El sector público interviene en la economía para corregir los fallos del mercado como las externalidades, bienes públicos, competencia imperfecta y ciclos económicos. Sus funciones son fomentar la eficiencia económica, propiciar la estabilidad y el crecimiento, y mejorar la distribución de la renta. Para lograrlo, utiliza instrumentos como políticas fiscales, monetarias y de rentas, medidas estructurales como la modernización de sectores y regulaciones.