1. REPERCUSIONES SOCIALES DEL
DESEMPLEO JUVENIL
Un legado de la crisis mundial que se percibe en las economías
desarrolladas es el aumento del desempleo y de riesgos sociales asociados
con la inactividad prolongada. Según el estudio, en las economías en
desarrollo -donde vive el 90% de los jóvenes- la juventud es más
vulnerable al desempleo y la pobreza, por lo que la crisis se traduce en
menor cantidad de horas trabajadas y en reducción de salarios para los
pocos que pueden mantener un empleo formal.
Estas tendencias acarrearán "importantes consecuencias para los jóvenes a
medida que los nuevos candidatos que ingresan al mercado laboral se
sumen a las filas de los desempleados”. Este desalentador escenario hace
que ya se hable de la "generación perdida", término que denomina al
"grupo de jóvenes desanimado que, después de una larga y frustrada
búsqueda de empleo, se excluye del mundo laboral.
"Los jóvenes de los países en desarrollo se emplean en actividades poco o
nada remuneradas y se hacen cada vez más vulnerables. En consecuencia,
152 millones de jóvenes -cerca del 28% de todos los jóvenes trabajadores
en el mundo- trabajaron en 2008 pero permanecieron en la pobreza
extrema al disponer de menos de 1,25 dólares al día. "El resultado es que el
círculo de la pobreza laboral persistirá, al menos, otra generación".
Por su parte, la Unión Europea registró un aumento del 4,6% del desempleo
juvenil en 2009, su mayor subida de la historia, y especialmente acentuada
en países como España, donde la crisis golpeó de forma especial al sector
juvenil. En España el desempleo o paro juvenil es uno de los graves flagelos
que azota el mercado laboral español ya que ellos son el futuro y fuerza
laboral de las próximas generaciones en un momento en que la tasa de
natalidad es francamente más que preocupante. Es moneda corriente hablar
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2. de una generación perdida incapaz de hacer una transición adecuada a la
edad adulta.”
Un reciente estudio de la OMS advierte que el alto desempleo juvenil en
España es una emergencia sanitaria. Sostiene que la falta de empleo «es
muy nociva para la salud», con el efecto a corto plazo de «problemas»
mentales, así como un mayor índice de disturbios sociales.
El alto desempleo juvenil en España «es una emergencia sanitaria» que, si
no se ataja a su debido tiempo, va a tener además consecuencias para
futuras generaciones. Los expertos aseguran que, a largo plazo, los
desempleados sufren «más problemas físicos de salud», hasta el punto de
que los parados tienen «un tasa de mortalidad un 20 % más alta» que las
personas empleadas. Como ejemplo ilustrativo, los suicidios, «que son la
punta del iceberg», aumentan de manera proporcional al desempleo.
En el caso de los jóvenes, la falta de empleo en esa edad clave «disminuye
sus perspectivas de una vida mejor en el futuro, lo que a su vez repercutirá
en sus hijos, que nacerán en la pobreza o con menos oportunidades».
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3. En este sentido, los autores del informe indican que los jóvenes en España
entran al mercado laboral "cada vez más tarde", que los periodos de
desempleo son "más duraderos" que en otros países de la UE como
Finlandia, y que los contratos temporales son más habituales, lo que
dificulta, según apuntan, la independencia económica.
Tradicionalmente se ha dado un retraso de la emancipación de los jóvenes
en España ya que han optado por vivir con sus padres hasta una edad
relativamente tardía -cerca de 29, en comparación con 23 en Finlandia, por
ejemplo- pero ahora esta decisión les es impuesta por la falta de empleo y
las condiciones de trabajo precario. Así, el estudio recoge que en el año
2006, el 60,1% de los jóvenes españoles de 15 a 29 años aún se
encontraba en la residencia familiar, frente a unos porcentajes inferiores -entre el 30% y el 47%-- en países como Suecia, Finlandia, países Bajos y
Alemania. Esto revela, según el INJUVE, que la situación "más común" en el
sur de Europa cuando un joven no alcanza los 30 años es permanecer en la
casa materna o paterna. Sin embargo, esta situación es minoritaria en los
países escandinavos.
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Ante esto las autoridades de la Unión Europea han salido a solicitar a los
Estados miembros que den mayor importancia a la llamada generación
joven. La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa resalta su
preocupación por la generación más joven que se encuentra en una gran
mayoría en el paro, y esto le genera quedar en la pobreza y finalmente la
exclusión social.
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