competencia monopolista, estimulante del desarrollo de las fuerzas productivas A. La movilidad del capital entre las ram<.'.s, y entre las empresas en el seno de una misma rama, aumenta. Las sobreganancias mono1J6licas sori utilizadas de manera pre­ ventlva contra el asalto de futuros competidores, de manera ofensiva contra las posiciones de los otros capita­ li~tas. La acumulaci6n de capital se haec a escala progresi­ va. La ineitaci6n a reducir los costos se incrementa. La productividad del trabajo aumenta. Fruto de la competencia exacerbada, el progreso tecni­ co se convierte igualmente en un anna. En efecto, los monopolios se yen obligados a disminuir sus costos para seguir siendo eompetitivos, para resistir a los apetitos de algunos. Pero disminuir sus costos significa utilizar tecni­ cas nuevas que, como ya vimos, no pueden materializarse sino a traves de la puesta en practica de capacidades de producci6n cada vez mas imponentes. La puesta en practi­ ca de estas importai1 tes capacidades de producci6n impli­ ea una elevaci6n de la tasa de acumulaci6n. La elevaci6n de la tasa de acumulaci6n necesaria para reducir los costos y reforzar asi los obstaculos puestos a los futuros compe­ tidores, requiere en general mas pJu~va1ia de la que 93
  • 9. >~ I I ; ; - - I I I I I i producen los trabajadores del monopolio amenazado. Ni siquiera sera suficiente la eventual transferencia de plusva­ Ha a su favor. De ahi que la necesidad de aumentar la tasa de acumulaci6n se traduzca en general en un aumen­ to de la tasa de explotaci6n -mas 0 menos elevada segun sean los recllrsos financieros que posea la empresa-, en una aceleraci6n de los ritmos de trabajo, en una centrali­ zad6n creciente del capital (fusi6n-absorci6n). Es a este precio, y s610 a este precio, como las empresas pueden "restructurarse", es decir, modificar sus biene~ de capital, sus proceLlimientos de fabricacion, y trabajar en mejores condiciones. As!, en Francia, constatamos que' el 50% de las fusiones-absorciones 3 afectan ados sectores de van­ guardia (qufmica, materiales electricos) y al sector banca­ rio. EI cuadro de la pag. 95 es revelador del aumento del numero de' fusiones-absorciones desde 1965. Pero es insufi­ ciente, ya que no muestra la parte de las pequefias, media­ nas y grandes empresas en ese proceso de fusi6n-absorci6n. EI cuadro de la pag. 96 remedia esta insuficiencia. las ernpresas medianas (10-59) experimentan una fre­ cuencia de absorci6n elevada. 4 La cifra media de opera· cioncs por empresa es tanto mayor cuanto es grande el capital social de las empresas absorbentes. Estos vein te illtimos anos, las 500 empresas mas grandes han realizado 1 193 operaciones de concentraci6n, 0 sea 3.7 absorcicnes por sociedad absorbente. Las 100 primeras sociedades han realizado 501 operaciones de absorcion, 0 sea 40.2% de 0 IlllOL '<t 00 ..... N ...... '<t ID ...... '.0 ...... N N 0 ...... ID ..... '<t N SdllOdSU1l1L sOTPX;lL P.I'ilmlGp!s OIl ...... '<t '" Vl o '<t ..... ID 00 0 ..... 00 ID 0 0 '<t ...... '" Vl '" ...... -< '" ...... ...... "1' 0 Vl "1' ...... ID ...... N N "-l Z g '" o c..; ex: o IZl llo!UJ}nboIl Qd ~ 00 "" '" N 0 <""l .::: 0 ~ o u '<t !i3 .~ rJJ "-l Z o Ci) I 1l0!lP~Id 1l0!U~OOW ...... c;, 00 N ...... ~1 N '<t ...... iZ o "" o ex: 00 o '" ...... '" '<t ~ ...... "0 .§ » U<JP°nJlSUOJ '" '" Vl 0 ...... V'l ...... :! o ID <­ f') ..... O '"J ~ ... ] ..... Vl "-l ~ .", 1l0UIlg '" co ...... '<t N '" '" 00 '<t o ::l ..... 0' _~ 2: "d __ '" E o 3 Las fusiones-absorciones son lIamadas coneen tracion ell el lenguaje corrientc. Marx las llama centralizacion. 4 Observemos que a primera vista las cifras podr{an ser en!!aiiusas. Veintidos operaciones d~ concentracion en 1969 para las emprl'sa~ rnils grandcs (160 y mas) significan mas de 94 operaciones de concentr~ci{;n para la categorfa 10-59, en la medida en que hay muchas menos cmprcsas grandes que ernpresas medianas u peq uciias. 94 U,?PlllUQUJ!lV Vl 00 ..... ...... 0 N o '" '<t N ", o '" ::l ... 0' co '" ... ,D 0 ~~ ~ s,:'" ~ 0"0 'B .~ "" u .!:I 0 Q I': co 0;'::: o ID 0 ...... 2> N Vl ""' 0 ID 0 0 ...... ...... ID ...... 00 ID 0 ...... 0 0 '" ...... 'B ~ c: ~ ~Z '" 0 95
  • 10. ""f-­ 'Ej o f-< a-. v:> a-. ...... 00 ~ V) a-. 0 '" v:> ...... '<t '" ..... '" r­ 00 ~ a-. ~ '" '" ..... ..... '" '" ...... 00 v:> a-. ...... z~ Gf-< ~ Z CIl ~ CIl ~ p:; .~ ~ <I; ~ CIl Cl 0 o '""' .g ,~ '" "' 8'" .5. _ Cl V <I; C r­ '" a-. '" V) v:> or. ..... r­ v:> a-. ...... 00 r- 0 r- '" V) '" '" 00 00 '" ...... V) ...... 00 ~ '" 00 '" ...... ....-f r­ ..... '<t '<t v:> v:> a-. ...... ...... '" V) - a-. '" i3 CO Cl ~ 'Zl~ ~ C/) 0 ,;j Cl ,I) V) v:> a-. 00 ..... '" "' ~ 0 ~ << 0 &]....l ~ Uw o Cl CIl 0 ~IZ ~ ~ v:> o _ v:> ...... ...... ....... v:> '" a-. v:> V) a-. ~~ V) r- ;;­ '" 0 < ,:;: 0::;:; E p:; < '" ~ f-< e C. ...... ...... V) r- ..... ...... r­ a-. ~....l ;:J~ Z v:> '" a-. ...... '<t V) V) '<t r­ '" a-. ...... 2 OJ .D ...... v:> a-. ..... "' 'c" o ~ 5 91) -< .g v:> v:> '<t '" 0 ...... v:> '<t ~ s£ .S2 ~ o ...... a-. V) a-. a-. ...... ..... 0 "' E ,OJ V) ' ..... 0 o o" o v:> ..... ...... >, o v:> ..... .~ Q '" <:: ;:l '" w.. las absorcion(ls efectuadas {'or las 500 mayores sociedades y 6.6 absorciones por sociedad. Es solo a partir de 1966 que la dimension media de las empresas absorbidas crece de manera sensible. AS1, segun la revista patronal Direction (febrcro de 1970), la remune­ racion media de los activos de las sociedades absorbidas era de 1950 a 1969 de 4.58 millones de francos. En este periodo. el ano 1966 representa un corte. La remunera­ ci6n pasa de 2.9 a 10.34 en 1966, luego a 13.21 en 1967, luego a 12.85 en 1968 y par Ultimo a 17.87 millones de francos en 1969. Estas cifras subrayan la amplitud del movimiento de concentracion en el proceso de crecimien­ to de las grandes empresas, su aeeleradon desde 1966 y sobre todo desde 1969. Si bien es fruto de ia competencia exacerbada, el progreso tecnico constituye igualmente un arma para los capitalistas que 10 utilizan. Permite a estos erigir obstacu­ los a la penetraCilln de los competidores. En efecto, vimos en el primer capltul~ que si un competidor quiere invertir en la misma mercancia que produce el monopolista, esta obligado no solo a inveltir utilizando tecnicas de produc­ cion semejante3 0 mejoradas -10 que necesita mucho capital -, sino tambien a afectar una parte de su capital en gastos de marketing, de publicidad.. Si el competidor quiere aumentar su parte de mercado en detrimento del otro capitalista con quien coexistfa, debe igualmente mejorar sus tecnicas de producci6n, aun cuando eso Ie cucste menos que en cl caso precedente, en la medida en que se encuentra ya en el mercado. Se comprende que pueda preferir rodear el obstaculo lanzandose a la produccion de mcrcandas relativamente parecidus, pero presentadas e impuestas a los consumido­ res C0l110 difercntes y can mayor valor de uso con objeto de sustituir can sus mercandas las de los otros. Esto es 10 que se llama la busqueda de un monopolio de marca. Que esta marca sea ~uperf1ua importa poco a los capitalistas. La principal es que rinda, que la compren. 97
  • 11. r-- --- -- •... ,..,.'~ Es con esta idea que los capitalist as sabot0an las mercandas. Los ejemplos son muy numerosos: los gastos realizados para producir himparas, rasuradoras electricas, etcetera, que duren menos, motores que se gasten mas rapidamente, productos farmaceuticos que no sirvan para nada, 0 inc1uso sirvan para "m~tar",5 etcetera, demues­ tran que 10 esencial para el capitalista es producir 10 mas posible, renovar con suficiente rapidez un mercado que corre e1 riesgo de saturarsll si los productos tuvieran la calictad y la durabilidad que podrfan tener. Invertir capita­ les con el fin de sabotear "cientificamente" las mercan­ cias muestra hasta que punto uno de los rasgos dominan­ tes del capitalismo contemporaneo es el desperdicio. Las campafias publicitarias permiten -en cierta medi­ da evitar la guerra de precios. EI adversario no es atacado de frente, sino de costado. Realmente, la guerra de precios es demasiado peligrosa. Los capitalistas pre fie­ ren no luchar con las manos desnudas cuando pueden utiIizar guantes. La reducci6n de precios para apoderarse de un mercado es demasiado arriesgada, ya que el adversa­ rio puede doblar la apuesta. EI consumidor-trabajador saldr{a ganando y los capitalistas yerian naufragar sus sobreganancias. Y esto es precisamente 10 que no desean. EI monopolio hace marketing, programa las ventas y los precios, envuelve de un modo diferente los productos, inunda a los telespectadores con una publicidad escandalo­ sa, pero a menudo fina. EI adversario hace 10 mismo. Como las campafias publicitarias cuestan caras, de tiempo en tiempo son frenadas a causa de un acuerdo, en detrimento de quien no ha tenido apoyos financieros suficientemente solidos para resistir, a expensas de los consumidores-trabajadores. En el siglo XIX la compdencia se hada esencialmente por los precios. Hoy se hace esencialmen te por la marca, tratando cad a uno de imp Oller sus mercanclas, de imponer sus supuestas cUalidades. Sin embargo, ser{a falso creer que la eompetencia ya no sc haee por los precios. Sigue haciendose par los precios, pero can formas mas sutiles. Ya no se tr~ta de reducir Ius precios de forma absoluta. Se trata de aumentar el precio de ciertas mercancias menm, nipidamente que el nivel general de precios. 6 Los preeios de estas I11crcandas I:J ajan, no ya de manera absoluta, sino de manera relativa. EI precio de los televiso­ res, por ejemplo, ha aum::ntado menos que el nivel general de precios. Aquel que ya no puede continuar porque no puede reducir suficientemente sus costos es eliminado. As{ vemos que a pesar cie 1a existencia de monopolios, a pesar del incremento de su dimension, Uz movilidad del capital actua. Los monopolios son incapaces de hacer aumentar los precios de todas las mercandas tan rapid a­ mente como el nivel ~neral de 'precios. No porque no 10 deseen. Pew si hicieran aumentar el precio de todas las mercandas de la misma manera, aparecer{an sobreganan­ cias monopolicas muy importantes ahi donde los costos se hubieran reducido mas, e inevitablemente, incitarian a otros monopolios a invertir en esos sectores. Los monopo­ lios sufren asi la ley del valor, aun cuando lleguen a librarse temporal y aparentemente. La baja relativa de los precios, es decil, la no-alza 0 el alza menos nipida con respecto al nivel general de precios, resulta de 18 ley del valor (evolucion de los costos), aun cuando sea utilizada por cste 0 aquel monopolista para eIiminar mas 0 menos a quien resulte incapaz de seguir siendo competitivo, preci­ samente porque sus costos no se 10 permiten. Esta ley del 5 Cf. El talco Morhange, par ejemplo. rEs;e talco salio al mereauo conteniendo una sustancia nociva. Su usa provoco mu­ chas muertcs infan tiles. I 6 £1 nivel general de precios corresponde a la media de los precius de las mercandas. En general, se ca!cula a partir de los precios de algunas Jl1crcandas (los lndicp,s). 98 valor actLla aun mas actualmente con la apertura de las 99
  • 12. '11' t' I I fronteras y la penetracion .de otros monopolios, transna­ cionales, en mercados antes protegidos. Las sobreganancias son amenazadas, reducidas, precisamente cuando deberian aumentar para fmanciar nuevos bienes de capital suscepti­ bies de reducir los costos y los precios relativamente al nivel general de precios. Solamente aquellos que pueden, bien sea explotar mejor a sus trabajadores, 0 bien coope­ rar can otros (fusiones-absorciones),pueden resistir. En resumen, el precio sigue al precio de producci6n. La rapidez con que 10 siga depende del cankter mas 0 menos estable de la posici6n que tiene el monopolio frente a sus competidores actuales y potenciales. EI monopolio sufre, pues, la acci6n de la ley del valor. La competencia monopolista exacerbada tiene igual­ mente otra conseeuencia. Vicndose obligados a introducir mejoras tecnologicas en sus procedimientos de fabricaci6n, los monopolios deben aumentar sus capacidades de pro­ ducci6n, aun cuando la demanda se estanque 0 aumente poco. Esta consecuencia choca con la politica de reduc­ cion de la oferta, caracteristica, ya 10 hemos visto, de la compr-tencia debil. EI ejemplo de la industria del acera en Estados Unidos, amenazada por el acero japoms y euro­ peo, y obligada a invertir pese al estancamiento de la demanda, es significativo. De ella resultan importantes capacidades de producci6n ociosas. 7 Estas capacidades de producci6n ociosas repre­ sentan un costo por su presencia. Gravan pues la tasa de ganancia, ya que esta corresponde a la plusvalia sobre el capital total adelantado, sea 0 no consumido. Esta baja de Ia tasa de ganancia es, sin embargo, menos importante que 7 La existencia de capacidades de produccion ociosas tiene tambicn otros origenes, debido especialmente a la incapacidad del monopolio para preyer exactamente su demanda, para controlarla. Esta depende en reaUdad de Ia distribucion del ingreso a niyel global. Dc hecho, sus clientes son asalariados -0 empresas~ de los que no controla el monto del ingreso y su eYolucion. 100 la que se reaJizaria probablemente si el capitalista no hubiera tenido esta actitud preventiva. Asi, la competen­ cia cuesta cara. Al despilfarro de fahos productos, de necesidades impuestas por los capitalistas, se afiade el desperdicio de capital social. Desgarrado por las contradic­ ciones que suscita, el capital, para sobrevivir. se mu tila. B. Los monopolios tra tan de reducir esta agravacion de los costos por la producci6n de 10 que elIas lIaman "subproductos", es decir, tratan de diversificar su produc­ cion. En efecto, a la razon invocada para explicar el aumento de las capacidades de producci6n ociosas se afiade otra raz6n, resultante de que, en un proceso de fabricacion, todos los instrumentos de producci6n (desde el principio de la producci6n hasta el fin) no tienen la misma dimension de calidad. Una maquina puede tener una capacidad de producci6n de I 000 productos semiela­ borados, y otra, que la sigue inmediatamente, solo de 800. La primera maCjuina, pues, no puede funcionar mas que a 800 para evit{r los estningulamientos suscitados par la scgunda. EI monopolio trata de utilizar esta capacidad ociosa para producir otras mercancias. Entonces diversifi­ ca su produccion. La General Motors no produce solamen­ te automoviles sino tambien refrigeradores. Pero esta pro­ ducci6n suplementaria destinada a limitar la agravacion de los costos suscita una elevacion de los costos, en general me­ nor que la que se habria presentado de no haber fabricadc estos refrigeradores. En efecto, los mismos mecanisrnos por los cuales el incentivo para disminuir los costos se realiza, van a !wcer aparecer una tendencia al alza de los costos. La com­ petencia monopolista exacerbada origina entonces un desper­ dicio tal que se vuelve contra ella misma. Esta alza de los costos es debida, a titulo esencial, a tres causas: ". la competencia monopolista, que implica la diferen­ ciaci6n de los productos, suscita par eso mismo costos elevados de embalaje, de estudios de mercados y sobre todo de pubJicidad; 101
  • 13. t e I , t: ! t. I' t r -- la existencia de una tasa de acumulacion elevada provoca cargas jinancieras aumentadas, especialmente im­ portantes costos de amortizaci6n; - el mantenimiento de capacid~des de produccion ociosas importantes. Los capitalistas trataran de reaccionar. La fusion, la absorcion, les son dictadas por la necesidad de encontrar medios financieros suficientes para reducir sus costos. Esta busqueda de una baja de los costos tiende a producir su contrario. Por 10 tanto, s6lo quedan dos medios a disposi­ cion del capitalista. El primero, ya 10 conocemos, consiste en aumentar la tasa de explotacion, es decir, disminuir el costo salarial. Ya vimos 10 que eso implicaba. El segundo consiste en disminuir el valor de los nuevos bienes de capital. Los capitalistas intentanin desvalorizar el capital constante y esto, a menudo, con ayuda del Estado, como veremos. Desvalorizar el capital constante significa reducir el valor de los bienes producidos por el sector de bienes de producci6n, aumentar el intercambio desigual entre paises capitalistas desarrollados y paises capitalistas subdesarrolla­ dos, deteriorando aun mas los terminos del intercambio de materias primas respecto de los productos manufactura­ dos. 8 En 10 que respecta a los bienes de '.;apital, el procedi­ miento es sencillo pero costoso. Se trata de aumentar suficientemente 1a productividad del trabajo en los secto­ res productores de bienes de capital. EI objetivo es que el valor total de esas mercancias aumenta muy poco, a pesar dill aumento fisico de la produccion de esos bienes de capital (volumen incrementado). Esto necesita grandes inversiones en esos sectores, por las razones que ya hemos analizauo. Entonces es sOlicitada la ayuda del Estado. EI ejemplo del acera es significativo. EI Estado suscita una restructuracion (fusion-absorcion) de varias empresas, otorga un prestamo que supera toda 8 Vea;e capitulo 8 sobre el imperialismo. 102 competencia (3%), permite Jesgravamenes fiscales para que sean introducidos nuevos procedimientos de fabrica­ cion. Los bienes de capital producidos cambian y son mas eficaces. Gracias a la in troduccion de nuevas tecnicas de fabricaci6n, su valor ha descendido. 9 De donde se des­ prende una doble ventaja paw. los sectores utilizadores: cuestan menos relativamente, y son mas eficaces. Por Iv tanto, permiten por dos razones un fuerte aumento de la prodllctividad del trabajo. La consecuencia es simple: la productividad del trabajo ilumenta sin que por ello la tasa de acumulaci6n (en valor) tenga necesidad de aumentar a la misma velocidad. Se dice entonces que la tendencia a la ~cumulaci6n se manifiesta mas por un cambio en la fonna de la inversion que por eI volumen de la in version. Ciertamente la tasa de acumulacion es elevada, pero su crecimienlo es debit, tumanda en cuenta el aumcnto de la productivldad que permite. A partir de ahv, y como veremos en el capItulo siglliente, el aumento del empleo en el sector industrial t!s debit, inc/usa tZulo. Hay un de~arrollo de la inseguridad del empleo para los trab1jadores, un probable aumento del desempieo, tanto mas cuanto que la movilidad incre­ mentada dp-l trabajo ---impuesta por las fusioncs-absorcio­ nes multiples . 10 reforzara. Como, paralelamente, Ja eSCasez relativa de capital-dine­ ro para los trusts Ileva a ejercer una presi6n constante sobre los salarios para que la parte mas debil posible del aumento de la productividad del trabajo se traduzca en alza de salarios, las contradiccioncs entre el capital y el trabajo se agudizan, suscitando e1 desarrollo de 1a lucha de dases. 9 Podrlamos utilizar cI tcrmino de "deevalorizacion". Este termino da lugar actual mente a demasiad~is confusiones, sobre todu dcspues de la aparicion del Traite dd PeF, Y purque en Marx eSle termino revisle diversus sen lidos. 103
  • 14. fAN. " , Estos dos factores (empleo, salafio), si bien reducen los costos del capitalista, los elevan en la medida en que un sector creciente de capitalistas adopta la misma actitud. La generalizaci6n de este fen6meno, debido al caracter exacerbado de la competencia, limita los mercados en el mismo momento en que estos deberian aumentar para responder al numeY/to de las capacidades de producci6n necesarias para la busqueda de costos mas baius. La limitaci6n de los mercados, 0 su aumenta insufi­ ciente, significa un problema lateral a la realizacion del valor. EI valor no es realizado en una parte importante. Las capacidades de produccion ociosas aumentan, ejercien­ do su accion sabre la tasa de ganancia. La persisten te amenaza sabre la tasa de ganancia neva a reimpulsar la cOIIlpetenci~. Es la fuga hacia adelante. Algunos la temen para su supervivencia y preconizan frenar ya la competen­ cia mediante ~n desarrollo del proteccionismo, en vista de que la crisis del sistema monetario internacional se hace mas amenazadora. Las recesio!les se multiplican, la infla­ cion galopa y el desempleo persiste, aumenta. EI sector mas dinamico de la burguesia se divide en cuanto a la actitud a adoptar frente a una c1ase obrera cada vez mas inquieta. Dicho esto, como bien nos 10 senalo Lenin, y como veremos, el problema de la realizacion del valor no se reduce " un problema de subconsumo. En el marco de ciertos Ifmites, la insuficiencia de la demanda de bienes de consumo puede ser compensada por una fuerte expansion de la demanda de bienes de capit&!o Pew, precisamente, en elcapita!ismo monopolista, esta campensaci6n es cada vez mas dificil, siendo as! que, como ya vimos, el aumento de la productividad del trabajo se obtiene mas bien por un cambio en la forma (dismtnucioll del valor del capital constante) que por un aumellto del volumen de la inversion. Esta contradicci6n entre creacion y realizacion del valor la reproduce constantemente el modo de producci6n 104 t t ~ f r t i • -----------­ capitalista. Trata de superarla mediante el desarrollo. en e/ interior, de los sectores improductivos, muy especialmente el de armamentos, y por la extension en el exterior del campo de la producci6n. Esta extension se inser~a en la tendencia f!,eneral a La internacionalizaci6n del capita!, la cual, por otra parte, entra por s( misma en contradicciun con la existencia de Estados nacionales, de los que las burguesias tienen necesidad para luchar cOiU:'a las clases obreras. U1S tenta­ tivas de constitucion de Mercados Comunes, con todas las dificultades que enfrentan, son la expresion de esta con­ tradicci6n. Par otra parte, y sobre todo, el movimiento de la acumulacion agrava la contradiccion capitalistas-trabajado­ res. La tendencia al estancamiento del empleo industrial y la presion permanente sobre los salarios, significan la agravaci6n relativa de las condiciones de vida y trabajo de los trabajadores. EI desarrollo de los sectores improducti­ vas que estudiaremot a continuaeion ha sido uno de los elementos que ha permitido frenar esta tendencia a la agravaci6n, al mismo tiempo que ha sido uno de los fundamentos objetivos para 1a difusi6n de 18 ideologia burguesa segun la eual la c1ase obrera, en los paises capitalistas desarrollados, ya no seria capaz de cumplir su mision revolucionaria. La amplitud de las luchas obreras en esos paises, .estos ultimos ailos, ha sido la respuesta de clase a esta ideologia. Asi, en definitiva, hemos explicado como la tendencia a acumular estaba ligada, al mismo tiempo, a la lucha entre capitalistas y trabajadores y a la competencia entre capitalistas. Estos dos aspectos encuentran SU expresion unitaria y su fundamento en la lucha par la plusvalia, base del modo de plOducci6n capitalista, es decir, en la Incha. encamizada por el mantenimiento de la tasa de gar.ancia. En resumen, la competencia monopolista es a la vez fuerte y debil. Es a la vez incitadora del progreso teenico 105
  • 15. '1 r~ j y freno a su desarrollo. El canicter dominante que revistc (fuerte 0 debil) no es mas que transitorio. Puede cambiaL Las causas del cambio se encuentran en las contradiccio­ nes que /leva consigo la tendencia a la acumulacion, contradicciones que se expresan entre los capitalistas y sobre todo entre capitalistas y trabajadores. A esta raz6n se debe una contradiccion profunda entre, par una parte, el desarrollo de las fuerzas productivas y. poria ofra, el mantenimiento de las relaciones de produc­ cion capitalistas. EI desa"ollo de los jUerzas productivas sobre bases capitalistas de produccion entra en contradie­ cion con el propio mantenimiento de las rclaciones de produccion capitalistas. EI mantenimien to de las relacio­ nes de produccion capitalistas concjuce a frenal' la expan­ sion de las fuerzas productivas, aun cuando su desarrollo es inherente a su existencia. Esta es la razon por la eu al el J l } 1 ~ l, € ! I I' l 1 ( modo de producci6n capitalista es un modo de produc­ ci6n transitorio. Tanto como 10 era el feudalismo. La socializaci6n de la producci6n (cada vez mas trabajadores en unidades de producci6n cada vel. mas grandes) necesita la superaci6n del canicter privado de los medios de producci6n. Ademas, cs necesario recordar aqu! 10 que ya dijimo~ sobre el doble aspecto del desarrollo de las fuerzas productivas en el modo de produccion capitalista; [uen tc potencial de emancipaci6n de la humanid'l.d y de agrava­ cion de la explotaci6n de los trabajadores. Desde cierto punto de vista, el modo de produccion capitalista se presenta ccomo una necesidad hist6rica para tn:nsformar el trabajo aislado en trabajo social. Pero, en manos del capital, esta socializaci6n del trabajo no aumenta las fuerzas productivas mas que para incrementar la explota­ ciun. t, tanto, el socialismo es un mDdo de produccion hist6ricamente necesario, puesto que riene su oriKen preci­ samente en los limites que experimenta el desarrollo del modo de produccion capitalista. Pero su nacimiento no l 106 f POI' 10 II , puede llevarse a cabo sin violencia. La burguesia no esta dispuesta a ceder su poder aun cuando demuestre ser cada vez mas parasitaria. Solamente la [uerza organizada del proletarindo puede obligarllJ a dimitir. I i , ~. t j t I I ? T f , ~, 107