La beatificación y canonización son procesos de la Iglesia Católica para declarar a personas fallecidas como beatas o santas. Sin embargo, la Biblia enseña que todos los creyentes son santos por la obra redentora de Cristo, no por declaraciones humanas. Además, la Biblia dice que solo Cristo es el único mediador entre Dios y los hombres, por lo que no se debe venerar o adorar a otros como intercesores. La práctica de beatificar y canonizar contradice las enseñanzas bíblicas sobre la
1. ¿Es bíblico beatificar o canonizar a
los hombres?
¿Qué quiere decir beatificación y canonización?
La beatificación “es la etapa más cercana a la canonización de un
santo en la Iglesia Romana Católica. Los procesos de
canonización están gobernados por los decretos del Papa
Urbano VIII en 1625, 1634 y 1642, y por los de papas que le
siguieron…Una vez que el Papa ha declarado la
beatificación…se le da al candidato el título de Bendito, y se
permite que se le dé culto dentro de una diócesis, orden religiosa
o provincia específica.
La canonización “es un decreto eclesiástico concerniente a
la
veneración pública o eclesiástica de un individuo; es el
“acto mediante el cual la Iglesia católica, tanto en su rito oriental
como en el occidental, declara como santo a una persona fallecida.
Este proceso comprende la inclusión de dicha persona en el
canon, la lista de santos reconocidos, así como el permiso para
rendir culto público y universal a esa persona, a la cual se le asigna
una fiesta litúrgica, se le dedican iglesias, capillas o altares, y
se reconoce su poder de intercesión ante Dios.
Hay cinco pasos en el proceso oficial de la causa de los
santos, una vez transcurridos cinco años desde la muerte del
candidato o candidata: 1) Postulación: se presenta y da a conocer
la intención de elevar a la santidad a esa persona, y se
recaban datos biográficos y testimonios; 2) La persona es
declarada «sierva de Dios»; 3) La persona es declarada
«venerable»; 4) Beatificación: la persona es declarada «beata» si
se prueba la existencia de un milagro debido a su intervención; y
5) Canonización: la persona es declarada «santa» cuando puede
atribuírsele un segundo milagro.” En el caso de Monseñor Romero
estaríamos ante el cuarto pacto.
2. ¿Qué dice la Biblia al respecto?
Posicionalmente:
1Corintios 6:11 “Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya
habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el
nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.”
Efesios 4:11-12 “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros,
profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin
de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la
edificación del cuerpo de Cristo,”
2Timoteo 1:9 “Pues Dios nos salvó y nos llamó a una vida
santa,
no por nuestras propias obras, sino por su propia determinación
y gracia. Nos concedió este favor en Cristo Jesús antes
del comienzo del tiempo;”
En la Biblia la palabra “santo” quiere decir “apartado” o
“puesto aparte” y “en la mayoría de los casos es la trad. del hebr.
Qadosh y del gr. Hágios, los cuales indican un estado que
designa a todos los creyentes por igual, por haber sido
consagrados a Dios en virtud de la expiación llevada a cabo
en el Calvario y por la recepción del E. Santo”. Esta palabra
denota la posición que tienen los cristianos verdaderos ante Dios.
Cristo y su sacrificio en la cruz ha hecho que ellos sean
posicionalmente apartados para Él, puesto que son suyos y Él
los escogió desde antes de la fundación del mundo. Son santos
y han sido santos todos aquellos que están en Él; lo son en Él,
por Él y para Él. Él ha decidido quienes han de serlo – todos los
suyos – y no es del hombre decidir o declarar quién ha de serlo ya
que la salvación es del Señor.
3. Santos Progresivamente:
2 Corintios 3:18 “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara
descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos
transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el
Espíritu del Señor.”
1Pedro 1:15-16 “sino, como aquel que os llamó es santo, sed
también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir;
porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.”
2Corintios 7:1 “Así que, amados, puesto que tenemos tales
promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de
espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.”
Aparte de esto, hay un proceso de santificación que es progresivo,
el cual también es cierto para todos aquellos que por gracia
por medio de la fe hemos creído en Él y hemos sido resucitados por
Él a una vida nueva. La Palabra de Dios nos dice que los que estamos
en Cristo somos santos, apartados para Él. La santificación “es
una obra progresiva de Dios…la cual nos hace cada vez más libres
del pecado y más parecidos a Cristo en nuestra vida actual…Si se
considera en unión con la regeneración, la santificación es
instantánea. Si se considera como un proceso, la santificación
es progresiva, ya se tome en sentido de ´hacer lo santo´ o
de
´apartarse de lo no santo´…” Los que creemos en Cristo somos
santos; sin embargo, contrario a la evidencia de la Palabra,
el Catolicismo Romano declara beatos y posteriormente santos a
los
muertos, atribuyéndole además cualidades divinas. A pesar de
la contundencia de la evidencia Bíblica, el hombre decide
declarar
santo al hombre; ahora se le pide a él y se le venera y adora a
él. Todo por mandatos de hombre. Si ven en la definición del
principio
no dice que esto se basa en la Palabra de Dios sino que se
hace porque está “gobernado por los decretos del Papa”.
Más claro imposible. No importa que Dios ha dicho quiénes son los
santos en
la Biblia, se decide por designios humanos desde la época
medieval quién es santo y se le venera y adora como a Dios.
4. Intercesor y Receptor de Veneración y Culto:
1 Timoteo 2:5 “Porque hay un solo Dios, y también un solo
mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre,”
Hebreos 9:15 “Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto,
para que interviniendo muerte para la remisión de las
transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados
reciban la promesa de la herencia eterna.”
Romanos 8:34 “¿Quién es el que condenará? Cristo es el
que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está
a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.”
Éxodo 20:4-5 “4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo
que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las
aguas debajo de la tierra. 5 No te inclinarás a ellas, ni las
honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso…”
Mateo 4:10 “Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito
está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.”
De los versículos anteriores es sumamente claro que el
único mediador es Cristo. ¿Por qué buscar más? ¿Qué acaso Cristo
no es suficiente? ¿Qué acaso no creen que Cristo sea Dios
también que necesitamos de la intercesión de hombres aparte
de la de Cristo? Ahora los santos también son mediadores y no
importa que Cristo haya dicho que Él es el único camino, la
única verdad y la vida. Él es el mediador, él único. Nadie más
puede, todos los demás están muertos. Él está vivo, es Dios y
por eso puede hacerlo. Debemos orar a Dios por medio de Cristo
como Mediador nuestro y adorarlo solo a Él. Los santos de la
iglesia católica son adorados y reverenciados y también son
objeto de oraciones o rezos para que intercedan por ellos. Esa
atribución la tiene solo Cristo por medio de quién tenemos libre
acceso o entrada al trono de la gracia.
La Palabra de Dios prohíbe el hacer imágenes y adorarlas y adorar a
los hombres. Ni siquiera los apóstoles aceptaron ser adoradores;
siempre rindieron toda la gloria al único digno de recibirla.
Siendo Cristo el único Mediador para llegar ante Dios, es
completamente ajeno a la enseñanza Bíblica el adorar a los santos
u orarles como mediadores.
5. “No hay que adorar a los «Santos», ni venerarlos, ni invocarlos.
Por eso no adoramos a los santos celestiales o divinos, ni los
veneramos a lo divino, ni los invocamos, ni los reconocemos como
intercesores y mediadores entre nosotros y el Padre que está
en los cielos. A nosotros nos basta con Dios y el Mediador Cristo, y la
honra, honor y gloria que rendimos a Dios y a su Hijo, como
es debido, a nadie más los daremos; pues Dios ha
dicho expresamente:«…no quiero dar a otro mi gloria…» (Is.42:8) Y
Pedro dice: «…no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres
por el cual seremos salvados…» (Hech.4:12) Quienes por la fe
han hallado paz en ese nombre, solamente se atienen a Cristo.”
Claramente toda enseñanza y práctica
de beatificación/canonización es contraria a lo que la
Biblia sí enseña y demanda. Con mucho respeto lo digo, sin ánimo de
ofender, pero no hay ninguna razón de alegría ni de
esperanza en que otro hombre interceda por mí ante Dios. Si
tengo a Cristo en esa función, ¿qué más necesito? ¿Que acaso
un beato o un santo son omnipresentes como Dios que escuchan
las rogativas de todos sus “fieles”? ¿Acaso un beato o santo es
digno de recibir culto como a Dios? Solo Dios es digno de gloria y
si algo hacemos que no dé la gloria a Él solamente sino que a
alguien más, valdría decir las mismas palabras de Jesús en uno
de los pasajes citados: “Vete, Satanás, porque escrito está: Al
Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.” Esto se resume
básicamente como idolatría, lo cual es pecado. Debemos
defender la verdad y la verdad es Cristo y su Palabra. Todo lo
que sea normas de hombre es nada más que eso. Nosotros
creemos y confiamos en todo el consejo de su Palabra. Es su
Palabra la verdadera vara de medición, el estándar por el cual
debemos regirnos. Su Palabra es verdad, infalible e inerrante. El
hombre falla y cualquier norma puesta por el hombre es falible.
Que la gloria la reciba siempre Dios porque nos ha hecho
santos, apartados para Él; porque podemos venir ante Él y
pedirle que interceda por nosotros ante Dios y porque Él es el
único digno de toda gloria y honor. Todo lo que hizo es por
gracia; no hay mérito en el hombre. La salvación es de Él.