3. José María Gabriel y Galán nació el 28 de junio de 1870
en Frades de la Sierra, pequeño pueblo de la provincia
de Salamanca que en aquellos tiempos formaba parte de
Castilla la Vieja y en la actualidad, Salamanca es una
de las nueve provincias que componen la autonomía de
Castilla y León (España). Sus padres se dedicaban al
cultivo de la tierra y la ganadería en terrenos de su
propiedad, dos de las producciones típicas del campo
charro salmantino. Su economía era la propia de quienes
se dedicaban a la labranza y al cuidado de los animales
por aquellos años finales del siglo XIX.
Murió a causa de una pulmonía el 6 de enero de 1905 en
Guijo de Granadilla, localidad ubicada en la provincia de
Cáceres. Tenía 34 años.
5. Yo de un alma de luz estuve
asido, luz de su luz para mi fe
tomando; pero el Dios que la
estaba iluminando, veló la luz
bajo crespón tupido.
Tanto sentí, que sollocé
dormido, y dentro de mi sueño
despertando, vi que el alma del
justo iba bogando por el
espacio ante el Señor tendido.
Y, faro bienhechor, polar
estrella , la mística doctora del
Carmelo, desde una celosía de
la Gloria,
—¡Ven! ¡Ven!— le dijo, ¡y la
elevó hasta ella! Entraron las
dos almas en el cielo y un
nuevo sol brilló en el de la
Historia.
6. ¿Quién te ha dado tu hacienda tu dinero?,
O son trabajo del trabajo honrado o tu dinero?,
O el haber que tu padre te ha legado,
O el botín de un ladrón o un usurero.
Si el dinero que das al pordiosero
Te lo dio tu sudor, te has sublimado;
Si es herencia, ¡cuál bien lo has empleado!;
Si es un robo,¿qué das, mal caballero?
Yo he visto a un lobo que, de carne ahíto,
Dejó comer los restos de un cabrito
A un perro ruin que presenció su robo.
Deja,¡oh rico!, comer lo que te sobre,
Porque algo más que un perro será un pobre,
Y tú no querrás ser menos que un lobo.
7. Bajo tu amparo, Señor,
pongo mis hijos queridos,
Tú serás el protector
de estos ángeles dormidos
que ídolos son de mi amor.
Entrego a tu Providencia
los hijos de mis entrañas.
¡Cuídame de su existencia!
Tú que me los acompañas
en su sueño de inocencia!
Y si consientes que un día
queden sin padre y sin madre
en su amor mi fe confía,
¡dales por Madre a María
y sé Tú su amante padre!.