1. Cuento
La familia de Libardo
Elaborado por
Lina Yurany Atehortúa Restrepo
Docente
Luz Dory González Rodríguez
Asignatura
Lengua Materna
Contaduría Pública
Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid
Agosto de 2013
Medellín
2. La Familia de Libardo
Hace algunos años en las lejanías de Antioquia, en una finca llamada la
Herradura, ubicada en lo alto de una colina, vivía la familia de Libardo, él era el
mayordomo, era un hombre de estatura media, de piel trigueña, ojos café oscuro,
robusto aunque lo que más le sobresalía era su barriga, ya estaba un poco sordo,
de temperamento fuerte, y quien usaba su ruana todos los días lo que le permitía
cubrirse del frío; se disponía a ir al pueblo a comprar el mercado para la semana.
Ya eran las 5:00 am cuando ese día que era un domingo Noelia, la esposa de
Libardo, una señora robusta, de estatura media, cabello corto, ojos café y quien
con su amabilidad se levantaba todos los días a despachar a sus hijos y a su
esposo, se encontraba en la cocina que estaba ubicada por fuera de la casa
preparándole la aguapanela a su esposo para que se tomara los tragos porque
ella siempre decía: “los hombres en la cocina huelen a rila de gallina” mientras él
le daba la aguamaza a los marranos.
Minutos después Libardo como era costumbre salió para el pueblo con su hijo
mayor Alfredo quien le seguía todos los pasos a su padre, a comprar el mercado
para la semana, después se fueron para la cantina allí se encontraron con su
compadre Joaquin, Pedro y Ramón y se pusieron a jugar cartas, en medio del
fuerte ruido Samuel que era un hombre delgado, de cabello corto, vestía un
pantalón café y una camisa manga corta y con su sombrero que no le podía faltar,
era el hijo de José el dueño de la Carnicería, le dijo que desde hace varios meses
estaba saliendo con su hija menor Lucia.
Libardo inmediatamente se enfureció y con mucha ira lanzó las cartas al suelo que
volaron por toda la cantina y sacó su machete porqué él tenía q hacer respetar la
honra de su hija.
3. En la cantina se formó una gran pelea, las mayoría de personas que se
encontraban allí salieron corriendo, otros chismosos que no se querían perder ni
un detalle se quedaron y el compadre Joaquín, Pedro, Ramón y Alfredo tenían que
defender a Libardo; sacaron también sus machetes, en ese momento todos
discutían y peleaban porque unos defendían a Libardo y otros a Samuel.
Como todos en el pueblo se conocían, la pelea duro muy poco y Libardo y Alfredo
regresaron caminando rápidamente a casa, él estaba muy molesto y furioso y lo
primero que hizo fue llamar en tono muy fuerte a su esposa Noelia y a su hija
Lucia quien era delgada, de cabello negro y largo, de ojos café, de estatura media;
ellas se encontraban en la cocina preparando la comida en el fogón de leña,
cocinando un delicioso sancocho con la gallina más grande que tenían el
momento de la finca mientras escuchaban la radionovela.
Cuando escucharon la voz de Libardo diciendo: “Mija ya sabes en las que anda tu
hija”, e inmediatamente cogió fuertemente del brazo a Lucia y se quitó la correa
para pegarle, porque él consideraba que de esa forma era como se aprendía, y le
pegó muy fuerte, Lucía solo lloraba tristemente porque no sabía que había pasado
y el motivo por el cual su padre la estaba castigando.
En ese momento llegaron los demás hijos de trabajar en la finca y salieron
corriendo a la cocina, porque escucharon los llantos de Lucia; mientras la
consolaban sintieron que alguien llegaba a la casa, y para sorpresa de todos era
Samuel con sus 12 hermanos y José, quienes llegaron con machetes y palos.
Inmediatamente salió a recibirlos Libardo con su machete que nunca lo
desampara, y todos se quedaron asustados porque no sabía que hacían ellos en
su casa, pero José le gritaba “Espérese hombre, que Samuel quiere hablar con
usted”, entonces Samuel le dijo: “Libardo, escúcheme bien hombre, es que desde
4. hace varios meses yo he visto que su hija Lucia es muy hermosa y lo que quiero
es su autorización para casarme con ella, para vivir juntos por lo menos 200 años”
Libardo se sorprendió por todo lo que había hecho, así que se le acerco y lo
abrazó por los hombros y le dijo: “Hombre Samuel, es q usted sabe que soy un
poco sordo y yo creí que había deshonrado a mi hija, pero como ya está aclarado
el asunto, por supuesto que tiene mi permiso”.
José, sus hijos y toda la familia de Libardo se quedaron en la cocina conversando,
comiéndose el delicioso sancho que entre Lucia y Noelia habían preparado y
festejaron hasta finalizada la tarde por el nuevo matrimonio y por la unión de estas
familias.