CURSO DE INICIACIÓN Á ASTRONOMÍA Eclipses na Coruña
Catequesis moniciones y cualidades del lector en la misa
1. Monición para explicar
La monición explicativa,
como su nombre lo
indica, tiene como
finalidad explicar un
gesto o una acción
litúrgica que se va a
realizar, sobre todo se
utiliza para aquellos
gestos poco comunes.
¿Cómo Preparar un Guion para la Misa?
¡Primero responderemos que es un Monición?
2. La monición como instrumento pastoral
La Iglesia utiliza las moniciones con fines pastorales, es decir, para hacer
las celebraciones más amenas para los fieles.
Especialmente en aquellas en las cuales se realizan gestos poco usuales
(dícese de ordenaciones de obispos, sacerdotes o la liturgia de semana
santa o “triduo pascual”, la confirmación, Primera Comunión) de manera que
las personas puedan comprender mejor lo que se realiza (por ejemplo la
explicación de la postración o de la bendición de los óleos en la liturgia de
la Misa Crismal).
Características de una Monición
3. Una monición debe ser breve, lo más corta posible. Usando el
principio de la economía de las palabras, y también no decir
nada que se dé por supuesto.
Se pueden realizar moniciones explicativas del texto
bíblico, con el fin de mantener a las personas atentas en
lo que se proclamará.
¿Cómo debe ser una Monición?
A continuación te presento algunas características de una monición que te ayudarán a hacerlas de una
menor manera para tu parroquia:
Brevedad: esto es esencial ya que obliga a quien las elabora a saber decir en pocas palabras lo que en
verdad interesa decir. En mi caso personal, procuro (a veces con poco éxito) que la monición no se lleve
más de tres líneas. Todo lo que pase de es espacio, sale sobrando. Esa es mi norma. Y si se puede menos de
3 líneas, ni que mejor.
Breve
4. Una monición no debe ser utilizada para regañar, ni
para criticar.
No usar palabras oscuras o frases difíciles de
entender.
Todo esto se debe a que una monición debe
disponerte y despertar tu apetito y tu interés en lo
que escucharás en breve.
Claridad: fruto, precisamente, de la brevedad. Las palabras, el lenguaje, las imágenes, los ejemplos,
etc, deben siempre responder a la necesidad de comunicar con exactitud una idea.
Precisión: hay que ir al punto, sin rodeos. La monición no puede perder tiempo divagando las
las ideas. Tiene que hablar de lo que va a hablar y punto. Quien redacta moniciones aprende mucho sobre la
economía de las palabras y el buen uso del lenguaje.
CLARIDAD
NO MORALIZAR
5. Si la persona no está habituada a la lectura en
público haciendo adecuadamente la entonación
y respetando los signos de puntuación es mejor
no hacer moniciones.
Las moniciones en la Misa son una motivación a participar y vivir el Misterio de Cristo celebrado en
la Eucaristía.
No se trata de una introducción, ni resumen de las lecturas o de impartir una profunda catequesis.
Simplemente su finalidad es ambientar e invitar, con comentarios breves, concisos y claros.
Creatividad: porque no se va a hablar directamente de lo que el texto dice, sino con
imágenes, haciendo referencias o utilizando comparaciones. No se trata de decir lo que el texto
va a hablar. Se trata de llamar la atención, de despertar el interés, sin necesidad de hacer
mención al texto en sí.
6. Así que la monición es algo así como un aviso o advertencia (en español estas 2 palabras pueden ser
usadas con connotaciones muy distintas, siendo el aviso algo que nos suena más amistoso que una
advertencia) y el monitor es el guía que recuerda o avisa, el ayudante…o el esclavo.
Bajo estos sencillos presupuestos entremos al tema de nuestro interés: ¿qué son las moniciones en misa a
la Palabra de Dios? Claro que bajo la pregunta sobre “qué son” se esconde y manifiesta el interés de
comprender mejor el “para qué sirven”.
Les adelanto de inmediato mi afirmación central sobre las moniciones:
Las moniciones son breves anuncios del contenido de la Palabra que se proclamará.
Un relámpago te hace caer en la cuenta, una monición te prepara, te dispone, despierta tu apetito y tu
interés en lo que escucharás.
Las moniciones a la Palabra de Dios en misa son útiles y valiosas solo en la medida en que ayudan a
despertar el interés de los oyentes en la Palabra de Dios.
“las moniciones son breves anuncios del contenido de la Palabra que se proclamará.” La palabra
clave es: anuncio.
7. ¿Cómo leer en Misa?- Ejercer el ministerio del
lectorado
Saber leer
La primera condición para proclamar la palabra de Dios, aunque parezca evidente, es saber
leer.
Saber leer implica entonar correctamente, tener una postura corporal adecuada, tener una
intensidad de voz que ayude a la escuche, modular las palabras y mirar a la feligresía de vez
en cuando de manera especial cuando hay signos de puntuación.
Aprender a levantar la mirada mientras se lee para dirigirla a los feligreses es de vital
importancia porque es una forma de vincularlos y tomarlos en cuenta.
¿Leer o proclamar?
He aquí la primera diferencia que hay que
aprender. Porque no es lo mismo leer que
proclamar, y lo que se hace con las lecturas de
la celebración eucarística es proclamar… Se
proclama la palabra de Dios.
Proclamar es declarar en voz alta de forma
solemne con autoridad.
8. Saber usar el micrófono
Bueno, puedes hacer correctamente todo lo
anterior, pero si en la Iglesia no hay un buen
sonido, o se escucha mal, el proceso
evangelizador pierde potencia (fuerza), y si el
sonido está en perfecto estado pero no sé
hablar por el micrófono de tal manera que no
se escucha nada entonces se pierde el
esfuerzo.
:
Leer bien no es fácil
Aquí quiero presentarte un párrafo del libro «Ministerios Laicales» de
José Aldazabal que habla sobre el Tema
No es fácil leer bien.
Leer bien es re-crear, dar vida a un texto, dar
voz a un autor. Es transmitir a la
comunidad de los fieles lo que Dios les quiere
decir hoy, aunque el texto pertenezca a
libros antiguos. Leer es pronunciar palabras,
pero sobre todo decir un mensaje vivo.
En gran medida depend del lector el que los
oyentes se den por enterados y se
dejen interpelar por el Dios que les habla. No
se trata sólo de que todos oigan.
Además deben entender lo que oyen. Más
aún: deben poder captar el sentido del
mensaje, de modo que produzca como un eco
en ellos y se sientan movidos, por el
mismo modo de proclamar la Palabra, a
responderle que sí.
9. Proclamar la palabra es vivirla
También hay que tener en consideración que para poder proclamar la Palabra
hay que hacer un ejercicio de interiorización que no deja de ser importante. Es
por esta razón que la persona que quiera dedicarse el ministerio del lectorado,
ya sea ocasionalmente o preparándose según los intrumentos que le posibilite
la diócesis o la parroquia debe hacer un esfuerzo por vivir y practicar la palabra
de Dios.