Este documento discute la conversión según 2 Corintios 3:16-18. Explica que la conversión es el proceso mediante el cual el hombre abandona su mal camino y vuelve a Dios. Según el pasaje, durante la conversión: 1) Dios quita el velo que cubre nuestra mente, 2) nos da libertad al liberarnos del poder del pecado, y 3) nos transforma continuamente a la imagen de Dios. La conversión verdadera trae varios beneficios como una nueva vida reconciliada con Dios y el perdón y restauración.
LAS CIRCULARES Y MIS COMUNICADOS de los Maestres COMENTADOS.docx
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1. LA CONVERSIÓN
2 Corintios 3:16-18
INTRODUCCION
“Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. Porque el Señor es el Espíritu; y donde
está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta
como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma
imagen, como por el Espíritu del Señor". (2 corintios 3:16-18)
La palabra "CONVERSIÓN" significa “volver completamente”, “girar”. Así que la conversión es el
proceso de cambio mediante el cual el hombre deja su mal camino y vuelve a Dios. Como ejemplo
de una verdadera conversión, podemos ver a Saulo, quien fue enemigo del cristianismo para
después convertirse en el gran apóstol que expandió las verdades cristianas por todo el mundo
conocido (Hechos 9:1-19).
Dios quiere darnos a través de la conversión una vida nueva. Él quiere cambiar nuestro lamento en
baile y nuestra tristeza en alegría (Salmo 30:11). Convertir es hacer que alguien o algo se
transformen en algo distinto de lo que era. En este proceso, según el pasaje que escogimos
encontramos tres cosas que Dios quiere hacer en nosotros para que vivamos vidas nuevas.
1. DIOS QUIERE QUITARNOS EL VELO
Un velo es una cortina o tela que nos cubre la vista de modo que no podamos ver con claridad.
Antes de recibir a Cristo en el corazón, nuestra mente se encontraba en tinieblas, nuestros
pensamientos no agradaban a Dios y nuestra forma de percibir el mundo dejaba mucho que
desear. No teníamos esperanza, carecíamos de visión para un mañana mejor. Pero nuestro Dios
que es rico en misericordia, aun "estando muertos en nuestros delitos y pecados, nos dio vida
juntamente con Cristo" (Efesios 2:4). La gloriosa luz del; Evangelio resplandeció sobre nosotros
para que ahora podamos conocer y amar a nuestro Señor (2 Corintios 4:4).
2. DIOS QUIERE DARNOS LIBERTAD
Mientras estemos lejos del Señor estaremos cautivos por el poder que el pecado ejerce sobre
nosotros. El pecado es una cárcel de la cual sólo se sale con la ayuda de Dios. Muchos seres
humanos viven su vida muy por debajo de su potencial, a causa de que no son libres en Dios, pero
la buena noticia es que “en Cristo tenemos libertad”. Jesucristo expuso públicamente el acta de
decretos que nos condenaba y pagó por nosotros para que hoy estemos libres de culpa y
facultados para vivir en libertad y bendición (Colosenses 2:14).
3. DIOS QUIERE TRANSFORMARNOS DE GLORIA EN GLORIA A SU MISMA IMAGEN
La vida cristiana es un caminar de continuo crecimiento. Estamos llamados a madurar en ella a
medida que avanzamos. Mañana tenemos que ser mejores, más fuertes, más maduros y más
santos, porque una de las funciones del Espíritu Santo, es el desarrollo constante del cuerpo de
Cristo. La Biblia dice que seremos transformados de gloria en gloria (2 Corintios 3:18), que Cristo
debe ser formado en nosotros (Gálatas 4:19) y que debemos ser imitadores de Dios (Efesios 5:1).
2. BENEFICIOS DE LA CONVERSIÓN VERDADERA
La conversión nos hace nuevas criaturas reconciliadas con Dios a través de Jesús (2
Corintios 5:17-18).
La conversión sincera hace que Dios preste atención a nuestras oraciones y haga
justicia a favor nuestro (1 Reyes 8:47-50).
La conversión trae perdón y restauración a la vida del ser humano (2 Crónicas 6:24-25;
Jeremías 15:19).
La conversión nos lleva a la salvación, sanidad, bendición (Hechos 28.27).
CONCLUSION
Dios nos ama como somos pero no nos deja como estamos. La verdadera conversión afecta
positivamente todas las áreas de nuestras vidas. Es el resultado de la fe en el corazón del hombre
que se ha arrepentido de su pecado y ha aceptado a Jesucristo como su Señor y Salvador.
NOTAS: