Este documento habla sobre el buen uso de nuestros talentos. Explica que todos recibimos talentos de Dios como dones, aunque la cantidad y tipo varían entre personas. Los talentos incluyen habilidades naturales e innatas, así como habilidades especiales que Dios da para cumplir una misión. Debemos aprovechar las oportunidades para usar nuestros talentos y no desperdiciarlos, pues rendiremos cuentas a Dios y seremos recompensados por su buen uso.
1. LECCION 6.1 EL BUEN USO DE
NUESTROS TALENTOS
Introducción:
Existe una gran diferencia cuando se
trata de las habilidades de las personas.
Algunas personas tienen muchas
habilidades, mientras que otras tienen
menos. La mayoría de las personas
piensan que esta diferencia se debe
al nivel de inteligencia que posee cada
persona. Pero lo cierto es que nuestro
CI (Cociente Intelectual) no nos da el nivel
de nuestras habilidades, sino que es Dios
quien lo hace de acuerdo a cómo él lo ha decidido.
2. Nosotros a menudo
nos referimos a
nuestras habilidades como
“talentos”. La parábola en
Mateo 25:14–30 nos enseña
que todos tenemos talentos.
Otros pasajes de la Biblia
confirman que los talentos que
tenemos son dádivas o regalos
de Dios, y nosotros nada más
somos mayordomos de los
talentos que él nos da.
3. Aclaremos estos conceptos:
Talentos: Especial capacidad
intelectual o aptitud que una
persona tiene para aprender
las cosas con facilidad o para
desarrollar con mucha habilidad
una actividad.
Don: Bien natural o sobrenatural
que tiene el cristiano, respecto
a Dios, de quien lo recibe.
4. ¿Qué es el talento en la Biblia?
Un talento es una clase de mayordomía
(responsabilidad en el reino de Dios). La parábola
de los talentos nos enseña que si servimos bien en
nuestra mayordomía, se nos darán mayores
responsabilidades; pero si no servimos como es
debido, finalmente se nos quitará nuestra
mayordomía. (Ver Mateo 25:14–30).
Habilidades: Capacidad de una persona para hacer
una cosa correctamente y con facilidad.
5. ¿Cuál es la diferencia entre el talento y el don?
El talento cuenta con la inteligencia y el
aprendizaje.
El don es esencial, se distingue por afinidades
con habilidades genéticas.
El talento es la inclinación personal hacia una
actividad.
El don es particular y exclusivo, necesita tener
un nivel diferencial a otras capacidades.
6. Descubre tus dones
Todo el mundo parece decir siempre: “Si
supieras lo extraordinario que eres…”. Pues bien, la
verdad es que a veces simplemente no sabemos lo
extraordinario que somos.
Veamos nueve ideas le ayudarán a descubrir algunos
de sus dones menos evidentes:
1. Pide a otras personas que te los hagan saber.
A veces no vemos en nosotros mismos lo que otras
personas pueden ver.
2. Busca tus dones en la adversidad.
En los momentos difíciles podemos optar por poner
de manifiesto nuestras mejores cualidades o las
peores.
7. 3. Ora a fin de recibir ayuda para reconocer tus dones.
El Padre Celestial conoce nuestro potencial divino. Si
nos resulta difícil verlo en nosotros mismos, Él puede
ayudar.
4. No tengas miedo de probar cosas nuevas.
¿Desarrollamos solo aquellos dones que ya sabemos
que poseemos porque tenemos demasiado miedo
de hacer algo que no hemos hecho antes?
5. Escudriña la palabra de Dios.
El Padre Celestial nos ayuda a descubrir y desarrollar
nuestros dones mediante pistas que se encuentran en
las Escrituras, normalmente mediante invitaciones a
actuar.
8. 6. Mira fuera de ti mismo.
En ocasiones, nuestras mejores cualidades se
ponen de manifiesto cuando no nos centramos en
nosotros mismos, sino en cómo podemos trabajar
con los demás y ayudarlos.
7. Piensa en las personas a las que admiras.
¿Qué personas son un ejemplo para ti? Puedes
hacer una lista de todos los dones que tienen esas
personas y, dar gracias a Dios si tienen alguno en
común
9. 8. Piensa en tu familia.
¿Cuáles de tus dones poseen también tus
hermanos, padres o abuelos? ¡Ve más allá!
Investiga tu historia familiar, descubre historias y
encuentra otros dones que compartes con tu
familia.
9. Recibe o lee tu bendición patriarcal.
Tu bendición podría hablar de talentos que tienes
y deberías desarrollar, y también podría indicarte
el camino que te conducirá a descubrir nuevos
dones y talentos.
10. Para leer y estudiar
1) Isaías reconoce que él no es capaz
(Isaías 6).
2) Dios amonesta a Moisés por tener
miedo (Éxodo 3:1–12; 4:10–17).
3) Lo que enseñó Jesús acerca de los
talentos (Mateo 25:14–30).
4) Edificando para Dios (1 Corintios 3:9–
23).
11. Bosquejode la lección
A. Todos hemos recibido talentos
B. Habilidades naturales
C. Habilidades especiales
D. Aprovechemos las oportunidades para usar
nuestros talentos
E. Evitemos el desperdicio de nuestros talentos
F. Daremos cuenta de cómo usamos nuestros
talentos
G. Nuestro Señor nos recompensará
12. A. Todos hemos recibido talentos.
En la parábola de los talentos,
Jesús nos enseña acerca de la
mayordomía de los talentos
(véase Mateo 25:14–30):
a) El señor le dio dinero a cada
uno de sus siervos, conforme
a las habilidades de cada uno.
b) Después, el señor salió de
viaje...
13. c) Él esperaba que su
dinero aumentara mientras
estuvo de viaje.
d) Los tres siervos sabían que
tendrían que dar cuenta de
su mayordomía. (¡Así, lo
haremos nosotros en aquel
día!)
14. Dos de ellos usaron bien sus
talentos, pero uno enterró su
talento en la tierra. Al regresar
el Señor, los dos que invirtieron
sus talentos dieron cuenta
de su mayordomía con mucha
alegría. Ambos le trajeron a su
señor la ganancia y los talentos
que él les había dado.
El perezoso sólo le trajo al Señor
lo que le había dado.
15. Además, él acusó a su
señor de ser un hombre
duro y vividor.
Este mayordomo
se sintió ofendido que su
señor recibiera provecho
del trabajo de otros. Los
siervos fieles recibieron
una gran recompensa.
El perezoso recibió un
fuerte castigo.
16. ¿QUE ERA UN
TALENTO?
En términos monetarios un talento era una
medida de peso en plata; equivalía a un
sueldo que un obrero recibiría en 20 años
de trabajo, de manera que un solo talento
bastaba para representar una elevada
suma de dinero, cuya administración
exigía mucha responsabilidad.
A estos esclavos no les quedaba otra
alternativa que obedecer, pues eran
propiedad de su amo. Muchos de ellos
eran artesanos, comerciantes y maestros,
pero habían sido reducidos a esclavitud
por los azares de la guerra.
17. B. Habilidades naturales.
Todos tenemos
habilidades naturales.
Las habilidades innatas que
tenemos son el resultado de
la combinación de los genes
que Dios nos ha dado.
Sin embargo, el ambiente y
la preparación académica
influyen decisivamente en
las habilidades naturales
de la persona.
18. Por ejemplo, hay personas que
cuando eran jóvenes tenían
un talento muy hermoso a la
hora de ayudar a otros sin interés.
La buena mayordomía de
nuestros talentos naturales
requiere que nosotros
controlemos las influencias
externas que afectan nuestras
habilidades naturales.
19. C. Habilidades especiales.
Dios a veces nos da habilidades
especiales que superan a las
que tenemos de forma natural.
Él nos las da para que las
usemos a la hora de cumplir
con alguna responsabilidad
o trabajo específico. Podemos
leer acerca de un ejemplo de
lo que aparece aquí al meditar
en Éxodo 4.10–12:
Entonces dijo Moisés a Jehová:
¡Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil
palabra, ni antes, ni desde que tú hablas
a tu siervo; porque soy tardo en el habla
y torpe de lengua...
20. Nosotros, al igual que Moisés,
a veces nos sentimos muy incapaces
para hacer la obra que Dios desea que
hagamos. Pero sabemos que a quien
Dios llama, él también capacita, dándole
las habilidades y talentos especiales que
necesita para hacer la obra especial a la
que le está llamando. A estas habilidades
y talentos especiales muchas veces les
llamamos dones del Espíritu Santo.
La Biblia dice en 1 Co. 12:8-10.
Los dones del Espíritu Santo bendicen a la
congregación en la que los mismos se
manifiestan para ayudar en la extensión
del evangelio.