2. *
La falda es una prenda de vestir que cuelga de la cintura y cubre las piernas, al menos en
parte. Tiene sus pares en prendas usadas históricamente por la mujer, como la pollera, el
manteo, la saya o la basquiña. Fabricada en diferentes tejidos, suele presentar forma
cilíndrica o tronco-cónica, y a diferencia de los pantalones no está dividida. Por extensión,
se denominan también faldas o faldones a las telas que cuelgan de la mesa camilla o de
las cunas.
En su versión más sencilla puede ser que un trozo de tela se enrolle hasta la cintura
(pareo, sarong), aunque la mayoría de las faldas son ajustadas en la cintura y más amplias
según se desciende. Dependiendo de las épocas, las modas y el exhibicionismo de quien la
lleve, la longitud de la falda puede ir de poco más que un cinturón, llegar hasta el suelo y
cualquier otra medida intermedia.
Algunas faldas medievales llegaron a tener más de tres metros de diámetro en la base. En
el extremo contrario las minifaldas de los años 60 (y siguientes) son prendas mínimas que
pueden llegar a no cubrir la ropa interior estando sentado, y en casos extremos ni estando
de pie. Para estas últimas se emplea el término de falda-cinturón o microfalda.
3. *
Hacia el siglo XVI, la falda de la gente de pueblo
era una pieza cuadrangular de tela, con un
agujero en el centro, por el que se ajustaba a la
cintura mediante un cinturón o simplemente una
cuerda, de modo que colgaban cuatro picos.
En el Quijote aparece una dueña Trifaldi que, se
explica, tenía la falda triangular con tres picos.
4. *
Durante el siglo XIX los cortes de la faldas en la
cultura occidental sufrieron más variaciones que en
ninguna otra época. La cintura de la falda empezó a
estar situada a la altura del pecho (debajo de los
senos) y fue bajando paulatinamente hasta la cintura.
Al principio fueron bastante estrechas y se fueron
ensanchando hasta llegar a la crinolina, el polisón, el
corsé y el miriñaque (armazones bajo las faldas para
darles volumen). Durante todo el periodo, el bajo
osciló desde debajo de la rodilla hasta el suelo.
5. *
Desde 1915, las faldas de día dejaron de arrastrarse por
el suelo. Durante los siguientes 50 años, las faldas se
volvieron cortas (años 20), luego largas (años 30),
después más cortas (los años de la Segunda Guerra
Mundial), después largas y se volvieron extremadamente
cortas en los años 60, cuando se hicieron tan cortas
como fue posible sin llegar a enseñar la ropa interior, lo
que en aquella época constituía un tabú.
A partir de los 1970 la popularidad de los pantalones
para todo uso ha hecho que ninguna longitud de falda
haya sido dominante, coexistiendo las minifaldas con las
faldas por la rodilla o incluso las faldas largas.
6. *
Aunque en Occidente el uso de la falda entre hombres
generalmente se asocia con actos de travestismo, varias
culturas han preservado en una forma u otra el uso de faldas
masculinas: el kilt de los escoceses, irlandeses y otros pueblos
gaélicos; el pareo tahitiano; el lava-lava de la culturas
polinesias y oceánicas; la fustanella de los griegos y albanos; y
el sarong, que se usa en partes de Asia, en la península Arábiga,
en partes de África y en islas del Pacífico.
El kilt, en particular, goza de gran aceptación en países de
occidente, especialmente el Reino Unido y los Estados Unidos,
donde se lo considera entre muchas comunidades una forma de
celebrar el patrimonio escocés, irlandés y gaélico.