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Hernán Poloni Gruler
1
Hernán Poloni Gruler
2 0 0 8
“Y”
conjunción copulativa
para que
las palabras
se hagan el amor
2
“Y” conjunción copulativa...
Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación pue-
de ser producida, almacenada en sistemas de recuperación, o transmiti-
da en cualquier forma o por cualquier medio, electrónico, mecánico, de
copia, de grabación, etc., sin la previa autorización de la autora.
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Diseño de Tapa: Gabriela Barreiro - gtbarreiro@gmail.com
Gabriela Barreiro diseñó el acoplo de portadas de “Un lugar sin duendes”
e “Y” conjunción copulativa para que las palabras se hagan el amor”.
Gabriela Barreiro diseñó la portada de “Y” conjunción copulativa para
que las palabras se hagan el amor”.
Corrección: Susana Lavega y sugerencias de Leticia ……..y Juan Ros.
Hernán Poloni Gruler y Gabriela Barreiro diseñaron el conjunto del libro.
Ilustración de portada e ilustraciones que acompañan textos son de Prof.
Juan Carlos García Aranda
Impreso en MS Impresos...
© Hernán Poloni Gruler 2008 - hpoloni@adinet.com.uy
Hernán Poloni Gruler
3
Juan Carlos García Aranda
Juan Carlos García Aranda nació en Montevideo en 1938.
Artesano, decorador, pintor, batiquero.
Profesor de dibujo en Enseñanza Secundaria (Concur-
so de Méritos y Oposición Libre.)
Autor de innumerables logotipos y afiches (Movimien-
tos ecologistas, Protectores de Animales, etc.)
Ilustración de “Crónicas del Carnaval Carioca” para el
diario Época de Montevideo.
Murales varios en mosaico bizantino y en esmalte des-
tacándose el realizado en el Liceo Público No. 46 en home-
naje al pintor uruguayo Joaquín Torres García en los 130
años de su nacimiento (constructivo. 12x2.30 mts.)
Prof. Juan Carlos García Aranda
Gral. Leon de Calleja 2564, CP 11800
Montevideo Uruguay
Tel.: (02) 209 3217
E-mail: juanka@montevideo.com.uy
4
“Y” conjunción copulativa...
Hernán Poloni Gruler
5
(I) Prólogo
Dedicado al miedo que siento a veces de cómo me sien-
to yo…
…¿Vivir muriendo?
…¡Morir viviendo!
(II) Prólogo Panegírico
Aún dialogo con Don Gustavo Adolfo Bécquer; dialogo
con él en el mismo momento en que escribió:
“No digáis que agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira:
podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía...”
Aún creo y espero que nadie haya descubierto las razo-
nes o causas por la cual existe la poesía o por la cual
“habrá poesía”; propuestas, fundamentos, discernimien-
tos de su existencia, nunca antes ni después mejor
poetizadas que por Usted, Mi Muy Apreciado Bécquer.
Aún, Mi Caro Bécquer, busco la existencia de la mujer
hermosa.
Quisiera no ser egoísta, ni desagradecido ni injusto con
las personas que me rodean en las cercanías de mis cerve-
zas y lejanamente en mis diarios recuerdos, fieles locos,
amantes de la vida… pero…¿exageraría si digo que sobrevi-
vo con, por y para la poesía?
La posibilidad o la capacidad de sobrevivir hoy en mí, es
urgente. Es más, es imprescindible.
6
“Y” conjunción copulativa...
Norge Espinosa, en sus palabras preliminares de sus
Poesías (Cuba, año 2000), dice: “Las estrategias del Pá-
ramo es, pues, un libro salido de numerosas y nece-
sarias destrucciones. Los poemas aquí recogidos no
son entonces sino sobrevivientes.”
Quizás permítame, Maestro Gustavo Adolfo Bécquer,
tomarme el atrevimiento de decir también que hay o ha-
brá poesía cuando te aferras a ella y sobrevives. Al me-
nos es mi caso.
Uno de mis poemas fue una tabla o tronco (¿o abra-
zo?) en el mar, que me sacó a la orilla.
O quizás fueron los abrazos de quienes me rodean, me
rodearon, los que me arrastraron a la superficie.
No lo sé.
“Mi individualismo”, valga la redundancia, vio solo ver-
sos que se creaban y en sus sucesivas “necesarias des-
trucciones”… yo sobrevivía. De verdad los malditos solilo-
quios arrojados al papel eran aquellos troncos en el mar, a
los cuales me aferraba casi a diario.
Quise vivir sin ellos.
Aquí estoy de nuevo.
Últimamente he discutido mucho con Martín Fierro, para
quien el concepto de “tiempo” es “sólo tardanza de lo que
está por venir”, y “el hombre sólo lo ha dividido para saber
cuánto ha vivido o le resta por vivir”.
Mis restos de vida yacen en la poesía, mientras le en-
cuentro un sentido más allá de mí mismo, sentido quizás
colectivo, que me cuesta mucho, porque en nuestro andar
“nos parimos a nosotros mismos continuamente”. (Así me
dijo un día la periodista Nancy Banchero, inspirada en la
obra de la fotógrafa Julie Weisz.) Esa idea adquirió tras-
cendencia en mis desolados y enajenados versos cuando
Hernán Poloni Gruler
7
leía a Gabriel Celaya, que nos “armó” la poesía para el futu-
ro, con potentes calibres.
Sobrevivir a las tres fatales y mortales heridas de José
Hernández no me es sencillo. Aún, luego de meses, discu-
to con Benedetti, a quien no conozco, si su cautivante
relato “Carta de amor” del hombre que entrega la carta al
guarda del ómnibus, para que se la dé a ella, es realmente
una carta de amor.
Creo que sí.
Qué es el amor?
¿Cómo se hace y se vive el amor en la práctica?
Discuto con Idea Vilariño (a quien no conozco) y con
Delmira, si la vida es como es o nosotros hacemos que sea
como es.
Creo que nosotros hacemos que sea como es.
Y también discuto con el Cristo de brazos caídos, si
envidia la vida que tenemos y en qué círculo maldito y ne-
cesario me encontraré con la muerte para saludar a mi
amigo Bokowski.
¿No será que la vida es un “proceso de sobrevivencia”…?
A veces quisiera pedirle permiso a Kristina Lugn para sen-
tarme junto a ella en el alféizar de la ventana y seguir dicho
proceso.
Pero no creo que me anime. Casi no me acuerdo de
hablar sueco.
¡Pero hay veces que hay que animarse!
Les cuento.
Hace más de un año, cuando cumplí 45, invité “de atre-
vido” a Eduardo Galeano (a quien no conozco personal-
mente) para mi cumpleaños. Fue todo por e-mail. Y se
excusó por su imposibilidad de acudir a dicha invitación
respondiendo: “Estaré sin estar estando”.
8
“Y” conjunción copulativa...
Quizás aquellas tres heridas Hernandianas, la de la vida,
la del amor y la de la muerte, están en mí de dicha forma:
están sin estar estando.
La inseguridad se adueña de mí siempre, no a veces,
siempre.
Quisiera ser el niño de algún poema que jugando no
siente frío, o el niño del “Sabalero”, que se queda con el
“bochón de a medio”… o el niño de Viglietti, a quien “niño,
mi niño, lugar de madre selvas te traeré”; antes que ser la
niña de León Felipe que pasa tras la ventana “… y otro día
doblaron por ella a muerto las campanas”. Tampoco quiero
ser la niña de “No pregunten por qué” de Psiglo, quien
“mira una niña pedir sin hablar”. No, no lo quiero ser, pero
muchos niños y niñas sí lo son. Tampoco la “Niña de Gua-
temala” de Martí; ¡qué triste es morir de amor! ¡o qué
valiente! Pero la muerte no me gusta.
Quisiera escuchar informativos que no empiecen con
muertes.
Quisiera que no muera gente de hambre.
Quisiera muchos quisiera y quisieras.
Pero la vida es como es… ¿O nosotros hacemos que
sea como es?
He aquí mis poesías...
Hernán Poloni Gruler
9
Perotatio1
(I)
Dedicado al prólogo.
A veces me preocupa mi excesivo individualismo
excremental.
Pero no sé qué hacer con él.
Claro, pienso que el individualismo es una inmundicia,
una mala elección.
He aquí la razón de la segunda parte del prólogo: la
“Peroratio”, donde otra poetiza es incluida en mi poesía
para que mi persona que a veces se cree única, sepa que
existen los demás.
Por lo tanto, “leí incansablemente discutiendo con ella”
la poesía de Kristina Lugn, poetiza sueca contemporánea,
a quien tampoco tengo el placer de conocer personalmen-
te, residente en Estocolmo (creo), a quien finalmente le
respondí sus versos, le transmití mis pensamientos y sen-
timientos respecto a ellos. Quizás haya sido un atrevimien-
to de mi parte, el cual me hizo feliz. Me hace feliz.
La idea es compartir y combatir mi soledad.
Disculpen de nuevo mi incómodo individualismo.
Me mueve la vida… la poesía… Y deambulo entre el adul-
to de Kristina Lugn en el alféizar de la ventana, o en alguna
cornisa o donde carajo sea y el niño de algún poema que
juega para sacarse el frío.
Un fuerte abrazo,
Hernán Poloni Gruler
1
“Peroración. La peroración (peroratio, conclusio) es la última parte del discurso; su objeto es reforzar las
impresiones producidas, presentar la causa bajo el punto de vista más favorable, ya recapitulando las
principales razones, ya moviendo los afectos. La parte que se recapitula recibe el nombre de epílogo
(enumeratio); y el de peroración, tomado en sentido estricto, se aplica principalmente á la otra parte, en
que se concitan e inflaman las pasiones.” Fuente: Compendio de Retórica y Poética o Nociones Elementales
de Literatura, por D. José Coll y Vehi. Cuarta edición, Barcelona. Imprenta del Diario de Barcelona, calle
Nueva de San Francisco, 17. Año 1870, pág. 192, parágrafo 251. (El subrayado es del autor.)
10
“Y” conjunción copulativa...
Solo a ella
¿Cómo decirle que sí,
que ya era de ella?
¿Cómo decirle
todas aquellas…
obscenidades
…indecencias
casi ancestrales?
¿Cómo acariciarla con dulzura,
cual desesperación mía?
¿Cómo decirle que al tiempo,
le temía?
¿Cómo expresarle mi deseo
de su cuerpo maldito?
¿Cómo acallar la espera
de un amor infinito?
¿Cómo detener las arenas del tiempo
y quedarme atrapado en ella?
¿Cómo inventar un trazo
y esbozarte en mis brazos?
¿Cómo explicarte mi
devoción hacia ti, crista mía,
por mi delirio ya crucificada?
¿Cómo decirte que tu cuerpo
ya no es tuyo?
Es mi tiempo.
Ya no me pertenece mi cuerpo,
solo a ella, ofrendado a ella.
Hernán Poloni Gruler
11
El pétalo rojo seco y hermoso
El pétalo rojo
seco y hermoso
aún vivía…
cuando lo pensé
Y aún lo pienso
Siento que cuando
pensé que aún
vivía el hermoso
seco pétalo rojo
me creí vivo
Por eso ahora
cuando pienso
en un pétalo
rojo seco y hermoso
pienso pétalos
pétalos secos
secos y hermosos
hermosas
futuras
vivencias
con pétalos
secos rojos y hermosos
12
“Y” conjunción copulativa...
¿Por suerte? (I)
Por suerte
ya somos sensatos.
Por suerte
ya somos sencillos,
no tenemos ya ningún dobladillo.
Por suerte
ya somos naturales.
Por suerte
ya somos cándidos,
casi castos, casi todos blancos,
casi puros.
Por suerte
ya no hay más guerrillas.
Ni milicos malos,
Ni mentes inauditas.
Por suerte
ya los pobres se acostumbraron.
Por suerte
están administrados.
Por suerte
no soy pobre.
Por suerte
ya somos ingenuos,
sinceros,
de corazón cristalino,
bien de adentro,
casi tarados.
Por suerte
somos inocentes.
Nadie nos sospecha
ni nos supone malditos…
porque de verdad
somos todos buenos,
no tenemos maldad…
¿Acaso ignoramos?
Hernán Poloni Gruler
13
14
“Y” conjunción copulativa...
Te extraño
¿Cómo puede el viento
seguirme, si no tengo rumbo?
¿Cómo puede la lluvia mojarme,
si ya está sobre mí el rocío?
¿Cómo llorar tu amor,
si ya estoy en tus adentros?
¿Cómo desear la fortuna,
si ya te poseo?
¿Cómo pedirte que te quedes,
es que existe el amor eterno?
¿Cómo velar tu sueño
sin rozar tu cuerpo?
¿Cómo enmudecer mis labios,
ya húmedos por tus balbuceos?
¿Cómo no enceguecer
ante tus iris engarzadas?
¿Cómo entender, para qué entenderlo,
si no sé qué siento?
¿Cómo ver las estrellas
si alucino con ellas?
¿Cómo entender la vida,
si el amor
es una gran ciénaga?
(Ayúdame a salir.)
Hernán Poloni Gruler
15
¿Y?
¿Qué es la vida?
¿Y la muerte?
¿Dónde está la vida?
¿Y la muerte?
¿Por qué la vida?
¿Y la muerte?
¡Cuánta vida!
¿Y muerte?
¿Cómo la vida?
¿Y la muerte?
¿Cuándo la vida?
¿Y la muerte?
Mientras tanto… ¿tengo vida?
¿Y muerte?
Insignificante pero aun dolido
homenaje a Ana Lindh, asesinada,
igual que Olof Palme, en también
mis tierras.
16
“Y” conjunción copulativa...
Kärlek2
¿Qué es el amor?
¿Tengo que jurarte amor eterno?
¿Alcanza con que te diga: “te quiero”?
¿Qué dicen las noches,
que me ven solo,
sin tu amor fraterno,
y aún no te tengo
para decirte cuánto quiero?
¿Qué es el amor?
Si mi corazón
late mas rápido
solo pensando en tu
enrulado cabello.
Si mis pensamientos
son búmeranes que siempre
te devuelvo.
Si aún tus estrías me dirigen.
¿Qué es el amor,
si no tengo tu aliento en mis mejillas,
ni tus cabellos sobre mi pecho,
si no puedo ya tenerte cuando te quiero?
2
kärlek: en idioma sueco, significa amor.
Hernán Poloni Gruler
17
¿Por suerte? (II)
Por suerte no tenemos oro.
Por suerte no tenemos petróleo.
Por suerte no tenemos uranio.
Por suerte no tenemos carbón ni estaño.
Por suerte no tenemos guerra.
Por suerte.
Por suerte…
¿Es suerte que no tenemos guerra?
Por suerte no soy iraquí,
así…
Por suerte no mueren mis hermanos.
Por suerte no mueren mis amigos.
Por suerte no mueren mis hijos.
Por suerte no muere dios,
que nunca se ha mostrado,
ni en carne vil ni enmascarado
(sólo el pobre de Cristo
resucita para vivir muriendo).
Por suerte no soy pobre ni rico.
Por suerte soy de clase media.
Por suerte de clase media baja, de la baja baja.
Media de mierda.
Por suerte… ¿no haré una guerra?
Por suerte cuando hablo no digo malas palabras.
Hernán Poloni Gruler – Alejandro Poloni Porras
Martín Fierro. Setiembre 2007.
18
“Y” conjunción copulativa...
Hernán Poloni Gruler
19
Le pregunté a ella
Le pregunté a ella
si nos podíamos
enamorar de nuevo.
Como en aquellos días
que nos mirábamos
sin cansarnos.
Si podíamos acercarnos
sin pedirnos permiso
sin temor al paso del tiempo.
Si podíamos decirle
al tiempo que viniera
que espanto no le teníamos.
Si podíamos dejarnos llevar
por la locura
de esta corta vida.
Si podíamos…
20
“Y” conjunción copulativa...
Cuando las olas ya no me
pueden abrazar
cuando tu vida se detiene,
y no sabes por qué sigues,
cuando mi corazón late a tu lado,
creyéndome mar,
te encuentro ahí,
tapada con las olas,
jugando a contarlas,
como nuestras vidas,
contarlas sin vivirlas,
contarlas sin sentirlas,
contarlas sin que paren,
como la vida,
que no da tregua,
tregua de descansar,
de soñar,
de sufrir,
de balbucear palabras que no te diré,
de pensar siempre que no estoy a tu lado,
y aún... y aún
y aún vivo...
Hernán Poloni Gruler
21
A ella. Solo a ella
(Poema en busca de desarrollo)
Prólogo
me fui a acostar después de ella,
ella tendida...
Preámbulo
ella/ tendida/
formas/ de amor/
su ternura/ su humildad/
la fuerza/ la madre/
naturaleza/ pariendo/
el dolor/ todavía/
su magia/ mi encanto/
a ella/ solo a ella/
Epílogo
déjame tenerte/ en mis brazos
dormida/ venerada/ te siento/
sometida/ exaltada/ atrevida/
audaz/ vida mística/
22
“Y” conjunción copulativa...
El mar de los abrazos
El mar y los abrazos,
el mar y que me ahogo,
y me salvó el abrazo,
el abrazo del mar,
y el mar de los abrazos,
y que me hundía,
pero el abrazo me mantenía,
y el tiempo me dice y me maldice
que siga abrazando el mar,
que llegará un día
que lo abrazaré todo,
que el día ya llegó
hoy sólo te abrazaré,
confundiéndote con el mar,
abriendo y cerrando mis brazos
te apretaré como si fueran
mis últimos abrazos,
…contra mí mismo.
Hernán Poloni Gruler
23
Preguntas de amor
¿Cómo son?
¿Son preguntas sobre
quién ama
y
quién no ama?
Preguntas de amor.
¿O tal vez,
cómo se ama?
¿Hay que amar a una sola persona?
Preguntas de amor.
¿El tiempo ama?
¿Cómo ama el tiempo,
separando o uniendo?
Preguntas de amor.
¿Existe el amor, o solo
el aquí y el ahora?
¿Ella me ama?
¿Acaso yo la amo?
Preguntas de amor.
¿Por qué la siento distante?
¿Es la distancia o es el amor
que no existe?
¿Quizás el amor existe y
no lo he sentido?
Preguntas de amor.
24
“Y” conjunción copulativa...
Autor desconocido y foráneo busca
título para su poema esdrújulo
Érase una vez un tipo
que buscaba un título
para su versículo.
El tipo buscó y buscó el título
para su versículo,
hasta casi hacer el ridículo
…incluso, un testículo
le infló a su hijo
buscando el título.
Ya estando en el vestíbulo
de cualquier prostíbulo,
por supuesto que buscando el título,
de pronto creyó que estaba con Dios
en su patíbulo,
acusado de buscar un título.
Se preguntó si valía tanto
buscar un título:
Ellas dijeron que no importa el título,
importa el vínculo.
Su hijo le dijo que no le infle más
ahora el otro testículo, solo por un título.
Estaba como que andando en círculo,
con todo este capítulo del título,
que ahora... hasta un artículo le puso al título:
le quedó “El Título”.
Desahuciado por no encontrar ahora El título,
aunque lo pensó, no encontró un estímulo,
entonces, casi sonriendo, escribió el título para
su versículo: y le quedó “El Título”.
Hernán Poloni Gruler
25
Tratando de explicar lo que siento
(¿Es inexplicable?)
Las palabras no alcanzan
para decirte cuánto te amo.
Tendría que inventar
jeroglíficos nuevos
indescifrables;
solo tú entenderías.
¿Cómo explicar lo que siento?
Quiero que entiendas
las incógnitas de mi amor.
Solo tú las entenderías.
Solo tú sabrías…
presagios…
¿Debo esperarte?
¿Debes esperarme?
¿Qué pretendes?
¿Mi amor?
No, mi amor no existe,
solo existe el aquí y el ahora.
¿Cómo explicarte que
tus cautivadores ojos me guían?
No puedo esperar más,
el amor es eterno,
presto moriré,
mañana pereceré en tormento,
presintiendo tu cuerpo.
Mi amor no existe.
Solo haz de cuenta que te amo.
26
“Y” conjunción copulativa...
ESTO Y AQUELLO Y
AQUELLO Y ESTO
Ya perdido aquello (y esto), lo nuestro
es esto (y aquello), mi amigo.
Me compro aquello y
me vendo esto.
Me pongo esto y
me saco aquello.
Me apuro en aquello y
una pausa en esto.
Me quedo en esto y
voy saliendo para aquello.
Me como aquello y
vomito esto.
Te miento solo en esto y
la verdad en aquello.
Maldigo aquello y
bendigo esto.
Decídete, amigo, es esto o aquello.
No puedes vivir esto y
querer aquello.
Tienes que vivir esto y
querer esto (¿y aquello?).
No puedes esto y aquello y
aquello y esto.
Sí puedo; así vivo; soy esto y
aquello.
Mañana tengo aquello y
quiero esto; que luego es un aquello.
Clasificado: “Se vende esto” ( porque de
verdad quiero comprar aquello).
Hernán Poloni Gruler
27
28
“Y” conjunción copulativa...
Cuerpos que se enredan
¡Cuánto quisiera decirte que te amo!
Mas no lo siento. No confío en mi amor.
Solo confío en ti.
¿Quién eres? Déjame tu cuerpo,
préstamelo, aunque sea.
Lo trataré con sedas.
Quizás solo quiero tu cuerpo,
andarte quiero…
Dime que tu amor es mejor que el mío.
Dime que te susurre al oído,
y te cuente una historia sin destino.
¿Quién eres? ¿Debo siempre hacerte el amor?
Dime que sí, que explorar tu tiempo puedo.
Cuéntame una historia
de valientes guerreros
que peleaban con plumas,
tintas y poemas,
y ellas empuñaban temibles espadas
poderosas y temerarias señales
de la remota mujer de hoy en día.
Hernán Poloni Gruler
29
Nos quedamos solos
Dedicado a la generación nacida en la
década del ’60…
(Quizás solo a algunos o
quizás solo a mí mismo.
Sí, mejor me lo dedico a mí mismo.
Disculpen.)
Nos quedamos,
sin darnos cuenta, nos sentimos:
sin padres,
solos, solo consumiendo,
dolidos,
traicionados/ quizás por nosotros
mismos/
mirándonos,
buscando, todavía,
sin muertos/ ya estaban/
nos quedamos,
sin darnos cuenta,
nos sentimos.
PD: Tiempos diferentes, amigos.
Estamos preocupados
por aquello que no tenemos,
que no podremos,
que solo soñamos.
¿No existen más las utopías?
30
“Y” conjunción copulativa...
Att vara ledsen3
¿Cómo acallar latidos,
cómo enmudecer el alma,
si desborda?
¿Cómo el silencio impune
se rompe con el pálpito?
¿Cómo darme cuenta de que ella vive? (si la imagino)
¿Cómo poder entender
si solo dialogo
con soles de la noche?
¿Cómo detener mi cuerpo
cuando ya el viento lo lleva?
¿Cómo cantarle a las estrellas
si ya no soy de ellas?
¿Cómo decirles a las valkirias
que lloren mi partida?
¿Cómo decirte que una estrella
cayó a mi lado?
¿Cómo explicarle a las musas
que ya no soy de ellas… ¿Cómo
decirle a ella, qué debo decirle,
cómo hilvanar olas que nunca llegan?
¿Cómo enmudecer los sueños
para guardarlos?
¿Cómo no anquilosarme
con los sueños,
que nunca serán realidades?
¿Verdades?
¿Acaso es realidad la vida?
¿Acaso será realidad su cuerpo?
¿Acaso no es todo esto un sueño,
con seres disfrazados con cuerpos?
3
att vara ledsen: en idioma sueco, estando triste, melancólico.
Hernán Poloni Gruler
31
Metapostmodernismo
El tiempo se detuvo, ya es tarde.
La gente no supo qué hacer.
Los relojes dejaron de avanzar.
Las gentes buscaban respuestas:
las mujeres y los hombres solo
quedaron inmóviles,
enmudecidos sin saber qué hacer.
El tiempo se detuvo, ya es tarde.
Nadie morirá, nadie nacerá.
Nada se transformará.
Dios, como siempre,
se debe haber olvidado de algo.
Esta vez, darle cuerda al tiempo.
Los amantes agradecidos,
inmóviles, haciendo el amor,
de por vida quedaron.
Ya es tarde. El tiempo presente será infini-
to.
Jamás habrá pasado ni futuro.
Solo tiempo presente.
Y yo inmóvil esperándote,
viendo pasar cuerpos sin forma
ni dirección (solo deambulan).
Ya es tarde.
El verbo “esperar” ya no existe.
El tiempo se detuvo.
Y yo solo, inmóvil.
Ya es tarde.
32
“Y” conjunción copulativa...
Vivir con todo eso.
O “Derroche de ellas”
¿Acaso puedo adueñarme de ella?
¡Oh, Caros Poetas, augúrenme!
¡Oh, Musas de los siglos, acudan a mí ahora!
Por favor, Castálidas mías, socórranme! A
tientas ando.
Presiento tardíos presagios.
Os ruego, Pegásides, ¡no me dejen!
¡Piérides! ¡Auxilien mi ánimo necesitado!
Ustedes, Helicónides, escuden mi corazón tan
sensible a ellas.
¡Te imploro, Numen! ¡Ampara solo esta vez
mi alma! ¡Susúrrame tu canto!
Tal vez le crea.
¿Cómo hacerle entender
que dos estrellas del cielo
cayeron justo en sus pupilas?
¿Cómo es posible que pueda
adormecer mis melancolías?
¡Mi corazón estalla… solo de felicidad cuando
la veo!
Y cuando no la veo… ¿es o será de otro?
No lo sé. Quizás, acaso, puede ser, tal vez,
dudo,
azar del tiempo, posibilidades, incertidum-
bres.
Viviré con todo eso.
Serás feliz.
…Yo también.
Hernán Poloni Gruler
33
Querido León Felipe:
Tengo un bisabuelo colorado que peleó en
batallas.
Y tenía un sable.
Y tengo un padre
que peleó en la clandestinidad y
fue guerrillero, fue (¿es?) tupamaro.
Y una madre de café con leche siempre pron-
to,
que también fue presa por sus buñuelos que
nos comíamos
con mis queridos amigos en la madrugada.
Pero qué lástima,
qué maldita lástima
que yo no soy
ni colorado,
ni tupa,
ni blanco,
ni guerrillero.
Pero qué lástima,
qué maldita lástima
que tampoco fui
jinete de Aparicio;
ciudadano de Don Batlle y Ordoñez;
guerrillero de Sendic;
ni tampoco sé hacer
los buñuelos de mi madre.
Pero qué lástima,
qué maldita lástima
que no tenga una época,
que pertenezca a un tiempo sin espacio…
donde solo hablamos del presente,
no existe el pasado ni el futuro.
34
“Y” conjunción copulativa...
La época de ahora, son las nueve y
veintidós minutos de la noche de
un jueves de noviembre del 2004.
Solo existe el ahora… no tenemos
pasado ni futuro. El maldito pre-
sente me carcome, por mi autopsia
del pasado y por proyectarme al
esperanzado futuro.
PD: Estimado León Felipe, olvidé
mencionarte que extraño a la niña.
Hernán Poloni Gruler
35
36
“Y” conjunción copulativa...
Esclarecimientos
Las definiciones
existen, aprendo
a descifrarte.
¿Para qué
necesito una definición?
Mis palabras, defínanlas,
por favor. ¿Es arte?
¿Qué hay en mis palabras?
¿Cómo me pueden enseñar a definir?
¿Quién me enseñaría a definir?
¿Qué reglas sigo para definirte?
No puedo. ¿Adónde llega el horizonte?
Sin imaginación quedaría si te definiera.
¿O acaso te estoy inventando?
Si fuera pintor,
tu rostro definiría en infinitos trazos.
¿Acaso te estaría creando?
¿Te estaría concibiendo? Dime,
¿es que acaso no existes?
Sí, existes. Eres tú. Pero no puedo definirte.
Sí, sólo imaginarte.
Eres mi definición.
Hernán Poloni Gruler
37
Querido Mario Julien:
(… A algunos)
No sé quién sos.
Tampoco he preguntado.
Lo único que sé de vos
es que te desaparecieron.
¿Quiénes? A veces me da miedo.
Tengo tu foto de la marcha.
La marcha del silencio del 2004:
por los que fueron desaparecidos.
¿Quiénes? A veces me da miedo.
A muchos nos dieron una foto.
A cada uno le tocaba cualquier foto.
Cualquier rostro, de los que fueron desaparecidos.
Es una fotocopia con tu rostro y tu nombre.
Me tocó tu rostro y tu nombre.
Podría haberme tocado
cualquier otro rostro
y otro nombre.
Pero no, me tocaron tu rostro y tu nombre.
¿Qué hubieras hecho, que habrías hecho, Mario Julien,
si estuvieras como yo,
sentado en la cocina,
mirando una fotocopia con un rostro
y un nombre, que no conoces,
pinchado en tu cartelera con otros papeles?
¿Quiénes? A veces me da miedo.
38
“Y” conjunción copulativa...
Es un miedo bueno, no sé, creo.
Pienso que hay miedos buenos y miedos malos.
Así pensaba cuando era niño… e incluso hasta que fui
adolescente.
Mientras tanto, aprendí la palabra “cobarde”.
El miedo malo es ser cobarde.
El miedo bueno, enfrenta.
Enfrenta el silencio… lo hace palabras.
Habladas y escritas.
Preguntas y respuestas.
Acciones…
El miedo bueno recuerda.
Lo transforma en búsqueda.
De un amor perdido.
¿Quiénes? A veces me da miedo.
A veces me da miedo escribir estas líneas.
Pero más miedo me daría no escribirlas.
Más miedo me da olvidar.
Más miedo me da callar.
¿Quiénes? A veces me da miedo.
Hernán Poloni Gruler
39
Adiestramiento
Esa tu capacidad
de decir sin decir.
Ese miedo a
expresar sin expresar.
Ese plañir del corazón
saliendo sin salir.
Ese recelo de ser
rechazado sin rechazo.
Ese pavor a ella
desapareciendo sin ser.
Ese miedo maldito
a naufragar sin mar.
Ese temor de
amar sin posesión.
Ese entregarse ciego
desnudo…
espontáneo…
40
“Y” conjunción copulativa...
Decir sin decir
Prólogo
Cuando ella dijo:
“Esa, tu capacidad de decir sin decir”,
quedé clausulado.
Frase maldita. No puedo.
¿Acaso debe el poeta decir sin decir?
¡Sí, pensándolo bien! Lógica de la vida. (¿O no?)
¿Adaptación? ¿Acomodación del poeta?
¿Debe “ajustarse” el poeta?
No soy poeta. ¿Puede el poeta ser sin ella?
Será solo un ser vagando
por este corto pasaje por la tierra.
¿Cómo aclimatarme a tu tiempo?
¿Cómo amoldarme a tu forma?
¿Debo adaptarme?
Mejor me adargo.
Utilizaré mi adarga.
Quedaré adarvado… por tus pensamientos.
¿O mejor por tus sentimientos?
¿O quizás deba comenzar de nuevo?
¿Comenzar a qué? ¿Qué quiero?
¿Qué quiere ella? Él nunca sabrá qué quiere ella.
Ella nunca sabrá qué quiere él. ¿Desencuentro? ¿Desen-
canto?
Decir sin decir.
Desarrollo
Decir sin decir.
Hernán Poloni Gruler
41
Epílogo
Historias vidas seres
hombres vidas mujeres
historias alegrías tristezas
alegrías tristezas preguntas
existencia no existencia
historias hombres mujeres alegría sexo
existencia.
Ella, nieve tiempo frío exigencia
concordancia, cordura, prudencia, juicio,
sensatez,
ser o no ser/ ser o no estar/ ser o no sen-
tir/ sentir o no ser
Él, escarcha tiempo hielo requerimiento
siglo XXI guerra hambre contradicciones.
Incluso apoyo mi espalda
y tú no estás...
¿Dije sin decir?
42
“Y” conjunción copulativa...
Coexistente... el amor
contiguamente el amor
continente del amor
contradictoriamente amor
contrayente del amor
contundente el amor
convaleciente mi amor
conveniente tu amor
convincente nuestro amor
copulativamente nosotros
Hernán Poloni Gruler
43
“La libertad”
Con mayúscula o minúscula… es siempre libertad… no
importa la forma, lo importante es el contenido, lleva-
mos siglos buscando formas…[,] es hora de contenidos
de o en las palabras… ¿o ya no importan…?
¡Oh, mujer, dime que resucitarás!
¡Oh, Delmira, dime que reencarnarás!
En todas ellas.
¡Oh, bellas luchadoras de La Tapera,
díganme que la lucha sigue!
Proclámenme que extrañan el
calor de mi cuerpo
y el trabuco naranjero abriendo fuego
sobre vuestros pechos
llenos de libertad y…
¿Dónde quedarán mis besos?
Admirándolas, cual bellezas indescifrables,
que esperan, no pasivas, a un guerrero.
Llenas de luchas y tiempos.
¡Oh, Musas del Infierno,
las advierto de mis palabras,
no solo quiero vuestro cuerpo!
Perderme en vuestro combate quiero.
Purificarme combatiendo
en vuestros vientres deseo,
llenos de sueños de libertad.
Las quiero…
y las quiero sentir cerca, combatiendo.
44
“Y” conjunción copulativa...
No serás mía…
Tampoco seré tuyo.
Me conformaré con tu mirada.
Te conformarás con mis ojos.
Te conformarás con mi aliento.
Me conformaré con tu viento.
Me conformaré con tu sol.
Te conformarás con mi sombra.
Te conformarás abriendo el camino.
Me conformaré con seguir tus pasos.
Me conformaré con tus sentimientos.
Te conformarás con mis pensamientos.
Te conformarás con mis preguntas.
Me conformaré con tus respuestas.
No serás mía.
Tampoco seré tuyo.
Nos conformaremos solo con no tenernos.
Hernán Poloni Gruler
45
46
“Y” conjunción copulativa...
Hoy no me animo a
quererte
ni a desearte,
ni a decirte,
ni a reírte,
ni a llorarte,
ni a amarte,
ni a revolucionarte,
ni a pedirte.
Mañana querré animarme.
Mañana querré arrepentirme.
Mañana sufriré el hoy.
Mañana será tarde.
Mañana es hoy.
Hoy es mañana.
Hoy me quiero animar.
Ya me duele no animarme.
Hernán Poloni Gruler
47
Optimismo
¿Cómo asociar la vida
con mi vida, si ya no estás?
¿Cómo evitar ser arrasado
por mi vida misma,
si tú no estás, mi vida?
Entre arrebatos esporádicos
de algún optimismo,
de búsqueda de sentido
a mi ser,
me miro en el espejo y no estás
a mi lado.
Quise encontrarte, te busqué,
con temor de hallarte.
¿Qué haría si te encontrara?
Justo cuando mi amor estaría,
casi sagazmente agazapado
para lanzarse en tu figura
ya esfumada, indicio, casi señal,
atisbo que mi ser ya intuía, pre-
conizaba…
desde el génesis,
la sublevación de mi amor aso-
nante,
encontró alivio.
En el olvido.
(¿Es verdad?)
48
“Y” conjunción copulativa...
Acaso…
¿Puede el poeta ser solo poeta?
¿Puede el poeta ser lo que es?
¿Puede el poeta andar y ser solo poeta?
Si su vida la tiene ella, ¿qué le queda al poeta?
¿No siente nada por él?
¿Solo ciertas incertidumbres interesan al poeta?
¿Y que otros las contesten?
¿O que se las conteste ella?
¿Acaso sin poesía quedaría?
Hernán Poloni Gruler
49
Hijos, no pregunten más
Hijos, no pregunten más.
Ya mis preguntas son solo,
remansos
de ideas,
lagunas
ideológicas,
charcas de interrogantes,
de memoriales respuestas,
alcantarillas
atoradas
por el plástico
de la botella.
Hijos, no pregunten más.
Mis respuestas ya son
de memoria
de etiqueta
de libros
de esquemas
de basurales;
Hijos, mis respuestas
son preguntas.
50
“Y” conjunción copulativa...
Preguntas a “El cantante
de los tiempos”…
(Epílogo)
Decime, ¿es cierto que un traidor pue-
de más que mil valientes?
¿Puede el traidor más que las ideas?
¿A quién traiciona el traidor?
¿Será que el traidor se traiciona a sí
mismo?
Por favor, contéstenme, ¿puede el
traidor con mil valientes?
¿Podría el traidor con un solo valiente?
¿Qué traiciona el traidor?
¿Traiciona su vida el traidor?
¿Por qué se esconde el traidor?
¿Por qué se oculta el traidor?
¿Acaso siquiera le quedan su alma o su
conciencia para esconderse?
¿Por qué el traidor tiene que correr,
apurarse, disparar, irse lejos, desapare-
cer, solo?
¿Acaso lo que él hizo está mal?
¿Acaso está muy mal?
¿Con quién puede un traidor?
¿Por qué un traidor es un traidor?
Hernán Poloni Gruler
51
Me contó un amigo
Que nos quedábamos sin poesía,
sin consignas, ni algarabía.
¿Para qué leer el libro
si siempre dice lo mismo?
Que nos quedamos sin palabras
de aliento, de ternura.
Que nos quedamos solos,
huérfanos, sin familia,
los hermanos peleados,
tratando de comprar el alba
o enajenar el crepúsculo de la vida.
Me contó un amigo.
Que nacemos como malos.
Que el instinto depredador
es con nuestros hermanos.
Que las cosas nos dominan
y estamos como contentos.
Que la vida se nos va
y tranquilos vamos.
Me contó un amigo,
que así estamos.
52
“Y” conjunción copulativa...
A los poetas
que creían que su prosa era la vida,
que la poesía era su amor,
la narrativa su emoción.
• • •
¿Por qué escribe el poeta?
¿Acaso no se cansa?
¿Por qué quiere el poeta descubrir la
belleza
de la ya hermosa puesta del sol?
¿Por qué se preocupa el poeta del
amor ya muerto
y del amor que nace?
¿Acaso, no ha roto el poeta
el cordón umbilical de la vida?
¿Y por eso se mantiene vivo?
¿Por qué el poeta se deja mojar por la
lluvia,
el mar, el río y los labios de ella?
¿Por qué no dejas tu pluma y te dedi-
cas a otra cosa?
¿Acaso eres tan sabio
que sabes de dónde viene el amor?
¿Acaso eso te mantiene vivo, y no lo
cuentas?
¿Por qué, poeta, desparramas las
letras tan violentamente?
¿Por qué, poeta, escribes con el torna-
do de tus sentimientos?
Hernán Poloni Gruler
53
¿Acaso no quieres detenerte un momento?
¿Acaso tu mano ya escribe sola?
¿Quién te inspira, poeta ciego,
a querer vengar la vida
por la existencia de la muerte?
¿O de ella?
Poeta, háblame.
Dime que no estoy solo,
con el papel enfrente,
y la maldita tinta ya casi seca.
Descansa, poeta amigo. No hables.
Ya sé, no te preocupes.
No morirán los poetas.
Aún queda tinta en las venas, mi querido y
anciano, ¡oh, Cano Poeta!
Aunque hace mucho tiempo que no estás,
poeta.
Tu tinta se ha derramado,
nos ha impregnado de…
Sí. Gracias, poeta. Seguiré buscando
aquel secreto, en mi corazón.
En algún corazón.
54
“Y” conjunción copulativa...
A los poetas del siglo XX
Identidad
Queridos poetas profundos:
¿Qué hago con vuestros deseos
yo que deambulo con ellos?
¿Cuáles son vuestros deseos?
Así termino con mis interrogantes.
¿Dónde encuentro vuestros deseos?
Así descubro mis raíces.
¿Cómo son vuestros deseos?
Así me encargaré de esparcirlos.
¿Cuáles son vuestros deseos?
Así descanso en el infierno.
Hernán Poloni Gruler
55
56
“Y” conjunción copulativa...
Infinitos amores
Dedicado al atardecer en casa pueblo y
en la rambla montevideana.
Sol mío. Me adueñé de ti.
Me contaron tu belleza.
Allá lejos. El crepúsculo.
(Momentos de oración perversa.)
Ve rápido. Se esconde.
Al ocaso. Ve junto a ella.
Al enrojecer. Sol, te vi.
Te soñé. Lejos.
Sol mío. Allá. A la colina blanca.
De piedras. Fui. Te vi (y sentí).
Creí que eras. Único.
Pero cuando volví.
No, sol. No eras único.
Eras uno de infinitos amores.
Por suerte. No sólo allá lejos.
Tu bondad. También aquí.
Sol mío. Te vas. Te espero.
Allí en tu simpleza.
Allí. La gente. La rambla.
También. Eres. Tú. Sol mío.
Eres mío. Y de alguien más.
Por suerte. No solo allá lejos.
Hernán Poloni Gruler
57
A los poetas del siglo XX
Admiración… reverencia.
¿Acaso te pasó lo mismo, poeta?
¿Acaso siquiera los animabas
al mirarlos a los ojos?
Por vuestra grandeza, poetas míos.
¿Qué respeto les debo?
¿Es que acaso ya vuestra
sangre me tiñe?, ¿es que
ya está reseca, pero igual
sigue latiendo?
¿Cuál es la cuestión, poetas?
¿Dónde está la vida,
si aún sigo con ella?
¿Es acaso una ofrenda?
¿A quién?
¿Tengo que ser sacrificado?
¿Qué dios me aceptará?
¡Si mi vida es de ella!
58
“Y” conjunción copulativa...
A los poetas del siglo xx
¿Qué es un poeta?
Poeta, me dejaste:
Las cadenas para reciclar,
las espadas para quebrar,
las balas para sembrar.
la esperanza del andar,
al verdugo sin la máscara, (y sin vergüenza).
Me dejaste, improvisando, naciendo
casi, casi de nuevo.
Sin premonición de aquel galardón,
(ya tuyo).
Poeta me dejaste,
ya todo casi escrito.
Solo tuve que dejar
al viento mi mano.
Tu último alarido
está guiando, todavía,
mi tortuoso trazo.
(Borroneado por tu tiempo.)
No puedo poetas, reciclarlas.
No puedo quebrarlas.
No puedo sembrarlas.
Solo, poeta, solo,
sé que nunca encontraré respuestas.
Solo, poeta, solo responde.
¿Quién soy yo, poeta?
Acaso soy un vate, un lírico, un rimador,
un juglar fuera de tiempo?
Hernán Poloni Gruler
59
Att Komma ihag4
Presiento…
Presiento
que ya se vienen,
se vienen.
Los tambores,
los tambores.
Presiento que ya
no son las manos,
no son las manos
que los tocan
que los tocan.
Son las almas,
son las almas
de los que han vuelto
de los que han vuelto.
son las almas desaparecidas,
que resuenan,
que resuenan.
Son almas vivas,
son cuerpos sin tumbas,
son seres que deambulan.
4
att komma ihag: en idioma sueco significa “recordar”.
60
“Y” conjunción copulativa...
Quiero vivirlo
A los poetas del siglo XX
¿Es que un poeta tiene un tiempo?
¿Es que el tiempo es del poeta?
¿Es que el poeta es del tiempo, de ese
tiempo?
¿Quién hace a quién?
¿Tiene que sufrir el tiempo
para que el poeta escriba?
¿Tiene que sufrir el poeta
para que con pena se desfigure el tiempo?
Vuestros tiempos, poetas son otros.
¿Qué otros? Estos otros.
Ustedes son de todos los tiempos.
¿Acaso las palomas mensajeras
son vuestras? ¿Viven ellas la eternidad?
¿Cuál es vuestro mensaje?
No puedo descifrarlo por el tiempo.
Solo puedo vivirlo, al tiempo. Quiero
vivirlo.
No puedo seguir adivinando,
ni descifrar vuestro tiempo.
Ahora es nuestro tiempo.
No quedes solo.
Comparte mi tiempo.
Yo fui, ya, el tuyo.
Hernán Poloni Gruler
61
Sverige: Tack.
(Suecia: gracias.)
Los pueblos/ qué cerca/
el exilio/ qué lejos/
la cultura/ te aprendo/
idioma/ te descifro/
los pueblos/ qué cerca/
solidarios/ diferentes/
¿Es tu idiosincrasia/
ahora/ la mía?/
Los pueblos/ que cerca/
las gentes/ superficiales/
profundos/ continuos/
antónimos/ me acercan/
me alejan/
Los pueblos/ los quiero/
el olvido/ qué lejos/
te respiro/ amada/
rendida/ combatiendo/
Los pueblos/ indefinidos/
resquebrajados/ buscadores/
tus fronteras/ las traspaso/
ya dentro de ti/ déjame/ amada/
Los pueblos/ pariendo/
parias/ yo/ tú/ él/
nosotros/ vosotros/ ellos/
la sangre/ el sufrimiento/ el dolor/
y la alegría del nacimiento/
Yo /tú / poetas del siglo XXI/
62
“Y” conjunción copulativa...
A las poetas del siglo XX
A Delmira Agustini, a Astrid Lindgren y a las com-
batientes del “Combate de la Tapera”; Diosas mías,
de Olimpo personal.
Mientras vivo, el siglo se va.
Tú encendida,
todavía a mí, vienes, enloquecida,
bravía, furiosa (prejuicioso
el tiempo, casi equivocado).
Cual sombra mía,
tu forma me dirige.
No puedo dormirme
sin tu pecho acariciándome.
Déjame adueñarme de ti.
No te dejaron ser. Fuiste tú, siempre tú.
Te encontraré en mí.
¿Acaso tu partida te liberó?
¿De quién? ¿Acaso me olvidaste?
No marches, amada mía.
Mi poetiza, mujer, vive,
deja que escriba para ti.
¿Grabaste en algún corazón tu todo?
¿Qué escribiste fuera de época?
¿Acaso no sabías que comenzaba
el siglo que termina?
Diosa, te encarnaste
en el hombre, miedoso, yo,
de perderte, de amarte.
Yo con ánimo, te recuerdo.
A veces pienso en ti.
Piensa en mí.
Te quiero,
un abrazo,
yo.
Hernán Poloni Gruler
63
64
“Y” conjunción copulativa...
No, Viejo, ya no hay
más tranvías
¡No, Viejo,
se terminó todo aquello!
Ya no hay más tranvías.
Lo que pasó
es que era muy barato
y no contaminaba, Viejo.
Por eso lo sacaron.
¡No, Viejo, ya está,
se terminó todo aquello!
Ya no está el Sorocabana, Viejo.
( Me parece que en Durazno queda
un Sorocabana, Viejo.
Si querés, mañana nos largamos
hasta allá,
tomamos un cafecito, y volvemos.)
Lo que pasa, Viejo,
es que no era rentable.
Fijate, Viejo, cinco personas en una
mesa,
hablando tres horas,
y tomaban un solo café, Viejo.
Me parece que la gente
habla mucho, Viejo.
Por eso lo sacaron.
No sé, Viejo,
me parece,
que se terminó todo aquello, Viejo.
Hernán Poloni Gruler
65
A los poetas del siglo XXI
Poeta, tu combate
Queridos poetas de otrora,
me quedé sin el combate.
Solo me queda la tapera.
El trabuco, colgado, allá,
lejos, recuerdos de algún muerto.
Todavía. Llorándolo.
Solo, siglo XXI, tapera nuestra.
Tú, tierra, perforada,
la fibra óptica te atraviesa,
fría, rápida, tapera,
despierta, hasta cuándo,
pueblos, todavía, con taparrabos.
Queridos poetas, ¿qué canto ahora?
¿Qué acústica tiene la chapa,
el cartón y aquel pedazo de madera?
¿Sientes mi música sin notas,
sin límites?
¡Dime, poeta, que el combate
todavía existe!
No me dejes solo en la tapera.
Poeta, tu combate.
Mi tapera, la carroña.
Me huelen cimarrones.
Me muero y despierto.
Siglo XXI. Aquí estoy.
Mueres, viejo siglo.
Muere, combate.
Despierta, tapera.
Muere, tapera.
Despierta, combate.
66
“Y” conjunción copulativa...
Es que todavía
¿Qué hago, madre, con tu dolor? Dime,
madre.
Madre, conocí otra madre que también sen-
tía dolor.
Tengo que escribir tu poesía, madre.
¿Qué palabra, madre, de poesía, de prosa,
explica, dice tu dolor?
No puedo ya más.
¿Cómo se llama ese dolor, madre?
Me duelen en el alma tus heridas.
Tu martirio.
Sabes, madre, las leyes
no dicen “tortura”, dicen “apremio físico”.
Te adueñaste, madre, del dolor.
¿Es que todavía estás, madre,
pariendo la historia?
Madres, ¿cómo hacen el duelo?
Madre, ya no está el tormento.
Ya Damocles retiró su espada;
ya no está, madre.
¿Por qué todavía el duelo, madre?
¿O es que soy yo que todavía estoy de luto?
Quítate el velo, madre. Ya el dolor no es tuyo
solo.
Yo lo capturé, para compartirlo.
Quizás lo comparta, todavía no sé.
¿Quién quiere compartir mi dolor?
Hernán Poloni Gruler
67
Érase una vez unos monstruos
uruguayos
Mira, hermano,
mira una madre, nuestra madre
viviendo sin querer recordar.
Aquello que vivimos,
que vivió ella,
y nosotros no podemos descifrar.
Te doy, Vieja mis recuerdos, mis sueños.
Borra los tuyos. ¿Acaso no quieres?
¿Por qué nos callamos, hermano?
¿Por qué nos amordazamos todavía?
Aún me duele
aquel dolor antiguo.
Vieja, ¿fue hombre el torturador?
Vieja, ¿fue mujer quien te torturó?
¿Cómo se llamarán, hermano?
¿Cómo pudieron hacer eso, hermano?
Tranquiliza mis pálpitos desconsolados, hermano;
tú siempre lo has hecho.
¿Cómo puede alguien torturar? Hermano, res-
ponde.
¿Dónde están esos seres? ¿Acaso son humanos?
No, hermano, no me digas que convivo con ellos.
¿Por qué no dicen quiénes son? ¿Acaso tienen
miedo?
¿O acaso soy yo el que tengo miedo?
Epílogo
Érase una vez algunos monstruos uruguayos, que
se adueñaron de las sombras de las gentes. En-
tonces...
68
“Y” conjunción copulativa...
(I) “Y”: conjunción copulativa,
para que las palabras se hagan
el amor
El frío y el viento y el niño
y el carro y el caballo y la vida
y la vida rancia y que nos toca
y el capitalismo y pútrido
y la calle y las bolsas
y de basura y de valores
y los bancos y de plata y de bronce
y los de la plaza
y de oro y que no tenemos
y que nos morimos y pobres
y con las gangrenadas ganas
y de morir ricos y muy ricos
y sufro y el niño y el látigo
y el caballo y el niño y sabía y que
y se moría pero igual y le pegaba y se moría
y la pirámide y de basura y tartamudeaba
y porque era y su caballo y porque y a veces
y no comía y por y su caballo
y ahora y el frío y cosa de pobres
y de la República y Oriental y del Uruguay
y su economía y que y crece
Hernán Poloni Gruler
69
y el niño…
y no se daba cuenta y mientras..
y el tiempo y seguía y pasaba
y pasaba y los mocos y enjuagados y de lágrimas,
y mientras y la sociedad y miraba
y en el siglo XX y seguía y mirando
y en el siglo XXI y ya no precisa
y porque y el niño y se muere
y a nadie y le importa
y por y suerte y crece la economía y uruguaya
y el niño
y su caballo y sus lápidas y sin mármoles
y los tiempos y algunos uruguayos
y son y más uruguayos y que otros
y unos y se y mueren y de hambre
y algunos otros pasan hambre
y otros y no: ¿y por y qué?
70
“Y” conjunción copulativa...
A veces sólo quiero ser pero no
puedo
Levantose el hombre callado,
pensativo, buscando,
hurgando en su ayer
sin encontrar
lo que ni siquiera sabía que buscaba.
Se vestía sin saber por qué
no estaba su rostro,
en el espejo del hoy,
no estaba, no se sentía,
no se olía, no se veía,
no se escuchaba.
¿Dónde estaba?
A veces sólo quiero ser pero no puedo
Salió corriendo del pasado,
se incrustó en el futuro
pidiendo, clamando su espacio
de historia, maldita, reciente,
putrefacta, heroica, insensible, mutilada,
sentida, escondida, invisible,
del presente,
egoísta de amor hacia ella.
¿Cómo podría recuperar
lo que ya de él no era?
Era un hombre sin memoria.
Era la historia del ahora;
era el presente del ayer
que no estaba, pero era.
A veces sólo quiero ser pero no puedo
Hernán Poloni Gruler
71
¿Cómo podría escribir la historia
si era (y soy) un muerto que habla?
¿Quién le creería? (Si los muertos no hablan.)
Epílogo
Cómo podría explicarle a sus hijos
(que nunca supo si tuvo)
que él era pero no estaba.
¿Cómo acariciar los cabellos de ella
si sus brazos no la alcanzaban?
A veces sólo quiero ser pero no puedo
Cómo acallar aquel momento(?)
que lo dejó en silencio, eterno,
infierno, presente, al viento, sin rumbo (nuestro rumbo)
proclive al vacío, voz truncada.
¿Cuál es tu signo? Dime.
¿Cuál es tu símbolo? No calles.
¿Cuál es tu señal? No me dejes.
¿Quién te escolta en tu servidumbre al silencio?
¿Acaso te proteges tú mismo?
A veces no puedo sentirte.
A veces me atormenta tu silencio.
A veces no puedo recordarte.
A veces no quiero estar más solo.
A veces, sólo quiero ser, pero no puedo
72
“Y” conjunción copulativa...
(II) “Y”: conjunción
copulativa, para que las
palabras se hagan el
amor
La niña embarazada
brazo estirado y mano abierta
ojos sin color, casi sin lágrimas,
un niño dentro de su vientre
aborto errado.
“Parirás con dolor”.
Brazo que pide, mano abierta.
Brazo protector el otro.
El niño amamantaba,
la madre-niña pedía.
La madre-niña quería ser alguien;
La madre-niña y la rabia y la ira y los
autos y la caridad y el ruido
y los hombres y las mujeres pasaban
y
la madre-niña amamantaba y pedía
y los hombres y las mujeres pasaban
y pasaban las mujeres y los hombres
y
el niño se prendía del pecho y la
madre pedía y
quedaban siempre, la madre y el
niño y el niño y la madre
y el pezón casi sangrando
como el ojo rojo casi sin lágrimas
y el niño amamantado por su madre
le fue tomando toda la sangre por
leche.
Hernán Poloni Gruler
73
Y llegó un Dios y dijo que ese niño
rojo era hijo del diablo y que había
que quemarlo, no, mejor
desaparecerlo,
no, mejor ahorcarlo,
no, mejor sepultarlo vivo,
no, mejor desterrarlo,
pero al final eligieron la hoguera
(la cruz estaba pronta, en Bulevar
Artigas y Avenida Italia), en pleno
siglo XXl, y allí en la cruz lo quema-
ron…
lo quemaron por niño,
por tomar la sangre por leche,
por haber succionado a su madre
hasta extinguirla...
74
“Y” conjunción copulativa...
Otros y unos
Unos quieren el tiempo en el que viven
lo adornan
otros disfrutan el tiempo en el que viven
lo aprovechan
otros enfrentan el tiempo en el que viven
resisten
otros adoran el tiempo en el que viven
buscan dioses malditos
otros enjuician el tiempo en el que viven
comienzan un proceso
otros lloran el tiempo en el que viven
lamentan de por vida
otros buscan el tiempo en el que viven
viven investigando
otros analizan el tiempo en el que viven
viven distinguiendo
otros aman el tiempo en el que viven
se animan
otros escriben el tiempo en el que viven
viven de metáforas
otros, nosotros, esclavos del tiempo...
de Ella.
unas y otras, otros y unos... osadía...
firma: otras y unos.
Hernán Poloni Gruler
75
Quizás deba hacerte una reverencia
Quizás deba hacerte una reverencia
(¡si la mereces!). Pero no sé hacer reverencias.
Quizás deba preguntarte algo,
Pero no sé qué preguntar.
Quizás deba… seguir debiendo de por vida.
Quizás mis palabras son vacías,
cuando creo que están llenas de…
Quizás viva cual promiscua sombra platónica,
en un mundo de anónimos contornos.
Quizás deba sentirme vencido…
en una pelea conmigo mismo.
Quizás mis esperanzas caducaron y
el árbol ha llorado ya toda su sabia.
Quizás los humanos debamos llorar nuestra sangre.
Quizás debería resignarme…
Quizás no quiera.
76
“Y” conjunción copulativa...
Hernán Poloni Gruler
77
Solo probable
Es probable que la vida siga.
Pero algo se ha detenido en mí.
Es probable que tú no estés.
Pero... ya estás en mí.
Es probable que quiera adueñarme de ti.
Pero... ya no importa, te me entregaste.
Es probable que nunca te vea.
No importa, ya eres botella al mar, cerrada.
(Mi misterio de por vida)
Es probable que el sol no salga más.
No importa, tu luna no tiene luz propia e igual
ilumina.
Es probable que desee tu cuerpo.
Pero quizás sea ya demasiado tarde.
Es probable que haya un antes y un después.
Pero ya eres mi después.
Es probable que no existamos.
Es probable... es probable que... solo seamos
reflejos de otros seres en otros mundos... es
probable... es probable que seas inaccesible... es
probable... es probable que seas solo musa
inalcanzable... solo cumpliendo tu papel de
inspiración en este mundo... es probable... es
probable que deba decirte adiós... es probable...
es probable que sea un egoísta buscando
amor... es probable... es probable que a los
truenos y a los relámpagos y a los rayos y a las
centellas de mi pasión... tu escudo los deten-
ga… es probable... es probable que esté descu-
briendo distintas formas de amar... es proba-
ble... es probable que tenga miedo... es proba-
ble... te necesito... es probable... solo probable.
78
“Y” conjunción copulativa...
¿Acaso importa?
¿Acaso tus ojos y tu sonrisa
siempre van de la mano?
¿Acaso tus ojos reflejan tus labios,
que brillan?
¿O tus labios reflejan tus ojos,
siempre sonriendo?
¿Acaso importa?
¿Acaso podré besar tus ojos y
y mirar tus labios?
¿O no besaré ni tus reflejados labios ni
tus alegres ojos?
Hernán Poloni Gruler
79
El Reloj de Arena
Parte de una fotografía
Todavía quedaba tiempo, me dijo.
Había aprendido casi todo
de su ocupación habitual,
de eso que él llamaba,
nosotros los “oficistas
de algún arte mecánico”,
pero, de verdad…
¿qué es lo que hay que aprender?
me dijo y prosiguió…
todavía no he asimilado que …
Otra parte de la fotografía
Aún recuerdo cuando
aquella vez en el patio
me habló de ella.
Mientras acariciaba el pucho
que sabía que
lo estaba matando despacio,
casi en silencio,
como el silencio
que había mantenido hasta ahora.
Otra fotografía…pensada…
Es como si tuviera una fotografía fija en mi cerebro.
Cuando paso por esa casa, recuerdo al abuelo.
Decía que la vida es
aprender a vivir con lo que no tenemos y queremos,
que tuvo que aprender a vivir sin ella.
80
“Y” conjunción copulativa...
¿Acaso la vida no es eso…
ensayar, experimentar cómo vivir cada día?
Desde que se levantaba,
desde sus 22 años,
aprendía todos los días
a acostumbrarse a que no la tendrá,
a que no la tendría.
Incluso maldijo a los que piensan
que hay otra vida después de esta.
No soportaba la idea
de seguir muerto pensando en ella.
Maldita fotografía
Ese día fue raro.
El abuelo hacía grandes silencios,
mientras a veces me miraba con una sonrisa
y me decía que ya no daría más la vuelta
al reloj de arena que estaba arriba del piano.
Me dijo: aprendé a vivir,
pero no vivas sin ella;
aunque sea besala una vez.
Hernán Poloni Gruler
81
Será en la arena
En honor del arte de Juan Cano
Vamos, vamos a escribir sus nombres. ¡Vamos!
¡Vamos que nos morimos!
¡Vamos, padre! ¡Vamos, hijo!
Juntemos todos nuestros años para recordar
Llegaremos como a 130 entre los tres
Viejo, tú recuerda el ayer
Yo recordaré el hoy.
Querido hijo, tú recordarás el mañana…
Será en la arena….
Nombres escritos en la arena
Relojes de arena midiendo soles
Y no ha terminado de caer la finísima arena
Penden los sentimientos de estar en arenas movedizas
Tratan de edificar sobre arena
Nuestros recuerdos sobre calzas de arena
Pensamientos e ideales en el talego con arena
Azotes de antes incluso cal no solo arena
Escribió mi padre en la arena
Escribo yo en la arena
Escribirá mi hijo en la arena
Incontinenti las nuevas generaciones en la arena
Escriben in memóriam en la arena
¡Vamos! ¡Vamos! ¡Vamos a la arena!
¡Vayamos a la costa a la ribera a la arena!
¡A la playa a la franja costera a la arena!
Arenas de combates y luchas
82
“Y” conjunción copulativa...
Arenas de toros aún enfurecidos
Arenas escritas por dedos
Nombres escritos en la arena
Desvanecidos por olas que acarician la arena
Arenas nuevas escritas por nuevos dedos
Borrados nuevamente por vientos con arena
Yo Memoria escribo desaparecido en la arena
Tu recuerdo escribo desaparecido en la arena
Élla y Él presencia escriben desaparecido en la arena
Nosotros evocamos escritos desaparecidos en la arena
Ustedes retienen escriben desaparecido en la arena
Ellos subrayan en la arena cada nombre de los que
¿dónde están?
Arena de ampolleta que se deslizará de por vida
En los relojes de arena que nunca terminará de caer
Bancos de arena que estancan los nombres de los que
¿dónde están?
Y también jugaremos en la arena
Y escribiremos nombres en la arena
Y trabajaremos en la arena
Y escribiremos nombres en la arena
Y haremos el amor en la arena
Y escribiremos nombres en la arena
Insignificantes mis versos, grano de arena
Hernán Poloni Gruler
83
El oficio de vivir
Quisiera tener un Reloj de Arena.
Quisiera decirte que me es fácil vivir,
mas no puedo.
Quisiera llorarte a solas,
mas no me atrevo.
Quisiera pensarte a solas,
ya no hay tiempo.
Quisiera pedirte tiempo,
está por caer el último grano,
o no, no me doy cuenta.
Quisiera tener tiempo,
sacudiré el reloj.
Quisiera sentirte con vida,
mas la muerte en vida
no te (me) deja.
Quisiera decirte que no siento,
es falso.
Quisiera sentirte en una fotografía para verte,
mas no puedo,
incluso te conmueves.
Quisiera, mujer, olvidarte,
el olvido ya no existe,
contigo se rompió el reloj…
84
“Y” conjunción copulativa...
La envidia
En el viejo y querido Cutcsa, de rejas en la ventana, de
ventanas que no trancan y se caen solas; estaban todos
los asientos ocupados y algunos seres humanos iban pa-
rados. Ya a la altura de la plaza de los Treinta y Tres (o de
los Bomberos) estaba casi lleno. Y mirando me di cuenta
de que yo, que a los treinta y siete años tengo grandes
entradas en mi cabeza, envidiaba a un peludo que tenía al
lado mío; que el melenudo este envidiaba a la morocha que
en su larga cabellera tenía una vincha que le aliviaba el
calor; que la morocha envidiaba la permanente de la de
enfrente; y la de la permanente envidiaba una gurisa que
tenía decenas de unas trenzas, chiquitas y finitas en el
cabello; y la gurisa de las trenzas envidiaba a una señora
de cabello castaño claro, cortado a lo honguito; y la del
castaño claro envidiaba a la rubia muy bien teñida; y la
teñida envidiaba a un rubio de pelo largo y crespo que
quería ser candombero y que por eso envidiaba al moreno
de motas cortitas y prolijas que llevaba un tambor (me
parece que por el tamaño era un “repique”); el moreno
envidiaba a uno que iba escuchando música con un
walkman; y el músico este envidiaba al guarda del ómnibus
porque tenía trabajo; el guarda envidiaba al tipo que se
iba a la playa con la familia; y el tipo de la playa envidiaba al
conductor porque él no sabía manejar; el conductor envi-
diaba al pelado que iba sentado en la cuarta hilera de asien-
tos porque tenía cara de feliz; el feliz y pelado envidiaba al
canoso; el canoso que estaba casi ciego envidiaba (mien-
tras el ómnibus iba por el túnel hacia Ocho de Octubre) a
una muchacha medio gordita que leía sin lentes y casi a
oscuras: esta gordita envidiaba a una flaca (que recién
había subido al ómnibus, en la parada cerca de la Médica
Uruguaya, y que además venía de ahí porque tenía ano-
rexia y no sabía cómo salir de ese lío); la flaca envidiaba a la
embarazada a la que recién le habían dado el asiento; y la
Hernán Poloni Gruler
85
embarazada envidiaba a una mamá con el bebito en bra-
zos y otro niño más; y la mamá envidiaba la libertad de una
señora sentada a su costado y su hijo envidiaba al otro
niño que vendía estampitas (porque veía que le daban pla-
ta); el niño de las estampitas envidiaba a otro niño que iba
jugando y sentado en la falda de su padre (que iba soñan-
do con el cinco de oro); este papá soñador envidiaba a un
tipo que iba leyendo y estudiando detrás del asiento del
conductor; este estudioso que iba detrás del conductor
tenía enfrente un afiche de Jesús, mirándolo fijo a sus
ojos, y el estudioso le envidiaba la bondad al Cristo; y
aunque Jesús no envidia, según dicen, me parece que les
envidiaba la vida que tenían todos.
86
“Y” conjunción copulativa...
Hernán Poloni Gruler
87
Segunda Parte
88
“Y” conjunción copulativa...
Hernán Poloni Gruler
89
Peroratio
Hace ya un tiempo, tuve la oportunidad de tener entre
mis manos un libro, que aún conservo, el cual contiene
poesía de Kristina Lugn. Los poemas pertenecen al libro
Bekantskap önskas med äldre bildad herre, 1983, publica-
das en «Poesía Nórdica», antología preparada por Francis-
co J. Uriz, Ediciones de la Torre, Bilblioteca Nórdica, segun-
da edición, Madrid, 1999, traducción de Francisco J. Uriz
con la colaboración de Kirsti Baggethum, Mona Moltke y
Pentti Saaritsa.
Aún recuerdo la primera vez que leí esos poemas y
quedé maravillado por la sinceridad, la sencillez, la bondad
de compartir y la calidez con que Kristina Lugn describe
sentimientos que a veces se nos agolpan y no sabemos
qué hacer con ellos.
Dichos poemas de su autoría han sido una fuente in-
agotable de inspiración en mi ser; no tardé demasiado en
comenzar a responderle dichos poemas. No sé si “respon-
der” es la palabra adecuada, quizás son pensamientos su-
geridos por sus palabras cotidianas y prácticas, que me
hacían gritar para mis adentros, pero para que ella me
escuchara… ”¡No puedo ir ahora...! ¡Yo no puedo ir ahora
mismo…!”
Tres poemas de Kristina inspiraron y estimularon mis
versos, luego de incansables lecturas y relecturas:
(I)
¡Quiero que vengas ahora!
¡Quiero que vengas ahora mismo!
… (página 414)
90
“Y” conjunción copulativa...
(II)
Pero la verdad es que yo prefiero
ir con un señor de cierta edad y culto
… (página 415)
(III)
Yo en realidad no quería morir
En realidad solo quería ser una bibliotecaria
… (página 418)
Hernán Poloni Gruler
91
Tres Soliloquios para Kristina Lugn
92
“Y” conjunción copulativa...
(I)
¡No puedo ir ahora!
¡No puedo ir ahora!
¡No puedo ir ahora mismo!
No tengo calculadora.
Tampoco tengo un piano,
y menos uno de cola Steinway.
Ni siquiera sé tocar el piano.
No tomo aspirinas, ni uso compresas.
Llevaré las botellas y
casi no me lavo los dientes.
Tampoco me preocupa la botella de Ajak
ni la caja grande de somníferos (no uso)
las plantas se me secan y
llevaré la pizza
y el pulmón artificial.
¡No puedo ir ahora mismo!
¡Yo no puedo ir ahora mismo!
Sí… te tomaré por asalto.
Apagaré la lámpara del techo.
Y encenderé los candelabros,
Desconectaré el teléfono.
E inflaré los colchones de goma.
Secaré tus lágrimas y no creo que pueda
hacerte comprender las cosas.
No sé si el sol se pone tras la Ópera.
No sé cuál es la hora de irse a casa.
E iré junto a ti.
Con mi corazón.
Y… no tengo escopeta, es más,
Hernán Poloni Gruler
93
no me gustan las escopetas.
Perderé yo también la cabeza.
En un cuarto decorado con gusto.
Y querré tenerte en el alféizar de la ventana.
También estaré con el aire un poco ido.
Y querré tener una rosa silvestre en la mano y
sujetarte a mí.
Para entregártela en los vagones del metro, mien-
tras nos arrastramos.
Y nunca más nos arrastraremos.
Y no existirá canción calamitosa,
Y si existiere, la cantaremos juntos.
Y besaré tus labios agrietados.
¡No puedo ir ahora, ni siquiera ahora mismo!
¡Resiste, amada mía!
Resiste al maldito anhelo, que malditamente
también me ahoga.
Tampoco sé si soy normal.
No sé si regordete y quizás muera pronto y sano,
mañana quizás muera.
También hacendoso, amigo de ayudar y nervioso.
Bueno y no sé si dulce y miedoso a la pobreza.
También, Querida Kristina, con interés por todo y
una (muy) incipiente y latente veta literaria.
Déjame estar contigo en la cornisa.
Hernán Poloni Gruler 17/08/07
94
“Y” conjunción copulativa...
(II)
Prefiéreme de verdad
Prefiéreme de verdad
ya tengo cierta edad y no sé si soy culto
y déjame compartir la buhardilla desierta
cuando den las doce
prefiéreme de verdad
para pasear seguros bajo la lluvia
aunque me dé miedo
me acurrucaré en tus cimas alpinas rigurosa-
mente prohibidas
nómbrame tu señor culto
cual dama que desean no solo sus talones
caminaré a tu lado
¡No puedo ir ahora!
¡No puedo ir ahora mismo!
Lo siento, me distraigo constantemente
pensando en la abstinencia y las hemorroides
pero igual nos haremos tiempo
nos escucharemos
ahora mi sentido no sé si es común y
no sé si tengo talento
y a veces no se combinan
es más, casi nunca se armonizan
No importa tu dificultad de controlar
tu revuelto cabello y tus enfermos animales
que como fantasmas constantes
irrumpen en tus sueños
y mastican formando repugnantes agujeros
en tus blancas y hermosas sábanas
Hernán Poloni Gruler
95
No importa que se comporten mal en la mesa
y huelan atrozmente mientras llegan
hambrientos, tristemente chillones y
llorosamente quejosos
a la cama Dux que nunca vi y conservas
añorando tiempos mejores
Te aceptaré como tú me has aceptado
hablaremos los enfados
con tu jaqueca y ropa interior
y de seguro echaré mis dos manos en todo tu
algo!
aunque no haya ningún remedio
no sé, querida si soy culto ni bien vestido
sí, reiremos de mi pobre intelecto
Gracias por aceptarme
con mis handicaps
mis obligaciones familiares
mi mandíbula trancada y nunca he tenido
hepatitis
quizás muera mañana, con pardonit
Seré el más bueno del mundo
y cual quijote pelearé y te protegeré de todos
los peligros
transformados en grifos como dragones y
vitrinas como elefantes
que le habrás comprado ya
a tu madre
Hernán Poloni Gruler 17/08/07
96
“Y” conjunción copulativa...
(III)
Yo tampoco quería morir
Yo tampoco quería morir
en realidad solo quería ser albañil
y construirle casas a la gente pobre
y quedarme a vivir con ellos
sí, cuánto quise ser una “perlita” como decía mi
abuela
y recitar soliloquios
con mi mate y el termo bajo el brazo
(los sótanos nunca me gustaron
en los balcones sí
mientras mastico el polvo
de la alfombra del vecino)
Yo quería saber cocinar
y saber manejar tractores y barcos y aviones
de verdad yo quería heredar el taladro del abuelo
también quería tener una linterna grande
nada me calma y toda tú me estimulas
déjame retirar con cuidado la alambrada de púas
de tus hermosos bártulos de alcoba
cuando el pájaro de nadie
silbaba para nosotros
en los techos de lata
y en los arroyos
Hernán Poloni Gruler
97
Entonces yo quería ser ese desgraciado tipo
que una hermosa secretaria de asuntos sociales
con el cabello revuelto sin dominar me daba esperanzas
oh también quería estar herido para que una enfermera
curara mi corazón entristecido
y tu mímica inteligente y graciosa
me hacía reír con confianza
mientras te paseabas
con tus ligas blancas y sostén elástico
y con tu secador eléctrico
enredado en tu alborotado cabello
Yo tampoco quería morir
Solo quería ser un gozo para ti
Un gozo que hiciera aplicaciones de arrumacos y mimos
en tus pesados párpados en su tiempo libre
y acompañarte a tomar diente de león, quería yo
cuando la madre naturaleza
silba para nosotros
bajo la estrella más peligrosa
entre los rascacielos
y estar a tu lado eso quería yo
Hernán Poloni Gruler 17/08/07
98
“Y” conjunción copulativa...
Hernán Poloni Gruler
99
Índice general
Juan Carlos García Aranda ............................................. 3
(I) Prólogo .................................................................. 5
(II) Prólogo Panegírico .................................................. 5
Perotatio1 (I) .............................................................. 9
Solo a ella ................................................................. 10
El pétalo rojo seco y hermoso ....................................... 11
¿Por suerte? (I) .......................................................... 12
Te extraño ................................................................. 14
¿Y? .......................................................................... 15
Kärlek2...................................................................... 16
¿Por suerte? (II) ......................................................... 17
Le pregunté a ella ....................................................... 19
Cuando las olas ya no me pueden abrazar....................... 20
A ella. Solo a ella ........................................................ 21
El mar de los abrazos .................................................. 22
Preguntas de amor ...................................................... 23
Autor desconocido y foráneo busca título
para su poema esdrújulo .............................................. 24
Tratando de explicar lo que siento (¿Es inexplicable?) ....... 25
ESTO Y AQUELLO Y AQUELLO Y ESTO ............................ 26
Cuerpos que se enredan .............................................. 28
Nos quedamos solos .................................................... 29
Att vara ledsen3 ........................................................ 30
Metapostmodernismo ................................................... 31
Vivir con todo eso. O “Derroche de ellas”........................ 32
Querido León Felipe: ................................................... 33
Esclarecimientos ......................................................... 36
Querido Mario Julien: ................................................... 37
Adiestramiento ........................................................... 39
Decir sin decir ............................................................ 40
Coexistente... el amor ................................................. 42
“La libertad”............................................................... 43
No serás mía… ............................................................ 44
Hoy no me animo a quererte ......................................... 46
100
“Y” conjunción copulativa...
Optimismo ................................................................. 47
Acaso… ..................................................................... 48
Hijos, no pregunten más .............................................. 49
Preguntas a “El cantante de los tiempos”… ..................... 50
Me contó un amigo ..................................................... 51
A los poetas .............................................................. 52
A los poetas del siglo XX .............................................. 54
Infinitos amores .......................................................... 56
A los poetas del siglo XX .............................................. 57
Att Komma ihag4 ........................................................ 59
Quiero vivirlo .............................................................. 60
Sverige: Tack. ............................................................ 61
A las poetas del siglo XX .............................................. 62
No, Viejo, ya no hay más tranvías ................................. 64
A los poetas del siglo XXI ............................................. 65
Es que todavía ........................................................... 66
Érase una vez unos monstruos uruguayos ....................... 67
(I) “Y”: conjunción copulativa,
para que las palabras se hagan el amor ......................... 68
A veces sólo quiero ser pero no puedo ........................... 70
Epílogo ...................................................................... 71
(II) “Y”: conjunción copulativa,
para que las palabras se hagan el amor ......................... 72
Otros y unos .............................................................. 74
Quizás deba hacerte una reverencia .............................. 75
Solo probable ............................................................. 77
¿Acaso importa? ......................................................... 78
El Reloj de Arena ........................................................ 79
Será en la arena ......................................................... 81
El oficio de vivir .......................................................... 83
La envidia .................................................................. 84
Segunda Parte ........................................................... 87
Peroratio ................................................................... 89
Tres Soliloquios para Kristina Lugn ................................. 91
(I) ¡No puedo ir ahora!................................................. 92
(II) Prefiéreme de verdad ............................................. 94
(III) Yo tampoco quería morir ........................................ 96

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Y conjuncion copulativa hernan17 febrero 2008

  • 1. Hernán Poloni Gruler 1 Hernán Poloni Gruler 2 0 0 8 “Y” conjunción copulativa para que las palabras se hagan el amor
  • 2. 2 “Y” conjunción copulativa... Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación pue- de ser producida, almacenada en sistemas de recuperación, o transmiti- da en cualquier forma o por cualquier medio, electrónico, mecánico, de copia, de grabación, etc., sin la previa autorización de la autora. ISBN: 978-9974-96-390-0 Diseño de Tapa: Gabriela Barreiro - gtbarreiro@gmail.com Gabriela Barreiro diseñó el acoplo de portadas de “Un lugar sin duendes” e “Y” conjunción copulativa para que las palabras se hagan el amor”. Gabriela Barreiro diseñó la portada de “Y” conjunción copulativa para que las palabras se hagan el amor”. Corrección: Susana Lavega y sugerencias de Leticia ……..y Juan Ros. Hernán Poloni Gruler y Gabriela Barreiro diseñaron el conjunto del libro. Ilustración de portada e ilustraciones que acompañan textos son de Prof. Juan Carlos García Aranda Impreso en MS Impresos... © Hernán Poloni Gruler 2008 - hpoloni@adinet.com.uy
  • 3. Hernán Poloni Gruler 3 Juan Carlos García Aranda Juan Carlos García Aranda nació en Montevideo en 1938. Artesano, decorador, pintor, batiquero. Profesor de dibujo en Enseñanza Secundaria (Concur- so de Méritos y Oposición Libre.) Autor de innumerables logotipos y afiches (Movimien- tos ecologistas, Protectores de Animales, etc.) Ilustración de “Crónicas del Carnaval Carioca” para el diario Época de Montevideo. Murales varios en mosaico bizantino y en esmalte des- tacándose el realizado en el Liceo Público No. 46 en home- naje al pintor uruguayo Joaquín Torres García en los 130 años de su nacimiento (constructivo. 12x2.30 mts.) Prof. Juan Carlos García Aranda Gral. Leon de Calleja 2564, CP 11800 Montevideo Uruguay Tel.: (02) 209 3217 E-mail: juanka@montevideo.com.uy
  • 5. Hernán Poloni Gruler 5 (I) Prólogo Dedicado al miedo que siento a veces de cómo me sien- to yo… …¿Vivir muriendo? …¡Morir viviendo! (II) Prólogo Panegírico Aún dialogo con Don Gustavo Adolfo Bécquer; dialogo con él en el mismo momento en que escribió: “No digáis que agotado su tesoro, de asuntos falta, enmudeció la lira: podrá no haber poetas; pero siempre habrá poesía...” Aún creo y espero que nadie haya descubierto las razo- nes o causas por la cual existe la poesía o por la cual “habrá poesía”; propuestas, fundamentos, discernimien- tos de su existencia, nunca antes ni después mejor poetizadas que por Usted, Mi Muy Apreciado Bécquer. Aún, Mi Caro Bécquer, busco la existencia de la mujer hermosa. Quisiera no ser egoísta, ni desagradecido ni injusto con las personas que me rodean en las cercanías de mis cerve- zas y lejanamente en mis diarios recuerdos, fieles locos, amantes de la vida… pero…¿exageraría si digo que sobrevi- vo con, por y para la poesía? La posibilidad o la capacidad de sobrevivir hoy en mí, es urgente. Es más, es imprescindible.
  • 6. 6 “Y” conjunción copulativa... Norge Espinosa, en sus palabras preliminares de sus Poesías (Cuba, año 2000), dice: “Las estrategias del Pá- ramo es, pues, un libro salido de numerosas y nece- sarias destrucciones. Los poemas aquí recogidos no son entonces sino sobrevivientes.” Quizás permítame, Maestro Gustavo Adolfo Bécquer, tomarme el atrevimiento de decir también que hay o ha- brá poesía cuando te aferras a ella y sobrevives. Al me- nos es mi caso. Uno de mis poemas fue una tabla o tronco (¿o abra- zo?) en el mar, que me sacó a la orilla. O quizás fueron los abrazos de quienes me rodean, me rodearon, los que me arrastraron a la superficie. No lo sé. “Mi individualismo”, valga la redundancia, vio solo ver- sos que se creaban y en sus sucesivas “necesarias des- trucciones”… yo sobrevivía. De verdad los malditos solilo- quios arrojados al papel eran aquellos troncos en el mar, a los cuales me aferraba casi a diario. Quise vivir sin ellos. Aquí estoy de nuevo. Últimamente he discutido mucho con Martín Fierro, para quien el concepto de “tiempo” es “sólo tardanza de lo que está por venir”, y “el hombre sólo lo ha dividido para saber cuánto ha vivido o le resta por vivir”. Mis restos de vida yacen en la poesía, mientras le en- cuentro un sentido más allá de mí mismo, sentido quizás colectivo, que me cuesta mucho, porque en nuestro andar “nos parimos a nosotros mismos continuamente”. (Así me dijo un día la periodista Nancy Banchero, inspirada en la obra de la fotógrafa Julie Weisz.) Esa idea adquirió tras- cendencia en mis desolados y enajenados versos cuando
  • 7. Hernán Poloni Gruler 7 leía a Gabriel Celaya, que nos “armó” la poesía para el futu- ro, con potentes calibres. Sobrevivir a las tres fatales y mortales heridas de José Hernández no me es sencillo. Aún, luego de meses, discu- to con Benedetti, a quien no conozco, si su cautivante relato “Carta de amor” del hombre que entrega la carta al guarda del ómnibus, para que se la dé a ella, es realmente una carta de amor. Creo que sí. Qué es el amor? ¿Cómo se hace y se vive el amor en la práctica? Discuto con Idea Vilariño (a quien no conozco) y con Delmira, si la vida es como es o nosotros hacemos que sea como es. Creo que nosotros hacemos que sea como es. Y también discuto con el Cristo de brazos caídos, si envidia la vida que tenemos y en qué círculo maldito y ne- cesario me encontraré con la muerte para saludar a mi amigo Bokowski. ¿No será que la vida es un “proceso de sobrevivencia”…? A veces quisiera pedirle permiso a Kristina Lugn para sen- tarme junto a ella en el alféizar de la ventana y seguir dicho proceso. Pero no creo que me anime. Casi no me acuerdo de hablar sueco. ¡Pero hay veces que hay que animarse! Les cuento. Hace más de un año, cuando cumplí 45, invité “de atre- vido” a Eduardo Galeano (a quien no conozco personal- mente) para mi cumpleaños. Fue todo por e-mail. Y se excusó por su imposibilidad de acudir a dicha invitación respondiendo: “Estaré sin estar estando”.
  • 8. 8 “Y” conjunción copulativa... Quizás aquellas tres heridas Hernandianas, la de la vida, la del amor y la de la muerte, están en mí de dicha forma: están sin estar estando. La inseguridad se adueña de mí siempre, no a veces, siempre. Quisiera ser el niño de algún poema que jugando no siente frío, o el niño del “Sabalero”, que se queda con el “bochón de a medio”… o el niño de Viglietti, a quien “niño, mi niño, lugar de madre selvas te traeré”; antes que ser la niña de León Felipe que pasa tras la ventana “… y otro día doblaron por ella a muerto las campanas”. Tampoco quiero ser la niña de “No pregunten por qué” de Psiglo, quien “mira una niña pedir sin hablar”. No, no lo quiero ser, pero muchos niños y niñas sí lo son. Tampoco la “Niña de Gua- temala” de Martí; ¡qué triste es morir de amor! ¡o qué valiente! Pero la muerte no me gusta. Quisiera escuchar informativos que no empiecen con muertes. Quisiera que no muera gente de hambre. Quisiera muchos quisiera y quisieras. Pero la vida es como es… ¿O nosotros hacemos que sea como es? He aquí mis poesías...
  • 9. Hernán Poloni Gruler 9 Perotatio1 (I) Dedicado al prólogo. A veces me preocupa mi excesivo individualismo excremental. Pero no sé qué hacer con él. Claro, pienso que el individualismo es una inmundicia, una mala elección. He aquí la razón de la segunda parte del prólogo: la “Peroratio”, donde otra poetiza es incluida en mi poesía para que mi persona que a veces se cree única, sepa que existen los demás. Por lo tanto, “leí incansablemente discutiendo con ella” la poesía de Kristina Lugn, poetiza sueca contemporánea, a quien tampoco tengo el placer de conocer personalmen- te, residente en Estocolmo (creo), a quien finalmente le respondí sus versos, le transmití mis pensamientos y sen- timientos respecto a ellos. Quizás haya sido un atrevimien- to de mi parte, el cual me hizo feliz. Me hace feliz. La idea es compartir y combatir mi soledad. Disculpen de nuevo mi incómodo individualismo. Me mueve la vida… la poesía… Y deambulo entre el adul- to de Kristina Lugn en el alféizar de la ventana, o en alguna cornisa o donde carajo sea y el niño de algún poema que juega para sacarse el frío. Un fuerte abrazo, Hernán Poloni Gruler 1 “Peroración. La peroración (peroratio, conclusio) es la última parte del discurso; su objeto es reforzar las impresiones producidas, presentar la causa bajo el punto de vista más favorable, ya recapitulando las principales razones, ya moviendo los afectos. La parte que se recapitula recibe el nombre de epílogo (enumeratio); y el de peroración, tomado en sentido estricto, se aplica principalmente á la otra parte, en que se concitan e inflaman las pasiones.” Fuente: Compendio de Retórica y Poética o Nociones Elementales de Literatura, por D. José Coll y Vehi. Cuarta edición, Barcelona. Imprenta del Diario de Barcelona, calle Nueva de San Francisco, 17. Año 1870, pág. 192, parágrafo 251. (El subrayado es del autor.)
  • 10. 10 “Y” conjunción copulativa... Solo a ella ¿Cómo decirle que sí, que ya era de ella? ¿Cómo decirle todas aquellas… obscenidades …indecencias casi ancestrales? ¿Cómo acariciarla con dulzura, cual desesperación mía? ¿Cómo decirle que al tiempo, le temía? ¿Cómo expresarle mi deseo de su cuerpo maldito? ¿Cómo acallar la espera de un amor infinito? ¿Cómo detener las arenas del tiempo y quedarme atrapado en ella? ¿Cómo inventar un trazo y esbozarte en mis brazos? ¿Cómo explicarte mi devoción hacia ti, crista mía, por mi delirio ya crucificada? ¿Cómo decirte que tu cuerpo ya no es tuyo? Es mi tiempo. Ya no me pertenece mi cuerpo, solo a ella, ofrendado a ella.
  • 11. Hernán Poloni Gruler 11 El pétalo rojo seco y hermoso El pétalo rojo seco y hermoso aún vivía… cuando lo pensé Y aún lo pienso Siento que cuando pensé que aún vivía el hermoso seco pétalo rojo me creí vivo Por eso ahora cuando pienso en un pétalo rojo seco y hermoso pienso pétalos pétalos secos secos y hermosos hermosas futuras vivencias con pétalos secos rojos y hermosos
  • 12. 12 “Y” conjunción copulativa... ¿Por suerte? (I) Por suerte ya somos sensatos. Por suerte ya somos sencillos, no tenemos ya ningún dobladillo. Por suerte ya somos naturales. Por suerte ya somos cándidos, casi castos, casi todos blancos, casi puros. Por suerte ya no hay más guerrillas. Ni milicos malos, Ni mentes inauditas. Por suerte ya los pobres se acostumbraron. Por suerte están administrados. Por suerte no soy pobre. Por suerte ya somos ingenuos, sinceros, de corazón cristalino, bien de adentro, casi tarados. Por suerte somos inocentes. Nadie nos sospecha ni nos supone malditos… porque de verdad somos todos buenos, no tenemos maldad… ¿Acaso ignoramos?
  • 14. 14 “Y” conjunción copulativa... Te extraño ¿Cómo puede el viento seguirme, si no tengo rumbo? ¿Cómo puede la lluvia mojarme, si ya está sobre mí el rocío? ¿Cómo llorar tu amor, si ya estoy en tus adentros? ¿Cómo desear la fortuna, si ya te poseo? ¿Cómo pedirte que te quedes, es que existe el amor eterno? ¿Cómo velar tu sueño sin rozar tu cuerpo? ¿Cómo enmudecer mis labios, ya húmedos por tus balbuceos? ¿Cómo no enceguecer ante tus iris engarzadas? ¿Cómo entender, para qué entenderlo, si no sé qué siento? ¿Cómo ver las estrellas si alucino con ellas? ¿Cómo entender la vida, si el amor es una gran ciénaga? (Ayúdame a salir.)
  • 15. Hernán Poloni Gruler 15 ¿Y? ¿Qué es la vida? ¿Y la muerte? ¿Dónde está la vida? ¿Y la muerte? ¿Por qué la vida? ¿Y la muerte? ¡Cuánta vida! ¿Y muerte? ¿Cómo la vida? ¿Y la muerte? ¿Cuándo la vida? ¿Y la muerte? Mientras tanto… ¿tengo vida? ¿Y muerte? Insignificante pero aun dolido homenaje a Ana Lindh, asesinada, igual que Olof Palme, en también mis tierras.
  • 16. 16 “Y” conjunción copulativa... Kärlek2 ¿Qué es el amor? ¿Tengo que jurarte amor eterno? ¿Alcanza con que te diga: “te quiero”? ¿Qué dicen las noches, que me ven solo, sin tu amor fraterno, y aún no te tengo para decirte cuánto quiero? ¿Qué es el amor? Si mi corazón late mas rápido solo pensando en tu enrulado cabello. Si mis pensamientos son búmeranes que siempre te devuelvo. Si aún tus estrías me dirigen. ¿Qué es el amor, si no tengo tu aliento en mis mejillas, ni tus cabellos sobre mi pecho, si no puedo ya tenerte cuando te quiero? 2 kärlek: en idioma sueco, significa amor.
  • 17. Hernán Poloni Gruler 17 ¿Por suerte? (II) Por suerte no tenemos oro. Por suerte no tenemos petróleo. Por suerte no tenemos uranio. Por suerte no tenemos carbón ni estaño. Por suerte no tenemos guerra. Por suerte. Por suerte… ¿Es suerte que no tenemos guerra? Por suerte no soy iraquí, así… Por suerte no mueren mis hermanos. Por suerte no mueren mis amigos. Por suerte no mueren mis hijos. Por suerte no muere dios, que nunca se ha mostrado, ni en carne vil ni enmascarado (sólo el pobre de Cristo resucita para vivir muriendo). Por suerte no soy pobre ni rico. Por suerte soy de clase media. Por suerte de clase media baja, de la baja baja. Media de mierda. Por suerte… ¿no haré una guerra? Por suerte cuando hablo no digo malas palabras. Hernán Poloni Gruler – Alejandro Poloni Porras Martín Fierro. Setiembre 2007.
  • 19. Hernán Poloni Gruler 19 Le pregunté a ella Le pregunté a ella si nos podíamos enamorar de nuevo. Como en aquellos días que nos mirábamos sin cansarnos. Si podíamos acercarnos sin pedirnos permiso sin temor al paso del tiempo. Si podíamos decirle al tiempo que viniera que espanto no le teníamos. Si podíamos dejarnos llevar por la locura de esta corta vida. Si podíamos…
  • 20. 20 “Y” conjunción copulativa... Cuando las olas ya no me pueden abrazar cuando tu vida se detiene, y no sabes por qué sigues, cuando mi corazón late a tu lado, creyéndome mar, te encuentro ahí, tapada con las olas, jugando a contarlas, como nuestras vidas, contarlas sin vivirlas, contarlas sin sentirlas, contarlas sin que paren, como la vida, que no da tregua, tregua de descansar, de soñar, de sufrir, de balbucear palabras que no te diré, de pensar siempre que no estoy a tu lado, y aún... y aún y aún vivo...
  • 21. Hernán Poloni Gruler 21 A ella. Solo a ella (Poema en busca de desarrollo) Prólogo me fui a acostar después de ella, ella tendida... Preámbulo ella/ tendida/ formas/ de amor/ su ternura/ su humildad/ la fuerza/ la madre/ naturaleza/ pariendo/ el dolor/ todavía/ su magia/ mi encanto/ a ella/ solo a ella/ Epílogo déjame tenerte/ en mis brazos dormida/ venerada/ te siento/ sometida/ exaltada/ atrevida/ audaz/ vida mística/
  • 22. 22 “Y” conjunción copulativa... El mar de los abrazos El mar y los abrazos, el mar y que me ahogo, y me salvó el abrazo, el abrazo del mar, y el mar de los abrazos, y que me hundía, pero el abrazo me mantenía, y el tiempo me dice y me maldice que siga abrazando el mar, que llegará un día que lo abrazaré todo, que el día ya llegó hoy sólo te abrazaré, confundiéndote con el mar, abriendo y cerrando mis brazos te apretaré como si fueran mis últimos abrazos, …contra mí mismo.
  • 23. Hernán Poloni Gruler 23 Preguntas de amor ¿Cómo son? ¿Son preguntas sobre quién ama y quién no ama? Preguntas de amor. ¿O tal vez, cómo se ama? ¿Hay que amar a una sola persona? Preguntas de amor. ¿El tiempo ama? ¿Cómo ama el tiempo, separando o uniendo? Preguntas de amor. ¿Existe el amor, o solo el aquí y el ahora? ¿Ella me ama? ¿Acaso yo la amo? Preguntas de amor. ¿Por qué la siento distante? ¿Es la distancia o es el amor que no existe? ¿Quizás el amor existe y no lo he sentido? Preguntas de amor.
  • 24. 24 “Y” conjunción copulativa... Autor desconocido y foráneo busca título para su poema esdrújulo Érase una vez un tipo que buscaba un título para su versículo. El tipo buscó y buscó el título para su versículo, hasta casi hacer el ridículo …incluso, un testículo le infló a su hijo buscando el título. Ya estando en el vestíbulo de cualquier prostíbulo, por supuesto que buscando el título, de pronto creyó que estaba con Dios en su patíbulo, acusado de buscar un título. Se preguntó si valía tanto buscar un título: Ellas dijeron que no importa el título, importa el vínculo. Su hijo le dijo que no le infle más ahora el otro testículo, solo por un título. Estaba como que andando en círculo, con todo este capítulo del título, que ahora... hasta un artículo le puso al título: le quedó “El Título”. Desahuciado por no encontrar ahora El título, aunque lo pensó, no encontró un estímulo, entonces, casi sonriendo, escribió el título para su versículo: y le quedó “El Título”.
  • 25. Hernán Poloni Gruler 25 Tratando de explicar lo que siento (¿Es inexplicable?) Las palabras no alcanzan para decirte cuánto te amo. Tendría que inventar jeroglíficos nuevos indescifrables; solo tú entenderías. ¿Cómo explicar lo que siento? Quiero que entiendas las incógnitas de mi amor. Solo tú las entenderías. Solo tú sabrías… presagios… ¿Debo esperarte? ¿Debes esperarme? ¿Qué pretendes? ¿Mi amor? No, mi amor no existe, solo existe el aquí y el ahora. ¿Cómo explicarte que tus cautivadores ojos me guían? No puedo esperar más, el amor es eterno, presto moriré, mañana pereceré en tormento, presintiendo tu cuerpo. Mi amor no existe. Solo haz de cuenta que te amo.
  • 26. 26 “Y” conjunción copulativa... ESTO Y AQUELLO Y AQUELLO Y ESTO Ya perdido aquello (y esto), lo nuestro es esto (y aquello), mi amigo. Me compro aquello y me vendo esto. Me pongo esto y me saco aquello. Me apuro en aquello y una pausa en esto. Me quedo en esto y voy saliendo para aquello. Me como aquello y vomito esto. Te miento solo en esto y la verdad en aquello. Maldigo aquello y bendigo esto. Decídete, amigo, es esto o aquello. No puedes vivir esto y querer aquello. Tienes que vivir esto y querer esto (¿y aquello?). No puedes esto y aquello y aquello y esto. Sí puedo; así vivo; soy esto y aquello. Mañana tengo aquello y quiero esto; que luego es un aquello. Clasificado: “Se vende esto” ( porque de verdad quiero comprar aquello).
  • 28. 28 “Y” conjunción copulativa... Cuerpos que se enredan ¡Cuánto quisiera decirte que te amo! Mas no lo siento. No confío en mi amor. Solo confío en ti. ¿Quién eres? Déjame tu cuerpo, préstamelo, aunque sea. Lo trataré con sedas. Quizás solo quiero tu cuerpo, andarte quiero… Dime que tu amor es mejor que el mío. Dime que te susurre al oído, y te cuente una historia sin destino. ¿Quién eres? ¿Debo siempre hacerte el amor? Dime que sí, que explorar tu tiempo puedo. Cuéntame una historia de valientes guerreros que peleaban con plumas, tintas y poemas, y ellas empuñaban temibles espadas poderosas y temerarias señales de la remota mujer de hoy en día.
  • 29. Hernán Poloni Gruler 29 Nos quedamos solos Dedicado a la generación nacida en la década del ’60… (Quizás solo a algunos o quizás solo a mí mismo. Sí, mejor me lo dedico a mí mismo. Disculpen.) Nos quedamos, sin darnos cuenta, nos sentimos: sin padres, solos, solo consumiendo, dolidos, traicionados/ quizás por nosotros mismos/ mirándonos, buscando, todavía, sin muertos/ ya estaban/ nos quedamos, sin darnos cuenta, nos sentimos. PD: Tiempos diferentes, amigos. Estamos preocupados por aquello que no tenemos, que no podremos, que solo soñamos. ¿No existen más las utopías?
  • 30. 30 “Y” conjunción copulativa... Att vara ledsen3 ¿Cómo acallar latidos, cómo enmudecer el alma, si desborda? ¿Cómo el silencio impune se rompe con el pálpito? ¿Cómo darme cuenta de que ella vive? (si la imagino) ¿Cómo poder entender si solo dialogo con soles de la noche? ¿Cómo detener mi cuerpo cuando ya el viento lo lleva? ¿Cómo cantarle a las estrellas si ya no soy de ellas? ¿Cómo decirles a las valkirias que lloren mi partida? ¿Cómo decirte que una estrella cayó a mi lado? ¿Cómo explicarle a las musas que ya no soy de ellas… ¿Cómo decirle a ella, qué debo decirle, cómo hilvanar olas que nunca llegan? ¿Cómo enmudecer los sueños para guardarlos? ¿Cómo no anquilosarme con los sueños, que nunca serán realidades? ¿Verdades? ¿Acaso es realidad la vida? ¿Acaso será realidad su cuerpo? ¿Acaso no es todo esto un sueño, con seres disfrazados con cuerpos? 3 att vara ledsen: en idioma sueco, estando triste, melancólico.
  • 31. Hernán Poloni Gruler 31 Metapostmodernismo El tiempo se detuvo, ya es tarde. La gente no supo qué hacer. Los relojes dejaron de avanzar. Las gentes buscaban respuestas: las mujeres y los hombres solo quedaron inmóviles, enmudecidos sin saber qué hacer. El tiempo se detuvo, ya es tarde. Nadie morirá, nadie nacerá. Nada se transformará. Dios, como siempre, se debe haber olvidado de algo. Esta vez, darle cuerda al tiempo. Los amantes agradecidos, inmóviles, haciendo el amor, de por vida quedaron. Ya es tarde. El tiempo presente será infini- to. Jamás habrá pasado ni futuro. Solo tiempo presente. Y yo inmóvil esperándote, viendo pasar cuerpos sin forma ni dirección (solo deambulan). Ya es tarde. El verbo “esperar” ya no existe. El tiempo se detuvo. Y yo solo, inmóvil. Ya es tarde.
  • 32. 32 “Y” conjunción copulativa... Vivir con todo eso. O “Derroche de ellas” ¿Acaso puedo adueñarme de ella? ¡Oh, Caros Poetas, augúrenme! ¡Oh, Musas de los siglos, acudan a mí ahora! Por favor, Castálidas mías, socórranme! A tientas ando. Presiento tardíos presagios. Os ruego, Pegásides, ¡no me dejen! ¡Piérides! ¡Auxilien mi ánimo necesitado! Ustedes, Helicónides, escuden mi corazón tan sensible a ellas. ¡Te imploro, Numen! ¡Ampara solo esta vez mi alma! ¡Susúrrame tu canto! Tal vez le crea. ¿Cómo hacerle entender que dos estrellas del cielo cayeron justo en sus pupilas? ¿Cómo es posible que pueda adormecer mis melancolías? ¡Mi corazón estalla… solo de felicidad cuando la veo! Y cuando no la veo… ¿es o será de otro? No lo sé. Quizás, acaso, puede ser, tal vez, dudo, azar del tiempo, posibilidades, incertidum- bres. Viviré con todo eso. Serás feliz. …Yo también.
  • 33. Hernán Poloni Gruler 33 Querido León Felipe: Tengo un bisabuelo colorado que peleó en batallas. Y tenía un sable. Y tengo un padre que peleó en la clandestinidad y fue guerrillero, fue (¿es?) tupamaro. Y una madre de café con leche siempre pron- to, que también fue presa por sus buñuelos que nos comíamos con mis queridos amigos en la madrugada. Pero qué lástima, qué maldita lástima que yo no soy ni colorado, ni tupa, ni blanco, ni guerrillero. Pero qué lástima, qué maldita lástima que tampoco fui jinete de Aparicio; ciudadano de Don Batlle y Ordoñez; guerrillero de Sendic; ni tampoco sé hacer los buñuelos de mi madre. Pero qué lástima, qué maldita lástima que no tenga una época, que pertenezca a un tiempo sin espacio… donde solo hablamos del presente, no existe el pasado ni el futuro.
  • 34. 34 “Y” conjunción copulativa... La época de ahora, son las nueve y veintidós minutos de la noche de un jueves de noviembre del 2004. Solo existe el ahora… no tenemos pasado ni futuro. El maldito pre- sente me carcome, por mi autopsia del pasado y por proyectarme al esperanzado futuro. PD: Estimado León Felipe, olvidé mencionarte que extraño a la niña.
  • 36. 36 “Y” conjunción copulativa... Esclarecimientos Las definiciones existen, aprendo a descifrarte. ¿Para qué necesito una definición? Mis palabras, defínanlas, por favor. ¿Es arte? ¿Qué hay en mis palabras? ¿Cómo me pueden enseñar a definir? ¿Quién me enseñaría a definir? ¿Qué reglas sigo para definirte? No puedo. ¿Adónde llega el horizonte? Sin imaginación quedaría si te definiera. ¿O acaso te estoy inventando? Si fuera pintor, tu rostro definiría en infinitos trazos. ¿Acaso te estaría creando? ¿Te estaría concibiendo? Dime, ¿es que acaso no existes? Sí, existes. Eres tú. Pero no puedo definirte. Sí, sólo imaginarte. Eres mi definición.
  • 37. Hernán Poloni Gruler 37 Querido Mario Julien: (… A algunos) No sé quién sos. Tampoco he preguntado. Lo único que sé de vos es que te desaparecieron. ¿Quiénes? A veces me da miedo. Tengo tu foto de la marcha. La marcha del silencio del 2004: por los que fueron desaparecidos. ¿Quiénes? A veces me da miedo. A muchos nos dieron una foto. A cada uno le tocaba cualquier foto. Cualquier rostro, de los que fueron desaparecidos. Es una fotocopia con tu rostro y tu nombre. Me tocó tu rostro y tu nombre. Podría haberme tocado cualquier otro rostro y otro nombre. Pero no, me tocaron tu rostro y tu nombre. ¿Qué hubieras hecho, que habrías hecho, Mario Julien, si estuvieras como yo, sentado en la cocina, mirando una fotocopia con un rostro y un nombre, que no conoces, pinchado en tu cartelera con otros papeles? ¿Quiénes? A veces me da miedo.
  • 38. 38 “Y” conjunción copulativa... Es un miedo bueno, no sé, creo. Pienso que hay miedos buenos y miedos malos. Así pensaba cuando era niño… e incluso hasta que fui adolescente. Mientras tanto, aprendí la palabra “cobarde”. El miedo malo es ser cobarde. El miedo bueno, enfrenta. Enfrenta el silencio… lo hace palabras. Habladas y escritas. Preguntas y respuestas. Acciones… El miedo bueno recuerda. Lo transforma en búsqueda. De un amor perdido. ¿Quiénes? A veces me da miedo. A veces me da miedo escribir estas líneas. Pero más miedo me daría no escribirlas. Más miedo me da olvidar. Más miedo me da callar. ¿Quiénes? A veces me da miedo.
  • 39. Hernán Poloni Gruler 39 Adiestramiento Esa tu capacidad de decir sin decir. Ese miedo a expresar sin expresar. Ese plañir del corazón saliendo sin salir. Ese recelo de ser rechazado sin rechazo. Ese pavor a ella desapareciendo sin ser. Ese miedo maldito a naufragar sin mar. Ese temor de amar sin posesión. Ese entregarse ciego desnudo… espontáneo…
  • 40. 40 “Y” conjunción copulativa... Decir sin decir Prólogo Cuando ella dijo: “Esa, tu capacidad de decir sin decir”, quedé clausulado. Frase maldita. No puedo. ¿Acaso debe el poeta decir sin decir? ¡Sí, pensándolo bien! Lógica de la vida. (¿O no?) ¿Adaptación? ¿Acomodación del poeta? ¿Debe “ajustarse” el poeta? No soy poeta. ¿Puede el poeta ser sin ella? Será solo un ser vagando por este corto pasaje por la tierra. ¿Cómo aclimatarme a tu tiempo? ¿Cómo amoldarme a tu forma? ¿Debo adaptarme? Mejor me adargo. Utilizaré mi adarga. Quedaré adarvado… por tus pensamientos. ¿O mejor por tus sentimientos? ¿O quizás deba comenzar de nuevo? ¿Comenzar a qué? ¿Qué quiero? ¿Qué quiere ella? Él nunca sabrá qué quiere ella. Ella nunca sabrá qué quiere él. ¿Desencuentro? ¿Desen- canto? Decir sin decir. Desarrollo Decir sin decir.
  • 41. Hernán Poloni Gruler 41 Epílogo Historias vidas seres hombres vidas mujeres historias alegrías tristezas alegrías tristezas preguntas existencia no existencia historias hombres mujeres alegría sexo existencia. Ella, nieve tiempo frío exigencia concordancia, cordura, prudencia, juicio, sensatez, ser o no ser/ ser o no estar/ ser o no sen- tir/ sentir o no ser Él, escarcha tiempo hielo requerimiento siglo XXI guerra hambre contradicciones. Incluso apoyo mi espalda y tú no estás... ¿Dije sin decir?
  • 42. 42 “Y” conjunción copulativa... Coexistente... el amor contiguamente el amor continente del amor contradictoriamente amor contrayente del amor contundente el amor convaleciente mi amor conveniente tu amor convincente nuestro amor copulativamente nosotros
  • 43. Hernán Poloni Gruler 43 “La libertad” Con mayúscula o minúscula… es siempre libertad… no importa la forma, lo importante es el contenido, lleva- mos siglos buscando formas…[,] es hora de contenidos de o en las palabras… ¿o ya no importan…? ¡Oh, mujer, dime que resucitarás! ¡Oh, Delmira, dime que reencarnarás! En todas ellas. ¡Oh, bellas luchadoras de La Tapera, díganme que la lucha sigue! Proclámenme que extrañan el calor de mi cuerpo y el trabuco naranjero abriendo fuego sobre vuestros pechos llenos de libertad y… ¿Dónde quedarán mis besos? Admirándolas, cual bellezas indescifrables, que esperan, no pasivas, a un guerrero. Llenas de luchas y tiempos. ¡Oh, Musas del Infierno, las advierto de mis palabras, no solo quiero vuestro cuerpo! Perderme en vuestro combate quiero. Purificarme combatiendo en vuestros vientres deseo, llenos de sueños de libertad. Las quiero… y las quiero sentir cerca, combatiendo.
  • 44. 44 “Y” conjunción copulativa... No serás mía… Tampoco seré tuyo. Me conformaré con tu mirada. Te conformarás con mis ojos. Te conformarás con mi aliento. Me conformaré con tu viento. Me conformaré con tu sol. Te conformarás con mi sombra. Te conformarás abriendo el camino. Me conformaré con seguir tus pasos. Me conformaré con tus sentimientos. Te conformarás con mis pensamientos. Te conformarás con mis preguntas. Me conformaré con tus respuestas. No serás mía. Tampoco seré tuyo. Nos conformaremos solo con no tenernos.
  • 46. 46 “Y” conjunción copulativa... Hoy no me animo a quererte ni a desearte, ni a decirte, ni a reírte, ni a llorarte, ni a amarte, ni a revolucionarte, ni a pedirte. Mañana querré animarme. Mañana querré arrepentirme. Mañana sufriré el hoy. Mañana será tarde. Mañana es hoy. Hoy es mañana. Hoy me quiero animar. Ya me duele no animarme.
  • 47. Hernán Poloni Gruler 47 Optimismo ¿Cómo asociar la vida con mi vida, si ya no estás? ¿Cómo evitar ser arrasado por mi vida misma, si tú no estás, mi vida? Entre arrebatos esporádicos de algún optimismo, de búsqueda de sentido a mi ser, me miro en el espejo y no estás a mi lado. Quise encontrarte, te busqué, con temor de hallarte. ¿Qué haría si te encontrara? Justo cuando mi amor estaría, casi sagazmente agazapado para lanzarse en tu figura ya esfumada, indicio, casi señal, atisbo que mi ser ya intuía, pre- conizaba… desde el génesis, la sublevación de mi amor aso- nante, encontró alivio. En el olvido. (¿Es verdad?)
  • 48. 48 “Y” conjunción copulativa... Acaso… ¿Puede el poeta ser solo poeta? ¿Puede el poeta ser lo que es? ¿Puede el poeta andar y ser solo poeta? Si su vida la tiene ella, ¿qué le queda al poeta? ¿No siente nada por él? ¿Solo ciertas incertidumbres interesan al poeta? ¿Y que otros las contesten? ¿O que se las conteste ella? ¿Acaso sin poesía quedaría?
  • 49. Hernán Poloni Gruler 49 Hijos, no pregunten más Hijos, no pregunten más. Ya mis preguntas son solo, remansos de ideas, lagunas ideológicas, charcas de interrogantes, de memoriales respuestas, alcantarillas atoradas por el plástico de la botella. Hijos, no pregunten más. Mis respuestas ya son de memoria de etiqueta de libros de esquemas de basurales; Hijos, mis respuestas son preguntas.
  • 50. 50 “Y” conjunción copulativa... Preguntas a “El cantante de los tiempos”… (Epílogo) Decime, ¿es cierto que un traidor pue- de más que mil valientes? ¿Puede el traidor más que las ideas? ¿A quién traiciona el traidor? ¿Será que el traidor se traiciona a sí mismo? Por favor, contéstenme, ¿puede el traidor con mil valientes? ¿Podría el traidor con un solo valiente? ¿Qué traiciona el traidor? ¿Traiciona su vida el traidor? ¿Por qué se esconde el traidor? ¿Por qué se oculta el traidor? ¿Acaso siquiera le quedan su alma o su conciencia para esconderse? ¿Por qué el traidor tiene que correr, apurarse, disparar, irse lejos, desapare- cer, solo? ¿Acaso lo que él hizo está mal? ¿Acaso está muy mal? ¿Con quién puede un traidor? ¿Por qué un traidor es un traidor?
  • 51. Hernán Poloni Gruler 51 Me contó un amigo Que nos quedábamos sin poesía, sin consignas, ni algarabía. ¿Para qué leer el libro si siempre dice lo mismo? Que nos quedamos sin palabras de aliento, de ternura. Que nos quedamos solos, huérfanos, sin familia, los hermanos peleados, tratando de comprar el alba o enajenar el crepúsculo de la vida. Me contó un amigo. Que nacemos como malos. Que el instinto depredador es con nuestros hermanos. Que las cosas nos dominan y estamos como contentos. Que la vida se nos va y tranquilos vamos. Me contó un amigo, que así estamos.
  • 52. 52 “Y” conjunción copulativa... A los poetas que creían que su prosa era la vida, que la poesía era su amor, la narrativa su emoción. • • • ¿Por qué escribe el poeta? ¿Acaso no se cansa? ¿Por qué quiere el poeta descubrir la belleza de la ya hermosa puesta del sol? ¿Por qué se preocupa el poeta del amor ya muerto y del amor que nace? ¿Acaso, no ha roto el poeta el cordón umbilical de la vida? ¿Y por eso se mantiene vivo? ¿Por qué el poeta se deja mojar por la lluvia, el mar, el río y los labios de ella? ¿Por qué no dejas tu pluma y te dedi- cas a otra cosa? ¿Acaso eres tan sabio que sabes de dónde viene el amor? ¿Acaso eso te mantiene vivo, y no lo cuentas? ¿Por qué, poeta, desparramas las letras tan violentamente? ¿Por qué, poeta, escribes con el torna- do de tus sentimientos?
  • 53. Hernán Poloni Gruler 53 ¿Acaso no quieres detenerte un momento? ¿Acaso tu mano ya escribe sola? ¿Quién te inspira, poeta ciego, a querer vengar la vida por la existencia de la muerte? ¿O de ella? Poeta, háblame. Dime que no estoy solo, con el papel enfrente, y la maldita tinta ya casi seca. Descansa, poeta amigo. No hables. Ya sé, no te preocupes. No morirán los poetas. Aún queda tinta en las venas, mi querido y anciano, ¡oh, Cano Poeta! Aunque hace mucho tiempo que no estás, poeta. Tu tinta se ha derramado, nos ha impregnado de… Sí. Gracias, poeta. Seguiré buscando aquel secreto, en mi corazón. En algún corazón.
  • 54. 54 “Y” conjunción copulativa... A los poetas del siglo XX Identidad Queridos poetas profundos: ¿Qué hago con vuestros deseos yo que deambulo con ellos? ¿Cuáles son vuestros deseos? Así termino con mis interrogantes. ¿Dónde encuentro vuestros deseos? Así descubro mis raíces. ¿Cómo son vuestros deseos? Así me encargaré de esparcirlos. ¿Cuáles son vuestros deseos? Así descanso en el infierno.
  • 56. 56 “Y” conjunción copulativa... Infinitos amores Dedicado al atardecer en casa pueblo y en la rambla montevideana. Sol mío. Me adueñé de ti. Me contaron tu belleza. Allá lejos. El crepúsculo. (Momentos de oración perversa.) Ve rápido. Se esconde. Al ocaso. Ve junto a ella. Al enrojecer. Sol, te vi. Te soñé. Lejos. Sol mío. Allá. A la colina blanca. De piedras. Fui. Te vi (y sentí). Creí que eras. Único. Pero cuando volví. No, sol. No eras único. Eras uno de infinitos amores. Por suerte. No sólo allá lejos. Tu bondad. También aquí. Sol mío. Te vas. Te espero. Allí en tu simpleza. Allí. La gente. La rambla. También. Eres. Tú. Sol mío. Eres mío. Y de alguien más. Por suerte. No solo allá lejos.
  • 57. Hernán Poloni Gruler 57 A los poetas del siglo XX Admiración… reverencia. ¿Acaso te pasó lo mismo, poeta? ¿Acaso siquiera los animabas al mirarlos a los ojos? Por vuestra grandeza, poetas míos. ¿Qué respeto les debo? ¿Es que acaso ya vuestra sangre me tiñe?, ¿es que ya está reseca, pero igual sigue latiendo? ¿Cuál es la cuestión, poetas? ¿Dónde está la vida, si aún sigo con ella? ¿Es acaso una ofrenda? ¿A quién? ¿Tengo que ser sacrificado? ¿Qué dios me aceptará? ¡Si mi vida es de ella!
  • 58. 58 “Y” conjunción copulativa... A los poetas del siglo xx ¿Qué es un poeta? Poeta, me dejaste: Las cadenas para reciclar, las espadas para quebrar, las balas para sembrar. la esperanza del andar, al verdugo sin la máscara, (y sin vergüenza). Me dejaste, improvisando, naciendo casi, casi de nuevo. Sin premonición de aquel galardón, (ya tuyo). Poeta me dejaste, ya todo casi escrito. Solo tuve que dejar al viento mi mano. Tu último alarido está guiando, todavía, mi tortuoso trazo. (Borroneado por tu tiempo.) No puedo poetas, reciclarlas. No puedo quebrarlas. No puedo sembrarlas. Solo, poeta, solo, sé que nunca encontraré respuestas. Solo, poeta, solo responde. ¿Quién soy yo, poeta? Acaso soy un vate, un lírico, un rimador, un juglar fuera de tiempo?
  • 59. Hernán Poloni Gruler 59 Att Komma ihag4 Presiento… Presiento que ya se vienen, se vienen. Los tambores, los tambores. Presiento que ya no son las manos, no son las manos que los tocan que los tocan. Son las almas, son las almas de los que han vuelto de los que han vuelto. son las almas desaparecidas, que resuenan, que resuenan. Son almas vivas, son cuerpos sin tumbas, son seres que deambulan. 4 att komma ihag: en idioma sueco significa “recordar”.
  • 60. 60 “Y” conjunción copulativa... Quiero vivirlo A los poetas del siglo XX ¿Es que un poeta tiene un tiempo? ¿Es que el tiempo es del poeta? ¿Es que el poeta es del tiempo, de ese tiempo? ¿Quién hace a quién? ¿Tiene que sufrir el tiempo para que el poeta escriba? ¿Tiene que sufrir el poeta para que con pena se desfigure el tiempo? Vuestros tiempos, poetas son otros. ¿Qué otros? Estos otros. Ustedes son de todos los tiempos. ¿Acaso las palomas mensajeras son vuestras? ¿Viven ellas la eternidad? ¿Cuál es vuestro mensaje? No puedo descifrarlo por el tiempo. Solo puedo vivirlo, al tiempo. Quiero vivirlo. No puedo seguir adivinando, ni descifrar vuestro tiempo. Ahora es nuestro tiempo. No quedes solo. Comparte mi tiempo. Yo fui, ya, el tuyo.
  • 61. Hernán Poloni Gruler 61 Sverige: Tack. (Suecia: gracias.) Los pueblos/ qué cerca/ el exilio/ qué lejos/ la cultura/ te aprendo/ idioma/ te descifro/ los pueblos/ qué cerca/ solidarios/ diferentes/ ¿Es tu idiosincrasia/ ahora/ la mía?/ Los pueblos/ que cerca/ las gentes/ superficiales/ profundos/ continuos/ antónimos/ me acercan/ me alejan/ Los pueblos/ los quiero/ el olvido/ qué lejos/ te respiro/ amada/ rendida/ combatiendo/ Los pueblos/ indefinidos/ resquebrajados/ buscadores/ tus fronteras/ las traspaso/ ya dentro de ti/ déjame/ amada/ Los pueblos/ pariendo/ parias/ yo/ tú/ él/ nosotros/ vosotros/ ellos/ la sangre/ el sufrimiento/ el dolor/ y la alegría del nacimiento/ Yo /tú / poetas del siglo XXI/
  • 62. 62 “Y” conjunción copulativa... A las poetas del siglo XX A Delmira Agustini, a Astrid Lindgren y a las com- batientes del “Combate de la Tapera”; Diosas mías, de Olimpo personal. Mientras vivo, el siglo se va. Tú encendida, todavía a mí, vienes, enloquecida, bravía, furiosa (prejuicioso el tiempo, casi equivocado). Cual sombra mía, tu forma me dirige. No puedo dormirme sin tu pecho acariciándome. Déjame adueñarme de ti. No te dejaron ser. Fuiste tú, siempre tú. Te encontraré en mí. ¿Acaso tu partida te liberó? ¿De quién? ¿Acaso me olvidaste? No marches, amada mía. Mi poetiza, mujer, vive, deja que escriba para ti. ¿Grabaste en algún corazón tu todo? ¿Qué escribiste fuera de época? ¿Acaso no sabías que comenzaba el siglo que termina? Diosa, te encarnaste en el hombre, miedoso, yo, de perderte, de amarte. Yo con ánimo, te recuerdo. A veces pienso en ti. Piensa en mí. Te quiero, un abrazo, yo.
  • 64. 64 “Y” conjunción copulativa... No, Viejo, ya no hay más tranvías ¡No, Viejo, se terminó todo aquello! Ya no hay más tranvías. Lo que pasó es que era muy barato y no contaminaba, Viejo. Por eso lo sacaron. ¡No, Viejo, ya está, se terminó todo aquello! Ya no está el Sorocabana, Viejo. ( Me parece que en Durazno queda un Sorocabana, Viejo. Si querés, mañana nos largamos hasta allá, tomamos un cafecito, y volvemos.) Lo que pasa, Viejo, es que no era rentable. Fijate, Viejo, cinco personas en una mesa, hablando tres horas, y tomaban un solo café, Viejo. Me parece que la gente habla mucho, Viejo. Por eso lo sacaron. No sé, Viejo, me parece, que se terminó todo aquello, Viejo.
  • 65. Hernán Poloni Gruler 65 A los poetas del siglo XXI Poeta, tu combate Queridos poetas de otrora, me quedé sin el combate. Solo me queda la tapera. El trabuco, colgado, allá, lejos, recuerdos de algún muerto. Todavía. Llorándolo. Solo, siglo XXI, tapera nuestra. Tú, tierra, perforada, la fibra óptica te atraviesa, fría, rápida, tapera, despierta, hasta cuándo, pueblos, todavía, con taparrabos. Queridos poetas, ¿qué canto ahora? ¿Qué acústica tiene la chapa, el cartón y aquel pedazo de madera? ¿Sientes mi música sin notas, sin límites? ¡Dime, poeta, que el combate todavía existe! No me dejes solo en la tapera. Poeta, tu combate. Mi tapera, la carroña. Me huelen cimarrones. Me muero y despierto. Siglo XXI. Aquí estoy. Mueres, viejo siglo. Muere, combate. Despierta, tapera. Muere, tapera. Despierta, combate.
  • 66. 66 “Y” conjunción copulativa... Es que todavía ¿Qué hago, madre, con tu dolor? Dime, madre. Madre, conocí otra madre que también sen- tía dolor. Tengo que escribir tu poesía, madre. ¿Qué palabra, madre, de poesía, de prosa, explica, dice tu dolor? No puedo ya más. ¿Cómo se llama ese dolor, madre? Me duelen en el alma tus heridas. Tu martirio. Sabes, madre, las leyes no dicen “tortura”, dicen “apremio físico”. Te adueñaste, madre, del dolor. ¿Es que todavía estás, madre, pariendo la historia? Madres, ¿cómo hacen el duelo? Madre, ya no está el tormento. Ya Damocles retiró su espada; ya no está, madre. ¿Por qué todavía el duelo, madre? ¿O es que soy yo que todavía estoy de luto? Quítate el velo, madre. Ya el dolor no es tuyo solo. Yo lo capturé, para compartirlo. Quizás lo comparta, todavía no sé. ¿Quién quiere compartir mi dolor?
  • 67. Hernán Poloni Gruler 67 Érase una vez unos monstruos uruguayos Mira, hermano, mira una madre, nuestra madre viviendo sin querer recordar. Aquello que vivimos, que vivió ella, y nosotros no podemos descifrar. Te doy, Vieja mis recuerdos, mis sueños. Borra los tuyos. ¿Acaso no quieres? ¿Por qué nos callamos, hermano? ¿Por qué nos amordazamos todavía? Aún me duele aquel dolor antiguo. Vieja, ¿fue hombre el torturador? Vieja, ¿fue mujer quien te torturó? ¿Cómo se llamarán, hermano? ¿Cómo pudieron hacer eso, hermano? Tranquiliza mis pálpitos desconsolados, hermano; tú siempre lo has hecho. ¿Cómo puede alguien torturar? Hermano, res- ponde. ¿Dónde están esos seres? ¿Acaso son humanos? No, hermano, no me digas que convivo con ellos. ¿Por qué no dicen quiénes son? ¿Acaso tienen miedo? ¿O acaso soy yo el que tengo miedo? Epílogo Érase una vez algunos monstruos uruguayos, que se adueñaron de las sombras de las gentes. En- tonces...
  • 68. 68 “Y” conjunción copulativa... (I) “Y”: conjunción copulativa, para que las palabras se hagan el amor El frío y el viento y el niño y el carro y el caballo y la vida y la vida rancia y que nos toca y el capitalismo y pútrido y la calle y las bolsas y de basura y de valores y los bancos y de plata y de bronce y los de la plaza y de oro y que no tenemos y que nos morimos y pobres y con las gangrenadas ganas y de morir ricos y muy ricos y sufro y el niño y el látigo y el caballo y el niño y sabía y que y se moría pero igual y le pegaba y se moría y la pirámide y de basura y tartamudeaba y porque era y su caballo y porque y a veces y no comía y por y su caballo y ahora y el frío y cosa de pobres y de la República y Oriental y del Uruguay y su economía y que y crece
  • 69. Hernán Poloni Gruler 69 y el niño… y no se daba cuenta y mientras.. y el tiempo y seguía y pasaba y pasaba y los mocos y enjuagados y de lágrimas, y mientras y la sociedad y miraba y en el siglo XX y seguía y mirando y en el siglo XXI y ya no precisa y porque y el niño y se muere y a nadie y le importa y por y suerte y crece la economía y uruguaya y el niño y su caballo y sus lápidas y sin mármoles y los tiempos y algunos uruguayos y son y más uruguayos y que otros y unos y se y mueren y de hambre y algunos otros pasan hambre y otros y no: ¿y por y qué?
  • 70. 70 “Y” conjunción copulativa... A veces sólo quiero ser pero no puedo Levantose el hombre callado, pensativo, buscando, hurgando en su ayer sin encontrar lo que ni siquiera sabía que buscaba. Se vestía sin saber por qué no estaba su rostro, en el espejo del hoy, no estaba, no se sentía, no se olía, no se veía, no se escuchaba. ¿Dónde estaba? A veces sólo quiero ser pero no puedo Salió corriendo del pasado, se incrustó en el futuro pidiendo, clamando su espacio de historia, maldita, reciente, putrefacta, heroica, insensible, mutilada, sentida, escondida, invisible, del presente, egoísta de amor hacia ella. ¿Cómo podría recuperar lo que ya de él no era? Era un hombre sin memoria. Era la historia del ahora; era el presente del ayer que no estaba, pero era. A veces sólo quiero ser pero no puedo
  • 71. Hernán Poloni Gruler 71 ¿Cómo podría escribir la historia si era (y soy) un muerto que habla? ¿Quién le creería? (Si los muertos no hablan.) Epílogo Cómo podría explicarle a sus hijos (que nunca supo si tuvo) que él era pero no estaba. ¿Cómo acariciar los cabellos de ella si sus brazos no la alcanzaban? A veces sólo quiero ser pero no puedo Cómo acallar aquel momento(?) que lo dejó en silencio, eterno, infierno, presente, al viento, sin rumbo (nuestro rumbo) proclive al vacío, voz truncada. ¿Cuál es tu signo? Dime. ¿Cuál es tu símbolo? No calles. ¿Cuál es tu señal? No me dejes. ¿Quién te escolta en tu servidumbre al silencio? ¿Acaso te proteges tú mismo? A veces no puedo sentirte. A veces me atormenta tu silencio. A veces no puedo recordarte. A veces no quiero estar más solo. A veces, sólo quiero ser, pero no puedo
  • 72. 72 “Y” conjunción copulativa... (II) “Y”: conjunción copulativa, para que las palabras se hagan el amor La niña embarazada brazo estirado y mano abierta ojos sin color, casi sin lágrimas, un niño dentro de su vientre aborto errado. “Parirás con dolor”. Brazo que pide, mano abierta. Brazo protector el otro. El niño amamantaba, la madre-niña pedía. La madre-niña quería ser alguien; La madre-niña y la rabia y la ira y los autos y la caridad y el ruido y los hombres y las mujeres pasaban y la madre-niña amamantaba y pedía y los hombres y las mujeres pasaban y pasaban las mujeres y los hombres y el niño se prendía del pecho y la madre pedía y quedaban siempre, la madre y el niño y el niño y la madre y el pezón casi sangrando como el ojo rojo casi sin lágrimas y el niño amamantado por su madre le fue tomando toda la sangre por leche.
  • 73. Hernán Poloni Gruler 73 Y llegó un Dios y dijo que ese niño rojo era hijo del diablo y que había que quemarlo, no, mejor desaparecerlo, no, mejor ahorcarlo, no, mejor sepultarlo vivo, no, mejor desterrarlo, pero al final eligieron la hoguera (la cruz estaba pronta, en Bulevar Artigas y Avenida Italia), en pleno siglo XXl, y allí en la cruz lo quema- ron… lo quemaron por niño, por tomar la sangre por leche, por haber succionado a su madre hasta extinguirla...
  • 74. 74 “Y” conjunción copulativa... Otros y unos Unos quieren el tiempo en el que viven lo adornan otros disfrutan el tiempo en el que viven lo aprovechan otros enfrentan el tiempo en el que viven resisten otros adoran el tiempo en el que viven buscan dioses malditos otros enjuician el tiempo en el que viven comienzan un proceso otros lloran el tiempo en el que viven lamentan de por vida otros buscan el tiempo en el que viven viven investigando otros analizan el tiempo en el que viven viven distinguiendo otros aman el tiempo en el que viven se animan otros escriben el tiempo en el que viven viven de metáforas otros, nosotros, esclavos del tiempo... de Ella. unas y otras, otros y unos... osadía... firma: otras y unos.
  • 75. Hernán Poloni Gruler 75 Quizás deba hacerte una reverencia Quizás deba hacerte una reverencia (¡si la mereces!). Pero no sé hacer reverencias. Quizás deba preguntarte algo, Pero no sé qué preguntar. Quizás deba… seguir debiendo de por vida. Quizás mis palabras son vacías, cuando creo que están llenas de… Quizás viva cual promiscua sombra platónica, en un mundo de anónimos contornos. Quizás deba sentirme vencido… en una pelea conmigo mismo. Quizás mis esperanzas caducaron y el árbol ha llorado ya toda su sabia. Quizás los humanos debamos llorar nuestra sangre. Quizás debería resignarme… Quizás no quiera.
  • 77. Hernán Poloni Gruler 77 Solo probable Es probable que la vida siga. Pero algo se ha detenido en mí. Es probable que tú no estés. Pero... ya estás en mí. Es probable que quiera adueñarme de ti. Pero... ya no importa, te me entregaste. Es probable que nunca te vea. No importa, ya eres botella al mar, cerrada. (Mi misterio de por vida) Es probable que el sol no salga más. No importa, tu luna no tiene luz propia e igual ilumina. Es probable que desee tu cuerpo. Pero quizás sea ya demasiado tarde. Es probable que haya un antes y un después. Pero ya eres mi después. Es probable que no existamos. Es probable... es probable que... solo seamos reflejos de otros seres en otros mundos... es probable... es probable que seas inaccesible... es probable... es probable que seas solo musa inalcanzable... solo cumpliendo tu papel de inspiración en este mundo... es probable... es probable que deba decirte adiós... es probable... es probable que sea un egoísta buscando amor... es probable... es probable que a los truenos y a los relámpagos y a los rayos y a las centellas de mi pasión... tu escudo los deten- ga… es probable... es probable que esté descu- briendo distintas formas de amar... es proba- ble... es probable que tenga miedo... es proba- ble... te necesito... es probable... solo probable.
  • 78. 78 “Y” conjunción copulativa... ¿Acaso importa? ¿Acaso tus ojos y tu sonrisa siempre van de la mano? ¿Acaso tus ojos reflejan tus labios, que brillan? ¿O tus labios reflejan tus ojos, siempre sonriendo? ¿Acaso importa? ¿Acaso podré besar tus ojos y y mirar tus labios? ¿O no besaré ni tus reflejados labios ni tus alegres ojos?
  • 79. Hernán Poloni Gruler 79 El Reloj de Arena Parte de una fotografía Todavía quedaba tiempo, me dijo. Había aprendido casi todo de su ocupación habitual, de eso que él llamaba, nosotros los “oficistas de algún arte mecánico”, pero, de verdad… ¿qué es lo que hay que aprender? me dijo y prosiguió… todavía no he asimilado que … Otra parte de la fotografía Aún recuerdo cuando aquella vez en el patio me habló de ella. Mientras acariciaba el pucho que sabía que lo estaba matando despacio, casi en silencio, como el silencio que había mantenido hasta ahora. Otra fotografía…pensada… Es como si tuviera una fotografía fija en mi cerebro. Cuando paso por esa casa, recuerdo al abuelo. Decía que la vida es aprender a vivir con lo que no tenemos y queremos, que tuvo que aprender a vivir sin ella.
  • 80. 80 “Y” conjunción copulativa... ¿Acaso la vida no es eso… ensayar, experimentar cómo vivir cada día? Desde que se levantaba, desde sus 22 años, aprendía todos los días a acostumbrarse a que no la tendrá, a que no la tendría. Incluso maldijo a los que piensan que hay otra vida después de esta. No soportaba la idea de seguir muerto pensando en ella. Maldita fotografía Ese día fue raro. El abuelo hacía grandes silencios, mientras a veces me miraba con una sonrisa y me decía que ya no daría más la vuelta al reloj de arena que estaba arriba del piano. Me dijo: aprendé a vivir, pero no vivas sin ella; aunque sea besala una vez.
  • 81. Hernán Poloni Gruler 81 Será en la arena En honor del arte de Juan Cano Vamos, vamos a escribir sus nombres. ¡Vamos! ¡Vamos que nos morimos! ¡Vamos, padre! ¡Vamos, hijo! Juntemos todos nuestros años para recordar Llegaremos como a 130 entre los tres Viejo, tú recuerda el ayer Yo recordaré el hoy. Querido hijo, tú recordarás el mañana… Será en la arena…. Nombres escritos en la arena Relojes de arena midiendo soles Y no ha terminado de caer la finísima arena Penden los sentimientos de estar en arenas movedizas Tratan de edificar sobre arena Nuestros recuerdos sobre calzas de arena Pensamientos e ideales en el talego con arena Azotes de antes incluso cal no solo arena Escribió mi padre en la arena Escribo yo en la arena Escribirá mi hijo en la arena Incontinenti las nuevas generaciones en la arena Escriben in memóriam en la arena ¡Vamos! ¡Vamos! ¡Vamos a la arena! ¡Vayamos a la costa a la ribera a la arena! ¡A la playa a la franja costera a la arena! Arenas de combates y luchas
  • 82. 82 “Y” conjunción copulativa... Arenas de toros aún enfurecidos Arenas escritas por dedos Nombres escritos en la arena Desvanecidos por olas que acarician la arena Arenas nuevas escritas por nuevos dedos Borrados nuevamente por vientos con arena Yo Memoria escribo desaparecido en la arena Tu recuerdo escribo desaparecido en la arena Élla y Él presencia escriben desaparecido en la arena Nosotros evocamos escritos desaparecidos en la arena Ustedes retienen escriben desaparecido en la arena Ellos subrayan en la arena cada nombre de los que ¿dónde están? Arena de ampolleta que se deslizará de por vida En los relojes de arena que nunca terminará de caer Bancos de arena que estancan los nombres de los que ¿dónde están? Y también jugaremos en la arena Y escribiremos nombres en la arena Y trabajaremos en la arena Y escribiremos nombres en la arena Y haremos el amor en la arena Y escribiremos nombres en la arena Insignificantes mis versos, grano de arena
  • 83. Hernán Poloni Gruler 83 El oficio de vivir Quisiera tener un Reloj de Arena. Quisiera decirte que me es fácil vivir, mas no puedo. Quisiera llorarte a solas, mas no me atrevo. Quisiera pensarte a solas, ya no hay tiempo. Quisiera pedirte tiempo, está por caer el último grano, o no, no me doy cuenta. Quisiera tener tiempo, sacudiré el reloj. Quisiera sentirte con vida, mas la muerte en vida no te (me) deja. Quisiera decirte que no siento, es falso. Quisiera sentirte en una fotografía para verte, mas no puedo, incluso te conmueves. Quisiera, mujer, olvidarte, el olvido ya no existe, contigo se rompió el reloj…
  • 84. 84 “Y” conjunción copulativa... La envidia En el viejo y querido Cutcsa, de rejas en la ventana, de ventanas que no trancan y se caen solas; estaban todos los asientos ocupados y algunos seres humanos iban pa- rados. Ya a la altura de la plaza de los Treinta y Tres (o de los Bomberos) estaba casi lleno. Y mirando me di cuenta de que yo, que a los treinta y siete años tengo grandes entradas en mi cabeza, envidiaba a un peludo que tenía al lado mío; que el melenudo este envidiaba a la morocha que en su larga cabellera tenía una vincha que le aliviaba el calor; que la morocha envidiaba la permanente de la de enfrente; y la de la permanente envidiaba una gurisa que tenía decenas de unas trenzas, chiquitas y finitas en el cabello; y la gurisa de las trenzas envidiaba a una señora de cabello castaño claro, cortado a lo honguito; y la del castaño claro envidiaba a la rubia muy bien teñida; y la teñida envidiaba a un rubio de pelo largo y crespo que quería ser candombero y que por eso envidiaba al moreno de motas cortitas y prolijas que llevaba un tambor (me parece que por el tamaño era un “repique”); el moreno envidiaba a uno que iba escuchando música con un walkman; y el músico este envidiaba al guarda del ómnibus porque tenía trabajo; el guarda envidiaba al tipo que se iba a la playa con la familia; y el tipo de la playa envidiaba al conductor porque él no sabía manejar; el conductor envi- diaba al pelado que iba sentado en la cuarta hilera de asien- tos porque tenía cara de feliz; el feliz y pelado envidiaba al canoso; el canoso que estaba casi ciego envidiaba (mien- tras el ómnibus iba por el túnel hacia Ocho de Octubre) a una muchacha medio gordita que leía sin lentes y casi a oscuras: esta gordita envidiaba a una flaca (que recién había subido al ómnibus, en la parada cerca de la Médica Uruguaya, y que además venía de ahí porque tenía ano- rexia y no sabía cómo salir de ese lío); la flaca envidiaba a la embarazada a la que recién le habían dado el asiento; y la
  • 85. Hernán Poloni Gruler 85 embarazada envidiaba a una mamá con el bebito en bra- zos y otro niño más; y la mamá envidiaba la libertad de una señora sentada a su costado y su hijo envidiaba al otro niño que vendía estampitas (porque veía que le daban pla- ta); el niño de las estampitas envidiaba a otro niño que iba jugando y sentado en la falda de su padre (que iba soñan- do con el cinco de oro); este papá soñador envidiaba a un tipo que iba leyendo y estudiando detrás del asiento del conductor; este estudioso que iba detrás del conductor tenía enfrente un afiche de Jesús, mirándolo fijo a sus ojos, y el estudioso le envidiaba la bondad al Cristo; y aunque Jesús no envidia, según dicen, me parece que les envidiaba la vida que tenían todos.
  • 89. Hernán Poloni Gruler 89 Peroratio Hace ya un tiempo, tuve la oportunidad de tener entre mis manos un libro, que aún conservo, el cual contiene poesía de Kristina Lugn. Los poemas pertenecen al libro Bekantskap önskas med äldre bildad herre, 1983, publica- das en «Poesía Nórdica», antología preparada por Francis- co J. Uriz, Ediciones de la Torre, Bilblioteca Nórdica, segun- da edición, Madrid, 1999, traducción de Francisco J. Uriz con la colaboración de Kirsti Baggethum, Mona Moltke y Pentti Saaritsa. Aún recuerdo la primera vez que leí esos poemas y quedé maravillado por la sinceridad, la sencillez, la bondad de compartir y la calidez con que Kristina Lugn describe sentimientos que a veces se nos agolpan y no sabemos qué hacer con ellos. Dichos poemas de su autoría han sido una fuente in- agotable de inspiración en mi ser; no tardé demasiado en comenzar a responderle dichos poemas. No sé si “respon- der” es la palabra adecuada, quizás son pensamientos su- geridos por sus palabras cotidianas y prácticas, que me hacían gritar para mis adentros, pero para que ella me escuchara… ”¡No puedo ir ahora...! ¡Yo no puedo ir ahora mismo…!” Tres poemas de Kristina inspiraron y estimularon mis versos, luego de incansables lecturas y relecturas: (I) ¡Quiero que vengas ahora! ¡Quiero que vengas ahora mismo! … (página 414)
  • 90. 90 “Y” conjunción copulativa... (II) Pero la verdad es que yo prefiero ir con un señor de cierta edad y culto … (página 415) (III) Yo en realidad no quería morir En realidad solo quería ser una bibliotecaria … (página 418)
  • 91. Hernán Poloni Gruler 91 Tres Soliloquios para Kristina Lugn
  • 92. 92 “Y” conjunción copulativa... (I) ¡No puedo ir ahora! ¡No puedo ir ahora! ¡No puedo ir ahora mismo! No tengo calculadora. Tampoco tengo un piano, y menos uno de cola Steinway. Ni siquiera sé tocar el piano. No tomo aspirinas, ni uso compresas. Llevaré las botellas y casi no me lavo los dientes. Tampoco me preocupa la botella de Ajak ni la caja grande de somníferos (no uso) las plantas se me secan y llevaré la pizza y el pulmón artificial. ¡No puedo ir ahora mismo! ¡Yo no puedo ir ahora mismo! Sí… te tomaré por asalto. Apagaré la lámpara del techo. Y encenderé los candelabros, Desconectaré el teléfono. E inflaré los colchones de goma. Secaré tus lágrimas y no creo que pueda hacerte comprender las cosas. No sé si el sol se pone tras la Ópera. No sé cuál es la hora de irse a casa. E iré junto a ti. Con mi corazón. Y… no tengo escopeta, es más,
  • 93. Hernán Poloni Gruler 93 no me gustan las escopetas. Perderé yo también la cabeza. En un cuarto decorado con gusto. Y querré tenerte en el alféizar de la ventana. También estaré con el aire un poco ido. Y querré tener una rosa silvestre en la mano y sujetarte a mí. Para entregártela en los vagones del metro, mien- tras nos arrastramos. Y nunca más nos arrastraremos. Y no existirá canción calamitosa, Y si existiere, la cantaremos juntos. Y besaré tus labios agrietados. ¡No puedo ir ahora, ni siquiera ahora mismo! ¡Resiste, amada mía! Resiste al maldito anhelo, que malditamente también me ahoga. Tampoco sé si soy normal. No sé si regordete y quizás muera pronto y sano, mañana quizás muera. También hacendoso, amigo de ayudar y nervioso. Bueno y no sé si dulce y miedoso a la pobreza. También, Querida Kristina, con interés por todo y una (muy) incipiente y latente veta literaria. Déjame estar contigo en la cornisa. Hernán Poloni Gruler 17/08/07
  • 94. 94 “Y” conjunción copulativa... (II) Prefiéreme de verdad Prefiéreme de verdad ya tengo cierta edad y no sé si soy culto y déjame compartir la buhardilla desierta cuando den las doce prefiéreme de verdad para pasear seguros bajo la lluvia aunque me dé miedo me acurrucaré en tus cimas alpinas rigurosa- mente prohibidas nómbrame tu señor culto cual dama que desean no solo sus talones caminaré a tu lado ¡No puedo ir ahora! ¡No puedo ir ahora mismo! Lo siento, me distraigo constantemente pensando en la abstinencia y las hemorroides pero igual nos haremos tiempo nos escucharemos ahora mi sentido no sé si es común y no sé si tengo talento y a veces no se combinan es más, casi nunca se armonizan No importa tu dificultad de controlar tu revuelto cabello y tus enfermos animales que como fantasmas constantes irrumpen en tus sueños y mastican formando repugnantes agujeros en tus blancas y hermosas sábanas
  • 95. Hernán Poloni Gruler 95 No importa que se comporten mal en la mesa y huelan atrozmente mientras llegan hambrientos, tristemente chillones y llorosamente quejosos a la cama Dux que nunca vi y conservas añorando tiempos mejores Te aceptaré como tú me has aceptado hablaremos los enfados con tu jaqueca y ropa interior y de seguro echaré mis dos manos en todo tu algo! aunque no haya ningún remedio no sé, querida si soy culto ni bien vestido sí, reiremos de mi pobre intelecto Gracias por aceptarme con mis handicaps mis obligaciones familiares mi mandíbula trancada y nunca he tenido hepatitis quizás muera mañana, con pardonit Seré el más bueno del mundo y cual quijote pelearé y te protegeré de todos los peligros transformados en grifos como dragones y vitrinas como elefantes que le habrás comprado ya a tu madre Hernán Poloni Gruler 17/08/07
  • 96. 96 “Y” conjunción copulativa... (III) Yo tampoco quería morir Yo tampoco quería morir en realidad solo quería ser albañil y construirle casas a la gente pobre y quedarme a vivir con ellos sí, cuánto quise ser una “perlita” como decía mi abuela y recitar soliloquios con mi mate y el termo bajo el brazo (los sótanos nunca me gustaron en los balcones sí mientras mastico el polvo de la alfombra del vecino) Yo quería saber cocinar y saber manejar tractores y barcos y aviones de verdad yo quería heredar el taladro del abuelo también quería tener una linterna grande nada me calma y toda tú me estimulas déjame retirar con cuidado la alambrada de púas de tus hermosos bártulos de alcoba cuando el pájaro de nadie silbaba para nosotros en los techos de lata y en los arroyos
  • 97. Hernán Poloni Gruler 97 Entonces yo quería ser ese desgraciado tipo que una hermosa secretaria de asuntos sociales con el cabello revuelto sin dominar me daba esperanzas oh también quería estar herido para que una enfermera curara mi corazón entristecido y tu mímica inteligente y graciosa me hacía reír con confianza mientras te paseabas con tus ligas blancas y sostén elástico y con tu secador eléctrico enredado en tu alborotado cabello Yo tampoco quería morir Solo quería ser un gozo para ti Un gozo que hiciera aplicaciones de arrumacos y mimos en tus pesados párpados en su tiempo libre y acompañarte a tomar diente de león, quería yo cuando la madre naturaleza silba para nosotros bajo la estrella más peligrosa entre los rascacielos y estar a tu lado eso quería yo Hernán Poloni Gruler 17/08/07
  • 99. Hernán Poloni Gruler 99 Índice general Juan Carlos García Aranda ............................................. 3 (I) Prólogo .................................................................. 5 (II) Prólogo Panegírico .................................................. 5 Perotatio1 (I) .............................................................. 9 Solo a ella ................................................................. 10 El pétalo rojo seco y hermoso ....................................... 11 ¿Por suerte? (I) .......................................................... 12 Te extraño ................................................................. 14 ¿Y? .......................................................................... 15 Kärlek2...................................................................... 16 ¿Por suerte? (II) ......................................................... 17 Le pregunté a ella ....................................................... 19 Cuando las olas ya no me pueden abrazar....................... 20 A ella. Solo a ella ........................................................ 21 El mar de los abrazos .................................................. 22 Preguntas de amor ...................................................... 23 Autor desconocido y foráneo busca título para su poema esdrújulo .............................................. 24 Tratando de explicar lo que siento (¿Es inexplicable?) ....... 25 ESTO Y AQUELLO Y AQUELLO Y ESTO ............................ 26 Cuerpos que se enredan .............................................. 28 Nos quedamos solos .................................................... 29 Att vara ledsen3 ........................................................ 30 Metapostmodernismo ................................................... 31 Vivir con todo eso. O “Derroche de ellas”........................ 32 Querido León Felipe: ................................................... 33 Esclarecimientos ......................................................... 36 Querido Mario Julien: ................................................... 37 Adiestramiento ........................................................... 39 Decir sin decir ............................................................ 40 Coexistente... el amor ................................................. 42 “La libertad”............................................................... 43 No serás mía… ............................................................ 44 Hoy no me animo a quererte ......................................... 46
  • 100. 100 “Y” conjunción copulativa... Optimismo ................................................................. 47 Acaso… ..................................................................... 48 Hijos, no pregunten más .............................................. 49 Preguntas a “El cantante de los tiempos”… ..................... 50 Me contó un amigo ..................................................... 51 A los poetas .............................................................. 52 A los poetas del siglo XX .............................................. 54 Infinitos amores .......................................................... 56 A los poetas del siglo XX .............................................. 57 Att Komma ihag4 ........................................................ 59 Quiero vivirlo .............................................................. 60 Sverige: Tack. ............................................................ 61 A las poetas del siglo XX .............................................. 62 No, Viejo, ya no hay más tranvías ................................. 64 A los poetas del siglo XXI ............................................. 65 Es que todavía ........................................................... 66 Érase una vez unos monstruos uruguayos ....................... 67 (I) “Y”: conjunción copulativa, para que las palabras se hagan el amor ......................... 68 A veces sólo quiero ser pero no puedo ........................... 70 Epílogo ...................................................................... 71 (II) “Y”: conjunción copulativa, para que las palabras se hagan el amor ......................... 72 Otros y unos .............................................................. 74 Quizás deba hacerte una reverencia .............................. 75 Solo probable ............................................................. 77 ¿Acaso importa? ......................................................... 78 El Reloj de Arena ........................................................ 79 Será en la arena ......................................................... 81 El oficio de vivir .......................................................... 83 La envidia .................................................................. 84 Segunda Parte ........................................................... 87 Peroratio ................................................................... 89 Tres Soliloquios para Kristina Lugn ................................. 91 (I) ¡No puedo ir ahora!................................................. 92 (II) Prefiéreme de verdad ............................................. 94 (III) Yo tampoco quería morir ........................................ 96