Plan Refuerzo Escolar 2024 para estudiantes con necesidades de Aprendizaje en...
Los gigantes en las crónicas de América
1. Los gigantes en las crónicas
de Indias
Concepción Torres Begines
2. Factores que contribuyeron a la
formación del mito de los gigantes
en América
• El referente: el Viejo Mundo
• El imaginario precedente
• Descubrimiento de huesos de gran
tamaño
4. Amerigo Vespucci
(1454-1512)
“hallamos una población de obra de 12 casas, en donde no encontramos más que 7
mujeres de tan grande estatura que no había ninguna de ellas que no fuese más alta
que yo un palmo y medio. Y como nos vieron, tuvieron gran miedo de nosotros, y la
principal de ellas, que por cierto era una mujer discreta, con señales nos llevó a una
casa y nos hizo dar algo para refrescar; y nosotros, viendo a mujeres tan grandes,
acordamos raptar dos de ellas, que eran jóvenes de 15 años, para hacer un regalo a
estos Reyes, pues sin duda eran criaturas que excedían la estatura de los hombres
comunes. Y mientras estábamos en esto, llegaron 36 hombres y entraron en la casa
donde estábamos bebiendo, y eran de estatura tan elevada que cada uno de ellos era
de rodillas más alto que yo de pie; en conclusión, eran de estatura gigantes, según el
tamaño y proporción del cuerpo, que correspondía con su altura.”
(Carta a Lorenzo Pierfrancesco de Medici, 1500)
6. Cristóbal de Acuña
(1597-1676)
“Según las informaciones de los que los auían visto, y que
se ofrecían a llevarnos á su tierra, son gigantes de diez y
seis palmos de altura, muy valientes, andan desnudos, traen
grandes patenas de oro en las orejas y narices, y para llegar
á sus pueblos son necesarios dos meses continuos de
camino
desde
la
boca
del
Cuchiguará.”
Nuevo descubrimiento del gran río Amazonas
8. Pedro Gutiérrez de Santa Clara (1521-1603)
“Dezían los yndios muy antiguos y viejos que habitavan en Puerto Viejo,
que son los de la provincia de Manta, de cómo en el tiempo antigo y
passado, quando reynaba Topa Ynga Yupangue, que estando aquella tierra
de paz se alborotó toda ella con la llegada que hizieron mucha cantidad de
yndios gigantes, que eran de disforme altura y grandeza. Y que estos tales
vinieron en unas barcas o balsas muy grandes, hechas de cañas y madera
seca, los quales trayan vnas velas latinas trianguladas, de hazia la parte
donde se pone el sol y de hacia las yslas Malucas, o del estrecho de
Magallanes, y que entrando éstos por la tierra comenzaron a tiranizar
ganando por allí algunas tierras y matando muchos yndios, y a otros
echándolos fuera de sus pueblos.”
Historia de las Guerras Civiles del Perú (1544-1548)
9. Pedro Ciéza de León
(1520-1554)
“tan grandes que tenían tanto uno dellos de la rodilla abajo como un
hombre delos comunes en todo el cuerpo, aunque fuese de buena estatura,
y que sus miembros conformaban con la grandeza de sus cuerpos, tan
disformes, que era cosa monstruosa ver las cabezas, según eran grandes, y
los cabellos, que les llegaban a las espaldas. Los ojos señalaban que eran
grandes como platos. Afirman que no tenían barbas, y que venían vestidos
algunos dellos con pieles de animales y otros con la ropa que les dio
natura y que no trajeron mujeres consigo.”
Crónica del Perú
11. Fray Pedro Simón
(1547-1628)
“Caminando pues entre estos disformes y monstruosos árboles,
hallaron echado a la sombra de uno, un hombre más monstruoso en su
especie que ellos lo eran en la suya, pues era de más de cinco varas de
alto y en correspondencia todos los miembros. Sólo el hocico y dientes
tenía largos y muy salidos, con lo que lo hacían más feo de lo que era
en miembros tan extraordinarios que lo era también en ambos sexos
porque era hermafrodita, cubierto con un vello algo pardo, corto y
ralo, todo el cuerpo. Tenía en la mano un bastón tan grueso y alto
como una entena de un mediano navío, que lo manejaba como una
caña”
Noticias historiales de las conquistas de Tierra Firme en las Indias
13. Antonio Pigafetta (1491-1534)
“Era tan alto él, que no le pasábamos de la cintura, y bien conforme; tenía las facciones
grandes, pintadas de rojo, y alrededor de los ojos, de amarillo, con un corazón trazado en
el centro de cada mejilla. Los pocos cabellos que tenía parecían tintos en blanco; vestía
piel de animal cosida sutilmente en las juntas.”
“Ellas no eran tan altas, pero sí mucho más gordas. Cuando las vimos de cerca, nos
quedamos atónitos: tienen las tetas largas hasta la mitad del brazo. Van pintadas y
desvestidas como sus maridos, si no es que llevan ante el sexo un pellejín que lo cubre.”
“les dio muchos cuchillos, tijeras, espejos, esquilones y cuentas de vidrio. Teniendo los dos
las manos rebosantes de dichas cosas, hizo el capitán general que trajeran un par de grilletes
que se depositaron a sus pies como tratándose de un regalo; y a ellos, por ser hierro,
placíales mucho. Pero no sabían como llevárselos, y les apenaba renunciar: no teniendo
donde guardar las mercedes, y debiendo sujetar con las manos la piel que las envolvía.
Quisieron ayudarles los otros dos, pero el capitán se opuso. Viendo lo que les preocupaba
abandonar aquellos grilletes, indicóles por señas que se los haría ceñir a los pies, y que así
podrían llevarlos. Respondieron con la cabeza que sí. Rápidamente, y al mismo tiempo, hizo
que los argollaran a los dos; y, aunque, cuando notaron el hierro transversal, les asaltó la
duda, ante el gesto de seguridad del capitán, permanecieron firmes. Sólo después, al
comprender el engaño, bufaban como toros, pidiendo a grandes grito a “Setebos” que les
ayudara.”
Primer viaje alrededor del mundo
14. López de Gomara (1511-1566)
“Metíanse y sacábanse por el garguero una flecha para espantar a los
extranjeros, a lo que mostraban, aunque dicen algunos que lo usan para
gomitar estando hartos, y cuando han menester las manos o los pies.
Traían corona como clérigo, y el demás cabello largo y trenzado con un
cordel, en que suelen atar las saetas yendo a caza o guerra; venían con
abarcas y vestidos de pellejas, y algunos muy pintados; todo lo cual,
especial en jayanes como ellos, ponía temor, cuanto más admiración.”
“Hablan de papo, comen conforme al cuerpo y temple de tierra,
visten mal para vivir en tanto frío, atan para adentro lo suyo,
tiñense los cabellos de blanco, por mejor color si ya no fuesen
canas; alcohólanse los ojos, píntanse de amarillo la cara,
señalando un corazón en cada mejilla; van, finalmente tales,
que no semejan a los hombres. Son grandes flecheros,
persiguen mucho la caza, matan avestruces, zorras, cabras
montesas muy grandes y otras fieras.”
Historia general de las Indias
16. Ciro Bayo (1860-1939)
“El río Chubut formaba el límite de las dos grandes tribus tehuelches: la
que habita entre este río y el Limay, y la otra, entre el Chubut y el Estrecho;
estos últimos, los verdaderos indios patagones, los gigantes de la fábula,
pero que a los ojos de Mascardi recobraron su estatura normal.”
Los césares patagones. Leyenda áurea del nuevo mundo
17. Pedro de Angelis (1784-1859)
“Fenómeno.- El terreno de la Villa de Tarija tiene la virtud de acrecentar
excesivamente los huesos. Enterrado un cadáver de regular estatura, si se saca
después de algún tiempo, le encuentran los huesos sumamente crecidos; por lo cual
están algunos creídos que en aquella tierra hubo gigantes... Pero, examinados por
varios facultativos, es visto que tales gigantes nunca los produjeron estos países, y
que la magnitud de los huesos proviene de que aquella tierra tiene la secreta virtud
de dilatarlos y engrosarlos, hasta aquel grado en que conservan su intrínseca
substancia; pues, acabada ésta, como ya no tiene en qué obrar la de la tierra, se
reducen en polvo” “De esta propia especie (sigue charlando este escritor) eran los
huesos que trajeron a Buenos Aires de los confines de Luján, los cuales se remitieron
a Madrid pocos años hace, y han dado ocasión a que se escriba que las Provincias
Argentinas abundaban de gigantes, y es falso”.
Prólogo a la descripción de la provincia de Tarija
18. Ruy Díaz de Guzmán (1558-1624)
“De un modo mucho más explícito y perentorio se han expresado los que han descrito los habitantes
de Patagonia. El primero que los vio fue Magallanes, durante su estada en la Bahía de San Julián, y
les parecieron alcanzar a diez u once palmos. Otros descubrió Sarmiento en dos puntos del Estrecho;
el uno cerca de la Bahía de San Simón en una isla que llamó Isla de la Gente, y el otro en la Ensenada
de la Gente Grande. Estos descubrimientos pertenecen al año de 1580. Siguen los de Cavendish, o
más bien Candish, que en 1587 vio huellas humanas impresas en la arena, de 18 pulgadas de largo; de
donde infirió que esta gente tendría cuando menos cinco codos y medio. En la relación del viaje de
Van Noort, en 1598, se habla de un pueblo de diez o doce pies de alto, que habitaba cerca del
Estrecho, y esta aserción fue confirmada por el holandés de Weert, que lo atravesó el mismo año.
Desde esta época empiezan a disminuir las proporciones de los Patagones. Los que vio Spilbergen en
1614, Narborough en 1670, Frezier en 1714, y Shervock en 1719, no excedían de 9 a 10 pies; y con
los recortes que les hicieron después, Byron en 1764, Wallis y Carteret en 1766, y Bougainville en
1767, quedaron reducidos a solo seis pies y unas cuantas pulgadas, que era la medida ordinaria del
famoso regimiento de granaderos del Grande Elector de Brandeburgo: y aun hay que rebajar más para
hacerlos entrar en sus verdaderas proporciones.”
Historia argentina del descubrimiento, población y conquista de las provincias de Río de la Plata
19. Mónika Schillat: Los gigantes
patagónicos.
“El capitán Wallis llevó un metro de carpintero a la
Patagonia para poder verificar el talle de los
supuestos gigantes, y llegó a la conclusión de que
medían 1, 82 metro promedio.”
“El más corpulento de mis granaderos no parecía
nada al lado de ellos […] nuestros hombres a bordo,
los cuales nos estaban vigilando con sus catalejos,
dijeron luego que nosotros parecíamos enanos entre
esa gente, creo que esa gente se asemeja a gigantes
más que cualquier otro pueblo del mundo.”
20. Conclusión
“Para la imaginación europea, el Nuevo Mundo resultó una inagotable
fuente de riquezas y sorpresas. América era el espacio en el que cabían
todas las fantasías, donde la imaginación suplantaba a la realidad, y los
sueños más febriles, al conocimiento. Animales y seres humanos
conformaban una galería de monstruos. Los gigantes patagónicos
fueron una creación de esos delirios, hasta que un metro de carpintero,
traído aquí por el afán científico del siglo XVIII, redujo la talla de los
patagones a su exacta medida. Al hacerlo, sepultó para siempre la
leyenda de su gigantismo.”
Mónika Shillat
Los gigantes patagónicos. Historia de una leyenda (2002)