Una piedra rompió el cristal de la ventana de Arturo y golpeó su cabeza, despertándolo. Adjunto había un mensaje atado a la piedra, que resultó ser una invitación de su amigo Manolo a una nueva aventura, a pesar de que a Arturo no le gustaban ese tipo de cosas. Aunque se quejó, finalmente se vistió e fue a buscar a Manolo.