2. 1. Amor verdadero: Son legiones las personas que se declaran amantes
apasionados de estos pequeños felinos. Su relación es tan auténtica,
intensa y profunda que no puede expresarse con palabras, y adquiere la
categoría de un inigualable amor con mayúsculas.
2. Los inconvenientes desaparecen: Querer a un gato es un
sentimiento tan poderoso que oculta los problemas que supone su
presencia en el hogar. Así, un dueño enamorado de su gato, que siente
auténtico aprecio por él, no sufre los inconvenientes de
su mantenimiento.
3. 3. Una gran compañía: No sólo puedes observarlos
durante horas, tanto si duermen cual enigmáticas
esfinges como si trastean por la casa jugando y corriendo
de aquí para allá. También es una delicia acariciarlos,
hablarles dulce, sentir su calor sobre tu cuerpo, a los pies
de la cama.
4. Alguien que te necesita y te ama: La
responsabilidad de tener que cuidar una mascota
también tiene su parte positiva. No sólo supone gastos,
cuidados y atención, a la vez nos ayuda a ser más
responsables, a sentirnos importantes para un ser que
depende de nosotros.
4. 5. Aprenden rápido: Aunque los gatos pueden entrenarse, un gato
con todas sus necesidades cubiertas y sin problemas de salud no
precisa de grandes enseñanzas. Todo lo contrario, los mininos
aprenden al vuelo cualquier cosa básica, como dónde rascar, dónde
hacer pipí y popó, etc.
6. Mejoran nuestra salud: Los gatos son algo así como un seguro
de vida para sus dueños. Son numerosos los estudios que han
probado su capacidad para relajarnos y hacernos sentir mejor.
Abrazar a un gato, por ejemplo, reduce nuestra tensión arterial, es
una válvula de escape contra el estrés y ralentiza la frecuencia de las
pulsaciones.