¿En qué consiste esta profunda sanación que Dios obra a través de Jesús? Se trata de una paz verdadera, completa, fruto de la reconciliación de la persona con sí misma y en todas sus relaciones: con Dios, con los demás, con el mundo.
Un abrazo y que Dios nos bendiga.
Luis J. Balvín Díaz
la Eucaristia es una Fiesta-Explicación para niños
¿En qué consiste esta profunda sanación que Dios obra a través de Jesús?
1. Primera Lectura: del libro de Jeremías (7,23-28):
Salmo Responsorial: Salmo 94,1-2.6-7.8-9
R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón»
Evangelio: san Lucas (11,14-23):
El poder sobre los
demonios
Jueves de la 3ª semana de Cuaresma
De nosotros depende abrir el corazón a la luz
verdadera para que ilumine nuestro interior.
Autor: P . Clemente González | Fuente: Catholic.net
2. Primera lectura
Lectura del libro de Jeremías (7,23-28):
Así dice el Señor: «Ésta fue la orden que di a vuestros
padres: "Escuchad mi voz. Yo seré vuestro Dios, y
vosotros seréis mi pueblo; caminad por el camino que os
mando, para que os vaya bien." Pero no escucharon ni
prestaron oído, caminaban según sus ideas, según la
maldad de su corazón obstinado, me daban la espalda y
no la frente. Desde que salieron vuestros padres de Egipto
hasta hoy les envié a mis siervos, los profetas, un día y
otro día; pero no me escucharon ni prestaron oído:
endurecieron la cerviz, fueron peores que sus padres. Ya
puedes repetirles este discurso, que no te escucharán; ya
puedes gritarles, que no te responderán. Les dirás. "Aquí
está la gente que no escuchó la voz del Señor, su Dios, y
no quiso escarmentar. La sinceridad se ha perdido, se la
han arrancado de la boca."»
¡Es palabra de Dios! ¡Te alabamos Señor !
3. Salmo 94,1-2.6-7.8-9
R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis
vuestro corazón»
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos. R/.
Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. R/.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masa en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron,
aunque habían visto mis obras.» R/.
4. Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas (11,14-23):
En aquel tiempo, Jesús estaba echando un demonio que era mudo y,
apenas salió el demonio, habló el mudo. La multitud se quedó admirada,
pero algunos de ellos dijeron: «Si echa los demonios es por arte de
Belzebú, el príncipe de los demonios.» Otros, para ponerlo a prueba, le
pedían un signo en el cielo.
Él, leyendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino en guerra civil va a la
ruina y se derrumba casa tras casa. Si también Satanás está en guerra
civil, ¿cómo mantendrá su reino? Vosotros decís que yo echo los demonios
con el poder de Belzebú; y, si yo echo los demonios con el poder de
Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos
mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo
de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros. Cuando un
hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros.
Pero, si otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se
fiaba y reparte el botín. El que no está conmigo está contra mí; el que no
recoge conmigo desparrama.»
¡Es palabra del Señor! ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!
5. Oración
Señor, quiero estar siempre unido a Ti, por eso
hoy quiero tener este encuentro contigo en la
oración. Dame la luz y fortaleza para acallar
todo lo que pueda ser factor de distracción o de
evasión. Creo, espero y te amo.
Petición
Dios mío, dame la gracia de saber acogerte en mi corazón para vivir siempre
unido a Ti.
6. Meditación
¿En qué consiste esta profunda sanación que Dios obra a
través de Jesús? Se trata de una paz verdadera, completa,
fruto de la reconciliación de la persona con sí misma y en todas
sus relaciones: con Dios, con los demás, con el mundo. En
efecto, el Diablo siempre está tratando de arruinar la obra de
Dios, sembrando la división en el corazón humano, entre el
cuerpo y el alma, entre el hombre y Dios, en las relaciones
interpersonales, sociales, internacionales, e incluso entre el
hombre y la creación.
El mal siembra la guerra; Dios crea la paz. De hecho, como
dice san Pablo: Cristo “es nuestra paz: el que de dos pueblos
hizo uno, derribando el muro divisorio, la enemistad, a través
de su carne”. Para llevar a cabo esta obra de reconciliación
radical Jesús, el Buen Pastor, ha debido convertirse en
Cordero, "el Cordero de Dios… que quita el pecado del
mundo". Sólo así ha podido llevar a cabo la maravillosa
promesa del Salmo: "Bondad y amor me acompañarán todos
los días de mi vida, / y habitaré en la casa de Yahvé / un sinfín
de días". (Benedicto XVI, 22 de julio de 2012).
7. Reflexión
A Jesús algunos tampoco le escuchan ni le hacen caso. Para no tener que
prestar atención a lo que dice porque es incómodo buscan excusas. Hoy el
evangelio nos presenta una que es realmente poco razonable: quien expulsa
demonios está en conveniencia con el mismo Satanás.
La respuesta de Jesús está llena de sentido común: un reino divido no podrá
subsistir. Lo que pasa es que sus adversarios no quieren reconocer lo
evidente, que ya llega el Reino prometido. Sin embargo, si aceptan esto
tendrían que aceptar a Jesús como el Mesías de Dios y por lo tanto hacer
caso del testimonio que está dando.
Es triste, pero observamos que aquellos que se quejan de Jesús son
precisamente algunos del pueblo elegido, los que oficialmente se consideran
los mejores. No obstante, vemos que no hay sinceridad. No quieren ver la luz.
Jesús les acusaría en otras ocasiones de pecar contra el Espíritu Santo, es
decir, de pecar contra la luz que es evidente: no quieren verla.
En nuestra vida, ¿vemos y aceptamos esta luz como venida de Dios? Esta luz
se nos revela de manera especial en la cuaresma. O, por el contrario, ¿Cristo
también se quejará de nosotros por no aceptarla? De nosotros depende abrir
nuestro corazón a la luz verdadera para que ilumine plenamente nuestro
interior.
8. Propósito
Crecer mi sentido de vigilancia a través de una vida
de oración y sacramentos, para no caer en la
tentación.
Diálogo con Cristo
Señor, quiero vivir desde la perspectiva del amor: que por amor a Ti, sea caritativo; que por
amor a Ti, sea auténtico; que por amor a Ti, sea humilde. Que el amor a Ti me lleve a la
misión con un espíritu exigente, decidido y audaz, sabiendo que las crisis y tentaciones del
mal no podrán hacer mella, si vivo unido a Ti.