1. Mensaje sobre la situación nacional
1. Con profundo afecto y sincera preocupación, el Consejo Permanente
de la CEP consideró la situación nacional en su última reunión. La
vida del pueblo y el futuro de la nación nos sugiereN unas breves
reflexiones, que queremos ofrecer con sencillez a todos.
2. Es inevitable la mención de la crisis profunda que afecta al Paraguay
todo. Una crisis que abarca lo social y lo económico, lo político y lo
jurídico. Y, muy especialmente, lo ético. Los problemas de siempre
se agudizan y con estupor vemos aparecer nuevas formas de
irresponsabilidad y de egoísmo, que amenaza los fundamentos mismos
de la convivencia civilizada. El peligroso auge de inseguridad y de la
delicuencia llega a formas crueles y sangrientas. Crece el desconcierto
y la preocupación indignada se expresa en propuestas alarmantes que
hablan de represiones y penas insólitas.
3. El acostumbramiento a las huelgas y protestas con ribetes violentos
no pocas veces, nada bueno presagian. Y más grave resulta la falta de
información clara ante serios interrogantes como los relacionados
con el desvío de considerables sumas de dinero o con la legalidad de
operaciones y adquisiciones, así como también la impunidad de tantos
hechos de corrupción que casi diariamente aparecen en medios de
comunicación: asaltos a bancos y empresas, complicidad en
negociados y coimas, contrabandos en las aduanas, etc. El pueblo
merece ser informado para evitar suspicacias y desconfianzas
comprensibles. Es muy prejudicial, también, el silencio que hace
posible que magistradosy funcionarios honestos sean confundidos o
identificados con quienes no lo son.
4. Los Obispos percibimos una convicción cada vez más firme en
muchos: no hay ideas claras ni planes de conducción de la vida
nacional. Más aún, no parece que haya real preocupación por mostrar
en los hechos la voluntad de gobernar y atender los desafíos de una
evidente crisis y de un extendido malestar. La corrupción no encuentra
valla alguna y salpica a los Poderes del Estado y a la dirigencia de
Entes y organismos del Estado, lo mismo que de los Partidos Políticos
y de la vida sindical, gremial y empresarial. Nos duele ver que se
recurre a cortes de rutas y cierre de calles por la certeza de ser el
único modo de ser escuchado en legítimas demandas. Nos duele
también que así se sientan precedentes nada aupiciosos, pues
concesiones que buscan superar urgencias coyunturales no permiten
crecer en una visión de futuro promisorio.
5. La Iglesia quiere reiterar su palabra de esperanza. No callamos los
2. problemas pero no caemos en desesperación alguna. Exhortamos a
la serenidad de los espíritus, condición primera para enfrentar un
problema. Exhortamos a cumplir su deber a los Dirigentes de la vida
nacional. Los necesitamos con dedicación, con honestidad, con
transparencia. Y los necesitamos pasando de las palabras y promesas
a los hechos y realidades. Los Obispos llamamos a todos a trabajar
con estusiasmo y con seriedad para construir con honestidad, el
Paraguay que queremos. El de la institucionalidad y de la democracia,
el de los Poderes del Estado al servicio del pueblo. El de la convivencia
honesta, fraterna y solidaria. Que la Virgen de Caacupé y San Roque
González de Santa Cruz nos alcancen esa gracia.
Asunción, 26 de Junio de 2001
+ Jorge Livieres Banks
Obispo de Encarnación y Presidente de la CEP