Las energías alternativas como la solar, eólica, geotérmica y de biomasa pueden ayudar a satisfacer las necesidades básicas humanas de manera sostenible, ya que los recursos no renovables eventualmente se agotarán. Estas fuentes de energía producen electricidad sin contaminar y tienen ventajas económicas, ambientales y sociales como la creación de empleos, menores enfermedades y desarrollo de comunidades. Algunos de los países que más usan energía alternativa son Alemania, España e Italia.