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AHÍ ESTUVIMOS
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tinuación hicieron su aparición el contrabajista Alí
Rubén Paiva y el baterista Andrés Briceño (padre
de Linda y director de la Simón Bolívar Big Band
Jazz), de nuevo el director Eduardo Marturet,
mientras Linda bajaba para ubicarse en la sobre-
tarima al fondo a la izquierda del público. Con “De
la nada” (de John W. Green), comenzó el segmen-
to jazzístico del concierto, en la que Linda se des-
dobla entre la trompeta y la voz, una voz poderosa
y expresiva. Al final, Marturet pidió subir el volu-
men de voz y trompeta. El romántico jazz de Cole
Porter, “Cada vez que decimos adiós”, con deli-
cadísimo final de voz y arpa, fue una especie de
puente con el gran clásico “Llévame a La Luna”,
con Linda sintiéndose como pez en el agua, con
lentes negros y sin el chalequito que hasta ese
momento llevaba puesto. Los propios músicos de
la orquesta se encargaron de los coros de una pie-
za que termina en una especie de clímax y que
despertó muchos aplausos. Sin embargo, por ra-
zones que pocos entendieron, la pieza fue inter-
pretada de nuevo luego de “Como si te fueras a ir”
–que no estaba en el programa–, que Linda com-
puso y cantó en español mientras tocaba el pia-
no, con gran influencia del gospel y el rhythm and
blues. Fue despedida con una gran ovación.
La segunda parte comenzó con “Aventuras en la
Tierra, E.T.”, que de todas las bandas sonoras que
interpretaron fue quizá la que menos impacto tu-
vo, probablemente porque no siempre las com-
posiciones entendidas para acompañar imágenes
tienen el mismo peso sin el componente visual, a
pesar incluso que muchas pasan a engrosar el in-
consciente colectivo. Es el caso de “Superman”,
cuya melodía ha trascendido con fuerza más allá
de la pantalla y por ello engancha tan fácilmen-
te. Luego siguieron con tres piezas de “La Lista de
Schindler”, un momento melancólico muy logra-
do. La parte final correspondió a la muy conoci-
da y dramática “Guerra de la Galaxias, Suite para
Orquesta”, con la que se difuminan las fronteras
entre lo académico y lo popular.
La orquesta, con Marturet al frente –interactuan-
do de vez en cuando con la audiencia–, realizó un
performance de altura, excelencia a la que ya nos
han acostumbrado desde hace años los músicos
de nuestro sistema de orquestas.
Juan Carlos Ballesta
6 Foto: Eliézer Benavides
PARAMORE
Terraza del CCCT, Caracas
(Marzo 4, 2011)
Desde inicios de la tarde se apreciaban largas co-
las de fanáticos mayormente adolescentes, que
esperaban ansiosos por ingresar a la locación. Una
vez abiertas las puertas, el público hacia la zona
general entró con facilidad, mientras que el ingre-
so a preferencial fue desorganizado, lento e inclu-
sive violento.
Cayó la noche y Cambio de Hábito, agrupación
elegida por la empresa productora para ser la re-
presentación nacional, subió a tarima precedida
por abucheos. Se evidenció que les falta experien-
cia y preparación para asumir un reto como éste,
situación que se vio empeorada por serios proble-
mas de sonido.
El público ansioso pedía a Paramore, y cuando sa-
lieron, el CCCT se estremeció; con gritos eufóri-
cos recibieron a esta agrupación cuya alineación
incluía como baterista a Josh Freese −reconoci-
do por tocar con A Perfect Circle y NIN−, Jeremy
Davis (bajo), Taylor York (guitarra) y por supuesto
a Hayley Williams, cuya potente voz y actitud man-
tuvieron enganchados al público durante todo el
concierto.
De manera enérgica abrieron su presentación con
el tema “Ignorance”. Con un sonido impecable se
pasaron por canciones como “Emergency”, “That
What You Get”, “Playing God” y “Decode”. El piso
temblaba a la vez que fanáticos cantaban a todo
pulmón. Finalmente Paramore estaba en Caracas,
y Hayley agradecía el apoyo y la espera.
Interpretaron un tema nuevo, que para sorpre-
sa de la banda, fue coreado de principio a fin, “In
The Morning”, lo que dio pie a un set acústico
en el que íntimamente tocaron “When It Rains”,
“Where The Lines Overlap” y “Misguided Ghosts”.
El concierto retomó la energía característica de
Paramore, cuando a toda máquina, tocaron éxitos
como “Crush, crush crush”, “Pressure” y la cono-
cida balada “The Only Exception”.
Como es tradicional, se despidieron en falso, para
regresar a interpretar el tema solicitado por el pú-
blico, “Brick by Boring Brick”.
Durante la canción de cierre, “Misery Business”,
se vivió el momento quizás más comentado y sor-
presivo de la noche, cuando Hayley invitó al esce-
nario a la cantante venezolana Ninah Mars, quién
bastante emocionada se presentó diciendo “Yo
soy Ninah Mars, de la banda Ninah Mars and The
Stickfaces, queríamos estar aquí esta noche pero
Profit no nos dejó”, después, cantó la última estro-
fa de la canción y entre aplausos se bajó del es-
cenario.
La banda se despidió después de brindar un show
de aproximadamente hora y media, donde los fa-
náticos quedaron complacidos y anhelando una
próxima visita a Venezuela.
Mariana Guzmán