Este documento contiene varias oraciones y pasajes bíblicos notables. Incluye la oración de Job reconociendo la grandeza de Dios, la oración de Ana alabando a Dios después de darle un hijo, la oración de arrepentimiento de David, la oración de Salomón pidiendo sabiduría, la oración de adoración de Habacuc, la oración de Jonás desde el vientre del pez, el Padrenuestro, y oraciones de Pablo pidiendo crecimiento espiritual y dando gracias.
1. Oraciones notables de la Biblia
Job reconoce la grandeza de Dios
(Job 42:1-6)
Entonces Job respondió al SEÑOR:
«Sé que todo lo puedes, y que nadie
puede detenerte. Tú preguntaste:
“¿Quién es este que pone en duda
mi sabiduría con tanta ignorancia?”.
Soy yo y hablaba de cosas sobre las
que no sabía nada, cosas demasiado
maravillosas para mí.
Tú dijiste: “¡Escucha y yo hablaré!
Tengo algunas preguntas para ti y
tendrás que contestarlas”. Hasta
ahora solo había oído de ti, pero
ahora te he visto con mis propios
ojos. Me retracto de todo lo que dije,
y me siento en polvo y ceniza en
señal de arrepentimiento».
2. Ana pide un hijo
(1 Samuel 1:10,11) y alaba a
Dios luego que Él se lo da
(1 Samuel 2:1-10)
Ana, con una profunda angustia,
lloraba amargamente mientras
oraba al SEÑOR e hizo el
siguiente voto: «Oh SEÑOR de los
Ejércitos Celestiales, si miras mi
dolor y contestas mi oración y
me das un hijo, entonces te lo
devolveré. Él será tuyo durante
toda su vida.
3. Luego Ana oró:
«¡Mi corazón se alegra en el SEÑOR!
El SEÑOR me ha fortalecido. ¡Nadie es
santo como el SEÑOR! Aparte de ti, no
hay nadie; no hay Roca como nuestro
Dios.
El SEÑOR da tanto la muerte como la
vida; a unos baja a la tumba y a otros
levanta. El SEÑOR hace a algunos
pobres y a otros ricos; a unos derriba
y a otros levanta. Él levanta al pobre
del polvo y al necesitado del
basurero. Los pone entre los príncipes
y los coloca en los asientos de honor.
Pues toda la tierra pertenece al
SEÑOR, y él puso en orden el mundo.
Él protegerá a sus fieles, pero los
perversos desaparecerán en la
oscuridad. Nadie tendrá éxito
solamente por la fuerza.
4. Oración de arrepentimiento
de David (Salmo 51)
Ten misericordia de mí, oh
Dios, debido a tu amor
inagotable; a causa de tu gran
compasión, borra la mancha
de mis pecados. Lávame de la
culpa hasta que quede
limpio y purifícame de mis
pecados. …Crea en mí, oh
Dios, un corazón limpio y
renueva un espíritu fiel dentro
de mí.
…Tú no deseas sacrificios; de
lo contrario, te ofrecería uno.
Tampoco quieres una ofrenda
quemada. El sacrificio que sí
deseas es un espíritu
quebrantado; tú no rechazarás
un corazón arrepentido y
quebrantado, oh Dios.
5. Oración de Salomón pidiendo
sabiduría (1 Reyes 3:5-9).
Esa noche, el SEÑOR se le apareció a
Salomón en un sueño y Dios le dijo:
—¿Qué es lo que quieres? ¡Pídeme,
y yo te lo daré!
Salomón contestó:
—… SEÑOR mi Dios, tú me has
hecho rey en lugar de mi padre,
David, pero soy como un niño
pequeño que no sabe por dónde
ir. Sin embargo, aquí estoy en
medio de tu pueblo escogido, ¡una
nación tan grande y numerosa que
no se puede contar! Dame un
corazón comprensivo para que
pueda gobernar bien a tu pueblo, y
sepa la diferencia entre el bien y el
mal.
6. Oración de adoración y
regocijo de Habacuc (Habacuc
3:2-19).
Aunque las higueras no florezcan
y no haya uvas en las vides,
aunque se pierda la cosecha de
oliva y los campos queden vacíos
y no den fruto, aunque los
rebaños mueran en los campos
y los establos estén vacíos,
¡aun así me alegraré en el SEÑOR!
¡Me gozaré en el Dios de mi
salvación! ¡El SEÑOR Soberano es
mi fuerza! Él me da pie firme
como al venado, capaz de pisar
sobre las alturas».
7. Jonás ora desde el vientre del
pez (Jonás 2:2-9)
En mi gran aflicción clamé
al SEÑOR y él me respondió.
Desde la tierra de los muertos
te llamé, ¡y tú, SEÑOR, me
escuchaste!
...Me hundí bajo las olas y las
aguas se cerraron sobre mí; las
algas se enredaban en mi
cabeza. Me hundí hasta las
raíces de las montañas. Me
quedé preso en la tierra,
cuyas puertas se cierran para
siempre. Pero tú, oh SEÑOR
mi Dios, ¡me arrebataste de las
garras de la muerte!
…Te ofreceré sacrificios con
cantos de alabanza, Pues mi
salvación viene solo del
SEÑOR».
8. El Padrenuestro (Mateo 6:9-
13)
Padre nuestro que estás en el
cielo, que sea siempre santo tu
nombre. Que tu reino venga
pronto. Que se cumpla tu
voluntad en la tierra como se
cumple en el cielo. Danos hoy
el alimento que necesitamos,
y perdónanos nuestros
pecados, así como hemos
perdonado a los que pecan
contra nosotros. No permitas
que cedamos ante la
tentación, sino rescátanos del
maligno. Pues tuyo es el reino
y el poder y la gloria por
siempre. Amén.
9. Pablo ora por crecimiento espiritual
- Efesios 3:14-19
Cuando pienso en todo esto, caigo de
rodillas y elevo una oración al Padre, el
Creador de todo lo que existe en el
cielo y en la tierra. Pido en oración que,
de sus gloriosos e inagotables
recursos, los fortalezca con poder en el
ser interior por medio de su
Espíritu. Entonces Cristo habitará en el
corazón de ustedes a medida que
confíen en él. Echarán raíces profundas
en el amor de Dios, y ellas los
mantendrán fuertes. Espero que
puedan comprender, como
corresponde a todo el pueblo de Dios,
cuán ancho, cuán largo, cuán alto y
cuán profundo es su amor. Es mi deseo
que experimenten el amor de Cristo,
aun cuando es demasiado grande para
comprenderlo todo. Entonces serán
completos con toda la plenitud de la
vida y el poder que proviene de Dios.
10. Oración y agradecimiento de Pablo
- Colosenses 1:9-12
Así que, desde que supimos de
ustedes, no dejamos de tenerlos
presentes en nuestras oraciones. Le
pedimos a Dios que les dé pleno
conocimiento de su voluntad y que les
conceda sabiduría y comprensión
espiritual. Entonces la forma en que
vivan siempre honrará y agradará al
Señor, y sus vidas producirán toda
clase de buenos frutos. Mientras
tanto, irán creciendo a medida que
aprendan a conocer a Dios más y más.
También pedimos que se fortalezcan
con todo el glorioso poder de Dios
para que tengan toda la constancia y
la paciencia que necesitan. Mi deseo
es que estén llenos de alegría y den
siempre gracias al Padre. Él los hizo
aptos para que participen de la
herencia que pertenece a su pueblo,
el cual vive en la luz.