Diego de la cruz capitalismo a la sueca ii inmigración y apartheid laboral en suecia
1. Inmigraci?n y apartheid laboral en Suecia
Escrito por Diego de la Cruz
11-06-2013
En la primera entrega de esta trilog?a explicamos el proceso de liberalizaci?n econ?mica vivido en Suecia
desde comienzos de los a?os 90. Llega ahora el momento de reflexionar sobre los retos de integraci?n social
que enfrenta el pa?s escandinavo, principalmente en el campo de la inmigraci?n.
El auge electoral de los partidos anti-inmigración o los disturbios y protestas en los suburbios suecos son
manifestaciones recientes del reto que tiene pendiente el Reino escandinavo en materia de integración social. Sería un
error analizar lo que está ocurriendo sin prestar atención al pasado, por lo que nos remontaremos a los años 70 para
entender mejor esta cuestión.
Hace ahora cuarenta años, Suecia se convirtió en el destino predilecto de miles de hombres y mujeres que buscaban
una vida mejor. La inmigración que llegaba al Reino escandinavo procedía de todo el mundo, especialmente de Medio
Oriente.
La promesa del "Estado del Bienestar" atrajo a todas estas personas, pero aquella seducción se basaba en una falsa
ilusión de prosperidad que, en gran medida, podría ser comparada con un cheque sin fondos. Así, entre 1970 y 1990, el
sector privado no creó ningún empleo en términos netos
... pero los gobiernos socialdemócratas "maquillaron" este histórico fracaso a base de aumentar el empleo público,
devaluar la moneda y subir los impuestos
.
Las generosas promesas de gasto público de aquellos gobiernos, conocidas como "oro y bosques verdes" en Suecia,
exprimieron al sector privado hasta el punto de acabar con su capacidad productiva. Esto sumió a Suecia en una
profunda crisis, que se manifestó a partir de la segunda mitad de los años 80. La era socialdemócrata de 1970 a 1990
se caracterizó por el empobrecimiento generalizado del Reino nórdico: el PIB per cápita pasó de ser el cuarto más alto
del mundo a ocupar la posición 17ª en dicha clasificación.
¿Qué tal le fue a los inmigrantes que llegaron a Suecia durante estos años? No muy bien. Algunos consiguieron
integrarse con éxito en la vida económica, pero muchos acabaron condenados a depender del Estado o a trabajar en el
sector informal
. Este último punto suele ser ignorado cuando se habla de la economía sueca, pero conviene recordar que el tamaño de
la economía sumergida
del país escandinavo supera el 15% del PIB
.
SIN EMPLEO, SIN OPORTUNIDADES
Conversando con analistas suecos como Johan Norberg, Andreas Bergh, Nima Sanandaji o Fredrik Segerfeldt, uno
entiende aún mejor el triste apartheid laboral en el que viven los inmigrantes. Como la economía oficial permanece
cerrada para ellos, la única alternativa para sobrevivir son los subsidios y los trabajos informales
.
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2. Este apartheid laboral fue implementado en los años 70 con el apoyo entusiasta de los sindicatos
, que por aquel entonces gozaban de una enorme influencia en el proceso legislativo. Con su apoyo, la fórmula de
"subsidios sí, trabajo no" se consolidó, dando lugar a lo que Mauricio Rojas ha descrito como el "cierre hermético a la
inmigración laboral".
Hasta los más entusiastas del modelo socialdemócrata sueco reconocen la naturaleza excluyente de su modelo de
integración. Es el caso de Vicenç Navarro, que hablando de esta cuestión ha escrito que el reto de aquellas medidas no
era la integración laboral sino "la integración en el amplio esquema de protección social del país".
Es importante explicar, por otra parte, que incluir a los inmigrantes en los programas de "gasto social" resulta
políticamente atractivo
, ya que quienes reciben estas transferencias no figuran en las listas del paro
. Por cuestiones así, conviene no tomarse muy en serio los datos oficiales de paro. Por ejemplo, un estudio de McKinsey
en 2006 afirmó que el desempleo real en Suecia se sitúa entre el 15%
y el 20%
, dos veces por encima de los números oficiales.
No debería sorprender que, como consecuencia de todo lo anterior, la exposición de los inmigrantes al desempleo es
un 150% superior a la de los trabajadores nacionales. Es por esto que podemos decir que el reto de la integración social
en Suecia es, ante todo, un problema económico derivado del apartheid laboral que sufren los extranjeros. La solución,
por tanto, pasa irremediablemente por flexibilizar el mercado laboral y eliminar las trabas que han mantenido a los
inmigrantes atrapados en la informalidad económica y el asistencialismo estatal.
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