LA PAREJA TIENE PRINCIPIOS MUY ANCESTRALES, MAS LA BIBLIA REPORTA EL IDEAL DE UN MATRIMONIO LLENO DE VIDA, TE MOSTRAMOS EL CRECIMIENTO DE LA PAREJA CON PRINCIPIOS BÍBLICOS.
Procedimientos para la planificación en los Centros Educativos tipo V ( multi...
EL MATRIMONIO/ FRANCISCO DE LA PEÑA CANTILLO
1. EELL MMAATTRRIIMMOONNIIOO
Lección 2
1) Introducción
La semana pasada aprendimos varias cosas acerca de la familia.
¿Pudiste poner en práctica alguna de ellas? ¿Qué importancia crees que tiene el matrimonio dentro de
la vida familiar?
2) Qué dice la Biblia sobre el Matrimonio
A) El Pacto Matrimonial
La familia es el núcleo básico de la sociedad. Y en el matrimonio se origina y fundamenta la familia.
“Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola
carne; así que no son ya más dos, sino uno. Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.”
(Marcos 10:7-9)
¿Qué tipo de unidad implica la frase “una sola carne”? (Escuche las respuestas sin apurarse)
Principio 1:
a) El matrimonio es monogámico. Surge de la unión entre un hombre y una mujer.
b) El matrimonio es una unidad total (“una sola carne”): esto abarca todos los aspectos de la
vida del hombre y la mujer: unidad física, sexual, económica, afectiva, espiritual, etc.
A) El Matrimonio ha sido instituido por Dios
No ha sido establecido por una ley humana, ni ideado por alguna civilización. El matrimonio antecede a
toda cultura, tradición, pueblo o nación; es una institución divina.
Por lo tanto, es Dios quien determina las leyes y principios que deben regirlo.
El matrimonio no es una sociedad entre dos partes, donde cada uno fija sus condiciones. Por ser una
institución divina es Dios quien la establece. Nunca el hombre, ni la mujer, ni aún ambos de común
acuerdo. Tampoco pueden determinarlas las leyes de una nación.
Como Dios es amor y El es infinitamente sabio, las leyes y condiciones que ha establecido para el
matrimonio son para nuestro bien, y el de toda la humanidad.
Pregunta: ¿Por qué razón ha querido Dios hacer del matrimonio una unidad firme y permanente?
¿Qué ha hecho Dios para darle estabilidad al matrimonio? (pregunte a aquellos que aún no han participado)
Principio 2: Dios instituyó el matrimonio. Él lo sostiene, y nos da las claves para tener un
matrimonio de éxito en su Palabra.
B) Tres elementos que constituyen el matrimonio
1. Pacto mutuo
El casamiento es un pacto que se celebra entre un hombre y una mujer delante de Dios.
“El Señor ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella
tu compañera, y la mujer de tu pacto.” (Malaquías 2:14)
2. No se trata de un contrato matrimonial sino de un pacto matrimonial. Si fuera un
contrato, ambas partes establecerían las condiciones, las que podrían ser distintas según el
deseo de cada pareja.
El fundamento y sostén del matrimonio es la voluntad comprometida y no los sentimientos. La
unión no permanece vigente “mientras dura el amor” sino “mientras los dos viven”.
El pacto es una ALIANZA. Son dos voluntades que se comprometen formal y solemnemente a
ser marido y mujer. Este pacto se concierta, básicamente, por la palabra empeñada al hacer los
votos matrimoniales.
Una definición de PACTO es “la pérdida de las libertades individuales”.
Pregunta: ¿Qué aplicaciones prácticas tiene esta definición de pacto en la vida matrimonial?
2. Testimonio ante la sociedad
“Dejará el hombre a su padre y a su madre…” Como el matrimonio es un estado civil, el pacto
debe celebrarse ante la sociedad. Parientes, amigos y conocidos tienen que ser informados de
que este hombre se casará con esa mujer en determinada fecha, y que a partir de allí ambos
quedarán unidos en matrimonio. El pacto matrimonial no puede hacerse en secreto.
3. La unión sexual
“Y serán una sola carne”. Lo que definitivamente sella y da legitimidad al matrimonio es la
unión sexual de los que han hecho el pacto.
Notemos el orden de los acontecimientos que nos instruye la Palabra: primero “dejará el
hombre padre y madre” (testimonio ante la sociedad), y luego “se unirá a su mujer y serán una
sola carne” (unión sexual).
Pregunta: ¿Cuál es la importancia de estos 3 elementos que constituyen el matrimonio? ¿Podrá existir
y perdurar un matrimonio si falta alguno de ellos?
Principio 3: los tres elementos que constituyen el matrimonio son: el pacto mutuo, el
testimonio ante la sociedad, y la unión sexual. Estos le dan inicio y permanencia al matrimonio.
3) Conclusión
El matrimonio da origen y fundamenta la familia, que es la base de la sociedad. Dios instituyó el
matrimonio, el cual queda constituido a través del pacto mutuo, el testimonio ante la sociedad y la
unión sexual de los cónyuges.
4) Aplicación
¿Cómo podemos llevar esto a la práctica? Pensar en 3 acciones que podamos ejecutar desde hoy
mismo, para que nuestro matrimonio sea más estable y feliz. (aunque uno de los cónyuges aún no
conozca al Señor todavía).
5) Misión
Pensemos en otros matrimonios que conocemos, y que necesitan aprender cómo tener un matrimonio
feliz según las enseñanzas de la Palabra de Dios. ¿Te animás a invitarlos a la célula la semana que
viene?
6) Oración
Unos por otros (si está el matrimonio, que oren los esposos uno por otro y luego por sus hijos)
Por las personas nuevas que estén en la célula, o por quienes les hablaremos de Jesús.
Por los matrimonios de la iglesia y por las demás células de crecimiento.
3. El Matrimonio
(Lectura Complementaria)
La institución del matrimonio
La familia es el núcleo básico de la sociedad. Y en el matrimonio se origina y fundamenta la familia.
“Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola
carne; así que no son ya más dos, sino uno. Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el
hombre.”(Marcos 10:7-9)
Cuando Dios proyectó al hombre y a la mujer, no pensaba solamente en ellos. Miraba más allá, a la
formación de la gran familia humana. Una sociedad constituida por seres que, viviendo
armónicamente, reflejaran la imagen y la gloria de su creador. Pero para lograr el orden y buen
funcionamiento de esa masa humana eran necesarios dos pasos previos:
1. la institución del matrimonio, y
2. la constitución de la familia.
La familia y el matrimonio
La familia es el núcleo básico, la célula primera de la sociedad. Un pueblo, una nación, se forman por la
reunión de las familias que los constituyen. La sociedad no establece sus cimientos sobre individuos
aislados sino sobre familias. Y la columna vertebral de la familia es el matrimonio. Por eso resulta tan
importante que se mantenga firme y estable. Un buen matrimonio muy probablemente producirá una
buena familia. Y es la intención de Dios que los hombres, organizados en familias bien constituidas,
den origen a sociedades sanas.
Lamentablemente, en nuestros días el panorama se ve un tanto sombrío. Que la familia sea la célula
básica para la configuración de la sociedad, prácticamente no se discute. Pero considerando el giro que
están dando las cosas en el mundo hoy, cabe preguntarse qué tipo de familia.
En estos tiempos la familia parece haber perdido sus características habituales. Lo que durante miles
de años fue el patrón tradicional (padre, madre e hijos) no guarda en muchos casos una
correspondencia con la realidad.
Son frecuentes las familias constituidas por uno sólo de los padres y dos o tres niños.
También aquellas formadas por hombres y mujeres divorciados y vueltos a casar, con hijos que
proceden de los matrimonios anteriores y otros habidos de la nueva relación.
Muchas parejas no están unidas por lazos sólidos. Entre ellas las que practican un tipo de unión
sin compromisos, sin casamiento, prontas a separarse en cuanto aparece cualquier adversidad,
o se les acaba el amor.
Con bastante frecuencia no existe respeto por el cónyuge ni fidelidad marital. Infinidad de
personas, estando casadas o en pareja, viven una descarada promiscuidad. Todo vale. Hasta las
uniones (y aun matrimonios) entre gays o lesbianas. ¡Y ahora reclaman el derecho de adoptar
niños y criarlos como si se tratara de familias normales!
Deberíamos preguntarnos si familias así conformadas pueden constituir el soporte de la sociedad. Por
los resultados (que saltan a la vista) no parecen tener la posibilidad de serlo.
Por otro lado, el egoísmo y el individualismo han llevado a muchos a asumir el rol de padres sin tomar
en cuenta la felicidad y el bienestar de sus hijos.
Proveen de una cobertura material a los niños, pero los crían en un completo abandono
emocional y espiritual (ej: chicos que pasan horas en un cyber esperando que sus padres los
vengan a buscar).
4. Los padres ponen en primer lugar sus propias necesidades afectivas, sus deseos de realización
personal y su voluntad de alcanzar una vida placentera, evitando en lo posible los sacrificios y
la privaciones. Eso en aquellas franjas de la sociedad en las que todavía se puede alcanzar un
nivel de vida medio.
Entre las clases bajas, las más castigadas, aun cuando los logros económicos estén fuera de sus
posibilidades, con todo no se aprecia menos egoísmo y desinterés por los hijos. Aquí la crisis
familiar se ve agudizada por los intentos de evasión de la realidad de los adultos, que se
entregan al alcohol, a la prostitución y a las drogas, con la cuota de destrucción y violencia que
todo esto produce.
Los hijos crecen desatendidos en sus necesidades más profundas como seres humanos, lo cual
genera dolor, inseguridad, enojo y falta de valores.
Se podría decir que, por la forma en que los padres desempeñan su rol, en la práctica nuestra sociedad
cuenta con un número mayoritario de huérfanos. Porque en realidad no son asumidos como hijos en el
cabal sentido.
Por todo lo mencionado anteriormente, resulta evidente que hace falta un replanteo acerca de las
condiciones que rigen hoy a la familia, y al matrimonio que es la institución que da origen y
fundamento a la familia.
El Matrimonio ha sido instituido por Dios
La institución matrimonial fue creada por Dios, y abarca a todos los hombres de todas las épocas, no
meramente a aquellos que integran la Iglesia.
Cuando Dios creó al hombre, lo “fabricó” de determinada manera, para “funcionar” de un cierto modo.
Le abrió un abanico de posibilidades, pero le estableció límites.
Y socialmente su límite es la familia. Una familia fundamentada en el matrimonio.
Esta estructura perdura hasta hoy, probando su efectividad. Tanto las sociedades orientales como las
occidentales, las cristianas como las ateas o de otras religiones se han organizado en torno a familias.
No ha sido establecido por una ley humana, ni ideado por alguna civilización. El matrimonio antecede a
toda cultura, tradición, pueblo o nación; es una institución divina.
Por lo tanto, es Dios quien determina las leyes y principios que deben regirlo.
El matrimonio no es una sociedad entre dos partes, donde cada uno fija sus condiciones. Por ser una
institución divina es Dios quien la establece. Nunca el hombre, ni la mujer, ni aún ambos de común
acuerdo. Tampoco pueden determinarlas las leyes de una nación.
Como Dios es amor y El es infinitamente sabio, las leyes y condiciones que ha establecido para el
matrimonio son para nuestro bien, y el de toda la humanidad.
Dios instituyó el matrimonio. Él lo sostiene, y nos da las claves para tener un matrimonio de
éxito en su Palabra.
Tres elementos que constituyen el matrimonio
B) Pacto mutuo
El casamiento es un pacto que se celebra entre un hombre y una mujer delante de Dios.
“El Señor ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella
tu compañera, y la mujer de tu pacto.” (Malaquías 2:14)
No se trata de un contrato matrimonial sino de un pacto matrimonial. Si fuera un contrato, ambas
partes establecerían las condiciones, las que podrían ser distintas según el deseo de cada pareja. Pero
cuando un hombre y una mujer consienten en vivir en estado de matrimonio, sea delante de un juez,
5. sea delante de un ministro religioso, según las leyes del país y sus creencias, Dios lo considera un
pacto. (Esto incluye a todas las personas en cualquier lugar del mundo, porque la institución del
matrimonio es de orden creacional y no eclesial). Por lo tanto, el voto matrimonial siempre
constituye un pacto.
Dios es quien sella la unión y confirma el vínculo. Más allá de lo que cada uno piense al respecto,
subyace esta realidad: Dios ha determinado que las cosas sean así y nosotros no podemos cambiarlas.
Todo acto matrimonial incluye pacto. Y esto lo vuelve indisoluble.
El fundamento y sostén del matrimonio es la voluntad comprometida y no los sentimientos. La unión
no permanece vigente “mientras dura el amor” sino “mientras los dos viven”.
El pacto es una ALIANZA. Son dos voluntades que se comprometen formal y solemnemente a ser
marido y mujer. Este pacto se concierta, básicamente, por la palabra empeñada al hacer los votos
matrimoniales.
C) Testimonio ante la sociedad
“Dejará el hombre a su padre y a su madre…” Como el matrimonio es un estado civil, el pacto debe
celebrarse ante la sociedad. Parientes, amigos y conocidos tienen que ser informados de que este
hombre se casará con esa mujer en determinada fecha, y que a partir de allí ambos quedarán unidos en
matrimonio. El pacto matrimonial no puede hacerse en secreto.
No estamos solos en el mundo. Nos rodean muchas personas con cada una de las cuales mantenemos
una relación distinta. No nos encerremos en nuestra propia cápsula con el televisor enfrente. Salgamos
al mundo. Quebremos esa caparazón de indiferencia de la que nos hemos rodeado y desarrollemos la
capacidad de darnos. El matrimonio no debe transformarse en un refugio donde nos escondemos del
mundo exterior. El mundo es lindo. La gente es linda. Y gran parte de la vida consiste en relacionarnos
con ellos, dando testimonio de lo que Dios está haciendo en nuestro matrimonio.
D) La unión sexual
“Y serán una sola carne”. Lo que definitivamente sella y da legitimidad al matrimonio es la unión sexual
de los que han hecho el pacto.
Notemos el orden de los acontecimientos que nos instruye la Palabra: primero “dejará el hombre
padre y madre” (testimonio ante la sociedad), y luego “se unirá a su mujer y serán una sola carne”
(unión sexual).
El maltrato, los enojos, la irritación, deterioran el amor y obviamente afectan el deseo sexual,
especialmente en la mujer. Así que no mantener asuntos pendientes sino arreglar las situaciones
enojosas, solucionar los problemas y aprender a perdonar, preparan el camino para una mejor
relación sexual.
La mujer es un ser que funciona como un todo. Si algo la afecta, todas sus emociones se ven envueltas.
Y si ha mantenido una discusión con su esposo, no se sentirá mínimamente interesada en una relación
sexual mientras el tema no se arregle.
El hombre es diferente. Puede mantener un fuerte intercambio de ideas con su esposa sin que eso
afecte para nada su deseo sexual. Para él cada cosa es diferente y está separada de las demás.
Los divorcios: enemigos del matrimonio
Desde principios del siglo pasado, el índice de divorcios en la Latinoamérica se ha incrementado en un
600 %. En 1960, de cada cinco matrimonios, solo uno terminaba en divorcio. En la década del 80, ese
porcentaje alcanzó a uno sobre cuatro. En los 90, uno de cada tres matrimonios, terminó divorcio. En
este marco, los niños que nacen en este siglo, tienen un 40 % de posibilidades de ver a sus padres
divorciados, antes de cumplir los 18 años.
Para tener una idea, de cómo opera el sistema ideado por Satanás en esta Ciudad, para contraer enlace,
una pareja debe cubrir con 21 requisitos. Pero para divorciarse basta sólo con 3. Estos son:
6. 1) Que los cónyuges concurran a un estudio jurídico con el acta de matrimonio y firmen un escrito
que lo único que dice es que han decidido divorciarse porque “razones de orden moral hacen
imposible la vida en común”.
2) Luego el abogado (no los cónyuges) lleva el escrito al Juzgado de familia, que a los 30 días fija
audiencia para el divorcio.
3) En esa audiencia antes la ley decía que el juez debía procurar conciliarlos, pero a la fecha, basta
que ellos manifieste que mantienen la decisión de divorciarse. A los 60 días sale la sentencia de
divorcio, tal como lo han solicitado.
Sin contar los honorarios del abogado, los costos de los aportes son de $ 127. Más sencillo, imposible.
Hasta han aparecido páginas en internet que agilizan aún más los trámites, como
www.divorciateya.com.ar
¿Podrá la iglesia hacer algo en contra de esta ola Satánica que se ha levantado en contra de los
matrimonios? Sí. Y vos sos parte de este accionar al estar liderando una Célula de familias donde se
enseñen los principios de la palabra de Dios en cuanto al matrimonio. Que el Señor te bendiga esta
semana.
“…porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.” (1 Juan 4:4)