2. Desde el 2005 Julia Mayo y su equipo de trabajo comienzan
hacer prospecciones geofísicas en el Caño situado en Panamá
en donde encuentran un circulo de tumbas olvidadas.
El cementerio del Sitio Conté es considerado la mina del
oro en Panamá.
3. En el 2010 descubren un cacique adornado con oro, dos petos
repujados, cuatro brazales, una argolla de cascabeles, un cinturón con
cuentas de oro huecas y grandes como aceitunas, más de 2 000 esferas
diminutas, dispuestas como si hubieran estado cosidas a una faja, y
centenares de cuentas tubulares que trazaban un patrón de zigzag en
una pierna.
El tesoro personal de un cacique incluye un colgante de caballo de mar de aproximadamente 8 centímetros de
alto, adornos para las orejas, parte de un peto, un collar y placas. Todo fue enterrado en una bolsa llena con cuentas
de piedra de los alrededores, que se dispersaron al deteriorarse las fibras.
4. Cerca de él yacía un bebé también adornado con oro, quizá su
hijo, y por debajo de ambos, una enmarañada capa de
esqueletos humanos, posiblemente esclavos o prisioneros de
guerra sacrificados.
Los ornamentos excavados incluyen unos pequeños brazaletes
y un peto, hechos probablemente para el bebé de un cacique.
5. Pruebas de radiocarbono dataron ambos enterramientos en 900 d. C.,
época en que comenzaba a desintegrarse la civilización maya,
emplazada unos 1 290 kilómetros al noroeste.
389 cuentas de oro que alguna vez fueron
parte de la armadura y adornaban las
piernas de un jefe supremo.
El único cráneo intacto de El Caño
perteneció a alguien que fue sacrificado
para acompañar a un cacique al siguiente
mundo.
6. El tesoro vio la luz a principios del siglo xx, cuando las lluvias
ocasionaron el desbordamiento de un río que abrió un canal en un
terreno para pastoreo. Pecheras de oro, pendientes e infinidad de
adornos comenzaron a brotar de las tumbas, cayendo en cascada sobre
las márgenes.
El pico de una jarra de cerámica retrata un rostro humano.
Los llamativos patrones geométricos que resaltan los gestos
faciales podrían representar tatuajes, que seguramente
fueron insignias de algún rango.
7. Se dice que las tumbas de los caciques datan de los siglos VIII a.C y
explican que los artefactos corresponden a las descripciones de los
conquistadores debido a que los aspectos de la cultura pertenecieron
inalterados hasta el siglo XVI
8. Cerca del cementerio en El Caño, los monolitos de
piedra se levantan casi hasta los dos metros. Los
prisioneros de guerra podrían haber sido azotados
contra ellos antes de ser sacrificados y enterrados con
los caciques, durante los funerales que incluían varios
días de banquetes y danzas.
Los artefactos son cortesía del Museo Antropológico
Reina Torres de Araúz, DNPH/INAC. Estatuas de
basalto que alguna vez fueron erigidas en la plaza
ritual en El Caño. La estatua sin cabeza en la izquierda
lejana, de aproximadamente 1.20 de alto, podría
mostrar a un prisionero de guerra que espera su
destino; las manos están atadas por detrás de su
cuerpo sentado.
9. Un río serpenteante atraviesa los campos de caña de azúcar alrededor de El Caño, el cual se
localiza en las arboledas bajo la montana central. Quizás consideradas sagradas hace mucho
tiempo, las orillas de los canales podrían albergar muchas más tumbas aún sin ser
descubiertas.