2. Edificio Kavanagh
Fue el rascacielos más alto de
Sudamérica –inaugurado en 1936– , y
el primer edificio para viviendas de
Buenos Aires que contó con equipo de
aire acondicionado centralizado. Hoy
es un símbolo arquitectónico de la
ciudad. En 1999 fue declarado
Monumento Histórico Nacional y
Patrimonio Mundial de la Modernidad
por la Unesco.
3. No hi ha somnis
impossibles
El edificio ubicado en la avenida
Rivadavia y Ayacucho, es obra de
Eduardo Rodríguez Ortega, con una
evidente influencia de nAntonio Gaudí.
Se construyo en 1907 y rinde
homenaje al arquitecto catalán, con la
leyenda No hi ha somnis
impossibles en su cúpula y algunos
ornamentos que son réplicas a escala
de la Puerta del Dragón de la Finca
Güell y de la Casa Battló.
4. Teatro Colón
Uno de los teatros líricos más
importantes del mundo, esta sede fue
inaugurada en 1908 y recientemente
restaurado. Cuenta con una acústica
envidiable y salas ricamente
ornamentadas. Mención especial
merece la cúpula decorada por el
pintor argentino Raúl Soldi.
5. Café Tortoni
Bar mítico y el más antiguo de la
ciudad, fundado en 1858. Su fachada
es ogra del arquitecto Alejandro
Christophersen, Además de sus
espectáculos de jazz y tango, es
famoso por su clientela a lo largo de
los años: Jorge Luis Borges, Federico
García Lorca, Julio Cortázar, Carlos
Gardel...
6. Centro Cultural
Kirchner
El edificio histórico de Correos,
edificado en 1890 según un
proyecto del francés Norbert
Maillart, acoge hoy un espacio
moderno dedicado a las artes
visuales y escénicas. Fue
declarado Monumento y
patrimonio Histórico Nacional y
reabrió sus puertas en 2005 tras
una profunda remodelación.
7. Edificio
Estrugamou
Uno de los mejores ejemplos de la
arquitectura señorial de la primera
mitad del siglo XX, situado en el Barrio
de Retiro. El proyecto, de los
arquitectos Eduardo Sauze y Auguste
Hugier, incluye materiales de alta
calidad, herrajes y mármoles, todo de
aires afrancesados, para decorar este
edificio de viviendas para familias
adineradas de la época.
8. Palacio Barolo
Proyectado por Mario Palanti en 1923
fue el primer edificio de hormigón
armado de la ciudad. Destaca, en el
barrio de Montserrat, por sus tintes
indios y sus referencias a la Divina
Comedia de Dante Alighieri. Uno de
sus grandes atractivos es el faro
giratorio en la planta 22.