El documento discute los altos niveles de pobreza en Córdoba a pesar del crecimiento económico, señalando que aproximadamente el 24% de la población vive en la pobreza y el 5% en la indigencia según datos del CIPPES, en contraste con las estimaciones menores del INDEC. Afirma que alrededor de 600,000 personas en situación de pobreza están invisibilizadas y no reciben asistencia. Concluye que se necesitan políticas públicas basadas en datos precisos para abordar los problemas actual
1. Nota de Opinión
En Córdoba los desaparecidos se cuentan por miles…
Por Pablo Gallo. Director Ejecutivo del CIPPES. Miembro de la Asamblea Permanente
por los Derechos Humanos (APDH).
Es importante el avance en materia de derechos humanos –en particular en cuanto
a dejar atrás la impunidad del Terrorismo de Estado y sus cómplices– pero aún
queda mucho por hacer. Hay demasiados argentinos que no ven garantizado su
derecho a la salud, a la alimentación, a una vivienda digna, a una educación de
calidad y un ambiente saludable.
La mantención de importantes niveles de pobreza, en un contexto de crecimiento
económico nacional, dan cuenta de la escasa voluntad política que se mantiene
para transformar esa situación, que también lleva demasiado tiempo.
Si queremos tener una imagen clara de la pobreza en Córdoba, hay que pensar en
rostros de niños. Es en nuestra infancia, donde la pobreza se extiende. Es también
-en nuestros niños- donde los golpes que reparte la inequidad social dejan
mayores secuelas. Lejos del relato oficial, los datos que elabora el CIPPES señalan
que en nuestra provincia la pobreza y la indigencia rondan el 24% y el 5%
respectivamente. Pero cuando hablamos de los mismos datos (en niños) los
números se disparan a 36% de pobreza y 8% de indigencia. Esto último, establece
que 1 de cada 3 niños cordobeses hoy se encuentre en la pobreza.
Esta violación de derechos básicos se encuentra enquistada en nuestra sociedad y
determina la transmisión generacional de padres a hijos, desnudando la magnitud
del problema. Tres de cada cuatro jefes de familias pobres no pudieron terminar
el secundario. Claramente, estos padres ya fueron víctimas en el pasado de lo
que ahora le toca vivir a sus hijos.
Así la rueda de la pobreza sigue su marcha. Pasando por nuestra juventud, donde
la mitad de los jóvenes pobres hoy no pueden terminar el secundario, llegando al
lugar más profundo de la sociedad. Allí, son nuestros niños y adolescentes los que
representan lo más preciado, puro, frágil que tenemos como país. Sin embargo,
paradójicamente es el sector más desprotegido, donde la violencia de todo tipo
campea a la vista de los que quieran ver. Los datos señalan una realidad
contradictoria en la cual una provincia rica como la nuestra, depara un futuro
complejo para estos ciudadanos más pequeños, ya que 1 de cada 4
niños/adolescentes pobres (entre 12 y 18 años), ni siquiera puede terminar el
primario. Esto último cierra un círculo que comenzó con sus padres y pasa por sus
hijos, dejando a los mismos en una senda que los lleva a ocupar (en un futuro
cercano) el lugar actual que sus progenitores.
Es tan serio lo que sucede en la provincia, que podríamos ejemplificarlo así:
imaginen por un instante reunir en un mismo lugar a todos los niños en situación
de pobreza. Ese lugar tendría que ser muy grande… En ese sentido el estadio
2. mundialista Mario Alberto Kempes sería el espacio más adecuado para reunirlos.
Solamente con los niños pobres (menores a 13 años) hoy podríamos llenar cerca de
2 estadios de fútbol Mario Alberto Kempes.
Cuando el Estado invisibiliza la pobreza.
La línea de pobreza que estableció el CIPPES en Febrero, señala que una familia
tipo requirió un ingreso de $4.205 para no caer en la pobreza. La distancia con el
INDEC, es de más del 150% de diferencia. Lo mismo sucede con los datos sobre
pobreza: mientras el CIPPES indica un 24% para la provincia, el INDEC señala
menos del 7%. Detrás de la diferencia porcentual HAY PERSONAS…
Solamente en Córdoba cerca de 600.000 personas en condición de pobreza se
encuentran invisibilizadas por el INDEC. Son ciudadanos que padecen esta
injusticia, y sin embargo el Estado Nacional no los registra como tales. No están
en padrones, ni listas; y por lo tanto no reciben asistencia ni ayuda alguna… Se
encuentran desaparecidos. Son los actuales pobres los nuevos desaparecidos
sociales. Y en Córdoba se cuentan de a miles.
La importancia para el País de contar con datos socioeconómicos fidedignos radica
en que esta información es la base para definir políticas públicas. Por ello,
resulta diferente establecer políticas sociales para un 7% de la población, como
actualmente se hace, que para un real 24% de la población.
Tal como sucede, los números pueden ser disfrazados, pero no pueden tapar la
realidad. La pregunta es: ¿Qué sucederá con esa enorme cantidad de personas en
situación de pobreza, sistemáticamente negadas, ahora que el país ya no crece
como antes? Cuando la realidad que subyace al relato se haga visible,
probablemente ésta aparecerá en forma conflictiva. Pues no podría ser de otro
modo, cuando lo que se viola son derechos elementales.
La lucha por la vigencia de los derechos Humanos no debería reducirse
-únicamente- al juicio y castigo de los crímenes de lesa humanidad. Por el
contrario debe ser un reclamo actualizado en los problemas que hoy sufre la
población.
LOS 30.000 DESAPARECIDOS JUNTO A TODA UNA GENERACIÓN DE JÓVENES
SOÑARON CON UN PAÍS MÁS JUSTO Y SIN POBREZA. POR ESO SE LOS LLEVARON…
EL MEJOR HOMENAJE QUE PODEMOS HACER A ESA GENERACIÓN ES TRASFORMAR
ESE SUEÑO EN REALIDAD, DESTERRANDO DEFINITIVAMENTE LA POBREZA DE
NUESTRO PAÍS.
CONTACTO:
Pablo Gallo
Director Ejecutivo
Te: 0351 - 155742005
pablogallo@cippes.org
Centro de Investigaciones Participativas en Políticas Económicas y Sociales
www.cippes.org - info@cippes.org