1. Extranjerización de la tierra: una caracterización.
Lic. Paula Florit
Lic. Maximiliano Piedracueva
UER-FCS-RN
AET – FHUCE
UdelaR - Uruguay
GT05 - Desenvolvimento rural, globalização e crises
I. Introducción
El fenómeno de extranjerización de la tierra ha causado a nivel nacional alarma social. El
movimiento de compra de tierra tiene un sentido marcado: “extranjerización y concentración”.
Desde sus orígenes el Uruguay contó con un fraccionamiento de tierras en enormes parcelas
como efecto de las distribuciones concentradoras del período colonial a las que, como toda
Latinoamérica, el país no pudo escapar. En los últimos años emerge un movimiento de
compras donde importantes fracciones del recurso tierra pasan a manos extranjeras,
frecuentemente empresas multinacionales, que lo explotan como parte de grandes paquetes
de empresas e inversiones. A nivel nacional la polémica está instaurada y sobran estimaciones
citables, empero no existe una cifra confiable de la situación de posesión actual posterior al
“pico” de ventas que se iniciara en el año 2003.
Ante este fenómeno nos proponemos responder las siguientes preguntas: ¿Qué
dimensiones toma el fenómeno de extranjerización de la tierra en el Uruguay? ¿Este tiene
características de modelo productivo que la distinga de los grandes productores nacionales?
¿La nacionalidad del propietario rural constituye un factor diferencial para el desarrollo local?
Para responder estas interrogantes se ha construido una metodología en dos etapas. Una
fase de abordaje cualitativo para comprender, mediante entrevistas, el rol de agentes de
desarrollo local, así como los elementos señalados como diferenciales de grandes predios
extranjeros frente a nacionales. La segunda fase supone una encuesta por conglomerados
destinada a cuantificar y caracterizar en términos de calidad de trabajo, modos de producción
e impactos locales los predios.
En el segundo apartado de este documento se realiza una breve descripción del contexto
mundial y regional en el que opera el Uruguay y cómo ello repercute en el fenómeno llamado
extranjerizador. En el tercer apartado se realizan apreciaciones sobre el modo en el que el
Ponencia presentada en el XXVIII Congreso ALAS, Recife, Brasil, en los días 6-11 de setiembre
de 2011.
2. Uruguay se presenta en el contexto internacional a partir de un modelo agroexportador
basado en el agronegocio y en las fuertes inversiones externas. En el capítulo IV se detallan los
hallazgos sobre le fenómeno de extranjerización de la tierra en el Uruguay y en el capítulo V se
presentan algunos de los impactos de éste fenómeno a nivel territorial.
II. El contexto mundial y regional.
Previo a la internalización en el fenómeno de extranjerización en el Uruguay conviene
señalar algunas características internas y externas que ayudan a comprender el proceso. “En
los tempranos 2000, el mundo rural enfrentó un conjunto de mudanzas de orden nacional e
internacional, que empezaron a desfigurar el rostro alimentario que lo caracterizó durante más
de veinte años.” (Rubio, S/R: 1) Los cambios sucedidos a nivel mundial y que de algún modo
favorecen la instalación del agronegocio suelen asociarse con el ingreso al mercado de
commodities de dos potencias emergentes, China e India, dada su demanda en alimentos y en
commodities de cara a su industrialización. Junto a este panorama que transforma
profundamente el mercado mundial se dieron algunos altibajos y crisis económicas de alto
impacto para las economías nacionales.
El mercado internacional de commodities se ha visto impactado en una transformación de
las matrices productivas que ha llevado, entre otras cosas, a una competencia intersectorial
sobre el uso de la tierra. Ejemplo de ello fue el impacto causado por aumento del precio del
petróleo lo que impulsa la producción de biocombustibles, reasignando factores productivos a
nuevos productos. Por otra parte la “crisis alimentaria”, la que en parte se debe al aumento de
la demanda de alimentos y por otro lado a la citada reasignación de recursos productivos, ha
impactado en un aumento de los precios de alimentos. En consecuencia, las antes citadas han
generado un ámbito favorable al agronegocio.
Este espacio para el agronegocio se da, de igual modo, en ciertas condiciones de
precariedad e inestabilidad macroeconómica, lo que ha llevado a que también el agronegocio
se juegue en un campo estrictamente financiero como lo son las bolsas de valores. El ingreso
del mercado de commodities a las bolsas de valores cumple objetivos especulativos y de
gestión del riesgo, sobre todo a través de la generación de acuerdos a futuro.
“La nueva dinámica del mercado de los commodities se inserta en un entorno
internacional con fuertes cambios estructurales, por una parte asociados al desarrollo
de economías emergentes como Brasil, China, India y Rusia, cuya demanda acelera la
producción de mercancías básicas y, por otra, la crisis del petróleo que induce a la
producción alternativa de biocombustibles cuyos insumos básicos son de origen
agrícola.” (DIEF; 2008: 6)
En este contexto internacional los agentes económicos comienzan a asumir distintos roles,
y las economías nacionales se ven inmersas en procesos a escala global que implican nuevas
reglas de juego, muchas de ellas amenazas potenciales para la soberanía de los Estados. Como
se mencionó anteriormente la reasignación del recurso tierra ha generado un primer impacto
sobre los precios, y un segundo impacto sobre la extensión de las fronteras agrarias. Con esta
idea se intenta reflejar que el límite para producir es el mundo, las grandes corporaciones
trasnacionales dedicadas a la producción agropecuaria se han visto obligadas, por distintas
razones, a extender su frontera productiva a través del ingreso al mercado internacional y
penetrando en distintos territorios, en este contexto la escasez del recurso tierra es un factor
determinante. La demanda de commodities en la economía global difiere en relación a su uso,
por un lado, y en relación a los agentes por otro. Existen diferencias sustanciales entre lo que
se da a llamar commodities de inversión y de consumo; y por otra parte y en relación con ello,
se diferencian aquellos agentes que demandan commodities de inversión y de consumo. A
nivel global la división internacional del trabajo está dada por aquellos países centrales que
demandan alimentos y materias primas o bienes intermedios; y los países periféricos que
demandan productos elaborados. En cuanto a la oferta la relación se mantiene puesto que los
países centrales producen en los dos niveles (commodities y productos elaborados) y los países
3. en desarrollo, por general, solamente producen commodities y muy escasamente productos
elaborados, a lo que se suma su débil demanda desde el exterior. Se pretende dejar explícito
aquí, y sin entrar en detalles pues la bibliografía es extensa, que el nuevo escenario económico
internacional se ha visto reestructurado a partir del ingreso de nuevos agentes al mercado de
commodities (China, India), nuevas demandas por antiguos agentes como el caso de Brasil y su
proceso industrializador, nuevos agentes financieros que comienzan a jugar roles
fundamentales en la fijación de los precios; y por otra parte la reasignación del factor tierra y
sus implicancias en cuanto a la industria agroalimentaria, al precio de los alimentos, a la
utilización de tierra agropecuaria en nuevos rubros no alimentarios, y junto con ello la
generación de un circulo vicioso entre demanda de tierra-precio de la tierra-precio de materias
primas-precios de alimentos-precio de tierra.
El contexto internacional antes señalado ha impactado de manera distinta en los países de
la región dependiendo de las características económico-productivas de cada uno de ellos. Si
bien el proceso extranjerizador se encuentra en todo el continente americano, las
características son distintas entre la forma que toma en los diversos países del mismo. Parte de
las diferencias entre un país y otro depende de la matriz productiva pre-existente y de la
flexibilidad de la misma, de las decisiones político-económicas y de las luchas sociales a la
interna de los países. En la actualidad los debates en torno a la extranjerización de la tierra en
Latinoamérica se vuelven profundos y en algunos casos extremos.
En este contexto comienzan a manejarse distintos discursos y problematizaciones en torno
a la concentración y extranjerización de la tierra, tanto a nivel político como económico, que
quizás se puedan catalogar como nuevos para nuestro país y al mismo tiempo, distintivos
frente a los discursos manejados en la región. A nivel latinoamericano la FAO actúa como
agente en la construcción de discurso con activa pretensión de incidir en las decisiones
políticas de la región. En el año 2010 esta organización resaltó la situación de la tierra en la
región y destacó el rol de los estados frente a su control. A través de este estudio la FAO
intenta, a partir de consultorías nacionales, tejer un diagnóstico latinoamericano sobre el
problema del acceso y uso de la tierra en la región. Dentro de las conclusiones a las que arriba
el documento denuncia el alarmante proceso de extranjerización y concentración, y los
impactos de este proceso en la expulsión de la población rural y de la producción familiar
(FAO; 2010:2). Las comparaciones regionales ameritan ciertas salvedades para el caso
uruguayo, por lo menos en esta discusión. Por una parte porque el debate en torno al acceso a
la tierra en el país difiere de aquellos países que cuentan con poblaciones originarias e
indígenas, donde el debate se da principalmente en torno a la “expropiación” de la tierra. En
este sentido el Uruguay a diferencia de sus pares regionales no cuenta con movimientos
sociales organizados en torno a la temática de la tierra o por lo menos no cuenta con grupos
de presión relevantes.
III. Del Uruguay al mundo.
iii.a. Las transformaciones agrarias.
Son muchos los trabajos científicos y académicos que comparten la idea de que las
matrices productivas agropecuarias en Latinoamérica se han visto transformadas en las
últimas décadas, y junto con ellas se han transformado las estructuras urbanas y sobre todo
las estructuras rurales. Desde una perspectiva desarrollista de corte territorial se entiende que
la estructura productiva de un determinado territorio repercute y moldea las posibilidades de
desarrollo del mismo, en ese sentido, conocer las características de ciertos modelos se vuelve
de suma importancia hacia los estudios del desarrollo. Cada Modelo de Producción requiere
de ciertas estructuras sociales, políticas, económicas, una cierta matriz productiva, y sobre
todo una base social y cultural que lo sustente y/o legitime. En ese sentido el tipo de
producción, el modo de producir, transformar y comercializar la producción, así como las
4. redes sociales, comerciales y políticas son resultados de los requerimientos del Modelo
concreto en desarrollo. Para el caso uruguayo el modelo de producción agropecuario se ha
visto transformado en las últimas décadas como respuesta a coyunturas internacionales que
solicitan y habilitan nuevos modos de producción con fines y objetivos globales que muchas
veces pueden ir en detrimento de las expectativas locales. En este sentido la matriz clásica del
Uruguay se ha visto interrumpida por nuevas estrategias provistas por la agriculturización del
agro, nuevas demandas externas de productos específicos con requerimientos especiales de
calidad y producción. Ello ha provocado una reorganización productiva y social del agro y del
sector empresarial uruguayo quienes han debido incorporar nuevos rubros productivos (soja,
forestación, fruticultura) con requerimientos, en cuanto a factores de producción, muy
distintos a la clásica producción ganadera. La actual matriz productiva agrícola demanda
nuevos factores: innovación, establece nuevas modos de propiedad y uso de la tierra, nuevas
estructuras de empleo, nuevas modalidades de trabajo, distinto capital humano, nuevas
herramientas financieras, nuevas reglamentaciones jurídicas, nueva infraestructura, y con ello,
genera inevitablemente una nueva cultura de trabajo, con nuevas expectativas individuales y
colectivas, acuerdos y desacuerdos sobre el modo de producción. En consecuencia si se
concibe el modelo productivo como las características estructurales que moldean la
organización de los procesos productivos, se entienden como parte de este nuevo modelo la
normativa vigente, beneficios fiscales, leyes, estructura laboral, niveles de apertura comercial,
objetivos productivos y comerciales, entre otros.
Dada la innovación del Modelo, el Uruguay se ha visto inmerso en un proceso de
extranjerización de la economía que va desde instituciones financieras, empresas de servicios
agrícolas y agropecuarios, hasta agroindustrias, sociedades, grupos e individuos que se
apoderan del uso de la tierra en sus diferentes variantes (medianería, arrendamiento,
propiedad).
iii.b El modelo agroexportador en el Uruguay
La apertura comercial de un país se da por lo menos en dos sentidos, como exportador y
como importador. Por otra parte, y tal como se mencionó, el Uruguay sale también al
mercado internacional como país receptor de inversiones. Se quiere señalar aquí que la
apertura comercial implica o puede implicar la conquista de nuevos mercados para las
exportaciones pero al mismo tiempo implica nuevos acuerdos de importaciones y muchos
acuerdos de inversión. En estos términos la estructura productiva de un país es determinante
en el nivel de acuerdos a establecer pues lo que el país pueda obtener depende de lo que el
país pueda ofrecer.
Actualmente la agroindustria uruguaya ha visto modificada de su matriz básica
incorporando nuevos productos finales los que requieren de nuevos factores, cuantitativa y
cualitativamente. Se tomará como ejemplos ilustrativos a la producción agrícola de soja y a la
forestación y su cadena. Los nuevos usos de viejos productos solicitan nuevos tratamientos, y
para ello, nuevos factores y nuevos manejos, tales son el caso de la producción sojera
destinada a biocombustibles y la producción forestal con destino industrial, particularmente,
la industria del papel.
“Se distinguen dos grandes tendencias que ejercen presión sobre los recursos naturales a
nivel territorial: la expansión de la forestación y de la agricultura de secano, en particular del
cultivo de soja (sojización). “(Rossi, V; 2010)
Las agroindustrias sojera y forestal requieren de grandes inversiones en infraestructura,
en maquinaria, en conocimiento y en insumos, lo que en cierto modo ha trastocado la
economía nacional. “Una evaluación retrospectiva muestra que las innovaciones incorporadas
a la fase agropecuaria de la agricultura -como mecanización, uso de agroquímicos,
biotecnología e informática- han determinado cambios sustanciales en el sendero tecnológico,
destacándose en este sentido un protagonismo creciente de las empresas transnacionales.”
(MGAP-DIEA; 2003:5) No obstante ciertas características de estos modelos en cuanto a las
5. cadenas de valor, a la estructura laboral generada, a los manejos agrícolas-ambientales, a las
estrategias organizacionales, entre otras, merecen cierta reflexión sobre sus impactos, tanto a
nivel económico como a nivel social y ambiental. A diferencia de otros países el Uruguay no ha
logrado establecer modelos agroindustriales integrales y completos favoreciendo el objetivo
de agro-exportación. En este sentido, a modo de ejemplo, la producción de soja no logra
integrarse a la cadena de valor ganadera, y la producción forestal no llega a completar su ciclo
de industria del papel en el país.
En otro sentido este modelo de agroindustria ha facilitado, debido a sus características
propias y a las políticas de inversión de los gobiernos nacionales, la llegada al país grandes
inversores extranjeros. Empresas como El Tejar, UPM, Störa Enso, entre otras, son algunos
ejemplos de ello. Dichas empresas han intervenido en la economía nacional a través de la
instalación de fábricas y procesadoras, a través de la incorporación de maquinaria, a través de
la atracción de capital humano extranjero y principalmente a través de la utilización de la
tierra en modo de propiedad, arrendamiento y medianería.
“Los cambios son de gran magnitud y han acontecido en un corto período de tiempo,
modificando el peso relativo de las actividades, la estructura agraria, la organización
empresarial, la tecnología, el uso del territorio, etc. fundamentalmente a partir de la
expansión de algunas actividades (forestación, soja) y de los cambios derivados de la
intensificación.” (V. Rossi; 2010; 76)
IV. Dimensión del fenómeno extranjerizador.
iv.a Antecedentes sobre la extranjerización de la tierra en el Uruguay.
Si bien la adquisición de tierras por parte de extranjeros cuenta con larga data en el
Uruguay1 las discusiones y estudios sobre el fenómeno son recientes y se relacionan con otro
fenómeno: la concentración. También se ha mencionado en este escrito que la concentración
de la tierra en el país no es un fenómeno nuevo puesto que el Uruguay se ha caracterizado por
contar con grandes latifundios principalmente al norte del país, por lo que la discusión y el
tratamiento actual del tema deben contemplarse de manera compleja. “La concentración de
la tierra en el Uruguay se produce en forma relativamente constante desde 1956 hasta la
actualidad, y tiene el carácter de ser creciente y acumulativa” (Vasallo; 2006; 56) En éstos
términos se expondrá a continuación una breve reseña del tratamiento de la temática en
torno a la extranjerización y concentración de la tierra en el Uruguay.
Junto con lo anterior se entiende que la competencia intrasectorial por el factor tierra se
da a partir de la explosión de los mercados de commodities (demanda y precio) impulsada
principalmente por la agricultura, que como se señaló en apartados anteriores, cobra
importancia en la producción agropecuaria a partir de una mayor demanda de granos tras el
ingreso de China e India al mercado, y por otra parte a través de la mayor demanda con
destino a los Agrocombustibles. En este contexto la agricultura, principalmente la de secano,
comienza a ejercer una presión de acceso a tierras productivas sobre otros rubros como la
ganadería, lechería, etc. Sumado a este fenómeno, el Uruguay cuenta con la particularidad de
fomentar la inversión en tierras a través de la forestación lo que agrega un nuevo jugador a la
competencia señalada. Los intereses de estos dos rubros (agricultura de secano y forestación)
son distintos en cuanto a los requerimientos del tipo de suelo por lo que sus intereses, en
principio, no se enfrentaban entre ellos, siendo los otros rubros, principalmente los
ganaderos, quienes se vieron relegados. Según el trabajo de Vasallo (2010) fueron 4 los
espacios de competencia intrasectorial en el Uruguay: 1) Forestación-ganadería de cría; 2)
Agricultura de secano-Lechería; 3) Agricultura-Agrícola ganadero; 4) Ganadería de engorde-
Lechería. Hubieron sectores productivos que no cedieron lugares por distintas razones (arroz,
1
Por ejemplo las colonias ubicadas en el litoral suroeste del país.
6. citricultura, fruticultura) sin embargo los sectores ganaderos, principalmente los dedicados a
la cría fueron quienes se vieron mayormente afectados.
Los dos rubros expulsores, la agricultura de secano y la forestación, son relativamente
nuevos en el país y han llegado principalmente a través de agentes externos a la economía
nacional. La llegada de las transnacionales forestales y sojeras, como así también el
desembarco de productores argentinos de granos2. Otro de los cambios directos e indirectos
de la llegada de producciones con lógicas externas al país fue el desarrollo de la agroindustria.
Los tópicos en torno al desarrollo de la agroindustria caen por razones cuantitativas y
cualitativas en los complejos forestales de fase industrial a través de la instalación de BOTNIA
(hoy UPM) y más recientemente con el Joint Venture Montes del Plata en el que se prevé una
inversión de 1500 millones de dólares en una nueva planta. Estas megainversiones extranjeras
son el reflejo más alto de un proceso agroindustrial que viene acaeciendo en el Uruguay
liderado principalmente por empresas transnacionales.
La presencia de empresas extranjeras que adquieren tierras nacionales en modo de
propiedad o arrendamiento son un indicador útil de la magnitud del fenómeno, sin embargo
el Uruguay no cuenta con cifras exactas debido a dificultades metodológicas de relevamiento
y por otra parte por la legislación y reglamentación vigente. No obstante existen algunos
intentos reflexivos sobre la temática los que se apoderan de la escasa información accesible.
Para ello se articulan datos del último Censo agropecuario del año 2000 con información
obtenida de ciertas empresas extranjeras. Según el Censo Agropecuario del año 2000 en el
Uruguay existían 1730 predios en manos de propietarios extranjeros, aproximadamente un
3% quedando un 0,8% sin conocer debido a que figuraban como Sociedades Anónimas. Los
discursos actuales rezan que ese porcentaje se vio incrementado y para ello se toman en
cuenta algunos datos de empresas y los contratos de compra-venta y arrendamientos de los
últimos años.
Tabla iv.1. Nacionalidad de propietario según Censo Agropecuario 2000
Nacionalidad Frecuencia Porcentaje
Uruguayos 54908 96,1
Extranjeros 1730 3,02
SA (otros Grupos) 493 0,8
TOTAL 57131 100
Fuente: Elaboración propia en base a Censo Agropecuario 2000
Piñeiro (2011) señala que entre el año 2000 y el 2008 se tranzaron en el país cerca de 5
millones de hectáreas de las cuáles un 6% fueron adquiridas por extranjeros, no obstante
existe un 55% de las hectáreas que fueron adquiridas por Sociedades Anónimas. El análisis que
se realiza actualmente es que gran parte de las SA son empresas extranjeras y por ello se
entiende que el proceso de extranjerización y concentración de la tierra viene creciendo de
manera precipitosa.
2
Éstos deciden llegar a Uruguay principalmente por dos cuestiones: el precio de la tierra y las medidas tributarias en Argentina.
(Vasallo, 2010)
7. Tabla iv.2. Superficies vendidas y adquiridas según nacionalidad. 2000-2008.
Fuente: Piñeiro, 2011
Según el mismo informe y algunos relevamientos de este equipo, existen empresas
extranjeras como RMK (38.000 hás), UPM (220000 hás)3, Montes del Plata (250.000 hás), El
Tejar (160.000 hás), Weyerhaeuser (140.000 hás), Agronegocios del Plata (100.000 hás) que
muestran indicios sobre un proceso de adquisición de tierras de parte de extranjeros en una
cuantía significativa. “La información muestra que la situación es más compleja: las tierras
perdidas por los uruguayos es ganada por “adquirentes que no son personas físicas” es decir
que son Sociedades de diverso tipo cuya nacionalidad no es posible conocer aunque se pueda
suponer que posiblemente muchas de ellas sean de inversores extranjeros.” (Piñeiro, 2011:
23) No obstante esta información, no se cuenta con datos exactos pues muchos provienen de
las mismas empresas y no cuentan con una corroboración empírica consistente, sobre todo
por las falencias de registro a nivel nacional.
En el marco nacional la zona norte del país se constituyó como un fuerte atractivo para la
inversión extranjera, tanto para el rubro forestal donde se asentaron varias de las zonas de
prioridad forestal como para el desarrollo de la agricultura de secano. El gráfico iv.1 se
presenta el número de operaciones y superficie transada en los departamentos ubicados al
norte del Río Negro, departamentos objetos de este proyecto. El cuadro ilustra que si bien el
departamento en el que se realizó el mayor número de contratos es Tacuarembó, en el que se
tranzó la mayor cantidad de tierra fue el departamento de Paysandú, lo que señala la
relevancia de considerar el tamaño de los predios a la hora de considerar el nivel de
extranjerización en el país.
Gráfico iv.1. Compra-venta de tierras al norte del Río Negro.
N ú m e ro d e o p e ra c io n e s
C o m p r a - v e n t a d e t ie r r a s 2 0 0 9
M ile s d e h e c tá re a s
N º d e o p e r a c io n e s y s u p e r f ic ie t r a n s a d a
160 50
144
45
140 44
40
120
35 35 N ú m e ro d e
100 o p e r a c io n e s
30
74 76 74
80 25 68 24 23
25
60 54 20
40
15 15
S u p e r f ic ie
10
v e n d id a e n
20 5 m ile s d e h á s .
0 0
ó
ro ú b s
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d ra m lt
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y R a
ío a u A
R P c
a
T
Fuente: elaborado a partir de Anuario 2010 DIEA-MGAP
3
En propiedad y en administración.
8. Se ha presentado en este apartado que gran parte del mercado de tierras en venta y
arrendamiento se encuentra relacionado con los rubros forestales y con el de agricultura de
secano, siendo éstos al mismo tiempo relacionado con propietarios extranjeros. Si bien en el
apartado que sigue se desarrollará una información más detallada, se hace referencia aquí y
se intenta reflejar el uso de las tierras al norte del Río Negro intentando reflexionar sobre las
dinámicas del mercado de tierras, el uso de la tierra y sus propietarios.
En términos generales durante el período 2000-2009 en los departamentos al Norte del
Río Negro se tranzaron alrededor de 2.000.000 de hás siendo sus compradores extranjeros o
Grupos o Sociedades no identificadas, de las cuales prácticamente un millón se encuentran en
los departamentos de Paysandú y Río Negro.
Si bien en los departamentos en cuestión predomina la actividad ganadera, existe una
tendencia de transformación productiva principalmente en el litoral del país. En el gráfico iv.2
se puede apreciar que los suelos preferidos para la producción de granos fueron los de
Paysandú en los que se arrendaron prácticamente 29.000 hectáreas con destino a la
agricultura de secano y con destino agrícola ganadero.
Gráfico iv.2
Superficie arrendada (miles/hás) 2009
14.000
12.000 Agr-Ganadero
Agric-Secano
10.000
8.000
6.000
4.000
2.000
0
Artigas Río Negro Rivera Paysandú Salto Tacuarembó
Fuente: elaborado a partir de Anuario 2010 DIEA-MGAP
Según la información proporcionada por DIEA la cantidad de contratos de arrendamiento
en el año 2009 asciende a 2091 de los cuales un 6% (incluyendo extranjeros y personas no
físicas) arrendaron aproximadamente un 55% de la tierra tranzada.
La tabla iv34 permite analizar no solamente la cantidad de contratos celebrados y su
cuantía en hectáreas sino que al mismo tiempo muestra un fiel reflejo de lo manejado a lo
largo de este escrito en cuanto al precio de la tierra donde las hectáreas arrendadas por
argentinos marcan los precios más altos por há.
9. Tabla iv.3. Arrendamientos según nacionalidad 2009.
Según la misma fuente y tras el cruce entre los contratos celebrados y el rubro se obtiene
que la hectárea mejor paga fue la destinada a la agricultura de secano. Los precios por
hectárea en venta y arrendamiento4 sirven de indicadores del estado de la competencia
intrasectorial por el recurso tierra y al mismo tiempo denotan una de las consecuencias del
nuevo modelo productivo agroindustrial basado en el Agribusiness, a saber el incremento de
la renta de la tierra.
iv. b Principales hallazgos en la extensión del fenómeno extranjerizador.
Como puede deducirse de los anteriores apartados, el desafío de la medición de la
extranjerización de la tierra radica en las (a) dificultades propias de las encuestas o censos en
el medio rural, y (b) la existencia de una alto porcentaje de las transacciones realizadas en el
último período que se presentan en forma de sociedades anónimas o de grupos no
identificables por su nacionalidad. En este sentido, existe un elemento legal de protección que
obstaculiza el acceso a la información y que se mantiene en vigencia en el censo agropecuario
actualmente en desarrollo. Desde ese enclave de desconocimiento el presente proyecto se
orientó a buscar caracterizar las producciones de capitales extranjeros en el norte del país
desde el punto de vista del desarrollo económico local y por su incidencia en la estructura
agraria. Este proceso supuso por ende buscar adicionar al debate una estimación de la
extensión del fenómeno en los departamentos del norte del país. Como se ha antedicho, las
limitantes financieras de un proyecto con las características del presente obligan a manejar
amplios márgenes de error en los procesos de inferencia, no obstante, los hallazgos obtenidos
permiten echar luz sobre algunas de los acercamientos anteriormente presentados. No
obstante ello, se ha considerado que en la instancia de medición e identificación el
relevamiento de arrendamientos ha sido poco confiable, encontrándose casos de
subdeclaración voluntaria de los arrendamientos por parte de capitales extranjeros o
estrategias de medianería con capitales extranjeros viabilizadas mediante intermediarios
nacionales. Esta situación llevó a desestimar la credibilidad de los datos en torno a
arrendamiento y a exponer únicamente los datos vinculados a la extensión de la
extranjerización de la tierra en propiedad.
Como lo muestra la tabla iv.4 la encuesta realizada a predios del norte del país
permitió identificar la existencia de entre un 8,4% y un 11,2% (α = 0,05) de los predios en
propiedad de capitales extranjeros.
4
Se desarrolla en capítulo siguiente
10. Tabla iv.4. Extranjerización en propiedad al norte del país.
Valor Límite Límite
Puntual inferior superior
(α=0,05) (α=0,05)
Establecimientos en manos de 9,8% 8,4% 11,2%
extranjeros.
Tierra en manos de extranjeros. 14,2% 5,7% 22,7%
Tierras en manos de extranjeros que
figura como S.A. 5,9% 1,1% 10,7%
Fuente: Elaboración propia a partir de Encuesta por Conglomerados a Establecimientos
Rurales.
Este porcentaje resulta significativamente diferente a los valores conocidos hasta el censo
2000 y contempla la existencia de predios comprados a nombres de titulares de capital
extranjero como inscriptos a través de sociedades anónimas u otros no identificables. Las
características concentradoras del modelo extranjerizador, características previamente
mencionadas, obligan a señalar que si bien se realiza una estimación de los predios puntuales
en manos de capitales extranjeros –identificación de gran relevancia para el análisis de
desarrollo local-, los mismos pertenecen a un número menor de empresas, ya que las mismas
empresas trasnacionales realizan compras de múltiples predios en diferentes locaciones.
En consonancia con esta perspectiva concentradora, la tabla evidencia que el
porcentaje de tierra en propiedad supera ampliamente el porcentaje de predios, denostando
la compra de predios de gran envergadura o la fusión de predios más pequeños a manos del
capital extranjero, de modo que el alcance de este se ubica entre un 6% y un 23% de las
hectáreas del norte del país. Si bien el tamaño de la muestra resigna a un intervalo de
confianza amplio, se evidencia que el 6% identificado por Piñeiro (2010) aparece como el
menor valor posible para las hectáreas en propiedad directa (únicamente compra). Asimismo,
y en consonancia con lo identificado por el autor, la tabla evidencia que el peso de las
Sociedades Anónimas es de enorme importancia entre las propiedades extranjeras,
encontrándose en esta situación aproximadamente el 60% de los predios extranjeros
identificados. De ese modo las sociedades anónimos u otro tipo de sociedades no
identificadas de origen extranjero abarcan entre el 1,1 y el 10,7% de las hectáreas del norte
del país. Este dato es significativo, porque evidencia al unísono una forma de apropiación
extranjera –un modelo empresarial a través de S.A.- pero también modera la concepción de
que el 55% de los predios transados a grupos no identificados se han vendido a extranjeros, al
desnudar la existencia de un porcentaje importante transadas en propiedad de grupos o
sociedades anónimas que –por descarte- se han comprado por capitales nacionales no
identificados.
Retomando un análisis conjunto de los predios en propiedad de capital extranjero,
más allá de la forma de titulación, se puede reforzar la idea de que es un modelo
concentrador al contraponer el número promedio de hectáreas de sus predios (905 há
promedio por predio) frente al promedio de hectáreas de los predios nacionales (595 há). No
obstante, si se consideran la cantidad promedio de há por empresas extranjeras –con la
desigualdad interna que sabemos existe- las mismas incrementan ampliamente su há
promedio hasta alcanzar una media de 1488 há por empresa extranjera. Por último,
cabe señalar que la distribución de hectáreas tanto entre los nacionales como entre los
extranjeros no sigue una distribución normal, por el promedio aparece como una primera
ilustración algo desfigurada de la real distribución de la tierra, en particular para el caso
nacional que se asienta como muestra el gráfico sobre una amplia base de pequeños
predios inferiores a las 50 há.
11. Gráfico iv.3. Comparación en la concentración de la tierra por predio en propiedad entre
nacionales y extranjeros al norte del país.
45
40
EXTRANEJROS
35 NACIONALES
30
25
20
15
10
5
0
0-49 50-99 100-199 200-499 500-999 1000- 2500 y
2499 más
Fuente: Elaboración propia a partir de Encuesta por Conglomerados a Establecimientos
Rurales.
V. Impactos a nivel Territorial
v.a. Gran escala y concentración de la tierra a nivel territorial.
Sabido es que una determinada manera de organizar la producción desencadena, en el
largo plazo, un sin fin de características sociales y demográficas coherentes con los
requerimientos de la misma. En ese sentido el mundo ha visto cómo, alrededor de distintos
modelos de producción, las poblaciones involucradas sufren cambios estructurales en cuanto
a su composición demográfica, su organización urbana, los servicios con que cuenta, etc.
Históricamente el Uruguay ha contado con escasa población rural sobre todo si se lo compara
con el resto de América Latina, fenómeno que se acompasa por la escasez de campesinado y
por el ingreso temprano del capitalismo en el agro uruguayo. De cualquier modo se intenta
señalar aquí que el despoblamiento del medio rural uruguayo no es contemporáneo sino que
existe desde los inicios de la nación. No obstante si se permite la expresión, la escasez
aumenta. Si se revisan los datos censales de población de de los censos agropecuarios se
advierte que la población rural ha descendido desde mediados del siglo XX hasta la actualidad
aproximadamente en un 50%. Siguiendo el trabajo de Bianco y Figueredo, se advierte que la
población rural pasó de 498.000 en 1963 a 266.289 en 2004 según la información recopilada
por los censos de población del INE. Al mismo tiempo, y a partir de los censos agropecuarios,
se estima que la población residente en predios agropecuarios pasó de 389.850 en 1961 a
189.838 en el año 2000.
Cuadro v.1. Situación habitacional y de explotación del predio.
Con residentes y es explotado 84,7%
Con residentes y no es explotado 7,3%
Sin residentes y explotado 8,0%
Total 100,0
Fuente: Elaboración propia a partir de Encuesta por Conglomerados a Establecimientos
Rurales.
El cuado v.1 muestra la situación encontrada en este estudio respecto a la residencia de
personas en los predios agropecuarios. Prácticamente el 92% de los predios encuestados
cuenta con personas que residen en el mismo.5 Según las tendencias de las últimas décadas la
existencia de un 8% de establecimientos sin residentes refleja un patrón, que aun sin detallar
5
Cabe señalar la dificultad metodológica de registrar predios sin residentes mediante la técnica de encuesta. Al mismo tiempo se
debe decir que el % de predios no brinda luces sobre la cantidad de personas.
12. la cantidad de personas, indica una tendencia al despoblamiento en cuanto a ruralidad
dispersa.6
Por otra parte la presencia de determinadas empresas agropecuarias decreta el nivel y
tipo de mano de obra. En este sentido la instalación de ciertos rubros productivos en el medio
rural puede impactar en el crecimiento de las poblaciones cercanas (en caso de que los
requerimientos se adecuen a las características regionales) o al despoblamiento si los
requisitos para trabajar no existen en la zona, lo que lleva a que las personas visualicen un
desempleo estructural y se mueven hacia donde haya trabajo. Debe señalarse también que
una parte de la población rural es un tanto nómade pues vive donde se trabaja, y el trabajo o
mejor dicho, el empleo rural, es precario y sobre todo zafral, por lo que muchos trabajadores y
algunas de sus familias, rotan su punto de residencia siguiendo la oferta de trabajo.
“La demanda de tierras por la vía de las compras y el arrendamiento, ambos procesos
liderados por empresas extranjeras o grandes empresas nacionales, viene dando un nuevo
impulso a la exclusión de productores familiares y medianos, que se concreta en enajenación
de activos fijos o por no poder competir en el mercado del recurso.” (OPYPA, 2007) Se toman
las palabras del Ingeniero Martín Buxedas para dar cuenta de uno de los impactos que se
visualizan en el Uruguay actual sobre la pequeña y mediana producción, vinculados
directamente al asentamiento en el país de un modelo de producción agroindustrial.
El eje del debate aquí presentado refiere a que el actual fenómeno de concentración de la
tierra en base a economías de gran escala repercute en el acceso a tierras de residentes
rurales quienes en muchos casos deciden vender o arrendar sus tierras pasándose al sector de
rentista o proletario. Al mismo tiempo, el productor que se ve despojado de sus tierras entra a
las filas del proletariado sin calificación diversa manteniendo como única opción el trabajo
rural en un contexto en el que la demanda de mano de obra especializada en el trabajo
agrario aumenta.
v.b. La capacidad endógena de desarrollo: los pequeños y medianos productores, los
asalariados rurales. Visión comparada Producción Nacional-Producción extranjera.
La discusión sobre la extranjerización de la tierra y el Desarrollo Territorial Rural recae en
dos ejes principales: a) La relación explotación agropecuaria-territorio, y b) Consecuencias del
modelo de producción característico de los predios extranjeros.
En cuanto al primer eje se desea analizar en este apartado las diferencias encontradas
entre predios nacionales y extranjeros según sus características de producción, en este
sentido se comparan a través de la extensión del predio y a partir de su rubro. Al cruzar datos
se encuentran ciertas diferencias y similitudes entre producciones nacionales y extranjeras
respecto a los vínculos establecidos a nivel territorial.
Se pretende establecer en este trabajo que el DTR depende de las capacidades con que
cuentan los territorios para forjar sus condiciones de desarrollo. En pequeños territorios
rurales, aquellos que forman la zona de influencia de pueblos y villas, la división entre vida
productiva y no productiva resulta difícil. En estos términos el análisis de las capacidades
hacia el desarrollo deben contemplar a todos los integrantes en sus distintos roles. El caso de
la producción familiar puede servir de ejemplo concreto dado que en una misma unidad
familiar coexisten productores, asalariados, encargado/a del hogar, hijos e hijas que trabajan
en el hogar, que trabajan en la producción, que estudian, etc. De igual forma estas relaciones
suelen aplicarse también en las familias que residen en las localidades y que también son
productores. De tal modo, el análisis de las capacidades productivas con que cuenta un
territorio debe atender a esta particularidad.
6
A pesar de ser un porcentaje bajo se entiende en este escrito que las explotaciones agropecuarias deben contar con residentes.
13. Cuadro v.2. Tipo de producción según residencia de propietario. > 1500 hás.
Extranjeros Nacionales
Producción familiar con 20,5 21,1
trabajadores
Producción empresarial 79,5 78,9
Total 100 100
Fuente: Elaboración propia a partir de Encuesta por Conglomerados a Establecimientos
Rurales.
En principio puede asumirse que la principal capacidad endógena de desarrollo que existe
“Los extranjeros hacen una inversión grande y cuando la
en el medio rural son los productores en sus
hacen le hacen de todo porque tienen la disponibilidad de distintas modalidades y tipificaciones, pues
capital para hacer cosas. Lo que yo veo que la parte son los que cuentan con recursos y factores
económica es la principal diferencia. Si va un extranjero
para arrendar o para comprar para mí es lo mismo, si productivos. La teoría del Desarrollo
económicamente es mejor entonces mejor. Porque al Económico Local propone que los territorios
tener más dinero ellos vienen a producir a full, capaz que deben construir las relaciones y estructuras
un predio chico le cuesta un montón hacer 10 hectáreas
de pradera, y ellos llegan y desde el principio te hacen necesarias para generar la riqueza y
150.” (Andrés, productor y administrador nacional.) apropiarse de ella, por lo que contar con
factores productivos en patrimonio es un
factor esencial. No obstante, el factor mano de obra es también un recurso vital hacia el DTR,
sobre todo ante el avistamiento del actual proceso de urbanización de la mano de obra en
trabajos agropecuarios. Como muestra el cuadro v.2 en predios mayores a 1500 hectáreas la
residencia de los propietarios es escasa tanto en productores nacionales como en extranjeros.
En estos términos y de cara al DTR la residencia del propietario se vincula a la extensión del
predio más que la nacionalidad, y por otra parte al rubro productivo. En predios destinados a
la agricultura o a la forestación la residencia de propietarios es nula.
Los generadores de valor hacia el territorio son por lo general aquellas personas activas
económicamente que residen en el territorio, en otro sentido las empresas agropecuarias que
destinan su producción y riqueza hacia fuera simplemente usufructúan el territorio sin darle
valor al mismo, por lo menos desde una perspectiva de desarrollo endógeno. Es de este modo
que la pequeña y mediana producción, y la clase asalariada deben ser el punto de partida y el
objetivo final de cualquier planificación hacia el desarrollo rural.
Como se ha expresado
“… se formo un fenómeno acá de compras de tierras por anteriormente la existencia de
extranjeros que no viven en el país, me parece una cosa que productores residentes o de
no corresponde, hay por ejemplo predios argentinos en el producciones vinculadas al
departamento de gente que no vive en Uruguay, territorio definirán una serie de
principalmente con eso es con lo que no estoy de acuerdo.” condicionantes hacia la
(Amílcar, Administrador) población o despoblamiento
del mismo. Aunque suene descabellado conviene nuevamente resaltar que para que existan
posibilidades de desarrollo rural, éste, debe contar con personas que lo habiten, que lo
produzcan, que lo usufructúen, que lo transformen. Estas características señaladas
encuentran en la pequeña y mediana producción un bastión ejemplar, pues un productor
radicado implica familia residente, requerimiento de mano de obra, requerimiento de
servicios básicos, etc. Por otro lado, lograr canalizar el modelo productivo de la zona con las
cualidades de la mano de obra existente significa el asentamiento de una clase rural
trabajadora que poco a poco pasa a ser una clase urbana desocupada.
El Cuadro v.3 muestra que los establecimientos extranjeros cuentan indicadores
desfavorables hacia el DTR en tres niveles. En primer lugar y como se ha señalado un muy bajo
porcentaje de propietarios reside en los predios lo que implica una primera ruptura con la
14. necesaria lógica del DTR. En segundo lugar un escaso porcentaje de los predios cuentan con
trabajadores radicados por lo que los vínculos con el territorio son escuetos, más aún pues
solamente un 29% de los predios cuenta con trabajadores de pueblos cercanos. Como se
señala en este escrito gran parte de los establecimientos extranjeros, debido a los rubros
productivos, requieren estructuras productivas y laborales que van en desmedro de la lógica
territorial.
Cuadro v.3. Radicación predios extranjeros.
Dueño Empelados Trabajadores
Radicado Radicados de pueblos
cercanos
Si 4,8 31,5 29,6
No 95,2 68,5 70,4
TOTAL 100 100 100
Fuente: Elaboración propia a partir de Encuesta por Conglomerados a Establecimientos
Rurales.
Si se tratara de graficar la cadena de valor de un producto agropecuario que incluyera a
grandes y pequeños productores se encontraría que la pequeña producción se sitúa en los
niveles más bajos de la cadena, ergo, en los sectores que cuentan con menor valor agregado.
Esta característica debe pensarse en el marco de que la pequeña producción es al mismo
tiempo aquella que enfrenta los mayores costos de producción por lo que en su balance
resulta obtener la menor ganancia. Es en este tipo de problemáticas donde la generación de
capital social se vuelve un factor productivo eficiente. Los pequeños productores agremiados
u organizados cuentan con mejores condiciones de afrontar costos y riesgos, permitiéndose al
mismo tiempo reducir los costes de producción y aumentar sus ganancias a través de
inversiones, por ejemplo en compra de maquinaria colectiva. La asociatividad entre pequeños
productores repercute en el poder de negociación pues se pueden ofrecer al mercado
mayores volúmenes de productos, de modo que en un intento esquemático se podría
visualizar a la Organización de pequeños productores como un gran productor.
Cuadro v.4. Coordinación con predios vecinos
Nacionales Extranjeros
Se coordina con predios linderos 15,2 26,8
Se hace de manera aislada 81,1 73,2
Perdidos 3,7% 0%
TOTAL 96,3% 100%
Fuente: Elaboración propia a partir de Encuesta por Conglomerados a Establecimientos
Rurales.
Por otra parte, el vínculo entre grandes y pequeños debe establecerse bajo el supuesto de
vecindad, si es que no se logra el de coompetencia. No obstante, grandes y pequeños
comparten un mismo territorio por lo que se pueden y deben encontrar mecanismos que
habiliten ciertos términos de colaboración, cuando no de cooperación. El cuadro v.4 ilustra en
términos porcentuales que la coordinación con predios vecinos, como un indicador de
coompetencia, es baja tanto en predios nacionales como en predios extranjeros. En las
conclusiones de este capítulo se hace referencia a algunas posibles hipótesis que intentan
comprender y explicar este fenómeno. Los hallazgos del presente trabajo reflejan una realidad
que se contrapone al supuesto manejado en cuanto al DTR puesto que los distintos predios
agropecuarios, tanto en su calidad de productores como de consumidores, no tienen
incorporadas en sus hábitos conductas vinculantes al territorio. Además de los vínculos
productivos gran parte de las posibilidades del DTR refieren a la distribución de la riqueza en
el territorio. Para ello se ha manejado el supuesto de que existen dos formas directas de
distribución: a) contratación de trabajadores residentes en la zona de influencia, y b)
15. conductas de consumo en la zona
“Alguna mano de obra se consigue, pero comprar no se de influencia. En este esquema
compra nada. Es difícil encontrar alguien para trabajar en juegan un rol preponderante los
Topador o Yacaré por que la gente no sabe mucho, no tiene productores residentes en le
capacitación para este trabajo, lo que no quita que alguno territorio bajo el supuesto de que
haya pero son pocos, no son muy fanáticos. La relación con
sus prácticas de consumo se
los pueblitos es buena, pero no existe una relación directa.”
(Paulo, Administrador arrocero.) realicen en el mismo generando
con ello un efecto multiplicador
entre generación de empleo-ingreso del los hogares-gasto de los hogares en el territorio-
ingreso en los comerciantes…y así sucesivamente.
Los datos encontrados muestran que solamente un 26% de los predios encuestados
buscan a sus trabajadores en pueblos cercanos, mientras que dentro del 74% restante sen
encuentran distintas opciones: empresas contratistas (por lo general en predios extranjeros),
en las ciudades, “ellos aparecen solos”, entre otros. Este porcentaje aumenta cuando se trata
de trabajadores zafrales alcanzando un 34%. Tratar de comprender este fenómeno implicaría
un estudio más detallado sin embargo algunas de situaciones encontradas pueden dar luz al
problema. En la cuestión teórica al empleador le puede redituar que el trabajador resida en
las cercanías del pueblo en algunos
“La verdad que con los comercios de la zona la relación es
casos, y en otros le reditúa que el
prácticamente nula, toda la gente que trabaja con
trabajador se radique en el predio.
nosotros es de la ciudad de Artigas.” (Daniel, Productor
Ganadero.)
VI. La vista hacia adelante…
En este proyecto se partió del supuesto de que Uruguay ha tomado conciente o
inconcientemente una vía de crecimiento y que la misma no necesariamente implicaría un
desarrollo equitativo en los espacios rurales. Desde esta perspectiva se ha analizado la
cuestión de la extranjerización de la tierra y se ha dado cuenta de un fenómeno de expulsión
de la agricultura familiar y de cierto nivel de impactos sobre el desarrollo rural. No obstante,
se ha señalado también la movilidad de capitales que este modelo ha supuesto para el país y
para múltiples productores y trabajadores, antiguamente endeudados. Se considera en
consecuencia que existen dos cuestiones centrales a destacar, una es la definición nacional en
torno a qué hacer o qué lugar le cabe a la producción familiar en la estructura agraria, y la otra
es qué límites o alcances considera el país que debe tener este modelo, que como se ha visto,
ya está instalado en el Uruguay pero tiene potencial para continuar desarrollándose.
Se añade por último tres elementos que no fueron objeto de este trabajo pero que
requieren de una discusión profunda en el país en relación al fenómeno extranjerizador, a
saber, la cuestión ambiental, la cuestión de la soberanía tanto nacional como en los espacios
locales y la cuestión del destino de la renta agraria.
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