Este documento narra la historia de un hombre y su maestro espiritual. El maestro predijo que el hombre se casaría con una mujer apasionada con la que sufriría durante 6 años antes de divorciarse, extinguiendo así uno de sus karmas. A pesar de oponerse, esto sucedió tal como fue predicho. Luego, el maestro le aseguró que encontraría a una próxima compañera más espiritual y tranquila, lo cual también se cumplió. A través de estas experiencias, el hombre fortaleció su camino esp
2. Había ya en mi juventud
comenzado a disfrutar de cierta
paz espiritual. Tenía todo lo que
quería, y hasta mi mundo
cotidiano parecía haberse
ordenado…
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Mi maestro y yo visitábamos un monasterio
vedantista de vez en vez, y aunque a mí no
me agradaban las instituciones religiosas,
debía reconocer que en ésta en particular,
había un esbozo de lo que se me había
enseñado: todas las religiones tenían
cabida allí (cristianos, judíos, hindúes...) se
reunían al amanecer a encontrarse cada
cual con su Dios, con o sin forma, pero
todos en el mismo recinto
4. Siempre el swami de aquel lugar,
nos invitaba a nosotros en
particular a compartir el almuerzo,
o la merienda, y a algunos devotos
más antiguos no les gustaba esta
especie de preferencia nueva del
swami por nosotros.
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Mi maestro jamás se dio a conocer
como tal, siempre pasó desapercibido.
Nunca esgrimió su sabiduría, por el
contrario, aunque el swami diese
enseñanzas que él ya había practicado
cientos de años antes, se sentaba a
escucharlo amorosa y humildemente,
como uno más.
6. Luego de un buen tiempo, el swami
me pedía que lo acompañase a
caminar al atardecer. Este hombre,
que no dominaba aún bien el
idioma, gustaba de recorrer las
calles y arboledas, y conversaba
conmigo de muchos temas.
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Cierto día me preguntó: “¿Tiene Ud.
esposa o novia?”. Le contesté que
no. Él, muy contento, me dijo:
“Entonces Ud. podría ser uno de mis
monjes. ¿Le gustaría eso?”. Le
respondí que sí. Me pidió que lo
pensara.
8. Al día siguiente fui muy entusiasmado a
contarle a mi maestro lo sucedido, y él me
dijo: “Conozco, hijo mío, de tus facultades
espirituales, y es muy bueno que sea el
mismo swami quien te ofrezca ordenarte
monje, ya que en general son muchos los
que le piden esto y él rara vez los acepta en
su orden, y comprendo tu alegría porque
amas a Dios”.
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9. Yo le dije que veía en esto una
oportunidad también de
preservarme del mundo y sus
peligros, y construir un karma
positivo para esta vida y las
siguientes.
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10. Con una mirada dulce y paternal, él me
dijo: “No sería bueno que aceptes, pues tú
debes cumplir tu misión en medio del
mundo que conoces, y no apartado en un
monasterio; observa a tus hermanas las
palomas, que no distinguen entre lugares
santos y lugares pecaminosos, y
descienden en ambos por igual. Tú tienes
muchas cosas para hacer en este mundo, y
en este mundo extinguirás tus karmas”.
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11. Con un tanto de tristeza, fui a
decirle al swami que no podía
aceptar, y él me dijo: “Entonces,
¿prefiere Ud. tener novia que estar
aquí?”. Le dije que no, y no le di
más explicaciones, pues ello
implicaba hablar de mi maestro, y
yo no quería revelar su existencia.
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12. Luego de unos meses, mi maestro
insistía mucho en que debía estar con
alguien; que no podía yo en particular
no tener una pareja. Yo no entendía
esto, pues si bien siempre había
añorado poner en práctica el amor
humano, veía en ello una gran
amenaza a mi tranquilidad.
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13. Después de un tiempo, conocí a una
mujer muy apasionada, muy diferente
a mí, pero que me atraía sobremanera.
Comencé a estar con esta persona, y
mis amigos comenzaron a disgustarse
porque no la veían compatible con mi
forma de ser. Algunos hasta me
pidieron que dejase de estar con ella
porque mi forma de ser se estaba
alterando. 13
14. Hablando con mi maestro, me dijo un
día: “Te casarás con esta persona
muy probablemente, aunque quieras
impedirlo no podrás, y conocerás el
dolor y el sufrimiento como nunca
antes. Serán como agua y aceite, y
pasarás alrededor de 6 años para que
realices tu karma. Aunque te
opongas, sufrirás, y no podrás
resistirte”. 14
15. Mi respuesta fue: “¡Jamás!, sabiéndolo de
antemano. ¿Cómo podría yo estar con
alguien así? Me quedaré solo antes que me
suceda esto”. El maestro sonrió y me
repitió que no podría evitarlo.
Inexplicablemente, y dolorosamente, así
fue. Puse en práctica todo lo que mi
corazón sentía, y me casé con ella, y hubo
instantes de alivio, pero no lográbamos
entendernos. 15
16. Ella se oponía totalmente a mi vida
espiritual, y quería una vida común,
con familia, casa e hijos. Ni Dios ni mi
maestro ni mi sendero espiritual
entraban en sus planes. La
convivencia comenzó a hacerse
dolorosa e insostenible, y al cabo de 6
años, nos divorciamos, y mi dolor era
gigantesco.
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Aún así, en medio de los 6 años, nunca dejé
de verme con el maestro, y aunque recibía
condenas y críticas por mi forma de vida
por parte de mi esposa, a quien amaba
muchísimo, perseveré en el camino. Me
molestó mucho que se hubiese cumplido lo
dicho por mi maestro, y hasta en algún
momento pensé que pudo haberlo
impedido.
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Luego de un tiempo, y estando yo ya
solo, y extrañamente más fortalecido y
maduro, me dijo un día: “Hijo, has
amado y perseverado en el amor, aun
cuando se te trataba mal. Has
aprendido a tolerar con paciencia la
naturaleza material y pasional de tu
compañera, y has aprendido a ser
fuerte...”
19. …“Entraste a un bosque en llamas con
tan sólo un vaso de agua, y eso es muy
digno. Te has quemado en el fuego de la
pasionalidad humana, y la has esperado,
deteniendo y retrasando tus pasos para
ver si ella podía atisbar a caminar tan
sólo un poco. Has soportado que no se te
amase, y que se te criticase día a día. Este
karma ya se ha extinguido...”
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Con mi ojos llenos de lágrimas, le
dije: “Maestro, ¿es que no podré ser
feliz al lado de una mujer?” Y él
respondió: “Aunque muy dura ha
sido, esta enseñanza te ha hecho
fuerte. Ésta es la última vez que te
diré algo sobre tu futuro…”
21. …”Tu próxima compañera será una
persona buena y mucho menos
pasional, con una tendencia ya más
espiritual, y que no te pondrá ningún
escollo en el camino interior. Te
respetará, y construirán una vida de
pareja con sencillez y tranquilidad.
Ella aparecerá pronto”.
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Al cabo de unos meses, sin importar cómo,
conocí a la mujer que hoy acompaña mis
días. Y es tal cual el maestro me anticipó.
Pero él jamás volvió a hablarme de tiempos
ni de cosas que me sucederían, ni yo se lo
he pedido. Llevo hoy una vida sencilla,
muchísimo menos dolorosa. Amo el alma
de quien me acompañó esos seis años, pero
ella siguió su camino y yo el mío.
23. Ambos cumplimos la acción inevitable de la
que Krishna habla, y yo, más allá del dolor, sé
que uno de mis tantos karmas se ha disuelto
por la gracia de lo Alto. No trates de
identificarte en este ejemplo, pues cada
historia es útil a la vida de cada quien, y
todos, algunos más y otros menos, debemos
ayudar a Dios y a nuestra alma, en extinguir
los karmas pasados que nos pueden dañar,
para que se realice nuestra evolución según Su
Voluntad.
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