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LOS GUARANÍES Y LAS PLANTAS


Las usaban para adormecer a los peces y pescarlos.
Sus conocimientos son tan extensos que la botánica está repleta de sus términos.

                                                                  por: Roque Vallejos (x)

Los guaraníes conocieron plantas de efectos narcóticos, alucinógenos, euforizantes y
entorpecientes.Ello se desprende de los textos de bótanica guaraní, de estudios sobre la
cultura de dicha etnia así como de los ñe´ëngueriru o diccionario del idioma guaraní.

El profesor doctor Dionisio González Torres en su obra Cultura Guaraní (1) dedica al tema
un importante e ilustrativo capítulo. El mismo se titula “Plantas psicotrópicas y
entorpecientes usadas por los Guaraní” y en él detalla una increíble variedad de plantas que
él denomina psicotrópicas, conservando la acepción que actualmente tienen en medicina y
farmacología, esto es, sustancias que “actúan sobre la función, la conducta o la experiencia
psíquica”. La rica y vasta flora americana recoge en su seno todo tipo de substancias
psicoactivas.

La sola cultura guaraní conocía y conoce una cantidad tan considerable de ellas sin que
haya usado jamás dicho saber peligroso en forma nociva para el normal desarrollo de su
vida social, familiar e incluso individual. Cercados por el hechizo de verdaderos paraísos
artificiales nunca han relajado la austeridad de sus costumbres ni han depravado su moral
con el uso indebido de tales plantas, que para ellos se circunscriben al campo terapéutico-
medicinal o religioso-ritual. Ello prueba, a su vez, que es la desintegración de los valores
éticos de la sociedad, su cambio de principios y la estrategia de su filosofía materialista los
que realmente permiten mutaciones aberrantes en la conducta de los pueblos y de los
hombres.

Las parcialidades aborígenes, los pueblos indios de nuestro país, han sufrido cinco siglos de
despojos, humillaciones, crueldades, proscripciones, etc., sin que tantas degradaciones los
hayan llevado a la evasión artificial de sus penurias y pretericiones sin fin.

Citaremos aquellas plantas más conocidas y de más extendido uso. Parika o angico, angico
verdadero más conocido por kurupa´y. Dice el diccionario de A. Guasch y Diego Ortiz de
dicha voz: kurupa: anestésico, narcótico (para peces y personas)= kurupa´ymi. Kurupa´y
(yvyraju, jarupi, ka´ahovy): cebil, árbol de madera excelente y para curtiembre (2). Antonio
Ortiz Mayans al estudiar la palabra curupa-ï dice: curupa-ï-curú, curupa-ï-mi, curupa-ï-
morotï, curupa-ï-pitä, curupa-irä (sic) (3). Anselmo Jover Peralta y T. Ozuna refieren las
propiedades psicotrópicas al curupá , s.arc. Un narcótico preparado con zumo de cierta
planta y que usaban los indios para entrar en trance o para adormecer peces (4).

González Torres cita Piptadena peregrina o kurupa´y kuru o morosyvó-pytä. Y luego
agrega: Bertoni cita las propiedades narcóticas de estas plantas y que nuestros indios usan
la P.(piptadena) macrocarpa y la P. Peregrina por estas propiedades (5).

Hay una transcripción textual de Bertoni que reza: “Lo que en general es ignorado es la
propiedad narcótica de estas especies que los indios aprovechan para hacer sus kurupa, en
todos los países donde hay Piptademia. Esta propiedad puede ser aprovechada para otra
cosa que obtener visiones, pues es del orden de las del opio, con cierta diferencia
característica, que hace esperar una utilización especial. Anque no sea de aplicación
especial a la medicina, el kurupa es otro recurso que el médico guaraní sabe emplear en
ciertos casos. El kurupa´y es un narcótico y no un hechizo, como Montoya pretende.El uso
del kurupa se liga a la práctica del hipnotismo..” (6).

El syñandý o ceibo. González Torres: “Mulugú en el Brasil; chopo en Argentina. Brithrina
cristagalli L.; E. falcata; E. Mungulú; F. Dominguessii Hassl (sic). Lagumonisas
papilonáceas.El ceibo contiene el alcaloide erithrina, de propiedades sedantes y narcóticas
(7). A. Ortiz Mayans dice: “Suiñandí: Bot. Ceibo o seibo. Se emplea en la medicina
indígena. Su cáscara es un gran calmante nervioso. Su flor es símbolo nacional de la
Argentina./ Folk...”(8) Hay otras plantas, cardos, lianas, tallos de menor importancia al
2


parecer si se tiene en cuenta que los lexicógrafos no las registran: ka’atái, ysypó, ka’apéva,
algunas producen alucinaciones auditivas y visuales, otras sonambulismo, pérdida de la
noción del tiempo y del espacio, etc.

Entorpecientes usados en la pesca

Los guaraníes usaban, entre sus modos de pesca, plantas entorpecientes conocidas con el
nombre de tinguí: tinguy, quedando verbalizado el vocablo para indicar la acción: tinguisar.
Al referirse a ellas dice González Torres: “Son generalmente plantas tóxicas que contienen
rotenona; machacaban las cortezas, ramas, hojas o frutos, y echaban en el agua retenida por
el barraje. Al cabo de cierto tiempo los peces, entorpecidos, eran recogidos con las manos o
con cedazos (9). Al mencionar la voz ysypo consignan Guasch y Ortiz: “Bejuco,
enredadera (liana), planta sarmentosa, que sirve de cuerda. Hay varias especies medicinales
de interés para el botánico (10).

Ortiz Mayans en el termino isipó da una gran variedad botánica, entre las cuales está el
isipó-morotï, del que afirma que “es un bejuco de color azulado; los indios misioneros le
atribuían un poder sobrenatural: de ahí su otro nombre: isipó-payé; y también el isipó-
timbó, que es venenoso y tiene propiedades tintóreas, es el añil bravo” (11). Son
inumerables las plantas que se podrían citar por los efectos entorpecientes aludidos, mas
nos conformaremos con algunas: guajaná timbó o guatimbó, karaja bola, kupikay, andá,
kuri´y-vaí, etc.

El conocimiento que los guraníes tenían de la botánica era tan extenso y profundo que es
una de las lenguas que más aportado términos a la nomenclatura botánica. Afirma el
profesor doctor Juan J. Soler: “ La clasificación binaria (género y especie), que tanta fama
dio a Linneo, ya lo conocían los guaraníes” (12)
SOBRE EL IDIOMA GUARANÍ

EL JOPARÁ
por: Dr. Dionisio M. González Torres

El guaraní fue y es el principal elemento aglutinante de nuestro pueblo en los momentos
más importantes de la historia patria. Y diversos historiadores están de acuerdo en que el
guaraní fue el idioma clave en la guerra contra la Triple Alianza (como lo fue también
durante la guerra del Chaco); en los periódicos el Centinela y Cabichuí se encendía el
fervor patriótico con sus crónicas, cantos, poesías, relatos y chistes en guaraní. No se crea
empero, como ya dijimos, que todo y siempre ha sido color de rosa para el guaraní. Por
mucho tiempo, prácticamente desde comienzos de este siglo hasta la guerra del Chaco, esta
lengua estuvo reprimida o desdeñada en las escuelas y en las camadas sociales más
elevadas, prohibiéndose su uso, y a los que la hablaban se los trataba, peyorativamente, de
guarangos. Por la influencia de alguna pseudoburguesía extranjerizante, de gentes que
vivían en nuestro país, que aquí tenían sus intereses, pero pensando en el Río de la Plata, de
donde nos venían hasta los textos escolares, era de mal gusto, de pésimo gusto hablar el
guaraní, esto era cosa de "guarangos", de gente iletrada y muy atrasada. En las escuelas se
castigaba a los niños que se atrevían a usar el guaraní, su natural medio de comunicación y
más fácil medio de expresar sus sentimientos. A pesar de los esfuerzos de desterrarla, de
hacerla desaparecer, nuestra lengua vernácula, como dijimos antes, por su riqueza y vigor
resistió a estos nuevos embates. Pero, si no la cuidamos y cultivamos como se merece
podemos echarla a perder nosotros.
Felizmente la Constitución Nacional de 1967 puso las cosas en el lugar debido: por el
artículo 5o., en el Capítulo de Declaraciones Fundamentales, " los idiomas nacionales de la
República son el español y el guaraní. Será de uso oficial el español". Y por el artículo 92,
Derechos Sociales, Educación y Cultura del Capítulo de Derechos , Garantías y
Obligaciones: "El Estado fomentará la cultura en todas sus manifestaciones. Protegerá la
lengua guaraní y promoverá su enseñanza, evolución y perfeccionamiento…".
3



A nuestro pueblo se le considera bilingüe, pues empleamos el guaraní y el español. La
verdad es que en nuestro pueblo, muy pocos hablan correctamente o bien el guaraní o el
español; lo que se habla corrientemente y mejor es el jopará, la mezcla de ambas lenguas.
Debemos llevar en cuenta que no somos ni españoles ni guaraníes, sino paraguayos,
resultado del mestizaje de aquellas razas o pueblos y que, por tanto, seremos bilingües, y el
jopará no es sino el resultado de dos lenguas en contacto diario que coexisten desde hace
cuatro siglos. Y es esa nuestra manera de hablar. No creo que con la pretensión de purismo,
de hablar un guaraní perfecto, creando vocablos nuevos para todo lo que la civilización
trajo al mundo después del apogeo de la cultura guaraní, se salve y persista la lengua. En
esta coexistencia de dos lenguas se sacrifica algo para sobrevivir. Tomemos un ejemplo: las
lenguas anglosajonas, cuántos vocablos de origen griego y latino emplean en uso corriente,
sin que se diga que el inglés o el alemán no sean esas lenguas. Lo que debemos hacer para
preservar el guaraní es perfeccionarlo, sin exigencias extremadamente puristas, y usar
muchos vocablos guaraníes que existen, desde siempre y no los usamos, por olvido, por
pereza mental o lo que sea.

Acaso no oimos corrientemente: embotý pe ventana (por: ovetá); eguapy pe síllape (por:
apyká) jahá enterové (por: opavé), etc.

Según el Censo de Población y Viviendas, realizado en nuestro país en Octubre de 1950,
dentro del marco del censo de las Américas, la distribucción porcentual de la población
según la lengua que habla, es:

En Asunción en Interior
Hablan solo español 13% 4,2%
" " guaraní    10,6% 46%
" " ambas lenguas    76,1% 49,8%
" " otras lenguas    0,3%
El Censo Nacional de 1962 revela que el 48% de la población es bilingüe, el 45,1% es
monolingüe en guaraní, y el 4, 4 % es monolingüe en español.

El Paraguay tiene, pues una situación privilegiada como país bilingüe. Para ello se han
combinado los factores citados, geográficos, históricos, culturales, etc., y sobre todo, que
cuenta prácticamente con una sola clase social amplia, o al menos, sin diferencias nítidas de
clases sociales. En la Capital se habla un un poco más el español, particularmente en la
clase social más pudiente, y como que esta lengua es la oficial, en la administración
pública, en las escuelas, colegios y universidades, etc.-

Como en todo pueblo que habla más de una lengua, se nota influencias o interferencias
recíprocas; entre nosotros pasa lo mismo y es frecuente el uso de palabras guaranizadas o
del español en el guaraní y vice versa. Además, es frecuente la mala pronunciación de
algunas vocales, especialmente del español. Creo que una causa importante de esto, es que
aprendemos mal el español, en una edad en que hablamos mucho más y preferentemente el
guaraní.

Como ya dijimos, tenemos tres formas de expresarnos: el guaraní, que poca gente lo habla
bien, correctamente; el castellano, que tampoco se habla correctamente, pues tiene entre
nosotros, como en otras partes de América, su forma peculiar, que algunos dan en llamar
castellano paraguayo; y el Jopará: yopará, forma híbrida guaraní-castellano, que es la forma
predominante, la más usada.

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Los guaraníes y las plantas

  • 1. 1 LOS GUARANÍES Y LAS PLANTAS Las usaban para adormecer a los peces y pescarlos. Sus conocimientos son tan extensos que la botánica está repleta de sus términos. por: Roque Vallejos (x) Los guaraníes conocieron plantas de efectos narcóticos, alucinógenos, euforizantes y entorpecientes.Ello se desprende de los textos de bótanica guaraní, de estudios sobre la cultura de dicha etnia así como de los ñe´ëngueriru o diccionario del idioma guaraní. El profesor doctor Dionisio González Torres en su obra Cultura Guaraní (1) dedica al tema un importante e ilustrativo capítulo. El mismo se titula “Plantas psicotrópicas y entorpecientes usadas por los Guaraní” y en él detalla una increíble variedad de plantas que él denomina psicotrópicas, conservando la acepción que actualmente tienen en medicina y farmacología, esto es, sustancias que “actúan sobre la función, la conducta o la experiencia psíquica”. La rica y vasta flora americana recoge en su seno todo tipo de substancias psicoactivas. La sola cultura guaraní conocía y conoce una cantidad tan considerable de ellas sin que haya usado jamás dicho saber peligroso en forma nociva para el normal desarrollo de su vida social, familiar e incluso individual. Cercados por el hechizo de verdaderos paraísos artificiales nunca han relajado la austeridad de sus costumbres ni han depravado su moral con el uso indebido de tales plantas, que para ellos se circunscriben al campo terapéutico- medicinal o religioso-ritual. Ello prueba, a su vez, que es la desintegración de los valores éticos de la sociedad, su cambio de principios y la estrategia de su filosofía materialista los que realmente permiten mutaciones aberrantes en la conducta de los pueblos y de los hombres. Las parcialidades aborígenes, los pueblos indios de nuestro país, han sufrido cinco siglos de despojos, humillaciones, crueldades, proscripciones, etc., sin que tantas degradaciones los hayan llevado a la evasión artificial de sus penurias y pretericiones sin fin. Citaremos aquellas plantas más conocidas y de más extendido uso. Parika o angico, angico verdadero más conocido por kurupa´y. Dice el diccionario de A. Guasch y Diego Ortiz de dicha voz: kurupa: anestésico, narcótico (para peces y personas)= kurupa´ymi. Kurupa´y (yvyraju, jarupi, ka´ahovy): cebil, árbol de madera excelente y para curtiembre (2). Antonio Ortiz Mayans al estudiar la palabra curupa-ï dice: curupa-ï-curú, curupa-ï-mi, curupa-ï- morotï, curupa-ï-pitä, curupa-irä (sic) (3). Anselmo Jover Peralta y T. Ozuna refieren las propiedades psicotrópicas al curupá , s.arc. Un narcótico preparado con zumo de cierta planta y que usaban los indios para entrar en trance o para adormecer peces (4). González Torres cita Piptadena peregrina o kurupa´y kuru o morosyvó-pytä. Y luego agrega: Bertoni cita las propiedades narcóticas de estas plantas y que nuestros indios usan la P.(piptadena) macrocarpa y la P. Peregrina por estas propiedades (5). Hay una transcripción textual de Bertoni que reza: “Lo que en general es ignorado es la propiedad narcótica de estas especies que los indios aprovechan para hacer sus kurupa, en todos los países donde hay Piptademia. Esta propiedad puede ser aprovechada para otra cosa que obtener visiones, pues es del orden de las del opio, con cierta diferencia característica, que hace esperar una utilización especial. Anque no sea de aplicación especial a la medicina, el kurupa es otro recurso que el médico guaraní sabe emplear en ciertos casos. El kurupa´y es un narcótico y no un hechizo, como Montoya pretende.El uso del kurupa se liga a la práctica del hipnotismo..” (6). El syñandý o ceibo. González Torres: “Mulugú en el Brasil; chopo en Argentina. Brithrina cristagalli L.; E. falcata; E. Mungulú; F. Dominguessii Hassl (sic). Lagumonisas papilonáceas.El ceibo contiene el alcaloide erithrina, de propiedades sedantes y narcóticas (7). A. Ortiz Mayans dice: “Suiñandí: Bot. Ceibo o seibo. Se emplea en la medicina indígena. Su cáscara es un gran calmante nervioso. Su flor es símbolo nacional de la Argentina./ Folk...”(8) Hay otras plantas, cardos, lianas, tallos de menor importancia al
  • 2. 2 parecer si se tiene en cuenta que los lexicógrafos no las registran: ka’atái, ysypó, ka’apéva, algunas producen alucinaciones auditivas y visuales, otras sonambulismo, pérdida de la noción del tiempo y del espacio, etc. Entorpecientes usados en la pesca Los guaraníes usaban, entre sus modos de pesca, plantas entorpecientes conocidas con el nombre de tinguí: tinguy, quedando verbalizado el vocablo para indicar la acción: tinguisar. Al referirse a ellas dice González Torres: “Son generalmente plantas tóxicas que contienen rotenona; machacaban las cortezas, ramas, hojas o frutos, y echaban en el agua retenida por el barraje. Al cabo de cierto tiempo los peces, entorpecidos, eran recogidos con las manos o con cedazos (9). Al mencionar la voz ysypo consignan Guasch y Ortiz: “Bejuco, enredadera (liana), planta sarmentosa, que sirve de cuerda. Hay varias especies medicinales de interés para el botánico (10). Ortiz Mayans en el termino isipó da una gran variedad botánica, entre las cuales está el isipó-morotï, del que afirma que “es un bejuco de color azulado; los indios misioneros le atribuían un poder sobrenatural: de ahí su otro nombre: isipó-payé; y también el isipó- timbó, que es venenoso y tiene propiedades tintóreas, es el añil bravo” (11). Son inumerables las plantas que se podrían citar por los efectos entorpecientes aludidos, mas nos conformaremos con algunas: guajaná timbó o guatimbó, karaja bola, kupikay, andá, kuri´y-vaí, etc. El conocimiento que los guraníes tenían de la botánica era tan extenso y profundo que es una de las lenguas que más aportado términos a la nomenclatura botánica. Afirma el profesor doctor Juan J. Soler: “ La clasificación binaria (género y especie), que tanta fama dio a Linneo, ya lo conocían los guaraníes” (12) SOBRE EL IDIOMA GUARANÍ EL JOPARÁ por: Dr. Dionisio M. González Torres El guaraní fue y es el principal elemento aglutinante de nuestro pueblo en los momentos más importantes de la historia patria. Y diversos historiadores están de acuerdo en que el guaraní fue el idioma clave en la guerra contra la Triple Alianza (como lo fue también durante la guerra del Chaco); en los periódicos el Centinela y Cabichuí se encendía el fervor patriótico con sus crónicas, cantos, poesías, relatos y chistes en guaraní. No se crea empero, como ya dijimos, que todo y siempre ha sido color de rosa para el guaraní. Por mucho tiempo, prácticamente desde comienzos de este siglo hasta la guerra del Chaco, esta lengua estuvo reprimida o desdeñada en las escuelas y en las camadas sociales más elevadas, prohibiéndose su uso, y a los que la hablaban se los trataba, peyorativamente, de guarangos. Por la influencia de alguna pseudoburguesía extranjerizante, de gentes que vivían en nuestro país, que aquí tenían sus intereses, pero pensando en el Río de la Plata, de donde nos venían hasta los textos escolares, era de mal gusto, de pésimo gusto hablar el guaraní, esto era cosa de "guarangos", de gente iletrada y muy atrasada. En las escuelas se castigaba a los niños que se atrevían a usar el guaraní, su natural medio de comunicación y más fácil medio de expresar sus sentimientos. A pesar de los esfuerzos de desterrarla, de hacerla desaparecer, nuestra lengua vernácula, como dijimos antes, por su riqueza y vigor resistió a estos nuevos embates. Pero, si no la cuidamos y cultivamos como se merece podemos echarla a perder nosotros. Felizmente la Constitución Nacional de 1967 puso las cosas en el lugar debido: por el artículo 5o., en el Capítulo de Declaraciones Fundamentales, " los idiomas nacionales de la República son el español y el guaraní. Será de uso oficial el español". Y por el artículo 92, Derechos Sociales, Educación y Cultura del Capítulo de Derechos , Garantías y Obligaciones: "El Estado fomentará la cultura en todas sus manifestaciones. Protegerá la lengua guaraní y promoverá su enseñanza, evolución y perfeccionamiento…".
  • 3. 3 A nuestro pueblo se le considera bilingüe, pues empleamos el guaraní y el español. La verdad es que en nuestro pueblo, muy pocos hablan correctamente o bien el guaraní o el español; lo que se habla corrientemente y mejor es el jopará, la mezcla de ambas lenguas. Debemos llevar en cuenta que no somos ni españoles ni guaraníes, sino paraguayos, resultado del mestizaje de aquellas razas o pueblos y que, por tanto, seremos bilingües, y el jopará no es sino el resultado de dos lenguas en contacto diario que coexisten desde hace cuatro siglos. Y es esa nuestra manera de hablar. No creo que con la pretensión de purismo, de hablar un guaraní perfecto, creando vocablos nuevos para todo lo que la civilización trajo al mundo después del apogeo de la cultura guaraní, se salve y persista la lengua. En esta coexistencia de dos lenguas se sacrifica algo para sobrevivir. Tomemos un ejemplo: las lenguas anglosajonas, cuántos vocablos de origen griego y latino emplean en uso corriente, sin que se diga que el inglés o el alemán no sean esas lenguas. Lo que debemos hacer para preservar el guaraní es perfeccionarlo, sin exigencias extremadamente puristas, y usar muchos vocablos guaraníes que existen, desde siempre y no los usamos, por olvido, por pereza mental o lo que sea. Acaso no oimos corrientemente: embotý pe ventana (por: ovetá); eguapy pe síllape (por: apyká) jahá enterové (por: opavé), etc. Según el Censo de Población y Viviendas, realizado en nuestro país en Octubre de 1950, dentro del marco del censo de las Américas, la distribucción porcentual de la población según la lengua que habla, es: En Asunción en Interior Hablan solo español 13% 4,2% " " guaraní 10,6% 46% " " ambas lenguas 76,1% 49,8% " " otras lenguas 0,3% El Censo Nacional de 1962 revela que el 48% de la población es bilingüe, el 45,1% es monolingüe en guaraní, y el 4, 4 % es monolingüe en español. El Paraguay tiene, pues una situación privilegiada como país bilingüe. Para ello se han combinado los factores citados, geográficos, históricos, culturales, etc., y sobre todo, que cuenta prácticamente con una sola clase social amplia, o al menos, sin diferencias nítidas de clases sociales. En la Capital se habla un un poco más el español, particularmente en la clase social más pudiente, y como que esta lengua es la oficial, en la administración pública, en las escuelas, colegios y universidades, etc.- Como en todo pueblo que habla más de una lengua, se nota influencias o interferencias recíprocas; entre nosotros pasa lo mismo y es frecuente el uso de palabras guaranizadas o del español en el guaraní y vice versa. Además, es frecuente la mala pronunciación de algunas vocales, especialmente del español. Creo que una causa importante de esto, es que aprendemos mal el español, en una edad en que hablamos mucho más y preferentemente el guaraní. Como ya dijimos, tenemos tres formas de expresarnos: el guaraní, que poca gente lo habla bien, correctamente; el castellano, que tampoco se habla correctamente, pues tiene entre nosotros, como en otras partes de América, su forma peculiar, que algunos dan en llamar castellano paraguayo; y el Jopará: yopará, forma híbrida guaraní-castellano, que es la forma predominante, la más usada.