cortes de luz abril 2024 en la provincia de tungurahua
Vejez a la guatemalteca gaby
1. Vejez a la guatemalteca
En cualquier rincón del planeta, independientemente de las diferencias que cada cultura
define en este sentido, envejecer tiene sus inconvenientes ineludibles. Sobre todo en
tiempos como los actuales, que abanderan antes que nada, elmodelo de persona joven,
independiente, bella, atlética, rica, prestigiosa, segura de sí misma, bien informada,
productiva y sin arrugas. En este contexto, entre más lejos se está del modelito, menos
persona se es. De allí que hoy veamos atantos abuelos y abuelas despojados de sus
muchos oescasos bienes, y abandonados sin que la familia los llame jamás. O en
reuniones familiares, rodeados de gente, pero sin que nadie les dirija la palabra olos
escuche. Por suerte no son todos. Pero, ante ello, se entiende por qué la búsqueda de la
eterna juventud se volvió un producto incuestionable de la modernidad yuna obsesión
posmoderna.
i no que lo digan Goethe con su Fausto; Óscar Wilde con El retrato de
Dorian Grey o la recién fallecida Condesa de Alba, con sus innumerables
cirugías plásticas.
En Guatemala, además de los rigores que el cuerpo impone a las personas
de la tercera edad y mayores, está todo lo demás: la situación miserable en
la que millones de ellas han nacido, crecido y vivido; el entorno violento
que les pide a gritos o bocinazos que caminen más rápido en una ciudad
no caminable; la escasez de centros de atención adecuados y dignos para
personas de su edad; y la falta de seguridad social.
Dice la Constitución: “Corresponde al Estado la protección de la salud
física, mental y moral de los ancianos, a quienes debe garantizar su
derecho a la alimentación, salud, educación, seguridad y previsión social”.
Pero una cosa es la ley y otra la justicia. Ahora los adultos mayores tienen
transporte gratuito, pero los pilotos no quieren parar cuando los ven,
porque no pagan. Ahora existe un Programa de Aporte Económico del
Adulto Mayor que se creó porque un 88% de los adultos mayores no
tenían pensión del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS); sin
embargo, nunca son suficientes los fondos asignados a ese y otros
programas. Ya vimos en una reciente nota de prensa (PL03/02/2015),
que “hasta 20 recetas sin cambiar han acumulado miles de pacientes que
asisten al Centro de Atención Médica Integral para Pensionados (Camip)
del IGSS”.
Sí, siempre hay aprovechados que esquilman a las instituciones públicas,
pero ese es tema aparte, además de que generalmente no son los más
pobres. Según proyecciones del INE, en el 2025 habrá en Guatemala más
2. de un millón 429 mil 230 adultos mayores, un 7.3 por ciento de la
población total. Son muchos, y tocaría hablar ahora de qué vamos a hacer
para dignificar esas vidas. En este punto saldrían a relucir las mancuernas
entre políticos y empresarios que han desmantelado al Estado, la
corrupción y el robo sostenido a todos los niveles, la impunidad y la
inconsciencia. Pero el espacio ya se acaba, y por suerte existe la promesa
de una mejor vida después de esta. Si creen en la reencarnación, y les
vuelve a tocar Guatemala, ojalá que hayan ahorrado lo suficiente o que el
país ya no sea el de hoy.