2. “No tengáis miedo de salir a la calle
como los primeros apóstoles que
predicaron a Cristo y las buenas noticias
de la salvación”
“Ya no es tiempo para vivir avergonzados
del Evangelio” (Rom 1,16)
El Evangelio no debe de quedar
escondido por miedo o por indiferencia…
3. Jesús salió en busca del hombre y la mujer de
su tiempo
El sostuvo un diálogo abierto y confiado con
ellos, sin tener en cuenta su condición
4. Queridos jóvenes: la Iglesia les manda ir
con la fuerza del Espíritu, a los que
están cerca y a los que están lejos.
Y compartir con ellos la libertad que
encontraron en Cristo.
J.P. II, Denver, 15 Agosto 1993.
5. “Hoy no basta con poner un letrero en la
puerta diciendo:
Este es un hogar católico, no se acepta
propaganda protestante.
Porque los protestantes, los evangélicos
y las sectas ya están dentro del hogar a
través de la TV, de la radio y de la
propaganda persona a persona en la
fábrica.
6. La fe se fortalece dándola… dice el
Santo Padre…
Y no escondiéndonos detrás de la
puerta.
Y pide más:
“No tengáis miedo de salir a la calle…”
Esto no significa ser imprudentes, Jesús
aconseja que antes de emprender la
batalla midamos nuestras fuerzas.
Ármate bien y prepárate
7. El espíritu de la nueva apologética
1.- Nuestra tarea consiste:
En ganar almas, no en vencer batallas.
En librar una especie de lucha espiritual,
no en enzarzarnos en controversias
ideológicas.
En reivindicar y promover el evangelio,
no en reivindicar o promovernos a
nosotros mismos.
8. 2.- Para poder dar razón de su esperanza,
es esencial que los católicos:
Conozcan lo que enseña la Iglesia.
Comprendan esa enseñanza.
Experimenten su fuerza liberadora.
Sepan explicar en forma comprensible la
verdad de la revelación y las enseñanzas
de la Iglesia que provienen de ella.
9. 3.- Con verdad y amor:
“Aquel de vosotros que este sin pecado, que
arroje la primera piedra …”(Jn. 8;7-11)
Una nueva apologética, siguiendo el ejemplo
de Cristo, sabrá combinar la verdad con la
caridad.
La Iglesia tiene que luchar por defender su
enseñanza de manera más clara y
convincente.
Pero se puede ganar una discusión y
perder un alma.
No escucharan la llamada a la conversión
quienes no son respetados como personas.
10. El apologista:
Es un católico:
→Que busca la santidad. Convencido …
→Informado de su fe. “Nadie da lo que no
tiene”
→Confiado de su fe.
→Deseoso de transmitir las razones de su fe.
→Testigo de su fe. “no solo informador”
→Apóstol de su fe. Celo apostólico.
→Coherente con su fe, consciente de que las
palabras mueven, pero el ejemplo arrastra.
→Empático. escucha, comprende, responde;
acoge al otro para ayudarlo.
11. El diálogo del apologista: “sean prudentes
como las serpientes, y sencillos como las palomas”
(Mt. 10;16)
Los 10 pasos del diálogo son:
1. Estudia y prepárate.
2. Conoce sus doctrinas.
3. Aprende lo básico.
4. Prepárate para tener respeto, caridad,
tolerancia y amor al prójimo.
5. Comienza orando.
6. Toma la iniciativa.
7. “Bájalo del ring”: Pregunta.
8. Deja actuar a Dios.
9. Ama la verdad.
10. Invítalo a tu parroquia.
Y ahora … ¡lánzate!.Y ahora … ¡lánzate!.
12. 1. Estudia y prepárate
• Para la batalla de la fe hay que estar
armados
• No puedes dar razón de tu fe sin
conocerla y haberla entenidido
• El C.E.C. Y la Biblia, son las fuentes a las
que hay que recurrir
• Hay que reflexionar sobre la fe, hay que
estar al día sobre la problemática de las
comunidades que hay que visitar
13. 2. Conoce sus doctrinas
• La doctrina de los evangélicos y otros
grupos protestantes es como el queso
gruyere, sabe bien, pero esta llena de
agujeros
• Afirman que basta la sola Biblia para
conocer la verdad, pero la Biblia dice
que debemos creer no solo en lo escrito,
sino también lo enseñado de viva voz
(Leer Tesalonicenses 2, 15)
14. Las tácticas del diálogo:
1. No te pongas enfrente, ponte de su
lado.
2. No discutas ideas, baja a la práctica.
3. Busca afirmar mas que contradecir.
4. Antes de jalar el anzuelo deja que
muerda la carnada.
5. No busques vencer, sino convencer.
Recuerda que la fuerza de las sectas
está en el silencio y pasividad de los
católicos
15. • Hay que alcanzar la medida de la plenitud
de Cristo, a la que estamos llamados a
llegar para ser realmente adultos en la fe
• No deberíamos quedarnos como niños en
la fe, en estado de minoría de edad
• ¿Qué significa ser niños en la fe?
• S. Pablo responde: significa ser llevados a
la deriva y zarandeados por cualquier
viento de doctrina (Ef 4,14)