Como enamorado del arte y la vida, me he preguntado por la presencia del vino en el arte. No detrás del arte, entiéndase. Si no, presente y protagonista en lienzos y cuadros. Y de una búsqueda rápida, he encontrado estas cinco obras... que recopilo en esta presentación por si les resulta de curiosidad.

1. El vino en el arte

2. Pablo Picasso
La botella de vino
(1922)
Amante del vino, ya Picasso
dedicó toda una serie de
pinturas a esta bebida con su
característico estilo cubista.
Y es que para este autor, al
igual que para el resto de
artistas de la época, el vino
era pieza central en salones
y reuniones.

3. Joan Miró
“La botella de vino”
(1924)
Referencia en el siglo XX como uno de lo
grandes representantes del surrealismo
español, Miro era un gran apasionado de la
degustación del vino como muchos
intelectuales de la época.
En esta obra en concreto, puede apreciarse
una aparente conexión inconexa entre
dibujos donde están representados una
botella de vino, un volcán, una serpiente con
bigote y una abeja. Su relación es de tipo
poético pero las formas angulares de la
composición permiten visualizar una mesa y
un paisaje indeterminado.

4. Francisco Goya
“La merienda”
(1776)
Fue el primer cartón para tapiz
entregado por Goya a la Real Fábrica
de Santa Bárbara, en Madrid.
Esta obra forma parte de una
composición de diez tapices de
temática campestre, donde también
encontrarán “La vendimia”, otro ejemplo
de cómo el autor ponía al vino en un
lugar protagonista y relacionarlo con la
calma y sosiego.

5. Diego Velázquez
“El triunfo de Baco”
(1629)
Con esta obra, Velázquez, inaugura
una temática recurrente en sus obras
siendo la primera vez que representa
una obra mitológica. Además le dio
la oportunidad de representar uno de
sus primeros desnudos masculinos.
Toda la obra gira alrededor del vino,
representado de una manera
naturalista y estímulo para la
creación poética.

6. Salvador Dalí
“Vaso de vino y bote”
(1904)
«Un verdadero entendido no bebe vino,
saborea sus secretos.» Con esta afirmación
Dalí ya ponía el foco en la estrecha relación
entre el vino y el arte.
Así lo demostró con los numerosos
homenajes del pintor a esta bebida que
podemos catalogar como una de sus musas.
Esta obra en concreto, sin ser una de sus
más representativas, sí dejaba entrever una
de sus debilidades y motivo de inspiración.