La web ha evolucionado de una colección de páginas web estáticas a un universo interconectado de aplicaciones y contenido dinámico e interactivo. A lo largo del tiempo, las tecnologías web como HTML5, CSS3 y WebGL han permitido que los desarrolladores creen nuevas experiencias en la web, impulsadas por una comunidad abierta comprometida con definir estas tecnologías y asegurar su compatibilidad entre navegadores.