Este poema rinde homenaje a los caminos incaicos como el Qhapaq Ñan que conectaba el imperio y transmitía las historias y sufrimientos del pueblo indígena. El poema pide a los caminos que cuenten las penas de los indios caídos y las ruinas abandonadas que fueron combatidas con dolor, reconociendo a los incas como soberanos que forjaron esta red de caminos y naciones unidas.