1. INMIGRACIÓN ESTADOS UNIDOS
HISTORIA
La historia de la humanidad hace referencia a los grandes movimientos culturales,
económicos, geográficos y políticos que dieron origen a desplazamientos en masa de la
población, tanto espontáneos como forzados.
Las migraciones constituyen un fenómeno demográfico sumamente complejo que
responde a causas diversas y muy difíciles de determinar, en especial porque debido a
las migraciones irregulares o disfrazadas de actividades turísticas o de otra índole, los
datos cuantitativos son difíciles de obtener, especialmente en el caso de los países
subdesarrollados. Las principales causas de las migraciones son:
Causas políticas
Muchas personas que temen a la persecución y venganza políticas abandonan un país
para residenciarse en otro o, al menos, intentan abandonarlo, aunque a menudo pueden
llegar inclusive a perder la vida cuando se trata de regímenes totalitarios. Cuando las
personas emigran por persecuciones políticas en su propio país se habla de exiliados
políticos, como sucedió en el caso de los españoles que huían de la persecución del
gobierno franquista después de la Guerra Civil española. Ejemplos de este último caso
lo representan Juan David García Bacca y Pablo Vila Dinares así como muchos otros
que se dirigieron a otros países.
Causas socioeconómicas
Son las causas fundamentales en cualquier proceso migratorio. De hecho, existe una
relación directa entre desarrollo socioeconómico e inmigración y, por ende, entre
subdesarrollo y emigración. La mayor parte de los que emigran lo hacen por motivos
económicos, buscando un mejor nivel de vida. La situación de hambre y miseria en
muchos países subdesarrollados obliga a muchos emigrantes a arriesgar su vida (y hasta
perderla en multitud de ocasiones), con tal de salir de su situación.
Consecuencias de las migraciones
Las migraciones tienen consecuencias directas e indirectas tanto en los países o áreas de
emigración como en los de inmigración y en ambos casos, pueden tener efectos tanto
positivos como negativos:
Para el lugar de emigración:
Constituyen consecuencias positivas:
2. El alivio de algunos problemas de sobrepoblación
El logro de una mayor homogeneidad cultural o política (los más descontentos son los
que primero emigran, quedando sólo los conformistas, los que suelen estar de acuerdo
con su situación socioeconómica o política)
La disminución de la presión demográfica sobre los recursos
Estas situaciones provocan múltiples problemas en las familias (consecuencias
negativas), que van desde el envejecimiento de la población (por la salida de población
joven en edad de tener hijos), un decaimiento del rendimiento escolar y de la
escolaridad en general (por la disminución general de la matrícula), una disminución de
los ingresos públicos (por la emigración de gente trabajadora), etc. En otros países se ha
tratado de absorber o compartir con los padres la tutela por parte del gobierno, con el fin
de conseguir tener una mayor influencia en la gente joven para formarla al servicio del
Estado.
Para el lugar de inmigración:
Constituyen consecuencias positivas: el rejuvenecimiento de la población; la población
se hace más dispuesta a los cambios (sociales, culturales, técnicos); aportes de capital y
de mano de obra; aportes de nuevas técnicas (innovación tecnológica. Y constituyen
consecuencias negativas: pueden aparecer desequilibrios en cuanto a la estructura por
edad y sexo; introducen una mayor diversidad política, lingüística, religiosa, llegando a
formarse grupos completamente segregados y marginales; perjudica a la conciencia
gremial de la clase trabajadora, ya que los inmigrantes suelen aceptar salarios inferiores
a los de la población local; aumentan las necesidades de servicios, sobre todo,
asistenciales y educativos.
El fenómeno migratorio que ocurre entre México y E.U desde hace ya siglo y medio, ha
producido, y sigue produciendo, múltiples y diversas consecuencias que le imprimen
peculiaridades especiales.
La migración de mexicanos a E.U responde ciertamente a un fenómeno estructural que
se origina por la asimetría entre las economías de ambos países. E influye un proceso
dinámico y sostenido por varias décadas en las que la circularidad de este flujo
migratorio va formando complejas redes de interrelación social que a su vez provocan
que las corrientes migratorias sigan patrones similares de origen y destino.
Por tanto, esta comunidad comprende a varias generaciones de mexicanos de origen,
desde los hijos de esos pobladores de las tierras perdidas, y los que emigraron a partir de
entonces, hasta los que recientemente han cruzado en busca de mejores oportunidades
de vida.
La migración de mexicanos a E.U constituye un fenómeno complejo, con una
prolongada tradición histórica y con raíces estructurales en ambos lados de la frontera.
Varias fuerzas que han contribuido a estructurar este complejo sistema migratorio
destacan: la persistente demanda de mano de obra mexicana en el sector agrícola, el
considerable diferencial salarial, y la tradición migratoria hacia el vecino país del norte,
conformada en el siglo XIX y XX en varias regiones del país.
3. ESFUERZOS GUBERNAMENTALES
La inmigración sigue siendo la pieza más evidente de negocios inconclusos entre
Estados Unidos y México, pues sus relaciones en otros aspectos han progresado
dramáticamente en años recientes.
El resultado más obvio de la apertura mexicana ha sido la continua integración
económica con Estados Unidos. México es ahora el segundo socio comercial más
grande de Estados Unidos, superado únicamente por Canadá, y el flujo de inversión
extranjera directa entre nuestros países ha crecido tan rápido como el comercio. El
número de mexicanos que cruzan la frontera, la mayoría como visitantes temporales, ha
incrementado constantemente. El movimiento de bienes, servicios, capital y personas ha
sido facilitado por mejoras en la infraestructura de carreteras, aeropuertos y
telecomunicaciones. Además, las reformas económicas han preparado el terreno para las
reformas políticas.
La gran excepción a esta tendencia ha sido la política de inmigración. A la vez que ha
promovido comercio más cercano, inversión y lazos políticos con México, el gobierno
estadounidense ha trabajado en vano para mantener un freno al flujo de mano de obra
que llega a través de la frontera.
Para México, la negación de estatus legal significa que millones de ciudadanos
mexicanos vivan en un inframundo legal sin todas las protecciones y vulnerables al
abuso de empleadores y traficantes ilegales. Más de 300 mexicanos mueren cada año
tratando de cruzar ilegalmente la frontera en lugares remotos.
CONCLUSIONES
La inmigración sigue siendo la pieza más evidente de negocios inconclusos entre
Estados Unidos y México, pues sus relaciones en otros aspectos han progresado
dramáticamente en años recientes. Tras décadas de planeamiento estatal y políticas
proteccionistas de "substitución de las importaciones", México empezó en los ochenta a
tornarse hacia políticas económicas más abiertas y con mayor orientación de mercado.
Luego de la crisis de deuda de 1982, México redujo de manera unilateral las barreras
comerciales, liberalizó su economía doméstica e institucionalizó el comercio abierto al
unirse al Acuerdo General de Comercio y Tarifas en 1986 y al Tratado de Libre
Comercio de América del Norte en 1994.
Los Estados Unidos y México comparten una frontera terrestre de 2,000 millas, la más
larga del mundo entre un país industrializado y uno menos desarrollado. Incluso con
una frontera común tan larga, su lejanía y poca accesibilidad mantuvieron el flujo de
trabajadores de México en niveles bajos durante la mayor parte de la historia
estadounidense. La escasez de mano de obra durante la Primera Guerra Mundial y el
4. boom económico de los veinte trajeron la primera migración a gran escala de mexicanos
a Estados Unidos.
La migración mexicana es un proceso complejo impulsado por factores que van más
allá de la diferencia en sueldos entre ambos países. Los trabajadores de los países menos
desarrollados migran a los más ricos para diversificar riesgos y para obtener mayor
acceso al capital; los países pobres como México usualmente tienen mercados de
seguros y de capitales subdesarrollados. Para protegerse de declives en su propia
economía, las familias mandan a un trabajador a un mercado más avanzado para que
envíe remesas-transferencias de efectivo realizadas a través de fronteras internacionales.
Las remesas pueden proveer fondos de inversión para mejorar viviendas, pagar cuentas
médicas y financiar mejoras comunitarias.
La mayor parte de los mexicanos que vienen a los Estados Unidos no lo hacen con
intenciones de radicarse permanentemente; vienen para solucionar problemas
financieros temporales de sus familias, para ahorrar dólares y enviarlos de regreso a sus
hogares en forma de remesas.
Mientras que ha fracasado en el intento de frenar el flujo de trabajadores, la campaña
del gobierno de Estados Unidos en contra de la migración económica de México ha
producido un mundo subterráneo de contrabando, fraude de documentos, y otras
actividades criminales.
Los encargados de hacer política pública en Estados Unidos se enfrentan a tres posibles
opciones en respuesta a la inmigración ilegal. Una sería caerle encima una vez más. El
gobierno federal podría construir un cerco triple de 2,000 millas de San Diego a
Brownsville y reasignar o contratar a decenas de miles de agentes para patrullarlo.
Podría enviar internamente a miles de agentes gubernamentales adicionales para hacer
redadas en negocios, multar a empleadores y cazar y deportar a los millones de
indocumentados que viven y trabajan en Estados Unidos sin importar lo profundo de sus
lazos a sus trabajos, familias y comunidades. Podría obligar a todo ciudadano y no
ciudadano estadounidense a llevar consigo una tarjeta de identificación nacional o a
registrarse en una base de datos nacional como requerimiento previo para ganarse la
vida. Pero esa opción impondría un alto costo en términos de gastos gubernamentales,
producción económica y libertad.
Otra opción sería aceptar el status quo. Podríamos continuar indefinidamente con
millones de personas viviendo acá sin documentos oficiales y cientos de miles entrando
cada año. Millones de trabajadores y sus familias podrían seguir viviendo en las
sombras legales, temerosos de presentarse ante las autoridades, incapaces de disfrutar de
todos los frutos de su trabajo y dudosos de regresar a su patria. El status quo perpetuaría
una economía dual en la que una demanda creciente de trabajadores sería satisfecha por
medio de una oferta subterránea, sueldos artificialmente bajos, y malas condiciones de
trabajo para todos aquellos que están en los escalones más bajos de la pirámide laboral.
El status quo se burla del Estado de Derecho al mantener un sistema migratorio en
conflicto fundamental con las leyes de economía y de aspiraciones legítimas de millones
de personas.
5. Una tercera opción sería arreglar el fallido sistema de inmigración para que se conforme
a las realidades de una sociedad libre y una economía libre y eficiente. Un sistema
legalizado de migración mexicana podría, de un plumazo, traer a la superficie un
enorme mercado subterráneo. Les permitiría a productores estadounidenses en sectores
importantes de la economía contratar a los trabajadores que necesitan para crecer.
Mejoraría los sueldos y condiciones laborales de millones de trabajadores poco
calificados e impulsaría la inversión en capital humano. Liberaría recursos y personal
para la guerra contra el terrorismo. Promovería el desarrollo económico en México y
mejores relaciones con un vecino importante.
El Presidente Obama y los líderes de ambos partidos en el Congreso deben regresar a la
tarea de reformar el disfuncional sistema migratorio de Estados Unidos para hacerlo
económico, humano, y compatible con la manera en que los estadounidenses viven sus
vidas.