El documento discute los retos que enfrentan los diseñadores gráficos mexicanos en la era de la globalización. Debido a la influencia estadounidense, muchos diseñadores tienden a imitar estilos extranjeros en lugar de preservar la identidad mexicana. Sin embargo, para competir a nivel global, los diseñadores también deben adaptarse a tendencias internacionales. El autor concluye que los diseñadores deben encontrar un equilibrio, tomando lo mejor de ambos mundos pero conservando elementos distintivos de México.