Nicolás Guillén fue un poeta cubano considerado el máximo representante de la poesía negra centroamericana. Cursó derecho en La Habana antes de dedicarse al periodismo y la literatura en Camagüey, donde inició su actividad literaria en el posmodernismo aunque pronto se inclinó por la línea realista. Su obra se hizo eco de las tradiciones afrocubanas y las inquietudes de su época como el amor, la muerte y la trascendencia.
1. ¿Quién es Niolás Guillén?
(Camagüey, 1902 - La Habana, 1989)
Obra literaria de Nicolás Guillén:
Poeta cubano. Por su obra ligada a las tradiciones afrocubanas, es considerado el máximo represen-
tante de la llamada «poesía negra» centroamericana y una de las principales figuras de la cultura de
la isla. Nicolas Guillén cursó un año de derecho en La Habana, antes de abandonar la universidad y
volver a su ciudad, donde trabajó como tipógrafo y se dedicó al periodismo en la redacción de El Ca-
magüeyano, en cuyas páginas inició también su actividad literaria.
La actividad literaria de Nicolás Guillén se inició en el posmoder-
nismo, aunque pronto su producción se inscribió dentro de la lla-
mada línea realista de los múltiples vanguardismos cubanos, cul-
tivando como ningún otro autor la llamada «poesía negra», ten-
dencia surgida en torno a 1930 en las Antillas.
Además, su poesía se hizo eco también de las inquietudes neo-
rrománticas y metafísicas del momento, como la trascendencia
del amor y la muerte, que ocuparon un espacio importante en su
obra.
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografia de Nicolás Guillén». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en
línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en https://www.biografiasyvidas.com/biografia/g/guillen_nicolas.htm
2. Mujer nueva
Con el círculo ecuatorial
ceñido a la cintura como a un pe-
queño mundo
la negra, mujer nueva,
avanza en su ligera bata de ser-
piente.
Coronada de palmas,
como una diosa recién llegada,
ella trae la palabra inédita,
el anca fuerte,
la voz, el diente, la mañana y el
salto.
Chorro de sangre joven
bajo un pedazo de piel fresca,
y el pie incansable
para la pista profunda del tambor.
¡De qué callada manera
se me adentra usted sonriendo,
como si fuera
la primavera!
(Yo, muriendo.)
Y de qué modo sutil
me derramó en la camisa
todas las flores de abril.
¿Quién le dijo que yo era
risa siempre, nunca llanto,
como si fuera
la primavera?
(No soy tanto.)
En cambio, ¡qué espiritual
que usted me brinde una rosa
de su rosal principal!
¡De qué callada manera
se me adentra usted sonriendo,
como si fuera
la primavera!
(Yo, muriendo.)
Canción