Este documento resume un libro titulado "El Colegio del Sótano Maldito" de la serie "Los Sin Miedo" escrito por José María Plaza. Presenta información sobre el autor y breve biografía. Resume la trama del libro sobre un grupo de amigos que investigan misterios, incluyendo uno nuevo en un colegio. Incluye una crítica positiva del pasaje pero que quizás está dirigido a lectores más jóvenes.
1. EL COLEGIO DEL SÓTANO MALDITO
Serie de Los Sin Miedo.
José María Plaza.
Por Claudia Blanco García, María Castaño García, Sofía Criado
Pérez y la colaboración de la clase de 1ºA.
2. ÍNDICE:
1. Hablemos un poco del Autor.
2. Resumen.
3. Nuestra Crítica
3.1 Lo que más nos ha gustado.
3.2 lo que menos nos ha gustado.
4. Un pequeño pasaje.
10. El libro cuenta la historia de unos
inseparables amigos: Álvaro, David, Belén y
Cris. Un grupo al que no se le escapa ningún
misterio que esté a su alcance.
El personaje principal es Álvaro, él es
también el narrador de la historia.
11. En este libro, el grupo, será avisado de un
nuevo misterio que se le presenta a Gracia,
una amiga del campamento de verano.
Además, aparecerá un persona entretenida y
simpática, que te hará reír a lo largo de la
historia: Lluvia.
12. El COLEGIO DEL SÓTANO MALDITO, es uno
de los libros de la colección de LOS SIN
MIEDO. Lee este libro ,y anímate a leer el
resto de la colección… ¡no te arrepentirás!
21. Capítulo 8: Una llamada en
el aire.
No giró la cabeza hasta que no escapó del
sótano. Una vez alcanzado el amplio pasillo
de las clases normales, Cristina se detuvo un
momento y fue entonces cuando pareció
oírme.
Se me acercó y con una boca rígida, que movía
con dificultad, trató de hablarme.
22. -¡Un fantasma! ¡Un fantasma!
-¿Qué?
-He visto…, el fantasma…-no se atrevía a seguir,
igual que si lo estuviera reviviendo.
Tenía los ojos hinchados y la cara arrugada. Me
asusté.
-Explícamelo, anda.
Estábamos en mitad del pasillo, pero Cris no
quería quedarse tan cerca de la puerta que
conducía al sótano.
23. -He visto al fantasma de las amigas de Gracia.
-¿Su fantasma?-exclamé, confuso.
-Sí. Bueno, no el fantasma de ellas, sino el
fantasma de un niño, el que dijeron que
habían visto- y se echó a andar-. ¡Vámonos!
Sus palabras me habían dejado clavado en el
sitio. Era como si me hubiese convertido en
estatua de piedra.