1. No me olvides
Eugenio Fouz | Viernes, 23 de agosto de 2013
Ese es el nombre de una flor de color índigo: no meolvides. Y una manera de no
olvidar es escribir. El novelista inglés Thomas Hardy dejó en una de sus novelas
este mensaje:«lo escrito permanece».
Murcia quiere esa flor: forget-me- not
Murcia Qué Hermosa Eres es un lema como lo es Asturias, Paraíso Natural o
Rioja, Tierra Universal. Indudablemente, Murcia, la ciudad y la Comunidad no
tienen la exclusividad de la hermosura. Granada y Salamanca son también
hermosas. El poeta García Lorca se inspiró en más lugares que Granada para su
Romancero gitano. Y durante su estancia en Nueva York dibujó en versos la
soledad.
La gente en las Ramblas barcelonesas dice que quien bebe de la fuente de
Canaletas siempre regresa..
La Comunidad Murciana es ahora la flor de nomeolvides. Sus pétalos albergan
el santuario de Caravaca de la Cruz y los escudos de Lorca, Cehegín, Moratalla y
Jumilla. Además, La Manga del Mar Menor, el balneario de Archena y el aire de
jazz en San Javier, y el calor de la Costa Cálida. Mazarrón, Águilas y la Mar de
Músicas de Cartagena, y la música del mar si acerca al oído una caracola. Y sin
caracola también. La gente marinera, llama la mar al mar, el Alatriste de
Cartagena, la gente de la huerta y la venida de fuera y el copón de Bullas, que
aunque suena a blasfemia no lo es.
Como la flor, Murcia es todo olor. Y la fruta más querida es la naranja. Otra
naranja es visible en la raya del horizonte al amanecer. La luz, la calor del sol a
mediodía, y el azahar que se respira por doquier. Y se hace intolerable
marcharse. No es la tierra únicamente lo que nos llama, sino el mar que viene y
va, la gente y este clima primaveral, las flores y la mezcla de nuevo y antigüedad.
Antiguas son las calles medievales Trapería y Platería, y muchas más, la
catedral, la ciudad con dos Gran Vías. La virgen de la Arrixaca, y la virgen de la
Fuensanta. La barriga dulce de los nazarenos en la Semana Santa. El bando de
la huerta y las Fiestas de Primavera(el espectáculo de los juguetes en el entierro
del pez le hacen a uno, si es hombre, un nudo en la nuez). Y el barrio del
Carmen. Y el paseo relajante al Malecón, el palacio Almudí y la matrona con dos
niños, el tío Pencho de Man, las tostadas de aceite y sal. El café asiático, el
Belmonte, los toreros y los toros y tal.
Es moderna la pasarela de Manterola, la más hermosa del mundo mundial,
semejante a un barco de vela que mece y adormece al paseante, y el tranvía a la
Biblioteca Regional, una mantis religiosa erguida en la avenida, las Crónicas
marcianas & murcianas de García Ray Martínez Bradbury, la Ciudad sin horas,
Thader y Nueva Condomina, Ikea y El Corte Inglés, Zara, Second, M-Clan,
«Carolina, trátame bien» y el Real Murcia en primera otra vez.
2. La huerta y los tomates, los limoneros y los naranjos, los árboles botella y las
buganvillas, y las flores violeta de las jacarandas. El río casi seco, nos recuerda
que aquí hubo antes agua. El lema oculto de Dumas «todos para uno y uno para
todos» en la pancarta blanca en el consistorio, y los pasteles de carne y las
moreras y los gusanos de seda. El paseo inaudito del forastero a las 5 sin buscar
sombra, los helados en verano (aunque siempre es primavera), la cerveza fría y
las tapas.
Hace un tiempo Pau Donés cantaba «la pureza está en la mezcla», y esta flor es
mestiza, es paya y es gitana, es mora y es cristiana, es religiosa y es pagana.
En esta Comunidad Murciana la prisa no existe y el reloj es un adorno en la
muñeca. Aquí el tiempo no corre, el tiempo se pasea.
Murcia de Salzillo y de Ramón Gaya, del payo y de la paya, de la zarabanda, de
la Reina del Sur que lleva esa flor que dice no-me-olvides.
Y Murcia, ¿mira que eres hermosa! Eres una madre, eres igual que una diosa.
Eres esa morena guapa que se anuda en el pelo una rosa.