Dos pingüinos compitieron nadando cada vez más lejos de la orilla para demostrar su resistencia y fuerza. Demasiado obstinados para rendirse el uno al otro, continuaron nadando aun cuando estaban agotados hasta que fueron atacados y muertos por tiburones. Su orgullo y terquedad los llevó a su perdición al alejarse demasiado de la seguridad de la orilla.