1. Sor María Micaela del Niño Jesús de Praga<br />Huarcaya Martínez<br /> <br />1524079375Cotahuasi es una palabra que proviene del quechua, (ccoto «reunión» y wasi «casa»). Se puede traducir como un conjunto o reunión de casas. Este es un distrito de la provincia de La Unión, en Arequipa – Perú. <br />Cotahuasi es un valle, un ramillete de pueblos, decenas de andenes. Una catarata, un par de puentes colgantes, un bosque de puyas y cactus; ruinas y chullpas, waris e incas, prehispánicas e históricas; pero sobre todo un cañón, gigantesco, enorme y fabuloso: es el cañón más profundo del mundo con 3,535 metros de profundidad. Completan este paisaje y parecen muy cercanos a las pupilas, el volcán Coropuna (6.445 m.) y el Solimana (6,117 m.) nevados de imponente belleza, además una variada vegetación, que crece entre los 1,000 y los 6,100 metros de altura. Así de sorprendente es esta geografía arequipeña, cortada por ríos poderosos, quebradas trepidantes y profundos abismos; y las poblaciones –ajenas al paso del tiempo- conservan su antiguo semblante.<br />Sus orígenes se remontan a 10,000 años atrás, cuando un grupo de hombres y mujeres andinos se asentaron en la zona. La región sería conquistada por waris, chancas e incas, estos últimos bautizaron a los poblados con nombres quechuas, los cuales perduran hasta hoy, al igual que muchas de sus costumbres y antiguas tradiciones. <br />En este pequeño edén de majestuosidad y belleza natural nació Maximiana Jesús el 1 de octubre de 1920, en el hogar de Gregorio Huarcaya y Dolores Martínez sus queridos padres. Recibió las aguas bautismales en la Iglesia de Santa Marta en Arequipa. <br /> <br />Su vida tuvo siempre la discreción, la simplicidad, la hermosura y la profundidad de la geografía dibujada por Dios en el lugar donde nació. Como los ríos que surcan la tierra buscando su cauce encontramos a Maximiana Jesús en la primavera de su madurez, sintiendo la llamada poderosa del Señor Jesús que resuena en su corazón con la fuerza de la catarata de agua que cae queriendo penetrar el corazón de la tierra y con la misma rapidez y frescura del agua que cae, ella, lo deja todo para seguirle para siempre… atrás quedarán los altos nevados, el valle hermoso sembrado siempre de verde esperanza, las puyas que se levantan queriendo alcanzar el cielo; y como el cóndor que alza el vuelo dejándose guiar por el viento, llegará hasta Lima para poner a derecho su corazón que se ha enamorado de Dios que es como el sol que lo ilumina todo, sol fuerte en el cenit, el sol sin ocaso y la belleza sin fin.<br /> <br />En el año 1953, ya en Lima, Capital de la República guiada por el Dueño de la llamada que nunca engaña al corazón, ingresa a la Congregación el 24 de mayo como postulante. En el mes de noviembre de ese mismo año, seis meses después, toma el santo hábito dominicano, comenzando su noviciado con el nombre de sor María Micaela del Niño Jesús de Praga. Hace honor a su nombre de pila que llevaba más que en el nombre en el corazón, pues siempre permaneció con un corazón de niño quien todo lo ve con transparencia y sin doblez, con pureza de intención, con esperanza contagiante y con alegría sin igual.<br /> <br />El 25 de marzo de 1956 fiesta de la Anunciación del Señor, hizo su primera Profesión, prometiendo vivir en Obediencia, como quien se consagra a Dios para toda la vida, en la Congregación de las Hermanas Dominicas de la Inmaculada Concepción.<br />En abril de 1959 hizo su profesión perpetua respondiendo al Ven y Sígueme que escuchó su oído y supo hacer eco en la piel y en la vida, sin pensarlo dos veces.<br /> <br />El nombre de su pueblo significa reunión o conjunto de casas, pero ella aprendió que más que conjunto de casas, era conjunto de hermanos, reunión de corazones, comunidad; por eso aportó siempre la nota de la fraternidad y la alegría de quien siempre piensa en el tú y en el nosotros antes que en primera persona para construir la comunidad. <br /> <br />En la geografía de la tierra que la vio nacer aprendió a descubrir que Dios es muy grande y muy hermoso, -más que el cañón más profundo del mundo y el volcán más alto del Perú- y que está en la naturaleza y en todo lugar, en una flor que puede brotar a la orilla de un río, o en un manantial limpísimo o en una simple maceta del balcón, la que su mano supo cuidar, regar y acariciar. Y es que las almas grandes saben mirar lo pequeño, y descubrir en una flor silvestre no solo el color, sino la tersura, la belleza, la perfección y el tenue perfume que dejó la mano del hacedor, y que todas las flores del jardín tienen un lugar y todas son miradas por Dios; por eso como flor silvestre de fragancia suave y discreta supo perfumar la vida de la comunidad con su servicio, su silencio, su sonrisa y su buen humor.<br /> <br />Los andenes siempre verdes de Cotahuasi, sembrados por la mano trabajadora de su gente, la hizo laboriosa en el trabajo, siempre pronta en la tarea; sabía que la cooperación humana en el trabajo completa la tarea del Creador y que el sol con su calor hace que en el lecho del surco, muera y resucite la semilla en una plantita nueva que trae alimento, esperanza y flor.<br /> <br />Por la Luz del sol que se levanta muy temprano detrás de la cordillera o por la fuerza de su esplendor en el cenit del mediodía que le hablaban tanto de la vida, o por alguna nostalgia ancestral -no sabemos- se llamaba a sí misma, con una sonrisa de complicidad, “la hija del Sol”; ahora se sabía amada por el Sol que es Cristo Luz que rompe toda tiniebla del no amor, por el Sol sin ocaso del amor pleno de Dios Padre que es toda claridad, su Sol Eucarístico, a quién aprendió a adorar en el tabernáculo y a celebrar con silencio reverente en la Misa diaria. Sus pasos en la capilla siempre fueron silenciosos, como la brisa suave de la primavera que apenas toca la corola de las flores, o como la aurora tempranera del verano en la sierra. <br />Como buena hija de María Inmaculada nunca le faltó el rosario en sus manos, ni en su oración, supo contemplar los misterios de la vida de Jesús y de María, en esta oración que es para el sabio como para el sencillo, para el niño y para el adulto mayor; pero sobre todo para los que se confían al corazón de la Madre de Dios.<br /> <br />El 25 de marzo del 2006, la palabra Fidelidad quedó tallada con letras de oro en su historia personal y en la Historia de nuestra familia DIC: celebró 50 años de Consagración Religiosa. Hermosa azucena de fragancia dominicana, ofrenda de obediencia y crisol de caridad que se dona por la humanidad. <br />El 25 de agosto del 2011 en el mes de Rosa de Lima, de Domingo de Guzmán, de Juana de Aza, de Jacinto de Polonia, esta pequeña flor del jardín de la Provincia Santa Rosa pasó a adornar el Jardín Divino con el multicolor y la primavera de su vida de fraternidad y sencillez; con la exuberancia y la fecundidad de su discreción, prudencia, silencio y humildad. Ella Predicó la verdad con su vida de oración confiada, con su sencillez probada en la fragua de todos los días y con la fraternidad hecha respeto por la persona humana y cariño por las hermanas. <br />Como buena hija de Eduviges supo portar la Luz de Cristo, con la transparencia de su vida, dejó pasar por ella como límpido cristal la luz de Cristo para los hermanos. <br />La Hija del Sol vuelve a su Padre Dios que es Sol sin ocaso y Luz sin final; sabiéndose amada por la inmensidad del Padre Dios que es el Rey de toda la creación; en su corazón hecho de simplicidad y mansedumbre, se sabe, verdadera Princesa hija del Rey, una hermosa flor silvestre de color y perfume propio que siempre estuvo cerca del Sagrario perfumando al Rey de Reyes con su fiat diario y siempre cerca de sus hermanas perfumando con la caridad a la comunidad.<br />Gracias querida Mikita por tu vida, por tu santa perseverancia, por ser una hermosa flor en el jardín de nuestra Provincia Santa Rosa; gracias por adornar ahora el jardín celestial. Muchas Gracias.<br /> <br />