1. 8 DE MARZO “DIA DE LA MUJER”
Momento Para Reflexionar…
Mtra. María Candelaria May Novelo.
MAYAON, AC.
Nos denominaron, y aún nos denominan “sexo débil”, “halago”
generalmente expresado por el sexo masculino, sin embargo las mujeres a
lo largo de diversas épocas y más aún en los últimos años hemos
demostrado que de débiles no tenemos nada sino que en realidad
carecíamos de oportunidades para demostrar nuestras competencias,
prueba de ello son las mujeres que ocupan lugares relevantes en distintos
aspectos de esta cambiante sociedad, han incursionado y con éxito, en
varios espacios que concebían inimaginable la presencia de una mujer,
acción lograda a pesar de las barreras que el género contrario impuso, son
muchas las historias exitosas y pudieran ser ejemplo para otras tantas
mujeres, sin embargo en estas líneas no quiero retomar las historias de
quienes han tenido la fortuna de lograr sus metas y sus sueños, y se que en
solidaridad con las de nuestro género estarán de acuerdo en que en este día
sirva este texto para alzar la voz a favor de nuestras hermanas que viven en
situaciones de violencia en sus casas, sus centros de trabajo, en la calle, etc
Hoy, considero, que hablando con justicia las mujeres no tenemos mucho
que celebrar, dadas las condiciones de vida de muchas de las nuestras, sino
que debe ser este día motivo de reflexión y de unión de voluntades para
solicitar a nuestras autoridades y a la sociedad en general el respeto pleno
de nuestros derechos. Ciertamente este 8 de marzo “Día de la Mujer” no
podemos celebrar “nuestro día” cuando muchas mujeres amanecieron
enfermas y algunas a punto de morir por no haber tenido la oportunidad de
recibir la atención médica adecuada, cuando muchas otras tienen que dejar
a sus hijos solos en casa para ir en búsqueda de unos cuántos pesos para
mitigar el hambre, ante la ausencia de un padre responsable; cuando
muchas “celebraran” su día con ofensas, golpes y humillaciones de quien
menos deben recibirlo: de sus esposos, hijos o familiares; cuando muchas
niñas, adolescentes o incluso ancianas han sido o serán víctimas de abuso
sexual, situación que vulnera una vida en su totalidad.
¿Podremos celebrar si hay mujeres de la tercera edad abandonadas por su
familia? ¿Cuándo muchas otras están en casa y tienen que soportar gritos y
humillaciones por parte de sus familiares por el cuidado que deben
brindarles?
¿Será motivo de júbilo este día cuando muchas mujeres indígenas son
victima de violencia intrafamiliar, abandono de justicia social y carecieron
de acceso a la educación y no pueden ni escribir su nombre?
¿Podremos las que hemos tenido la fortuna de tener una profesión ser tan
egoístas como para celebrar “nuestro día” olvidándonos de las que no lo
2. pudieron hacer y por ello están en mayor situación de vulnerabilidad al
desconocer sus derechos?
¿Podrá alguna cerrar los ojos a la realidad de que hoy “Día de la mujer”
muchas perderán la vida a manos de quien en su momento les juró amor y
fidelidad ante un altar? ¿O que decir de las que por necesidad trabajan en
situaciones de riesgo?
¿Cómo ignorar así mismo las situaciones de violencia que muchas mujeres
sufrimos ante otras de nuestro género por celos laborales, familiares o
sociales? Acciones por más lamentables.
No, hoy definitivamente más que celebrar ha de ser día para reflexionar, de
búsqueda de alternativas para la promoción y respeto de nuestros derechos,
tarea que compete a nuestras autoridades, y guardo la esperanza de mejores
noticias en este aspecto, nosotros como sociedad en general también
tenemos mucho por hacer podría ser una alternativa grupos de autoayuda,
asociaciones civiles la idea es organizar voluntades, por lo pronto hagamos
una oración por todas las que estamos y por las que se han adelantado y
también elevemos nuestra plegaria por los hombres que comparten esta
bella aventura llamada vida para que reconsideren su actuar hacia con las
de nuestro género.
Hagamos también un compromiso: el de ser solidarias acompañantes de
aquellas mujeres que menos pueden o menos tienen, y si por nuestros
compromisos laborales y familiares no podamos hacer mucho al respecto,
seamos centinelas del cumplimiento de nuestros derechos y de los de las
mujeres de nuestra familia, ¡Pongamos un alto a la violencia de género! Ya
que como guardianas de la vida y de la familia nuestra tranquilidad y
óptima autoestima nos permitirá ser mejores madres, hijas, hermanas,
novias o esposas, lo cual sin duda alguna traerá consigo un beneficio a la
sociedad.
Recordemos que tanto hombres como mujeres tenemos el derecho de vivir
una vida digna y de respeto, y dentro de nuestra ya comprobada
generosidad promovamos una cultura de paz , nuestros niñ@s la merecen y
sin duda alguna en su momento nos lo agradecerán.