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Resumen tema 11 literatura.pdf
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La literatura española desde 1975 hasta la época actual: narrativa,
poesía y teatro.
1. La narrativa desde 1975: tendencias, rasgos principales, autores y obras más
significativas.
El fin de la dictadura, la restauración monárquica y la llegada de la democracia abren un nuevo
periodo. El ambiente de libertad, la desaparición de la censura y el acercamiento a Europa son
hechos relevantes de esta nueva etapa.
Rasgos destacables de la narrativa de la democracia son el interés por recuperar la importancia
del argumento o la preferencia por personajes a menudo desdibujados, mediocres, que
representan problemas de comunicación.
RECUPERACIÓN DE LA TRAMA ARGUMENTAL
Existe un renovado interés por contar una historia; el objetivo parece ser recuperar al lector y
el placer de leer. Los relatos vuelven a tener argumento. Algunos autores, vuelven sus ojos a la
novela tradicional; incluso a veces la narración se inspira en ciertos géneros antes
“marginales”: relato fantástico, novela policíaca, folletín... (La verdad sobre el caso Savolta).
Pero tampoco se retorna al realismo decimonónico ni al más próximo realismo social de los
cincuenta.
La ambientación realista tendrá ahora como objeto servir de marco verosímil de las
preocupaciones individuales de los personajes. Así, muchas novelas eligen épocas pretéritas,
con lo que renace la novela histórica.
TEMAS
Al abandonar las referencias culturales y el hermetismo, el sostén de la obra es la intriga. Más
que temas comunes, lo que hay son notas frecuentes: El sentimiento de desencanto, el rechazo
de los valores imperantes, pero adoptando una mirada distanciada.
Resurgen la mirada existencial y la presencia de la intimidad: soledad, relaciones personales,
erotismo, amor... (intimismo). El desencanto y el escepticismo se manifiestan con frecuencia en
un tono desenfadado y humorístico con un trasfondo amargo o tierno.
Es frecuente también que la novela hable de su propia elaboración y que se introduzcan
historias que los personajes inventan (metaliteratura) o que se aluda a otros textos, literarios o
no (intertextualidad). Son habituales las referencias al cine.
A partir de los ochenta, la novela se decantará por lo sensual, la ambigüedad, el escepticismo.
Lo moral o lo religioso pasan a un segundo plano; importan el aspecto individual y las relaciones
amorosas.
PERSONAJES
Disminuyen los personajes secundarios y el protagonista adquiere más relevancia, pero éste es
a menudo un ser amorfo, mediocre, mal delimitado en su caracterización psicológica. Además,
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no pretenden ser ejemplos para una explicación global del mundo. Reflejan problemas
individuales: incomunicación, ansiedad, frustración, inadaptación...
PROCEDIMIENTOS TÉCNICOS
• La estructura externa del relato se organiza de nuevo en capítulos.
• Se tiende a la acción única, moderando la complejidad del contrapunto.
• La linealidad del tiempo narrativo predomina frente a la ruptura temporal de la década
anterior.
• Concreción del espacio.
• Vuelta al relato cerrado y con final explícito.
• Utilización de la primera y tercera personas narrativas y abandono progresivo del "tú".
TENDENCIAS
La variedad de tradiciones narrativas a las que han podido acogerse los novelistas actuales y los
distintos recursos técnicos a los que pueden optar explican la pluralidad de tendencias. Podemos
hablar de:
• Novelas policiales y de intriga: La mayoría de las novelas de Eduardo Mendoza (El
misterio de la cripta embrujada) y de Antonio Muñoz Molina (Beltenebros) suelen
basarse en una trama de intriga.
Es un subgénero que ha experimentado un desarrollo rápido y espectacular, con muchos
cultivadores: Pérez Reverte (La tabla de Flandes), Lorenzo Silva (sus novelas
protagonizadas por una pareja de guardias civiles, Bevilaqua y Chamorro), J. Benet (El
aire de un crimen), J.J. Millás (Papel mojado).
• Novelas históricas: recrean el pasado con mayor o menor fidelidad. Ejemplos son:
Torrente Ballester (La isla de los jacintos cortados), Félix de Azúa (Mansura); Terenci
Moix (No digas que fue un sueño); José Mª Merino (El oro de los sueños), Julia Navarro
(La hermandad de la sábana santa), Miguel Delibes (El hereje).
• Novelas intimistas, con temas subjetivos e introspección psicológica: Julio Llamazares
(La lluvia amarilla), Soledad Puértolas (Burdeos), Luis Landero (Juegos de la edad
tardía).
• Novelas experimentales: se aprovechan algunas técnicas de los sesenta.
Mencionaremos a Julián Ríos (Larva), Miguel Espinosa (Escuela de Mandarines).
• La metanovela: la novela habla de sí misma. Son ejemplos Fragmentos de Apocalipsis,
de Torrente Ballester o El desorden de tu nombre, de J. J. Millás.
Citaremos, por último, algunos autores más, dentro de una larga nómina que sería imposible
reproducir: Todas las almas son conocidas y prestigiosas obras de Javier Marías. Juan Manuel
de Prada, que salta a la fama desde Coños. Y muchos más: José Ángel Mañas, Rosa Montero,
Almudena Grandes, Andrés Trapiello (Al morir don Quijote), Juan Bonilla, Elvira Lindo.
2. El teatro desde 1875: tendencias, rasgos principales, autores y obras más
significativas.
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En los últimos años, la característica más destacada es la variedad de tendencias junto a la
proliferación de festivales de teatro, la rehabilitación de viejos edificios teatrales y las
representaciones ajustadas a los programas académicos, con las que se pretende atraer a un
público joven. Con todo, las esperanzas que trajo la democracia no han resultado satisfechas.
Veamos algunas de las tendencias más significativas:
• Un teatro experimental y vanguardista: a los ya mencionados en temas anteriores
Fernando Arrabal y Francisco Nieva, con audacias innovadoras que no despiertan el
interés del público mayoritario, se unen otros como Alfonso Vallejo (Orquídeas y
panteras). Continúa la labor teatral de los grupos de teatro independiente: Els
Comediants, Els Joglar.
• En una modalidad tradicional, se sitúan las últimas obras de autores consagrados. Claro
exponente de un retorno a la línea tradicional es Fernando Fernán Gómez, con Las
bicicletas son para el verano. También predomina la estética realista en dramaturgos
como José Sanchís Sinisterra (¡Ay, Carmela!).
Más cerca del realismo convencional, se encuentran las obras de Santiago Moncada
(Salvar a los delfines). Y de lleno en la comedia burguesa se inscriben las obras de Juan
José Alonso Millán, Jaime Salom o Ana Diosdado. También con planteamiento realista,
pero con una óptica algo más novedosa encontramos a Juan Mayorga (La tortuga de
Darwin) o a Jordi Galcerán (El método Gronholm).
• Otra amplia tendencia, que algunos han llamado teatro social, se ocupa de realidades
del momento por medio de técnicas renovadas del sainete y la farsa y el esperpento,
de la comedia costumbrista e incluso de un realismo poético y fantástico. Es el caso de
José Luis Alonso de Santos (La estanquera de Vallecas) y Fermín Cabal (Tú estás loco).
Como se puede apreciar predomina en estos últimos tiempos una vuelta a la estética
realista.
3. La poesía desde 1975: tendencias, rasgos principales, autores y obras más
significativas.
En la poesía contemporánea existe una extraordinaria complejidad debida, entre otras causas, a
la convivencia literaria de poetas procedentes de distintas promociones y a la multiplicidad de
corrientes o tendencias que se han venido sucediendo.
Tan sólo indicaremos que, en general, los poetas renuncian a menudo a la ambición de explicar
el mundo y prefieren expresar limitadas experiencias íntimas.
A finales de los setenta, con tendencias como el neorromanticismo, la poesía del silencio o el
prosaísmo elegíaco rechaza el excesivo culturalismo y la exagerada experimentación
lingüística. Valoran la emoción y la introspección como ejes del poema, en el que dan entrada
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al humor y la ironía. Destacaremos a Andrés Sánchez Robayna (Palmas sobre la losa fría), Jaime
Siles (Música de agua).
Desde los años ochenta la variedad de tendencias se hace más evidente. Podemos rastrear
algunas características comunes la relectura de la tradición y una vuelta al tono narrativo y al
lenguaje coloquial. Aparecen, pues, continuas referencias a la sociedad de consumo. Son
habituales el humor, el pastiche o la parodia, se renuevan los temas. Palabras clave en la nueva
concepción de la poesía son emoción, percepción y experiencia. Hay diferentes tendencias:
neoimpresionismo, neosurrealismo, con autoras como Blanca o Ana Rosseti.
Pero destacaremos dos que parecen haberse impuesto en la década de los noventa:
• Poesía de la experiencia: es una poesía que habla de la vida y de la realidad
inmediata, con un tono coloquial, y que revaloriza la experiencia, el humor y la
emoción. El poeta busca transmitir su emoción al lector y ser comprendido por él. Para
ello introduce en el poema la narración y el monólogo dramático. Es importante la
influencia de Gil de Biedma y de Brines.
Autores: Luis García Montero (Completamente viernes), Jon Juaristi (Diario de un
poeta recién cansado), Felipe Benítez Reyes (Vidas improbables, de 1996), Miguel
d’Ors (Es cielo y es azul). Cercana a estos planteamientos poéticos por la esencialidad
y la sencillez de sus versos encontramos a Amalia Bautista (Cuéntamelo otra vez).
• Poesía del silencio (minimalismo y conceptualismo): Con autores como José Carlos
Castaño o Julia Castillo (Siete movimientos, 1991), continúa la corriente neopurista con
poemas breves y densos en los que se elimina la anécdota. Hay una gran desnudez
expresiva. El discurso se interrumpe o se fragmenta para hacer oír la voz del silencio,
para dejar que el silencio diga lo que las palabras no son capaces de expresar.
Al finalizar el siglo XX, poesía de la experiencia y poesía del silencio marcaban las tendencias. Se
fue manifestando un rechazo al relativismo moral de ambas tendencias en favor de un
compromiso social del poeta frente a un mundo injusto e insolidario con el sufrimiento ajeno,
una poesía del compromiso civil. El hombre de la calle es el título de una antología publicada
por Fernando Beltrán, que cultiva una poesía “entrometida”.
El poeta de referencia para muchos de ellos es Jorge Riechmann. Se considera la poesía como
el espacio de la resistencia, y el realismo como instrumento de indagación. Riechmann,
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Antonio Orihuela, David Eloy Rodríguez o Vicente Muñoz, entre otros, es representante de una
corriente denominada poesía de la conciencia, contra el capitalismo de la globalización.
El poeta y novelista Agustín Fernández Mallo postula una suerte de Postpoesía. Así reivindica
una poesía en consonancia con el mundo que nos ha tocado vivir, de forma que integre los
discursos de la ciencia, la publicidad, la economía o el diseño en el texto poético. Por último,
citaremos a un poeta de la tierra, Rubén Martín (Albacete, 1980), uno de los recientes ganadores
del premio Adonáis con “El minuto interior”.
Bárbara Butragueño, Adrián Larretxea, Juan Bello Sánchez, Rocío Mendoza Blanco, Elvira
Sastre, Defreds, Marwan, nacidos ya en la década de los ochenta y noventa, a excepción del
último, de 1979, son algunos de los nombres más recientes de la poesía española.
Dolores Redondo
Escritora española de género negro, nacida en Pasajes, un pueblo de la costa de Guipúzcoa, en
1969. Empezó a estudiar la carrera de Derecho, aunque no la acabó y se decantó a estudiar
Restauración, trabajó en varios restaurantes hasta que se montó el suyo propio, antes de
introducirse en el mundo de la literatura.
Se inició en la escritura a los 14 años con relatos cortos y cuentos infantiles, hasta que en 2009
publicó Los privilegios del ángel, su primera novela que no tuvo repercusión. Pero su éxito llegó
en el año 2013 con la publicación de El guardián invisible, primera parte de la llamada Trilogía
del Baztán, apareciendo en noviembre de ese año la segunda entrega, Legado en los huesos, y
en noviembre de 2014, Ofrenda a la tormenta. Son una serie de novelas que fusiona el thriller,
el noir y el género fantástico, las cuales están ambientadas en los valles navarros, amenazados
por un asesino en serie, la protagonista de las novelas es la inspectora de la policía foral Amaia
Salazar.
Gracias a la publicación de la Trilogía del Baztán, Dolores Redondo se alzó en los primeros
puestos de las listas de libros más vendidos, siendo editada por más de 30 editoriales de todo el
mundo, alcanzando a más de un millón de lectores en 31 países y logrando incluso ser adaptada
al cine en una película que lleva el mismo nombre.
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Otras novelas de Dolores Redondo son: Esperando al diluvio, La cara norte del corazón, Los
privilegios del ángel, Todo esto te daré, con este último fue galardonada con el Premio Planeta
en octubre de 2016.
ESTILO
Una de las características principales de la estilística de Dolores Redondo son las descripciones
minuciosas y detalladas, en concreto, de los espacios y de la naturaleza. La escritora se recrea
en los detalles, incluso puede considerarse que su estilo es redundante y reiterado, pero
contribuye a que el lector se sumerja en la obra.
La autora pone a disposición del lector un lenguaje refinado y musical que atrapa por el léxico
escogido. El objetivo de la novela no es explicar una historia, sino deleitar, recrear y hacer que el
lector se sumerja en la belleza del lenguaje.
La autora tiende a insertar reflexiones y pensamientos de corte intimista del personaje
principal, escritos en un estilo barroco y con un toque repetitivo que demanda la atención del
lector en todo momento.
En un aspecto más formal, Dolores Redondo personifica su obra con un vocabulario preciso,
exacto y complejo. Elude el uso de un léxico llano, todo lo contrario, juega con las palabras y
desmigaja los usos del lenguaje. Redondo se sirve de una narración en tercera persona. Como
narradora externa, utiliza el discurso indirecto para personificar a sus personajes.