La autora describe su infancia en un pequeño pueblo en Argentina, donde disfrutaba jugando con sus hermanos, primos y amigos. Recuerda con cariño juegos como "a la mamá", "al doctor", en el parque y en la escuela primaria. Ahora juega con sus sobrinos y valora la importancia del juego en el desarrollo y la preparación para la vida adulta.
1. Me llamo Jesica Jimena Fellín, nací en Gobernador Echagüe un
pueblito pequeño que pertenece al departamento Tala. Mi infancia
transcurrió allí, junto a mis hermanos y primos.
Recuerdo el jardín de infantes con mucha alegría y lleno de
colores, los dibujos que hacíamos, los diferentes juegos que realizaba
como: a la mamá, al doctor, a la casita, en el parque a corrernos, entre
otros.
En la escuela primaria con mi maestro Juan Luis, jugábamos al
osito dormilón, al futbol en la cancha del pueblo, en donde
participaban todos los grados, y las maestras nos miraban jugar
sentadas debajo del árbol.
En esa época los juegos de moda eran: la mancha congelada,
la rayuela, el elástico, la payana, amigo invisible, etc.
En mi hogar con una de mis hermanas teníamos una casita
arriba del árbol de granada, allí pasábamos infinitas tardes, porque de
mañana íbamos a la escuela. En la casa de mi amiga verónica
jugábamos a “la casita del mono”, y Recuerdo con mucho cariño los
festejos de sus cumpleaños. Una de sus abuelas nos sentaba en
ronda y jugaba con nosotros al don pirulero.
En la secundaria, se jugaba a las cartas, al vóley, al básquet, al pin
pon de preguntas y respuesta y al ahorcado. Era otra etapa.
Hoy en día vuelvo a jugar con mis sobrinos, los miro y recuerdo
aquellos lindos momentos vividos.
2. Para concluir con esta narración a modo de reflexión pienso que es
muy importante el juego en nuestras vivas. Ya nacemos con el juego
incorporado, cuando somos bebes por ejemplo jugamos con nuestras
manos, nos ponemos los dedos en la boca, o lo que encontremos.
Uno no se da cuenta de esto pero el juego nos prepara para ser
grandes, para tomar decisiones importantes, para estar preparado
para enfrentar cualquier problema, para decidir que queremos ser en
el futuro. Como dice K. Gross “Es una actividad preparatoria de la
vida adulta.”
Con esta evocación del pasado, no puedo dejar de contar los
sentimientos que me producían los olores de mi infancia. Los de tierra
mojada; que significaba que íbamos a cocinar tortas fritas, por ende yo
la ayudaba a mi mamá y jugaba con la masa a hacer distintas formas.
Con respecto de las características del juego, lo articulábamos
libremente, muchas veces inventábamos cosas, por ejemplo cuando
jugaba a ser mamá: uno organizaba todo, quien era la mamá, quien el
papá, que teníamos que decir o hacer. Esto nos provocaba placer,
alegría, nos introducía en un mundo maravilloso lleno de fantasía.
La actitud “como si”, es muy importante ya que nos permite
desplazarnos libremente, en probar una experiencia nueva que
marcará mucho significado en nuestra historia. Por ejemplo cuando
jugaba como si: fuera doctor, curaba a los enfermos, visitaba a los
pacientes en sus casas, etc.
Como si fuera mamá: el formar una familia, tener que organizar la
casa, cocinar para todos, limpiar, entre otras cosas.