2. Es por todos conocidos que la época del año en la
que se cuenta con más presencia de los mosquitos es
en verano, ya que les gusta el calor y las temperaturas
altas.
Siendo en esta época en la que realizan la mayoría de
la actividad de su etapa vital o ciclo de vida. Las
hembras pican para obtener las proteínas de la
sangre que necesitan para reproducirse, cuanto más
altas sean las temperaturas y más humedad haya en
el ambiente, más rápidamente proliferan estos
insectos.
3. Pero no solo en verano, también en
primavera y principios de otoño, si la
climatología es la adecuada, son meses
ideales para el proceso evolutivo de estos
insectos.
Cuando bajan las temperaturas, es cuando
“nos dan una tregua”, aunque se está
observando que el mosquito tigre se va
adaptando cada vez más a temperaturas
más bajas y se prolonga su presencia hasta
avanzado el otoño en muchas localidades.
4. En zonas que comienza el equinoccio otoñal pero se
mantienen las temperaturas cálidas, posiblemente se
continúen visualizando y “notando” estos dípteros.
Hasta la estación más fría del año, el invierno, y las
temperaturas bajan y se mantienen inferiores a los 15
grados, es cuando los mosquitos no se ocultan, entran en un
estado de diapausa (inactividad fisiológica), ya sea en estado
de huevos o adultos. Y aunque no los veamos están en algún
lugar en el exterior de nuestras viviendas (a veces también en
el interior) aletargados esperando las subidas de
temperaturas.
5. Los factores son los siguientes:
1. El calentamiento global
2. Las tormentas y las lluvias torrenciales
El calentamiento global:
El ritmo estacional de muchos lugares, su climatología,
temperaturas y precipitaciones se están modificando en gran
parte de la geografía mundial y en especial la española. Las
estaciones ya no se encuentran tan definidas como años
pasados. Esto hace que estaciones de transición como la
primavera y el otoño se vean prolongados provocando
temperaturas más extremas, se acortan induciendo de este
modo cambios meteorológicos radicales.
6. Esto es, que el paso del frio al calor, o
viceversa, se amplía siendo más
repentinos conllevando al alargamiento
de los periodos de calor incesante y
haciendo así que especies animales,
como la del mosquito, se quede entre
nosotros durante más tiempo.
Al igual que el ritmo de vida de los
humanos, ya que podemos disfrutar de
mayor tiempo al aire libre durante estas
estaciones, el de los animales se modifica
del mismo modo.
7. Tormentas y lluvias:
Las épocas o estaciones del año en las que
suceden con mayor frecuencia suelen ser
en primavera y especialmente en otoño
por el clima específico de nuestro país.
Esto hace que los estancamientos de agua
sean más habituales, y si a eso le
añadimos temperaturas cálidas para la
vida natural de un animal como el
mosquito, provocará que estas
condiciones alarguen su periodo vital y
retrase su hibernación.
8. Para evitar este tipo de situaciones debemos mentalizarnos de
la problemática que supone el cambio climático, por lo que es
muy recomendable mantener puestas las trampas
antimosquitos en zonas en las que salgamos a disfrutar del aire
libre en familia o con amigos hasta que las temperaturas bajen
definitivamente, de lo contrario nos podremos seguir viendo
atacados por estos insectos.
También es muy importante tomar todas las precauciones
necesarias para que no se creen espacios de agua estancada en
los que puedan reproducirse.
9. Por tanto, aunque no sea
verano, en primavera u otoño
en zonas donde las
temperaturas sean calurosas,
recordar que los insectos no se
guían por los cambios de
estaciones sino por la
climatología (temperaturas
cálidas y precipitaciones).
10. En consecuencia tengamos presente
que nos podremos encontrar con el
mosquito tigre, por ejemplo, aunque
sea finales de octubre y es necesario
que nos preparemos si no queremos
que nos estropee nuestros días de
relajación y disfrute al aire libre.