1. http://www.frasesypensamientos.com.ar/frases-de-desconfianza.html
Desconfianza
Falta de confianza o de esperanza en una persona o cosa: desconfianza sobre sus dichos.
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Frases de desconfianza
Tu desconfianza me inquieta y tu silencio me ofende. Miguel de Unamuno
¿Qué soledad es más solitaria que la desconfianza? Mary Ann Evans
La aparición de la fuerza inclina a la desconfianza. Si deseas
convencerme, suelta el palo, y si alzas el palo, sobran los discursos. Con
las armas no se afirma la realidad: se la viola.
Rafael Barrett
Todos los locos están siempre armados de una continua desconfianza. Luigi Pirandello
El celo, hijo de la desconfianza, es hermano de la credulidad. Ignacio Manuel Altamirano
http://www.proverbia.net/citastema.asp?tematica=718
Desconfianza
Debemos desconfiar unos de otros. Es nuestra única defensa contra la traición.
Tennessee Williams (1911-1983)
Dramaturgo estadounidense.
Debemos desconfiar unos de otros. Es nuestra única defensa contra la traición.
Tennessee Williams (1911-1983)
Dramaturgo estadounidense.
Desconfía de la persona que lo ve todo bien, y de aquel que lo ve todo mal.
Johann Kaspar Lavater (1741-1801)
Filósofo, poeta y teólogo suizo.
La desconfianza es madre de la seguridad.
Aristófanes (444 AC-385 AC)
Dramaturgo griego.
¿Qué soledad es más solitaria que la desconfianza?
George Eliot (1819-1880)
Seudónimo de Mary Anne Evans.
Novelista británica.
La desconfianza es una señal de debilidad.
Indira Gandhi (1917-1984)
Estadista y política hindú.
3. DESCONFIANZA
Todos hemos desconfiado de otras personas alguna vez. Pensamos mal de los demás, una frase suya,
una mirada, nos sugieren todo un mundo de ideas y no siempre buenas. Algunas de esas ideas, por
desgracia, corresponderán a la realidad, otras sin embargo no. Esta es una situación más o menos
habitual que puede dar pie a malos entendidos que necesitan aclararse pero no trascienden más.
El problema puede aparecer cuando la persona da por hecho que los demás se van a aprovechar de
ellos, les van a hacer daño o les van a engañar.
Frecuentemente, sienten que han sido ofendidos profunda e irreversiblemente por otra persona. Están
preocupados por dudas no justificadas acerca de la lealtad o fidelidad de sus amigos y socios, cuyos
actos son escrutados minuciosamente en busca de pruebas de intenciones hostiles.
Las personas con este tipo de problemas son reacios a confiar o intimar con los demás porque temen
que la información que compartan sea utilizada en su contra. Pueden negarse a contestar preguntas
personales diciendo que esa información "no es asunto de los demás". En las observaciones o los
hechos más inocentes vislumbran significados ocultos que son degradantes o amenazantes.
Alguien así, puede malinterpretar un error legítimo de un dependiente de una tienda con un intento
deliberado de no dar bien el cambio o puede ver una observación humorística de un compañero de
trabajo como si fuera un ataque en toda regla. Los halagos son frecuentemente malinterpretados. Por
ejemplo, un elogio de algo que acaban de comprar puede malinterpretarse como una crítica por ser
egoísta.
Pueden ver una oferta de ayuda como una crítica en el sentido de que no lo están haciendo
suficientemente bien ellos solos.
Las personas con este trastorno suelen albergar rencores y son incapaces de olvidar los insultos,
injurias o desprecios de que creen haber sido objeto. El menor desprecio provoca una gran hostilidad,
que persiste durante mucho tiempo. Puesto que siempre están pendientes de las malas intenciones de
los demás, sienten a menudo que su persona o su reputación han sido atacadas o que se les ha
mostrado desconsideración de alguna otra amanera.
Contraatacan con rapidez y reaccionan con ira ante los ultrajes que perciben . Son personas con las
que generalmente es difícil llevarse bien y suelen tener problemas de relaciones personales. Su
suspicacia y hostilidad excesivas pueden expresarse mediante las protestas directas, las quejas
recurrentes o por un distanciamiento silencioso claramente hostil.
Puesto que están excesivamente atentos a las posibles amenazas, pueden comportarse de forma
cautelosa, reservada o tortuosa y aparentan ser "fríos" y no tener sentimientos de compasión. Aunque
a veces parecen objetivos, racionales y no emotivos, con mayor frecuencia se muestran obstinados,
hostiles e irónicos, lo que a su vez sirve al sujeto para confirmar sus expectativas iniciales.
SILVIA BAUTISTA
Publicado en MadridSureste, Julio de 1.998
http://angelorum.blogspot.com.ar/2012/02/ya-nadie-cree-en-las-buenas-intenciones.html
4. martes, febrero 07, 2012
Ya nadie cree en las buenas intenciones
Estoy harto de la actitud del común de las personas de sospechar una mala intención ante cualquier acto de
bondad fuera de lo normal. ¿Y qué es lo normal? Que nadie se interese por nadie, que cada uno busque su
propio beneficio egoísta, que nada sea hecho sin que el que lo hace salga ganando algo. Entonces, cualquier
acto de bondad podría considerarse "fuera de lo normal".
Hagan la prueba. Vean a alguien llorando alguna calle de alguna ciudad, y acérquense a preguntarle qué le pasa.
Más de alguno pensará que el supuesto interesado solo se acerca para ver si puede robarle algo. O si el que se
acerca es hombre y la que llora es mujer, que desea aprovechar su pena para poder cogérsela.
"Todos son malvados, todos traman algo, todos quieren algo de los demás". Siento repugancia por esa forma de
pensar tan baja y detestable. Siento pena por el que quiere ayudar a un desconocido, porque será mirado con
recelo. Siento pena por el que quiere entablar conversación con alguien del sexo opuesto en algún lugar casual,
porque será tildado de sinverguenza. Siento pena por el que se preocupa por otro, porque lo tacharán de
interesado. Saluda a alguien que no conozcas de forma amable y pensarán que eres un cínico.
Estoy hastiado de la gente que ha dejado de creer que existen personas sin malas intenciones. ¿Qué tipo de
personas serán esas, que desconfían de todo y de todos? Las mejores de seguro que no son.
¿Y qué pasa con quienes quieren ser sinceros, aquellos que olvidan que siempre habrá quien querrá ver maldad
incluso donde no la hay ? ¿Qué pasa con aquellos que solo son como son, que si quieren lo dicen y lo
demuestran, porque simplemente así es como lo sienten? ¿Dónde terminarán? Arrojados en el mismo campo de
desechos junto con los verdaderos hipócritas, mentirosos y embaucadores. A fin de cuentas, parece que a nadie
le importara la direfencia entre los que son y los que parecen.
¿Acaso hemos llegado a tal decadencia que no podemos creer que detrás de una buena actitud y una sonrisa, no
haya algún motivo perverso que se quiere ocultar?
¿Acaso si nos hacemos amigos de alguien adinerado, eso significa que queremos su dinero? ¿Y si invitamos a
alguien a una cerveza, significa que solo lo hacemos para no estar solos? ¿Y si llegamos a tenerle cariño a
alguien de edad menor o mayor que nososotros, que queremos aprovecharnos de su inocencia o de su soledad?
¿Y si conocemos a alguien importante, que nos interesan sus contactos?
Es interesante que cada actitud poco usual corre el riesgo de ser clasificada como reprobable. Bien dijo aquel
que escribió que ir en contra del pensamiento de los que nos rodean puede ser el acto de valor más grande que
un hombre puede realizar.
Hay cada vez menos personas de verdad. Y las pocas que quedan posiblemente terminen siendo medidas con la
misma vara con que se califica a la gente falsa. Y poco importará gritar que uno no es así. A fin de cuentas las
personas son tan ciegas y tienen tanto miedo que preferirán asegurarse.
Y me permito en este día incumplir nuevamente la obligación de ser feliz. Y de perder la fe, al menos por un
instante, en la gente. Al menos en la mayoría de las personas. Tal vez tú que lees has hecho lo mismo,
estimad@ lector. Tal vez yo también, aunque honestamente, no lo recuerdo.
Publicado por Angelorum en 18:57
http://carolinagg.wordpress.com/2010/03/21/la-desconfianza-el-mayor-enemigo-de-las-relaciones-interpersonales/
5. La desconfianza: el mayor enemigo de las relaciones interpersonales
Posted on marzo 21, 2010
Muchas veces es más díficl entablar relaciones personales en las grandes ciudades que en los pequeños pueblos, tal vez porque es más
díficl conocer a gente nueva o porque simplemente el confiar en los demás parece una ardua tarea en el siglo XXI.
Todos hemos desconfiado de otras personas alguna vez.
La desconfianza provoca que pensemos mal de los demás y simplemente con una frase suya, una mirada, nos provocan un cumulo de
ideas y pensamientos que no siempre son buenos.
La desconfianza muchas veces tiene su base en un pensamiento irracional que puede llevar a malentendidos y sufrimiento gratuito
dentro de la pareja.
Por lo que el problema fundamental puede aparecer cuando la persona da por hecho que les van a hacer daño o les van a engañar.
Las personas desconfiadas están continuamente preocupadas por dudas no justificadas acerca de la lealtad o fidelidad de sus parejas,
cuyos actos son analizados minuciosamente en busca de pruebas de intenciones hostiles.
¿Qué características tienen las personas desconfiadas?
Las personas con este tipo de problemas son reacias a confiar o intimar con los demás porque temen que la información que
compartan sea utilizada en su contra.
Suelen negarse a contestar preguntas personales diciendo que esa información “no es asunto de los demás”.
Incluso estas personas suelen malinterpretar los piropos y pueden ver una oferta de ayuda como una crítica en el sentido de que no lo
están haciendo suficientemente bien ellos solos.
Las personas con este trastorno suelen albergar rencores y son incapaces de olvidar los insultos.
Son personas con las que generalmente es difícil llevarse bien y suelen tener problemas de relaciones personales
¿Cómo se defiende un desconfiado?
Contraatacan con rapidez y reaccionan con ira ante los ataques que perciben.
Sus dos armas favoritas son la suspicacia y la hostilidad excesivas expresándolas mediante las protestas directas, las quejas
recurrentes o por un distanciamiento silencioso claramente hostil.
Ser desconfiado tiene consecuencias negativas no sólo para su entorno, ya que son personas difíciles de llevar y sobre todo en pareja,
sino también a ellos mismos ya que les supone un muro que les impide relacionarse adecuada y sanamente con los demás y amar
libremente sin complejos ni inseguridades.
http://ivandemarco2006.blogspot.com.ar/2012/07/si-bien-ladesconfianza-es-la-madre-de.html
6. Si bien la desconfianza es la madre de la seguridad: // Donde gobierna la desconfianza, no puede
reinar el amor. // La amistad termina donde la desconfianza empieza. // Las dudas se siembran en
la desconfianza y se cultivan con el desamor. // Tu desconfianza me inquieta. // Yo confié en ti y
pensé que tú también lo hacías, pero ahora veo con dolor que todo fue un error. // Tu silencio
me ofende.
Todos hemos desconfiado de otras personas alguna vez. Pensamos mal de los demás, una frase
suya, una mirada, nos sugieren todo un mundo de ideas y no siempre buenas. Algunas de esas
ideas, por desgracia, corresponderán a la realidad, otras sin embargo no.
Esta es una situación más o menos habitual, que puede dar pie a malos entendidos que
necesitan aclararse para que no trascienden más.
El problema puede aparecer cuando la persona da por hecho que los demás se van a aprovechar
de ellos, les van a hacer daño o los van a engañar.
Frecuentemente, sienten que han sido ofendidos profunda e irreversiblemente por otra persona.
Están preocupados por dudas no justificadas acerca de la lealtad o fidelidad de esas personas,
cuyos actos son escrutados minuciosamente en busca de pruebas de intenciones de todo tipo.
Las personas con este tipo de problemas son reacias a confiar o intimar con los demás, porque
temen que la información que compartan sea utilizada en su contra.
Pueden negarse a contestar preguntas personales diciendo que esa información "no es asunto
de los demás".
En las observaciones o los hechos más inocentes vislumbran significados ocultos que son
degradantes o amenazantes.
Alguien así, puede malinterpretar un error legítimo en un intento deliberado de no bien o puede
ver una observación humorística como si fuera un ataque en toda regla.
Los halagos son frecuentemente malinterpretados.
Por ejemplo, un elogio de algo puede malinterpretarse de diferentes formas.
Pueden ver una oferta de ayuda como una duda en sentido de que no lo están haciendo
suficientemente bien ellos solos.
Las personas con este trastorno suelen albergar rencores y son incapaces de olvidar los insultos,
injurias, traiciónes o desprecios de que creen haber sido objeto.
El menor desprecio provoca una gran hostilidad, que persiste durante mucho tiempo.
Puesto que siempre están pendientes de las malas intenciones de los demás, sienten a menudo
que su persona o su reputación han sido atacadas o que se les ha mostrado desconsideración de
alguna otra amanera.
Contraatacan con rapidez y reaccionan con ira ante los ultrajes que perciben.
Son personas con las que generalmente es difícil llevarse bien y suelen tener problemas de
relaciones personales.
Su suspicacia y hostilidad excesivas pueden expresarse mediante las protestas directas, las
quejas recurrentes o por un distanciamiento silencioso claramente hostil.
Puesto que están excesivamente atentos a las posibles amenazas, pueden comportarse de
forma cautelosa, reservada o tortuosa y aparentan ser "fríos" y no tener sentimientos de
compasión.
Aunque a veces parecen objetivos, racionales y no emotivos, con mayor frecuencia se muestran
obstinados, hostiles e irónicos, lo que a su vez sirve al sujeto para confirmar sus expectativas
iniciales.
La destrucción.
7. La desconfianza es un sentimiento de inseguridad que dificulta las relaciones y, en los casos más
extremos, puede llevar al individuo al aislamiento. La desconfianza es un pariente cercano del
miedo: De hecho es uno de sus principales fundamentos.
Se trata de un sentimiento con un alto contenido limitador, al igual que el miedo o
la vergüenza, y que esconde la vulnerabilidad que habitualmente descansa en una baja
autoestima.
La desconfianza también encierra una escasa capacidad asertiva para enfrentarse con éxito a
cualquier situación cotidiana de interrelación social o sentimental.
Igualmente, la desconfianza cierra las puertas a la posibilidad de ponerse en la piel de los
demás; la empatía necesaria para comprender las motivaciones y los sentimientos de sus
semejantes, lo que en definitiva se traduce en no ser capaz de confiar en ellos.
Desconfianza destructiva
Si la confianza es tan importante en una relación personal en ámbitos profesionales es por algo
muy sencillo: la desconfianza puede ser un factor crítico para la ruptura de cualquier tipo de
relación personal… y profesional.
El que otros muestren sospechas por algo que vamos a realizar y para lo que nos sentimos
preparados nos genera desconcierto.
La desconfianza destructiva es aquella que genera un desencanto porque, aquí más que nunca,
la duda ofende.
Desconfianza destructiva recíproca:
Las relaciones basadas en la desconfianza destructiva tienden a la enemistad eterna, al
distanciamiento y al conflicto entre las partes.
Desconfianza constructiva
Supone no conceder credibilidad a la otra persona en aquello en lo que la otra persona no es
suficientemente competente.
La desconfianza es constructiva cuando la otra persona es consciente de su incompetencia… y lo
reconoce.
Hay una puesta en común de este hecho y se trabaja conjuntamente para construir soluciones
que puedan atajar el asunto.
El problema viene cuando la persona pasa de ser incompetente a ser competente, la
desconfianza persiste… y se vuelve destructiva.
Desconfianza constructiva recíproca:
Por muy constructiva que sea, la desconfianza pasa factura.
Genera un tipo de relación perniciosa, la típica entre jefe y empleado, porque se ejerce una
dirección intrusiva por el primero que elimina la autonomía y libertad necesarias para emprender
con confianza (en sí mismo) lo que tenga que emprender el segundo en cuestion (suena mal,
pero es así).
http://www.desmotivaciones.es