Artículo de opinión que trata la percepción de confianza de la ciudadanía y sus instituciones invocando las políticas públicas enmarcadas en una decisión en la historia, abordando el tema de confianza, .y recalcando en la toma de decisiones en un periodo electoral y su relevancia para consolidar o cambiar la realidad desde lo político.
1. ¿En voz confió?
Por: Herlan Albán Díaz
@HerlanAlban
A finales de siglo pasado en Colombia pidiendo el fin de la
llamada "Guerra de los Mil Días", abogando por la bienvenida
del Postconflicto de la época, por iniciativa de las iglesias
católicas en Colombia en junio de 1902 se realizó la
consagración de la nación al Sagrado Corazón. Hasta la
reforma constitucional de 1991, este país aparecía así:
consagrado al Sagrado Corazón de Jesús en las primeras
páginas de la antigua constitución. La nueva constitución declara una total
separación del Estado y la iglesia declarando la libertad de culto sin restricciones
ni privilegios para un culto en particular.
No obstante hoy Colombia sigue reconociéndose jocosamente como “el país del
sagrado corazón”, sin menoscabar el derecho a credo religioso y culto, tal vez
como una manera sarcástica en la que encontramos que muchos de los
ciudadanos espacialmente miembros de la función pública del estado mal
interpretaron la separación estado-iglesia como la separación del funcionario del
estado de lo ético y lo moral para el acceder y el actuar en los cargos de gobierno.
Deteniéndose en los dos párrafos anteriores resumido en el “en vos confió” uno
pensaría que: el tema de confiar o de confianza tiene un elevado nivel
de connotación entre los colombianos. Y NO! Acá uno desconfía de
todos y de todo. Es dramático entre los ciudadanos: La justicia en general hoy
anda y esta tremendamente desacreditada, el congreso, ¿Quién hoy tiene
claridad sobre los asuntos que se está discutiendo en el Congreso? ¿Qué
intereses defienden?
Cada día asistimos a un fatal escenario para los avances que debemos alcanzar
para enfrentar las nuevas condiciones del proceso de paz, en este continuo
actuar por ensayo y error, se está destruyendo es la confianza de la ciudadanía
en las instituciones legítimas del Estado, olvidando que: “la confianza como un
borrado, se vuelve más y más pequeña cada vez, con cada error.”
2. Así las cosas el llamado es a crear confianza entre los ciudadanos y el gobierno,
algo carente hoy día, más cuando se ha creído, se ha vuelto creer y
reiteradamente el ciudadano y elector se siente traicionado. Es que en una
sociedad pueden perder elecciones, dinero pero nunca las esperanzas de retomar
su rumbo. Y son entonces relevantes para retomar el buen rumbo los métodos de
participación cívica, de educación inclusiva y de transparencia tanto en el
presupuesto y en el gobierno.
En una época electoral uno puede tener aun la esperanza firme en algo y una
presunción o vana opinión en alguien, no por ello perder el aliento o el ánimo en
actuar para la búsqueda de bien estar colectivo. La creencia en que una persona
o grupo será capaz y deseará actuar de manera adecuada para llegar a espacios
de poder y con las determinaciones y acciones gobernar mejor se verán más o
menos reforzadas en función de las acciones; los ideales abanderados, su
compromiso con las causas de comunidad, las ejecuciones y la manera como las
ha realizado cuando ha tenido espacios de poder.
El cambio o consolidación de administraciones y corporaciones públicas en este
periodo no deberían ser más una simple iteración de la democracia, basadas en
hipótesis sobre las conductas futuras de la candidatura que escojamos en la
coyuntura de un postconflicto. Escoger el mejor gobernador, alcalde, diputado,
concejal o edil es una actitud que concierne al futuro con firma del pacto de paz
o sin ella, en la medida en que este futuro depende de la acción de unas terceras
persona y sus circunstancias. Este año electoral asistiremos una vez más a una
especie de apuesta que consiste en que otorgo o no mi confianza, porque: “en voz
voy a confiar”, para llevar con buen destino los designios nuestros, y recalco de
todos.