2. Es aquella destinada a estudiantes con
necesidades educativas especiales
debidas a superdotación intelectual o
discapacidades psíquicas, físicas o
sensoriales. La educación especial en
sentido amplio comprende todas
aquellas actuaciones encaminadas a
compensar dichas necesidades, ya sea
en centros ordinarios o específicos. A
partir de 1980 se ha prestado una gran
atención a la educación especial en los
países desarrollados. En esta década se
operó un cambio radical en las
actitudes profesionales y públicas
hacia las necesidades especiales que
marcó el comienzo de un gran
movimiento hacia la integración de las
personas con necesidades educativas
especiales dentro de las escuelas
ordinarias.
3. Los niños especiales son aquellos cuyas
dificultades o desventajas para aprender
requieren ayuda adicional para alcanzar su
pleno desarrollo educativo. Tales dificultades
pueden ir desde disfunciones físicas,
problemas de visión, audición o lenguaje,
disfunción para aprender (desventaja mental),
dificultades emocionales o de conducta, o un
problema médico o de salud. Otros niños
pueden tener dificultades más generales con la
lectura, escritura, lenguaje o matemáticas, por
lo que requerirán una ayuda extra. Las ayudas
para atender las necesidades especiales de
educación pueden darse en escuelas
integradas o en escuelas especiales.
4. Las dificultades de aprendizaje que
presentan ciertos alumnos durante el
proceso educativo demandan de un
apoyo y atención focalizada por parte del
educador o especialista.
Institucionalmente la diversidad estará
orientada a la valoración y aceptación de
todos los alumnos y al reconocimiento de
que todos pueden aprender desde sus
diferencias y la diversidad social.
Reconociendo que las prácticas áulicas
son complejas, cargadas de obstáculos
que se acentúan en las relaciones ínter e
interinstitucionales.