El documento describe el imperialismo en América luego de las independencias de los países latinoamericanos en el siglo XIX. Potencias europeas como Inglaterra y Francia intervinieron frecuentemente en los nuevos estados a través de bloqueos e invasiones, aunque esto no los convirtió formalmente en colonias. La Doctrina Monroe de 1823 estableció que cualquier intervención europea en América sería considerada un acto de agresión que requeriría la intervención de Estados Unidos.