1. Ana María
MATUTE
La niña encerrada en un cuerpo de adulto
La escritora española Ana María Matute es toda una referencia dentro del panorama literario y a pesar de su edad sigue
escribiendo. En octubre acudió a Jerez de la Frontera para
asistir al congreso Caballero Bonald dedicado a los premios
Cervantes. Fotografía y texto de Ángela García Nieto.
E
ran las ocho de la tarde cuando
llegué al Hotel Tryp de Jerez,
lugar en el que había quedado con Ana
María Matute.Y allí estaba ella, sentada en su silla de ruedas mientras respondía a las preguntas de una
periodista en la que era su segunda entrevista de la tarde. Su hijo, siempre
pendiente, observa la escena desde
cierta distancia.. Me acerco a él para
comentarle a que había venido. “No te
preocupes. Ya tienen que estar terminando”. Efectivamente, cinco minutos
despúes acaba la entrevista de la otra
periodista y me acerco a la escritora
para empezar yo la mía. La verdad es
que me da un poco de reparo entrevistar a aquella anciana de 88 años que
tiene que estar cansada de tanta pregunta. Una vez que me siento con ella
y la miro de cerca se me quita esa preocupación al ver que en su rostro no
hay signo alguno de hastío o agotamiento. Y es que aunque Ana María
pueda parecer una abuelita entrañable
de estas a las que entran ganas de abrazar, vemos, una vez la miramos a los
ojos, que no es para nada así. Al con-
2.
3. quitó la confianza en las personas. Eso
sí me lo quitó. Yo, como todos los
niños de mi época, de mi generación y
de mi clase social, no sabíamos que las
personas mayores eran tan malas y tan
crueles. Lo leíamos en los cuentos,
pero no a los extremos que
vimos.Tuve esa desgracía y por otra
parte la suerte, aunque suene monstruoso decirlo, de poder conocerlo, de
ver lo que era capaz de hacer el hombre con otro hombre. Lo
“LA GUERRA NO ME QUITÓ LA que los animales no
hacen con otros animaINFANCIA, ME QUITÓ LA les,el ser humano lo hace
CONFIANZA EN LAS PERSONAS” con el ser humano.
trario, su mirada está llena de frescura
y energía, una energía de la que hará
gala durante toda la entrevista, acompañada a veces por un tono de mal
humor cuando se le pregunta por algo
que no entiende. Su hijo nos presenta
y nos acomoda en una de las mesas de
la cafetería del hotel para despúes sentarse él en una mesa en la distancia
desde la que observar la escena. Una
vez parece estar todo dispuesto para la
entrevista, saco mi cuaderno de notas
lleno hasta arriba de hojas desordenadas. Ana María me mira el cuaderno
y sonríe. “Yo también tengo un cuaderno así, igual de desordenado” me
dice con una voz suave capaz de quitar
cualquier cargo de conciencia por
tener el caos que tenía por libreta.
“Siempre intento mantener un orden”,
me sigue contando, “pero soy incapaz.
Empiezo bien , pero a los tres días ya
lo tengo todo manga por hombro. Y
me pasa igual con todo. Mi nuera
siempre me anda diciendo que cuando
vuelva vamos a ordenar el cuarto y el
armario” La escena que me cuenta me
recuerda a mi infancia, a las broncas
de mi madre. Riñas muy parecidad a
las de la nuera de Ana María Matute.
Comprendo entonces que el sobrenombre de ‘niña en cuerpo de adulto’
del que hace gala no le viene solamente por su pasión por los cuentos de
hada.
Aprovechando lo distendido de la
conversación, empiezo a hacerle la entrevista.
Bueno, cuénteme. ¿Por qué está tan
presente el universo infantil en sus
libros?Porque la infancia me interesa
mucho. Es algo muy importante en las
personas. Nos marca mucho. Hay
gente que no se da cuenta, o no se
acuerda, o no ha tenido infancia, lo
cual es tremendo. Es algo que nos
marca. No pasa así como así. Lo llevamos dentro y si hemos sido desgraciados nos marca. Yo he vivido una
guerra a los once años y no la olvidaré
nunca. Me marcó mucho. Eso y otras
muchas cosas buenas que viví.
¿Cree que la guerra le quitó parte
de su infancia?
La guerra no me quitó la infancia, me
Entonces es verdad eso
que dicen de que el hombre es un
lobo para el hombre. Sí. No es el
único, pero sí el más importante.
¿No consigue recuperar todavía la
confianza en los seres humanos?De
momento no me han dado ninguna
oportunidad. ( Ana María suelta una
carcajada) Hombre, alguna vez sí.
Pero fíjate en como está el mundo, el
odio que hay en él. Si es que encuentras odio en todas partes.
La última frase la dice con una mezcla
de tristeza y enfado. Esta claro que entodo el tiempo que ha vivido la escritora, que no es poco, el ser humano
apenas ha cambiado.
¿Para qué público prefiere escribir?
¿Niños o adultos?Para personas.
¿Cree que la fantasía está infravalorada?Por los tontos. Por los incapaces. Todo el mundo tiene su parcela de
fantasía. Su propia fantasía. Lo que
pasa es que unos llaman fantasía a una
cosa y otros llaman fantasía a otra. Por
ejemplo, sé de personas que piensan
solo en números y también tienen fantasías. Lo que pasa es que sus fantasías
son los números. Los números y enriquecerse.
¿Cómo llevó eso de ser mujer y escritora en la época franquista? Mal.
Pero no solamente las escritoras, también los escritores. Era una profesión
muy difícil, en si misma lo es porque
escribir es muy difícil. Además, en
aquella época había una censura, una
censura ridícula. Censura hay siempre,
siempre hay algo que no gusta o que
no se quiere que salga a la luz. Pero en
esa época era demasiado ridícula. Era
una censura sin pien ni cabeza. Bueno,
nunca es con pies y cabeza. Te censuraban tonterías. Ni siquiera había un
criterio en el que basar la censura y en
el que basarte tú para que no te censuraran. Te salían con lo que menos te
podías imaginar. Además había una
cantidad de ineptos y de ignorantes
que censuraban cosas que ni siquera
entendían.
La cara de abuelita entrañable de la escritora cambía totalmente a otra que
denota enfado e indignación cuando
empieza a hablar de la censura. Habla
con un tono alto y enérgico, totalmente
diferente a la voz suave y a veces casi
inaudible que había empleado para
responder las preguntas anteriores.
Esta claro que ‘ineptos’ e ‘ignorantes’
son los adjetivos más suaves que se le
ocurren para denominar a los censores
.
De hecho le llegaron a censurar a
usted el libro de ‘Luciernagas’ que
más tarde llegaría a ser Premio
Novel. Ese fue uno de los que me censuraron, pero hubo muchos más.
¿Intentaba usted escribir de una
manera más calmada o distinta para
evitar la censura? Eso era lo peor,
que al final acababas tú conviertiéndote en tu porpio censor. Eso era lo
más triste de todo.
¿Tuvo algún apoyo a la hora de ser
escritora? ¿Alguien que le animara
a publicar? No. Yo quería hacerlo y
lo hice. Fue mi vocación y mi amor
por la literatura lo que me animó a publicar libros
¿Entonces le vino a la cabeza ser escritora y publicar un libro y se lanzó
a la piscina? Yo de pequeña tenía esa
idea. Yo entré en la literatura con los
cuentos de hadas. Primero me los contaban, luego los pude leer y luego pasé
a escribirlos.
¿Hay mucha diferencia entre los
niños de antes y los niños de ahora?
Externamente sí, internamente no. Externamente lo que ha cambiado son las
costumbures, las maneras de expresarse, las técnicas. Todos estos ordenadores, televisores, consolas y
medios digitales. Eso en mi época no
existía pero teníamos otras cosas.
Ahora los niños parecen más repipis y
más sabios ¿No? Son estas las formas
externas de las que hablo.
Sus libros tienen un marcado carác-
4. ter pesimista ¿Es usted una persona
pesimista? No. Soy una persona objetiva que ve las cosas como son. Sin
distorsionarlas.
gos. Hablaba de ellos llena de orgullo
y felicidad. Cuando acaba de responder una sonrisa de oreja a oreja ocupa
toda su cara.
¿Seguro? Ya sabe usted que muchas
cosas depende de si ve la botella
llena o medio vacía. Bueno, yo la veo
medio vacía siempre, pero no me considero una persona demasiado pesimista. Lo que si me considero es una
persona objetiva. Bastante.
¿Qué siente cuando escribe?
¿Sufre? ¿Lo pasa bien? Las
dos cosas. Cuando escribes hay
momentos que se pasan bien y
otros en los que se pasa fatal.
Quizás más de lo que le gustaría ser
¿No le gustaría ver la vida con más
alegría? Bueno, que yo tengo alegrías
muy inmensas en mi vida. No te creas
que llevo una vida muy triste. Fíjate,
tengo unos hijos, una familia y unos
amigos maravillosos. Lo que nunca
me he aburrido. He pasado momentos
malos y momentos buenos, pero nunca
me ha dado tiempo a aburrirme.
El tono de la escritora adquirió un
toque de indignación ante la pregunta
que le había formulado. Parecía que no
le había hecho mucha gracia la idea de
que yo pensara que tenía una vida un
poco triste, pero después cambió totalmente al hablar de su familia y ami-
quiero puntualizar. ¿No? Yo libros
para entretenerme no leo, aunque me
parece bien que existan esos libros
también.
“HOY EN DÍA HAY MÁS
ESCRITORES PORQUE HAY
MÁS LIBERTAD”
¿Podría ponerme algún ejemplo?
Cuando no te sale como tú quieres.
Hay días que no sabes que te pasa que
no funciona. No te sale nada y empiezas a llenar la papelera de folios arrugados. En cambio, a lo mejor, al día
siguiente todo te sale de maravilla y
entonces es cuando lo pasas bien escribiendo.
¿Cuenta en sus libros cosas que a lo
mejor de otra manera no se atrevería a contar? Yo escribiendo me
atrevo con todo. En la vida es diferente, pero escribiendo no.
¿Cree que un escritor debe de estar
comprometido con la sociedad? Depende.
Ana María suelta una gran carcajada
al acabar la frase. En ese momento, alguien abre la puerta del comedor del
hotel y un ruido enorme ocupa la sala
donde nos encontrabamos. La entrevista se torna difícil debido a aquel
jaleo. La escandalera tapa la voz menuda de la escritora que a veces me
costaba oir y le impide a ella escuchar
mis preguntas, por lo que tengo que re-
Cree que debería haber libros de
todo tipo ¿No? Libros tanto para
entretenerse como libros con cierto
caracter de denuncia. Yo prefiero los
libros que hacen pensar. Que entienden lo que yo quiero decir, lo que yo
Dicen que muchas veces un libro
desnuda al escritor. Muchas veces
no. Siempre.
5. A mí no me parece mal lo de los libros
digitales. Lo importante es que hay
que leer. ¿Qué mas da que se haga
sobre papel o sobre plástico? Es igual.
La cuestión es que se lea. Aunque yo
siempre preferiré el papel. Yo he nacido en ese mundo y eso de oler los libros y pasar las páginas me encanta.
Yo soy muy antigua ya como para empezar a usar ahora libros digitales, pero
no los rechazo. Son cosas nuevas que
surgen en la vida.
petírselas varias veces.
Usted que ha vivido tanto. ¿Cómo
cree que ha ido evolucionando el panorama literario? No sé. No me lo
planteo. Yo creo que hoy en día hay
más escritores porque hay más libertad. Al haber más libertad, la gente se
expresa más y por lo tanto escribe
más. Sobretodo gente joven. Después
hay mucha gente que se pone a escribir
pensando que (la novelista suelta una
risa despectiva antes de acabar la
frase) van a ganar dinero ganando el
Premio Planeta y cosas así. Que se
desengañen y se hagan financieros.
Hombre, se gana para vivir, pero no
para hacer fortuna. Puedes tener un
golpe de suerte y que te den un Novel
o un Cervantes, o que se vendan muchos libros tuyos. Entonces sí, pero si
no...
A Matute no le hace falta acabar la
frase para dejar claro que el oficio del
escritor no es tan fácil como muchas
personas creen.
Entonces usted es una persona con
bastante suerte ¿No? Tiene el Cervantes, el Nadal... Bueno yo no lo
llamo suerte. He trabajado mucho para
poder llegar a donde estoy. Bueno, trabajo y un poquito de talento.
¿Cree en el trabajo sin talento?
Hombre si te esfuerzas puedes llegar a
algo. Lo que no da ningún fruto es
estar tumbado rascandote la barriga.
Eso no lleva nada, aunque tengas talento.
Bueno y ahora que estamos hablando de los premios ¿Que opina
de la consideración que tienen
estos? De eso yo no entiendo.
La escritora me contesta con un tono
fuerte e intenta desentenderse de la
pregunta. No tiene mucho interés en
hablar de la concesión de premios, un
mundo que, según ella, desconoce, a
pesar de tener en su poder algunos tan
importantes como el Cervantes.
¿No tiene ninguna opinión sobre los
premios comerciales como el Planeta, en los que se sabe ya quien va
a ganar antes incluso de que lo
anuncien? También son necesarios
esos premios. Las editoriales tienen
que hacer caja también.
¿Entonces usted ve bien la existen-
Ana María Matute, una
escritora veterana
Nació en Barcelona en 1926 y a día
de hoy, a sus 88 años, sigue escribiendo. Se dio a conocer en el panorama literario español con su novela
‘Los Abel’, aunque su primera novela, ‘Pequeño Teatro, que escribió
con 17 años no se publicó hasta ocho
años después.
Es miembro de la Real Academia
Española y ha ganado varios premios
literarios, como el Planeta, el Nadal y
el Cervantes. Además fue propuesta
en 1976 como candidata al Novel de
Literatura.
Actualmente está trabajando en su
nuevo libro, ‘Demonios Familiares’,
del que se niega tajantemente a darnos un adelanto.
cia de premios comerciales que sirven más para hacer caja que para
compensar el talento literario? No.
Para compensar el talento literario no.
Yo no he dicho eso. El talento literario
nunca se puede compensar. Pero para
ayudar al bolsillo sí.
Ana María acaba la respuesta con una
pequeña carcajada, dejando de lado el
tono de enfado con el que empezó a
contestar.
Hablemos de las editoriales. ¿Qué
opina de...? A mí no me preguntes de
editoriales que yo de eso no entiendo.
Que una cosa es ser escritor y otra editor. Pregúntele a los editores.
Intento preguntarle por la piratería,
pero de nuevo me interrumpe. Cada
vez que no entiende algo, cambia su
carácter amable de abuelita entrañable
por otro enérgico, fuerte y un poco
malhumorado. “Hombre es que parece
que por ser escritor tenemos que saber
de todo y no es así. Siempre se nos
pregunta de todo y no tenemos que
saber de todo. Tu sabes de tu oficio, de
tus libros, de tu mundo. El resto yo que
sé”
Hablemos de su oficio entonces
¿Qué es más? ¿Poeta o escritora?¿O
las dos cosas? Nunca, jamás en mi
vida he escrito un poema y mira que
me gustan. Una cosa es ser escritor y
otra cosa es ser poeta. Aunque para ser
novelista haya que ser escritor, se
puede ser escritor sin ser novelista.
El hijo de Ana María se nos acerca y
nos avisa de que la entrevista tiene que
ir finalizando. El congreso Caballero
Bonald en dentro de una hora y tienen
que marcharse.
¿Algún consejo que le quiera dar a
un escritor novel? Yo no doy consejos (el tono de la escritora es claro y
firme en la respuesta) No hay cosa que
me fastidie más que dar un consejo
para que al final no se siga como siempre pasa. (Se ríe) A mí no me gusta
pedir consejo. Nunca he pedido un
consejo
Ya para acabar ¿No nos puede dar
un adelanto de su nuevo libro? No.
La respuesta de la escritora es tajante
en ese tema.
Ana María no me dejó que acabara de
hacerle la pregunta. No le hace gracia
que le pregunten cosas de las que no
entiende.
Secreto todo ¿No? Secreto todo no.
Lo que pasa es que no me permiten hablar de ello.
¿Cómo ve el panorama del libro?
Sobretodo ahora con los soportes digitales. Yo creo que pueden convivir.
Bueno la novela se llama ‘Demonios
Familiares’. Supongo que el título
adelanta ya algo de lo que irá. No,
no. No te creas.
6. El hijo nos vuelve a dar un toque de
atención. “Oye siento mucho no poder
dedicarte más tiempo, pero me tengo
que ir”se disculpa con tono amable. Le
pido que me firme un ejemplar de ‘Olvidado rey Gudú’, una de sus obras
más conocidas. Me lo firma encantada. “Lo siento pero sin gafas y con
88 años la letra la tengo fatal” Parece
ser que Ana María Matute, al igual que
otros genios literarios como Juan
Ramón Jimenez cumple con ese tópico
de escritor desordenado y con mala
letra. Nos despedimos y el hijo empieza a empujar la silla de su madre
hacia la puerta. Antes de que se vayan
lanzo una última pregunta:
Supongo que le quedarán energías
para escribir un par de libros más
¿No? Uy, hija. Tengo 88 años ya. A
veces me pregunto que hago escribiendo todavía, pero no tengo ganas de
jubilarme aún.
Finalmente madre e hijo salen del
hotel y montan en un coche adaptado
para la silla que les espera en la puerta,
preparado para llevarles al Congreso
Caballero Bonald en el que Ana María
Matute seguirá hablando de literatura.