1. filbrica, y cuycabello se toina. prematoaoimfe blanco en Is lucha femz por conservar sus
puestos 3 ¡a&'idms ^de indiferencia giaciaL imbéciies^ e mgrstos que le debea a éí el pan
que sé comea y d liogar ^que los abriga.
¿Habré etageado^ demasiado? Puede, seii pero cuando todo' el mundo^ íiabla de los
teabajadores, asi sin distinción ninguna: quiero íeuer una frase de sioipatía para el honiore
que logra éxiíog para aquél que lucliando contra todos los obstáculos, dirige los e&ñierzüs de
los otros, y cuando^ ha triunfado^, sólo obtiene por recompensa - s i acaso-- pian y abrigo. Yo
también be trabajiado a jornal y me be becbo^ la comida, con iniS: propias manos: be sido^
paírono y puedo juzgar por experiencíb propia y sé que bay nnicbo ¡que decir de parte y
parte. La pobreza no da excelencia por sí sola; los harapos no soa recomeadacicii; no todos
los patronos son duros y rapaces, ni, todos los pobres son virtuosos.
Mi corazón esta con aquellos obreros que trabajan lo aiisrtio cuando el capataz está presente
que c'.uindo está ausente. Y el hombre que se liace cargo de una carta para García y la lleva
iranquilaiiiente sm hacer preguntas idiotas, y sin la intención i>eiTersa de an'ojarla en la
primera alcantarilla que se encuentra al paso, y sin otro objetivo que Uevjila a su destino: a
este hombre jamás se le desi>edirá de lu trabajo, lú tendrá jamás que entrar en huelga para
C'bicüer i:n aunentC' de sab'cio La ci'.'ilización es ma luclia prolongada en busca de tales
ind:-iduC'S. Todo lo q.e un hombre de esta clase pida, lo íendrá: lo necesi:an en todas
panes: en las ciudades, en los pueblos, en las aldeas, en las oñcinas: en las fábricas: en los
aünacenes. El mundo los pide a grifos, el munto esta esperand.:' siempre .ansioso el
ad^renimíento de hombres capaces de llevar la caita a García.
El mundo confiere sus mejores premios tíinio en honores como en dinero, a una sola c:osa; a
la iniciati'.^.
¿Qíié es la iniciativa?
Puf do^ deñiñrla en pocas palabras: hacer, lo que se debe hacer, bien hecho: sin que nadie
lo msidí--
*
.A. quien hace una cosa bien íiecha sin, que nadie se :1o- ordene, sigue aquel que la hace b^en
cmiido se leba ordenado una sola vez, es decir: aquéllos que saben llevar-la carta a Garda.
Esíos reciben, altos honores, pero su pago no guarda la misma proporción.
Yieaen luego aquéllos que obran solo- cuando se les lia dado la orden por dos veces; no
reciben honores y sólo tienen un pago pequeiiQ.
Se encueiitrai después los ^que hacen una casa bien hecha, pero sólo ctiando la necesidad
los aguijonea; en wz, de honores reciben la íiiíliíerencia y se les paga'con una miseria. Estos
tales emplean la mayor p;arte de su tiempo reñrieado^ liisíorias de ;su mala suerte.
Todavía en una escala inferior están aquéílos^ que m hacen na^áa. bien hecho^, aún cuando
aígúü coQ^anero se lo^ enseiie a hacer y permanezca a su lado para cercii:írarse de que lo
hacen; éstos pierden constantemente sus puestos y recib^en como pago el desprecio ique se